𖦹๋࣭⭑15
Para cuando Jungkook vio la alerta de AYUDA de parte de su novio, no dudó en decirle a la policía, la cual rápidamente se puso manos a la obra.
El señor Park no dudó en ir con ellos, a pesar de las indicaciones de los oficiales. Es que como podría quedarse aquí si no podría más que pensar que ese hijo de puta le haya hecho algo malo a su hijo.
Jungkook pensaba lo mismo. No dejaría a su novio en el momento en el que más lo necesita. Incluso Mingyu fue con ellos.
—Tenemos que tener cuidado. No sabemos si está con él por lo que ordenó que no pongan las sirenas de la policía por si acaso. Eso advertirá a ese tipo y Dios sabe de lo que sea capaz de hacer.
Dice el oficial al mando.
—Ese tipo debe estar mentalmente dañado. —dice su compañero. Jungkook solo los escuchaba mientras se mete una navaja en su pantalón, claro esto si la necesita.
—¿Por qué lo dices?
—Porque mis compañeros encontraron una cámara en la habitación de Park Jimin y también otra en la habitación de su hermanito.
—¡¿Qué mierda?! —muista Jungkook
¿Joder ese hijo de perra tambien veia a Jaemin? Ese hijo de puta. Como puede ver a un niño de 5 años, es que no le cabe en la cabeza cómo es que... Quería encontrar a ese bastardo y golpearlo tanto que no pueda volver a ver, quería arrancarle los ojos si fuera posible.
Mientras ellos llegaban, Jimin, intentaba zafarse de las esposas pero no, así no podía. Tenía que esperar a que éste volviera o esperar ayuda. Dios, él solo quiere irse de ahí, no quería estar más tiempo encerrado con ese loco.
Cerró los ojos esperando un milagro, uno que parecía imposible. Hasta que escucha un auto.
Jimin se sentó en la cama, su corazón latiendo con ansiedad. Pensó que había escuchado el sonido de un auto aparcando fuera, y su primer pensamiento fue que Minho había vuelto. Se sintió aterrorizado, su mente llena de pensamientos horribles.
Pero luego escuchó el sonido de otros autos aparcando, y se dio cuenta de que no era Minho. Se sintió aliviado, pero su ansiedad no disminuyó. Sabía que Minho podría regresar en cualquier momento.
De repente, escuchó gritos de afuera.
¡Policía!" y "¡No se mueva!".
Jimin se sintió aterrorizado, pero también se sintió esperanzado. ¿Podría ser que la policía hubiera encontrado su ubicación tan rápido?
Gritó con todas sus fuerzas, "¡Ayuda! ¡Estoy aquí!". La puerta se abrió de golpe y varios oficiales de policía entraron en la habitación, apuntando con sus armas.
Jungkook no se detuvo a pensar si estaba despejado o no. Solo entró en la casa y subió las escaleras, siguiendo el sonido de los gritos. Un oficial lo regañó, "¡Alto! ¡No puedes entrar aquí!", pero Jungkook no se detuvo.
Al abrir la puerta, vio a Jimin sentado en la cama, su rostro pálido y su mirada aterrorizada. Jungkook se sintió aliviado y aterrorizado al mismo tiempo. Se acercó a Jimin y lo abrazó, sin importarle nada más que el hecho de que su novio estaba a salvo.
—Jimin, ¿estás bien? —preguntó Jungkook, su voz llena de emoción.
Jimin asintió, su mirada fija en la de Jungkook.
—Sí, estoy bien— dijo, su voz temblorosa— Tenía tanto miedo de que me hubiera hecho algo.
Sollozo entre los brazos de su novio. Jungkook beso su cabello rubio y lo tranquilizo.
—Tranquilo mi amor, ya estás a salvo. Ese hijo de perra no se salió con la suya. Tranquilo mi amor.
Jungkook lo abrazó más fuerte, sintiendo un alivio enorme. Sabía que Jimin estaba a salvo, y eso era todo lo que importaba. Joder casi muere al pensar en cosas peores.
En eso entra el señor Park para abrazar a su hijo.
—¡Papá!
—Cariño, que bueno que estas bien. ¿Te hizo algo?
Jimin negó. Abrazó a su padre llorando. Le desgarro el alma verlo así.
Jungkook se apartó a un lado para que ambos compartan su dolor. Los oficiales quitaron las esposas para que Jimin pueda salir de la cama. Uno de los oficiales que está afuera con Mingyu, vieron un auto de aquel tipo venir.
—Oiga, ese no es?
Este en cuanto los vio, aceleró atrás para huir, lo que el oficial disparó. Jimin se asustó por el disparo que se escuchó afuera, pero su padre lo protegió.
El oficial de policía apuntó su arma hacia Minho, quien intentaba huir en su auto.
—¡Alto! ¡No se mueva! —gritó el oficial.
Pero Minho no se detuvo. Aceleró el auto y se dirigió hacia la salida. El oficial apretó el gatillo, pero la bala se estrelló contra un árbol cercano. Minho había logrado esquivar el disparo.
Mingyu, quien había estado observando la escena, reaccionó rápidamente. Corrió hacia Minho, quien intentaba salir del auto y huir a pie. Mingyu lo alcanzó y lo golpeó con fuerza, haciéndolo caer al suelo.
Minho intentó levantarse y correr, pero Mingyu lo sujetó con fuerza.
—No te vas a ir a ninguna parte maldito —dijo Mingyu, su voz llena de ira.
El oficial de policía se acercó a ellos, su arma aún en la mano.
—¡Buen trabajo, Mingyu! Lo has detenido.
Mingyu asintió, aún sujetando a Minho.
—No hay problema. Este tipo no se va a escapar.
—Malditos. —murmuró Minho quien está esposado.
—Vas a pasar muchos años en prisión por todos tus delitos. Así que ni intentes algo más.
Minho, mientras tanto, se retorcía de dolor en el suelo. Sabía que había sido derrotado, y que pronto enfrentaría las consecuencias de sus acciones.
El oficial de policía se acercó a Minho y se lo llevó a la patrulla.
—Minho, estás bajo arresto por secuestro y agresión. Tienes derecho a permanecer en silencio. Cualquier cosa que digas puede ser utilizada en tu contra en un tribunal de justicia.
Minho miró hacia arriba, su rostro lleno de odio y resentimiento. Sabía que su juego había terminado, y que pronto pagaría por sus crímenes.
Jimin salió junto con algunos paramédicos de ahi mirando como se llevan Minho. El alivio que le resultó todo fue tan tranquilizador. Su padre tenía ganas de ir hacia él para darle un par de golpes, pero Jungkook lo detuvo.
—No vale la pena señor, él va a pagar todo junto con su ex esposa. Jimin y Jaemin necesitan que su padre les cuide desde afuera, no en una prisión.
—Lo sé, es que verlo me da ganas de...
—También a mi me dan ganas de golpearle, pero eso solo nos rebajaría a su nivel. Jimin está bien y eso es lo que importa.
Ambos ven como Jimin es atendido por algunos paramédicos, mientras ve a su novio quien fue hacia el. Jamás quieren que esto se repita y esperan que haya justicia.
Al Fin todo esto ha terminado.
✰ ✰ ✰
Dos días habían pasado desde el secuestro de Jimin, y aunque todavía se sentía un poco débil, estaba mucho mejor. Estaba rodeado de sus amigos y familiares en el hospital, quienes habían venido a visitarlo y a mostrarle su apoyo.
Taehyung, Namjoon, Jin, Eunwoo y Hoseok estaban sentados alrededor de su cama, charlando y riendo. Habían llevado flores y regalos para Jimin, y su habitación estaba llena de colores y alegría.
Pero lo más importante para Jimin era tener a su hermanito, Jaemin, a su lado. Jaemin estaba sentado en su regazo, jugando con sus dedos y sonriendo. Jimin lo abrazó fuerte, sintiendo una sensación de paz y tranquilidad.
Jungkook estaba sentado en una silla al lado de la cama, mirando a Jimin con una sonrisa. Estaba contento de ver a su novio mejorando, y estaba agradecido de que estuviera rodeado de amigos y familiares que lo amaban.
—Nos alegramos mucho que estés a salvo. Casi nos da algo cuando cuando supimos sobre lo que pasó —le dice Jin.
—Por suerte lo atraparon. Espero que le den cadena perpetua.—dice Taehyung.
—Tranquilos que después de que la prensa sacara a la luz todos sus delitos, ese tipo no tiene salvación. —continua Eunwoo.
Jimin les sonríe agradecido por sus palabras.
—Mi padre se está haciendo cargo de todo, así que no se preocupen por nada. —les responde Jimin.
—Bueno, cuando salgas de aquí iremos a celebrar. Te lo mereces y también porque nos vamos a enfrentar a esos tontos pronto.—dice Tae.
—Hay que prepararnos bien para ello. Pero será pan comido, ya lo verán.
Todos pasan un momento agradable entre amigos. Jimin mira a su novio quien no dudó en abrazarlo haciendo que todos hagan bulla ante lo cursi que eran.
Pero están enamorados, qué más podrían hacer.
De repente, el padre de Jimin, Hyungsik, entró en la habitación.
—¿Cómo estás, hijo? —preguntó, sonriendo.
Jimin sonrió débilmente.
—Estoy mejor, papá. Gracias por estar aquí.
Hyungsik se sentó al lado de la cama y tomó la mano de Jimin.
—Siempre estaré aquí para ti, hijo. Y no te preocupes, Minho está bajo arresto y no te hará daño nunca más.
—¿Y qué va a pasar con mamá?
—Será arrestada por complicidad. No sé cuántos años le den, pero supongo que unos 20 años. Ya que ella dejó que pusieran las cámaras en sus habitaciones de ustedes. —dice mirando a Jaemin.
Cuando Jimin supo sobre eso casi vomita. No podía creer que su propia madre estuviera tan mal mentalmente para dejar que ese maldito infeliz pusiera cámaras en sus habitaciones.
Eso era lo más le rompía el corazón a Jimin. Creía que ella podría ser buena y no saber nada del asunto, sin embargo ella era la peor.
—Entiendo. ¿Ya puedes sacarme a de aquí? Mi cabeza ya no me duele.
—Si el médico dice que ya estás mejor, podremos irnos a casa. Mientras tanto no. —besa su mejilla.
Jimin mira con un puchero a su novio.
—Nene, hazle caso a tu padre. —le dice Jungkook.
—Bien, solo porque me lo pides.
—Rayos, creó que perdí a mí niño. —expresa el señor Park al ver a su hijo bien cuidado por Jungkook.
—Papá! Me avergüenzas.
Todos se ríen ante un sonrojado Jimin.
Jimin se sintió aliviado al escuchar esas palabras. Sabía que su padre siempre estaría allí para protegerlo, y que Jungkook y sus amigos siempre estarían a su lado.
La habitación se llenó de risas y charlas, y Jimin se sintió afortunado de tener una familia y amigos tan amorosos y apoyadores. Sabía que siempre estaría a salvo con ellos a su lado.
Las cosas malas se han ido y aunque todo fue muy doloroso, Jimin sabía que estando con su padre, Jaemin y madrastra, sería mucho mejor.
La habitación se vació gradualmente, hasta que solo quedaron Jungkook y Jimin. Estaban acostados en la cama, mirándose a los ojos y sonriendo.
—Te amo tanto —dijo Jungkook, su voz llena de emoción mientras le besa sus deditos.
—Yo también te amo —respondió Jimin, su voz suave y cariñosa.
Jungkook se acercó a Jimin y lo abrazó, besándolo suavemente en la frente.
—Prometo estar siempre contigo. Nunca te dejaré. Siempre estaré en las buenas y en las malas.
Jimin sonrió y se acercó a Jungkook, besándolo en la mejilla.
—Yo también prometo estar siempre contigo. Te amo más que nada en el mundo. Eres el chico que siempre soñé tener.
Mientras estaban ahí, abrazados y besándose, Mingyu tocó la puerta y entró en la habitación. Jungkook se apartó de Jimin y lo dejó pasar.
Jimin se sentó en la cama, sonriendo a Mingyu.
—Hola —saludo un poco tímido— Gracias por venir a visitarme.
Mingyu sonrió y se acercó a Jimin.
—¿Cómo estás? —preguntó— ¿Ya no te duele? —señala su golpe en la cabeza.
Jimin negó.
—Estoy genial. Gracias a ti y a la policía, pude salir de esa situación. Jungkook me dijo que fuiste tú quien le avisó.
Mingyu se sonrojó y miró hacia abajo.
—Lo hice porque aún te quiero. ¡Pero como amigo, no como algo más! Lo siento por mi comportamiento de antes. Fui demasiado tóxico y algo infantil. No me di cuenta que realmente tenías a alguien que te adora con su vida.
Jimin sonrió y se acercó a Mingyu.
—No hay nada que disculpar. Gracias por ser honesto conmigo. Quiero que seamos amigos, Mingyu. Eres una persona valiosa, aunque de manera sana fuiste alguien especial para mi. Es lo único que puedo ofrecerte.
Mingyu sonrió y se alegró.
—Claro que sí Jimin. Si quiero ser tu amigo al menos —le sonríe— Me alegra que estemos bien. Cuida mucho de Jimin, Jeon. Es alguien único.
Jungkook también se acercó a Mingyu y le dio la mano.
—Lo haré. Gracias por ayudar a Jimin. Significa mucho para mí que me hayas contactado y aventarte a detener a ese loco.
Mingyu sonrió y se despidió de ellos.
—No iba a dejar que escapara. Me alegra haber podido ayudar —les sonríe— Cuídense. Me tengo que ir.
—Adiós Mingyu.
Después de que Mingyu se marchó, Jungkook y Jimin se sonrieron y se besaron.
—Te amo —dijo Jungkook.
—Yo también te amo —respondió Jimin.
Y con eso, se acostaron juntos, listos para enfrentar otro día, pero esta vez, juntos y felices.
Bueno ya se terminó lo feo. Hice esto sin irme tanto por las ramas, tranquilas. Ya casi llegamos al final niñas. Váyanse despidiendo de esta bella historia.
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