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O8: algo así

algo así.

Conocer a Billy es un privilegio que pocos tienen, realmente es una persona casi adorable , y no lo dice por decir. Ciertamente, es una persona difícil de tratar, no obstante también es una persona que puede llegar a ser agradable y quizás un poco dulce.

¿Cómo lo supo?

Es una tarea difícil de atender sin embargo, Steve recuerda (aparte de la paliza que le metió Tommy H) que Billy puede ser alguien decente o al menos ser civilizado. Lo supo el día en que tuvo que ir al hospital porqué el dolor de estómago era horrible y Nancy estaba fuera de la ciudad junto a la familia de Jonathan, el jefe estaba ocupado en un caso y no tuvo nada más que hacer más que llamar a Porra.

¡¿Qué?! Habría respondido Billy no obstante, cuando respondió Steve necesito ayuda, mi estómago duele mucho.

En cinco minutos estaba Billy, la camisa abierta, sudando, y labial en su camisa. Steve enrojece. Estaba un poco acompañado.

Estaba con alguien. Dentro de sí, algo hace ruido, algo molesta pero el dolor de estómago aumentado.

Cuando llegan al hospital del pueblo, la doctora dice que es una infección gastrointestinal, debido (muy poco pone atención) que comió algo en las mal estado, Steve recuerda que tal vez pudo ser aquel sándwich que comió en el descanso del trabajo hace dos días . La doctora, quién mira las manos entrelazadas de Steve y Billy, explica que debe estar una noche en el hospital al parecer está un poco deshidratado y un grado de anemia.

Al salir de la habitación la doctora. Billy le mira y no como lo ha hecho los últimos días como en Navidad, o cuando peleo con Tommy H, no. Se ve molesto, y su semblante serio se ve marcado en extremo.

—Deja de mirarme así —Steve está en la camilla con solo una bata y una intravenosa en el brazo. —No estoy muriendo.

—Mierda, princesa... —murmura Billy más para él que para el mismo Steve— ¿acaso no comes bien?

La pregunta es tosca, sí pero incluso en ese caso su voz no es brusca, en todo caso es tranquila y temblorosa. Es como si Billy ¡sí Billy Hargrove! El mismo que hace un año le partió la cara, ese mismo, estaba preocupado en ese maldito momento.

—Lo hago— respondió irritado Steve ¿Quién mierda se cree Billy? Son amigos, pero ni siquiera Nancy se preocupa así.

—No parece, lindura, necesitas comer bien.

—Idiota...

Billy quién ha estado mucho tiempo sentado en la silla de lado de la cama, se para y por unos segundos queda parado a su lado. Steve ni si quiera se da cuenta cuando Billy lo acomoda un poco al frente para acostarse a su lado en la camilla. Es entonces cuando Billy, toma su cintura con cautela como si supiera que Steve en algún momento le fue a decir algo.

El tacto es cálido, irme pero sin ser brusco o tosco.

—¿Qué haces? —pregunta en un susurro Steve, a decir verdad, se siente cohibido y el pecho de Billy se siente a reventar pues su corazón fuertemente pega en las paredes.

—Te abrazo, lindo.

—Eso ya sé, imbécil. Me refiero porqué.

Steve no sabe si está temblando por Billy y su toque o si está temblando por la falta de agua y comida.

—Estabas helado.

—No es cierto.

—Como quieras, princesa.

Ambos están en silencio. Uno que le hace pensar que no está sólo, que hay alguien más esperando por él si saliera de casa. Porque es algo que desea y muchas veces anhela, que alguien esté como lo está Billy Hargrove en ese momento, como le gusta que esté en ese momento. Sin embargo, sabe que Billy es algo pasajero, lo hace porqué siente culpa y no porque quiere estar con él, como su amigo.

—Tus pensamientos hacen ruido.

—¿Qué? —Dice divertido Steve.

Y es que los pensamientos no hacen ruido ¿o sí?

—Piensas mucho, aunque no me explico como es que reprobaste algebra, aún así cuando piensas te vuelves impaciente.

Y Billy le acaba de decir estúpido que no puede con lo más sencillo de las matemáticas. Pero eso no importa  porqué están acostados de cucharita.

Steve sonríe.

Por primera vez sonríe verdaderamente feliz de tener a Billy de amigo.

Billy es un buen amigo.

Siempre está ahí.

Nancy es un poco bochornosa, cuando por fin se entera que Steve está en el hospital y que le ocultó que se sintió mal es cuando la chica Wheeller como le llama Billy, se presenta al siguiente día casi cuando Steve está siendo dado de alta.

Eres irresponsable, sabes lo que se siente ir a tu casa y que no estés, por suerte Billy vino ¿Qué pasaría si nadie estaba ahí?

Por supuesto Steve no piensa en eso, porqué Billy extrañamente siempre está ahí para él. Incluso cuando no lo buscaba y era la última persona con la que quería tener contacto.

—En serio Steve, debes avisarnos.

—Sí mamá.

Nancy sonríe no sin antes dar un vistazo a Billy quién extrañamente le devuelve el gesto, algo que Steve no pasa por desapercibido.

Cuando llegan a su casa, Jonathan llega en seguida, la pandilla está en época de exámenes sin embargo Dustin le mandó un par de vitaminas que su madre le obliga a tomar porqué es un niño en desarrollo, algo que inevitablemente le causó ternura.

Claro que vio cuando Billy checo cada uno de los medicamentos tan meticulosamente como si fuera su propia caja de cigarros, es una mierda, susurró Billy para después darle un par de pastillas y un vaso de agua.

—Debes tomar esto, lindo.

—Saben a mierda.

—No sabía que había probado la mierda.

Billy ríe y le mira con un brillo, que hace que al tragar saliva se sienta tan malditamente bien.

—Olvídalo —bufa con desdén,— no es necesario que te quedes, puedo hacer esto sólo, además no es tan malo como la golpiza de Tommy.

Intenta bromear, pero por el rostro serio de Billy sabe que no ha salido como lo esperaba. Y es que lograr que Billy deje de ser un amargado, es un lugar muy complicado.

—No vuelvas a decir eso, ese hijo de puta no se librará.

Steve se siente confundido. Muy confundido.

—Mmm no entiendo —Billy le mira mientras acomida las verduras y la carne en el refrigerador, para su suerte Billy le acompañó en su travesía desde el hospital y pidió que pasaran por un poco de comida "saludable" para Steve. Steve piensa que Billy cree que es un poco inútil a la hora del cuidado personal. Lo es, pero no tanto.— No entiendo porqué haces esto.

—¿Hacer que? —pregunta distraído Billy, sirve jugo de naranja en unos vasos para ellos y la pareja de novios que escogen películas.

Porqué es lo que han hecho desde que Billy le partió la cara a Steve, desde que Billy pensó que seria molesto ver a Tommy lamiendo sus bolas, ven películas con los novios Nancy y Jonathan, algo que irremediablemente semanas atrás le habría molestado no obstante, algo cambió.

—Ser mi amigo, no tengo problema pero Tommy, Carol e incluso la zorra de Lora están ahí esperándote y tú...

Las palabras quedan suspendidas pues la mirada penetrante de Billy le acompaña a través de su larga caminata que da en círculos en la cocina.

—¿Yo qué?

Las palabras de Billy son curiosas y Steve le habría respondido si Billy no le mirara tan sereno. Con aquellos ojos azules, tan brillantes como si el sol reflejara en ellos.

—Estás aquí conmigo... Pudiendo estar con ellos...

No lo quiere decir, (y no lo dirá a menos que tenga un par de cervezas) pero desde que el titulo de Rey Steve fue arrebatado, se siente vacío, la ida de Nancy le dejó sin ser quién era, buscando un sin fin de respuestas en lugares que no lograba entender, buscando quién es, que quiere ya dónde va.

Él ya no es el Rey Steve.

Sólo es Steve Harrington. El imbécil con corazón roto.

—Lo mereces, mereces que estemos aquí contigo... —Billy se ve tan serio que por un momento Steve olvida que fue lo que realmente le llevó a preguntar eso—. Mereces que estén contigo aún cuando no puedas defenderte de un hijo de puta como lo es Tommy, mereces cada detalle que tienen Nancy, cada saludo y palmada que da Jonathan y por supuesto que mereces todo el cariño que tiene el niño raro de Dustin.

—Pero tú...

—Princesa, mereces eso y más.

Tampoco Steve quiere aceptar que Billy es realmente un buen amigo, porqué si lo hace, tendría que entender que Billy es más de lo que aparenta y eso.

Le gusta.

Y mucho.

La película es de terror, ni si quiera sabe cuál es, pero es tan jodidamente aterradora que no suelta la mano de Billy. Y Billy por supuesto aferra aún más el agarre.

—Lo mereces, lindo.

Dice Billy cuando se despide en un susurro, Jonathan y Nancy duermen en la habitación de huéspedes, casualmente no le incómoda que su ex novia y su actual novio estén arriba. Billy se acerca, la respiracion1 de Steve se para y con beso en la frente está por irse.

—Alto.

Billy le mira confundido.

—Quédate, es de noche y afuera está muy sólo. Por eso mismo se quedaron los chicos, no quiero que algo malo te suceda.

Billy sonríe socarronamente no sin antes decir "está bien quiero el lado derecho de la cama".

Y Steve se siente muuuy pero muuuuy feliz.

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