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𝖂𝖔𝖑𝖋'𝖘 𝕻𝖔𝖎𝖘𝖔𝖓

𝔄ñ𝔬 𝟚𝟘𝟚𝟛. 𝔈𝔯𝔞 𝔪𝔬𝔡𝔢𝔯𝔫𝔞. 

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Lo primero que hizo fue acercarse hasta el refrigerador y sacar uno de los cartones de leche y beberlo todo de un solo trago. Tuvo un extremo cuidado de no derramar en el piso, no quería escuchar otro sermón sobre la importancia de tener la casa morbosamente limpia, no quería discutir con ese vampiro de alma vieja luego de haber tenido la mejor noche de su vida.

Su celular vibró en su bolsillo del pantalón de dormir y le llegó la cuenta de su último mes de trabajo, luego se fijó en la fecha, sólo faltaba una semana antes de su cumpleaños y no sabía qué darle, de todas formas, nunca ha sabido qué obsequiar a los reyes de Piscis desde que comenzó a vivir con ellos.

Encontró el control del estéreo en la isla de mármol y lo encendió, la música no tardó en resonar por toda la cocina, sala y comedor. Después sacó comida del refrigerador, comenzando a moverse con soltura en la cocina, bailando de vez en cuando y cantando de igual forma con su voz profunda. El lugar no tardó en oler como un restaurante de alto prestigio y preparó la mesa justo a tiempo para que uno de los hechiceros más importantes de todo Pandora apareciera aún en pijama.

―Buenos días ―saludó dándole un beso profundo en sus labios, el lobo ahogó una pequeña risita cuando el hombre lo tomó por sorpresa―. ¿Es mi desayuno?

―Todavía me falta para el señorito odio el sol, aunque sea inmune a quemaduras graves ―se alejó un poco y dejó su plato en la mesa y fue hasta el bar a un lado de la cocina―. Creí que dormirías más después de anoche.

―Cuando vives con un vampiro, debes tener más estamina de lo normal, ChangKyun―se rio, ladeando su cabeza y no pudo evitar sentirse contagiado por la felicidad del hechicero―. Minnie tardará en despertar así que te ayudo con su copa.

― ¿Puedo hacerlo esta vez? ―JooHeon accedió y se quedó en su lugar degustando de su dulce desayuno.

ChangKyun sirvió de una botella con el nombre de MinHyuk escrito en ella y colocó el líquido transparente, una poción que ayuda a multiplicar a nivel celular cualquier sustancia vertida en su composición. El joven lobo usó su propia uña del dedo índice y cortar su pulgar, dejando caer tres gotas de su sangre, el líquido replicó su secuencia celular y la copa se llenó de su sangre. Su pequeño rasguño no tardó en cicatrizar por sus habilidades como lobo.

Dejó la copa en la cabecilla de la mesa, después fue por su propia comida y se sentó frente a JooHeon, quien nunca lo perdió de vista en todo momento.

― ¿Qué? ―preguntó, una sonrisa tímida se asomó por su rostro.

―Nada, es sólo que te ves más guapo hoy ―dijo y sus ojos castaños brillaron de emoción, una a la que no estaba tan acostumbrado, sus mejillas se encendieron de inmediato―. Mi pequeño lobo todavía no puede con los halagos.

―Por favor, no digas nada ―se cubrió la cara con sus manos mientras trataba de componerse de uno de los inesperados ataques de halagos de JooHeon.

Los sonidos de pisadas descalzas contra el suelo de mármol llegaron hasta sus oídos. MinHyuk, el gran rey de los vampiros mostró su faceta recién levantada con su cabello despeinado de un lado, soltó un largo bostezo antes de tomar la copa y antes de beberla, se detuvo. Sabía que era la sangre de ChangKyun por su olor tan peculiar... y extremadamente tentador.

― ¿Me excedí de sangre? ―preguntó el más joven de los tres, el caminar elegante de MinHyuk lo desconcertó y buscó apoyo en JooHeon, quien parecía no haber dejado de admirarlo.

―Al contrario ―dijo cuando se puso detrás de él y sus manos frías acariciaron la piel desnuda de su cuello, ChangKyun sintió que cierta parte de su anatomía se ponía dura cuando el aliento del vampiro rozó cerca de su oído―. Es muy poca y prefiero de la fuente original.

Sus labios no tardaron en besar su cuello y mucho menos los colmillos en perforar su piel. ChangKyun ladeó su cabeza para darle mejor acceso, gimió su nombre aferrando su mano al cuello del vampiro, apretó las piernas después de la primera descarga de placer viniendo de la mordida y su cuerpo se sintió aún más caliente cuando la mano fría de MinHyuk tomó su pecho, se sintió aliviado de dormir casi sin ropa; ya que el toque frio en contraste con su piel caliente siempre lo llevaba a niveles impensables de satisfacción. Jugó con sus pezones mientras bebía de él. Había cerrado sus ojos cuando comenzó ese pequeño pre juego, así que, cuando los abrió se topó con los ojos castaños de JooHeon, quien se mordía el labio inferior al observarlos.

―Minnie ―su esposo se alejó muy poco del cuello de ChangKyun para prestarle atención―, vamos a la cama, yo también quiero comerme a nuestro pequeño lobo.

―Como desee su Majestad ―su sonrisa juguetona casi le hace explotar de placer, jadeó un poco cuando se alejó y MinHyuk besó sus labios, el sabor de su propia sangre combinado con la toxina de ambos siempre lo volvía loco―. ¿Listo para la continuación de anoche?

―Sí.

ChangKyun fue llevado en brazos de vuelta a la habitación, no podía sentirse más afortunado siendo tratado tan amorosamente después de que hace unos años no creía tener tiempo para el amor.

CINCO AÑOS ANTES.

𝔓𝔞𝔩𝔞𝔠𝔦𝔬 𝔐𝔢𝔫𝔬𝔯, 𝔓𝔦𝔰𝔠𝔦𝔰. 

ℜ𝔢𝔰𝔦𝔡𝔢𝔫𝔠𝔦𝔞 𝔱𝔢𝔪𝔭𝔬𝔯𝔞𝔩 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔣𝔞𝔪𝔦𝔩𝔦𝔞 𝔯𝔢𝔞𝔩.

Era la décima vez que rodaba entre las sábanas, la sensación de ser sofocado ya era intolerable a ese punto y las pateó lejos de su cuerpo. Soltó un bufido de enojo cuando vio la hora en el reloj junto al buró.

Abandonó su habitación y los sensores de movimiento al detectar su presencia, activaron esferas de luz mágicas fueron iluminando su camino. Buscó en cada habitación, su nivel de enojo sólo aumentó al terminar en la sala principal, ya estaba harto, no lo iba a esperar otra maldita noche.

Abrió su palma, de donde apareció un círculo de runas oscuras y proyectó la imagen de su mejor amigo desde su época de estudiante en el Colegio Real de Magia.

―Hola JooHoney ―HyungWon se mostró escéptico de recibir una llamada de él a esas horas, teniendo en cuenta que ahora era un reconocido profesor en el colegio y un modelo a seguir de la rectitud―. ¿Pasó algo?

―Cambié de opinión, Wonnie ―fue hasta su habitación y con un empujón de su propia magia, abrió las puertas de su enorme ropero―. Creo que sí tengo ganas de ir por alcohol.

―Bueno, eso es estupendo ―el chico seguía sin creerse que dejara de lado su lado centrado―. Te espero en el bar más costoso de Piscis, nos vemos.

Deshizo las runas con un solo pensamiento y se dedicó a escoger algo que lo haga sentir mejor. No quería lucir tampoco como alguien soltero y que le llovieran pretendientes, aunque todos para esas alturas sabían quién era. Las noticias estallarían al verlo y eso es lo que quería, así al menos su esposo sabría que sigue vivo.

Al final usó ropa negra pero su chaqueta de cuero era roja brillante con muchas tachuelas y remaches de platino, se engalanó son sus mejores joyas de estrellas blancas. Terminó casi en tiempo récord y al pasar por la sala se detuvo. Tal vez estaba siendo apresurado y su esposo ya venía de camino, volvió a llamar las runas oscuras e intentar comunicarse con su esposo, sólo recibió silencio.

―Tonto ―gruñó por lo bajo, soltó un chasquido de sus dedos y unas chispas transmutaron a una hoja de papel y una pluma con tinta.

Comenzó a escribir un mensaje: «No me esperes despierto, estoy con HyungWon... aunque ya casi no estés en la casa, imbécil chupasangre. Con amor: Honey». Decoró su nombre con la mejor floritura que tenía, lástima que no estaría ahí para ver la reacción de MinHyuk y tal vez verlo molesto para variar.

Salió de su piso privado en lo más alto del palacio menor. Aunque el sitio parecía más bien un edificio cualquiera en la enorme ciudadela. Han pasado ya algunos siglos desde que los castillos se erigieron y fueron reemplazados por construcciones de metal. Su palacio en la ciudad era precisamente una torre de treinta pisos, dotada de las más lujosas y completas comodidades para todos los miembros de su familia.

JooHeon nunca quiso que faltaran habitaciones para los hermanos de MinHyuk o sus hijos, al pensar en sus retoños casi lo devuelven a casa, sus diez hijos no deberían tener el modelo de un padre vengativo o libertino, ya tenían a sus tíos para eso. Aunque él merecía al menos que le devolviera sus llamadas, estaba en todo su derecho como esposo saber qué estaba haciendo. También se merecía una noche para él, salir de su papel de padre, rey consorte y hechicero; salir al menos a lamentarse de su vida matrimonial casi al borde de la extinción contaba como una excusa valida.

Tomó el elevador hasta la planta baja y ordenó con un simple hechizo a sus caballeros de metal, proteger su castillo, además de que toda runa existente en el metal, concreto y vidrio se activaron para formar una barrera protectora en cuanto JooHeon dejó el edificio. No tardó en llamar a su propio auto con otro hechizo y subirse a éste.

Conociendo a su mejor amigo, sabía que estaba en el bar de moda en esos días, es de lo único que hablaba y podía entender el por qué. La fila de autos y de personas iba a casi dos cuadras de distancia, sólo que había otro carril por el cual fue guiado por los trabajadores del bar hasta la entrada principal. Otro de los empleados, uno muy guapo, le abrió la puerta y le tendió la mano, JooHeon se sintió tan encantado por el nivel de caballerosidad que aun existía en esa época moderna.

Por la poca prensa que había, no dudaron en dejar de lado a toda celebridad para pelearse por la primicia de ver al hechicero supremo caminar por la alfombra roja del bar. Les dedicó una sonrisa y un leve saludo de la mano antes de que el mismo dueño del bar le cediera le paso.

El lugar era lo más extravagante que podría imaginar. Al menos seis pistas de baile completamente iluminadas y atiborradas de muchas criaturas mágicas y humanas, luces neones, el olor a cigarro mezclado con el alcohol por doquier. Extrañaba un poco eso, desde que se convirtió en padre por primera vez, dejó de beber tanto alcohol como en su juventud. No quería que sus hijos adquieran vicios hasta que tuvieran la edad, ahora que casi todos ellos son adultos, creyó volver a recuperar un poco de su antiguo espíritu coqueto, aunque en cierto grado no volvió a ser más radiante, su vida junto a MinHyuk se ha ido enfriando desde que su esposo ascendió al trono hace tan solo medio siglo.

HyungWon apareció en su campo de visión para salvarlo de sus pensamientos. Su mejor amigo y a quien le dio un poco de la inmortalidad embotellada, estaba sentado en uno de los rincones más privados del club. Una sala sobresaliendo del techo con escaleras como acceso y una pared de cristal para darle una excelente vista a la pista principal o privacidad cuando se activaban hechizos para volverla oscura. Incluso contaba con un pequeño bar donde un chico joven con una venda de encaje en sus ojos preparaba bebidas únicamente para HyungWon.

― ¿Qué es lo que trae a nuestro amado rey por estos lares? ―HyungWon dejó su trago a su acompañante, era uno de sus amantes favoritos, de él y HoSeok.

―Tal vez me siento un poco solo en casa ―le lanzó una mirada, una que él entendió a la perfección.

―Hazme un favor, JeongHan ―le susurró al oído―. Ve a bailar un rato sin mí.

―De acuerdo ―le dio una amable sonrisa al rey y se despidió de HyungWon con un beso lento antes de levantarse y dejarlos a solas.

― ¿Qué fue lo que pasó?

―Es el imbécil de MinHyuk ―soltó y de pronto apareció una bebida a su lado, el chico de piel morena y una increíble mandíbula bien definida, pudo notar que sentía un poco de lástima―. Gracias ―dijo, el ver un atisbo de sus colmillos sintió un poco de familiaridad―. Las cosas van de mal en peor, desde que la monarquía ahora es "tendencia" sólo se ocupa de asuntos políticos, legislaciones, cenas, tours por todo Pandora, adiestrar a nuestra hija para ser la futura reina... ¿Sabes cuándo fue la última vez que me tocó?

―No, pero me imagino que lo dirás ―HyungWon tomó un trago de su propio coctel.

― ¡Dos décadas! ―chilló―. Tengo que masturbarme con estúpidos juguetes, porque mi esposo está ocupado y no tiene ni diez minutos para mí, al principio fue divertido hacerlo solo, pero no es lo mismo.

«―Ya no está en la casa, casi vive en su oficina en el Congreso de Pandora, apenas y ve a sus demás hijos. No es fácil lidiar con un pequeño vampiro de veinte años, apenas entró en su pubertad y todo lo que hace es pelearse conmigo ¿no debería ser al revés? El padre ausente es él. Mi HyeongJun era más lindo cuando todavía me buscaba.

― ¿Y has intentado seducirlo incluso en el trabajo? ―HyungWon recogió sus piernas y las puso sobre el extenso sofá.

―La última vez que lo intenté, el cabeza hueca no supo captar las indirectas y terminé humillándome ―miró a su amigo, desconsolado y casi al borde de las lágrimas―. ¿Cómo le hicieron HoSeok y tú?

―No fue sencillo.

Recordó que hace un siglo, las peleas entre su mejor amigo y su esposo vampiro también eran muy frecuentes, incluso se llegó a hablar de la disolución de su matrimonio, algo que nadie hubiera pensado posible teniendo en cuenta lo enamorados que seguían el uno del otro. Entonces, ellos se fueron un par de semanas y regresaron más enamorados que nunca, con otra persona, una mestiza de bruja y humana llamada YooBin, después le siguió un humano inmortal llamado SeungCheol y al final llegó JeongHan.

―Deberías hablar con él ―dijo el barista, quien parecía ser un joven lobo, por el olor característico a almizcle y con otra fragancia para no hacerlo nauseabundo, algo como las frutas maduras, deliciosas y tentadoras―. HyungWon jamás ha sido el mejor aconsejado sobre amor de todas formas.

―Cállate I.M. ―dijo molesto―. Soy mayor que tú, respétame.

―No, tal vez sea buena idea escuchar un punto de vista más fresco y moderno ―JooHeon le hizo una ceña con su trago para invitarlo a su mesa.

El chico parecía muy confiado, pues la mayoría estaría hiperventilando por recibir la invitación del rey de Piscis, el joven que respondía al nombre de I.M. era impresionante. No era alto como MinHyuk, pero su cuerpo era esbelto y generoso en su la zona del torso y las nalgas, combinado con su estrecha cintura que se veía bien ceñida en su camisa blanca y sus pantalones negros. Ese chico era la tentación en persona y su aroma lo golpeó cuando se sentó frente a él.

― ¿Por qué hablaría con mi esposo si parece que me evita? ―se obligó a despegar su mirada de su cuerpo, no se había sentido atraído a alguien más después de haberse casado, ni una sola, pero había algo en él que parecía atraerlo como los vampiros a la sangre.

―Usted es alguien suave de corazón, lo noto por su olor ―el chico alzó los hombros, como si no importa que hablara de manera tan informal con un miembro de la realeza―. No debe dejarle opción, aunque eso conlleve a una pelea, tarde o temprano, él debe ceder.

―Está claro que no conoces al rey ―tomó un poco de su trago, aunque el chico llevara una venda de encaje, podía sentir su poderosa mirada sobre él y lo hizo sentirse sediento.

―No, pero he conocido a muchas criaturas a lo largo de mis cortos veinticinco años en este bar ―I.M. cruzó elegantemente una de sus piernas sobre la otra, la camisa escotada reveló parte de su pecho, JooHeon se dio una bofetada mental para concentrarse en su predicamento y no en los pectorales el joven lobo―. Si él es adicto al trabajo, use su conocimiento sobre su especie.

― ¿Hablas de mi sangre?

―Un vampiro no puede pasar tanto tiempo sin beber sangre, mucho menos de su compañero de sangre ―su voz profunda, le provocaba una sensación similar al terciopelo rozando su piel―. ¿Cuándo fue la última vez que tomó de su sangre?

―Bueno, desde que inventé la poción de multiplicación, él rara vez toma de mí ―tomó otro poco de su trago y comenzó a hacer memoria―. No lo sé, desde hace cincuenta años, tal vez más.

―Ahí está la respuesta ―desde esa posición, I.M. parecía el dueño de la situación y JooHeon se sentía extraño. El chico levantó su mirada, asintió por encima el hombro de JooHeon hacia una persona que le hizo una seña―. Debo irme, tengo que ganarme el dinero de hoy, fue un placer majestad ―le dedicó una reverencia junto a un beso en su anillo de hechicero.

En cuanto se fue, JooHeon soltó aire de sus pulmones que ni siquiera tenía el conocimiento de haberlo retenido.

―Yo también sugeriría que le digas a MinHyuk que quieres experimentar ―la voz de su mejor amigo de alguna manera logró sacarlo del trance que el chico lo había inducido.

El cambio de música llamó la atención de JooHeon y logró ver a varios baristas que subían a diferentes pistas de baile, no tardó en identificar a I.M., pues él era llamativo en todos los sentidos. Al caminar tenía una elegancia poco común en hombres lobo, ahora que comenzó a mover su cuerpo al compás de la música, era tan increíble que él, JooHeon, el Hechicero Supremo y rey de Piscis, se sienta como un novato probando el alcohol, embriagado con sólo haber tenido poco del verdadero trago que era I.M.

―La poligamia no es tan mala como crees, Honey.

Pasaron tres meses desde que conoció a I.M. y no podía sacarlo de su mente, cada noche iba hasta ese bar con la excusa de adquirir más confianza para hablar con MinHyuk, no era del todo una mentira, él quería arreglar su abandonado matrimonio; pero el lobo era algo único y tal vez HyungWon tenía razón: la poligamia no sería mala para ellos.

Primero debía convencer a su esposo de intentarlo, así que esa noche no dudó en despedir a los guardias apostados en la oficina de MinHyuk. Su magia bastaría para protegerlos... y evitar que salieran sonidos indeseados.

Abrió las puertas con su mente y su esposo estaba ahí. Sus ojos rojos leían con rapidez los papeles, su mano se movía por alguno de ellos, firmándolos o haciendo correcciones. Al escucharlo entrar, además de su aroma a limones dulces fue que reconoció a JooHeon.

―Hola, Minnie ―JooHeon llegó hasta su escritorio y sorprendentemente recibió una reacción: MinHyuk levantó la mirada y cerró los ojos.

―No me digas que olvidé la cena de aniversario ―se frotó el puente de la nariz, el humano negó con la cabeza, rodeó el escritorio hasta estar cerca de él, el vampiro tomó su mano y la besó―. De verdad lo siento amor mío, estas nuevas legislaciones para la distribución de muchas de tus pociones, las visitas a los templos se ponen más agresivas con los conservacionistas, dios, siento que ni yo solo basto para ser rey.

―No digas eso ―tomó su hombro, lo alejó un poco de su escritorio y se sentó en su regazo―. Eres excelente, incluso haces más de lo que debes.

―No estoy seguro, siento que debo esforzarme más ―no le gustó lo que dijo.

Se apresuró para besarlo, no deseaba que su atención fuera desviada por ningún motivo. La acción tomó a MinHyuk por sorpresa.

―Espera, tengo que termia... ―JooHeon lo interrumpió volviéndolo a besar, esta vez usando su lengua para profundizar el beso.

El sabor metálico de la sangre no tardó en invadirlo, MinHyuk no recuerda haberlo mordido, pero su instinto despertó después de décadas si probar de JooHeon. Casi olvidaba lo exquisita que era: dulce, placentera, explosiva. Entró en un frenesí que no le permitió a su parte racional actuar, tomó a JooHeon de su cabello y buscó encajar sus colmillos en su cuello, donde su sangre era más caliente y deliciosa. Su esposo gimió cuando comenzó a beber, con lentitud y las partes bajas de su anatomía despertaran por completo.

Minnie, tómame, he pasado años esperando que me toques, te extraño ―fue lo que su sangre y en sus pensamientos le dijeron mientras seguía disfrutando de beberla, era otra especie de conexión que compartían desde que se casaron y es que cada matrimonio de vampiros adquiere una forma particular de compartir pensamientos o sentimientos, ellos lo hacían cuando MinHyuk bebía de forma directa―. Hazlo, siento que nuestro matrimonio se está yendo al caño y no sé si tengo el corazón para decírtelo en voz alta ―el sabor de su sangre se tornó más pesado, evaporando el frenesí de placer y ahora MinHyuk tomó un poco más para entenderlo―. Tal vez ser inmortal fue lo que condenó nuestro amor y ahora sólo me tengo que conformar con migajas de lo que antes fueron tus abrazos, tus caricias... MinHyuk, quiero odiarte, pero no puedo; estoy molesto porque no hemos estado realmente juntos desde que ascendiste al trono. A veces me siento como si no bastara para ti, mi cuerpo se quedó estancado, mi alma ya es vieja...

―JooHeon, detente ―se alejó por completo de su cuello, para ver un rostro afligido y lleno de lágrimas, nunca lo había visto llorar así, siempre fue un rayo de sol sin importar la ocasión―. Perdón, no sabía que te sentías de esa forma.

―Deberías, eres mi esposo, estamos casados desde hace más de cuatrocientos años ―refutó, aún con lágrimas desbordando por sus mejillas, MinHyuk limpió cada una de ellas con un pañuelo de seda que tenía en el bolsillo oculto de su saco―. ¿Tú nunca me extrañaste? ¿Ni una vez?

―Por supuesto que sí, pero, ser rey es una tarea de tiempo completo... yo... ―llevó el cabello de su adorado hechicero detrás de su oreja, se sentía tan mal por no haber notado que JooHeon también ocultaba sus deseos para ayudarlo a él―. Tienes razón, he rompido nuestro matrimonio y en tu sangre hay algo diferente. Conociste a alguien, ¿verdad?

Asintió, no es que JooHeon dejara de amar a MinHyuk, eso era imposible y podía comprobarlo porque estando entre sus brazos, su piel aún se erizaba. Pero también, lo hacía cuando se reunía con el joven lobo que parece haber sido hecho para ellos.

Entonces él le dijo toda la verdad: la soledad que sintió desde la coronación, lo molesto que estaba por encontrar consuelo sexual en juguetes y no de su esposo, de lo infeliz que era ahora que ya no tenía a sus hijos cerca, incluso le contó sobre I.M. MinHyuk lo escuchó y cada falta se sentía como si alguien le atravesara el pecho con una espada de hierro encantado, quemaba y dolía. ¿Cuándo olvidó que también tenía que cuidar de JooHeon? Un ser con un alma tan bondosa que realmente no sabía qué había hecho para merecerlo, tal vez su matrimonio si estaba en una crisis grave por su negligencia, una que debían resolver, por lo que al escuchar la propuesta de intentar abrirse a una nueva persona les haría bien.

MinHyuk no desconocía la poligamia, la mayoría de sus hermanos, incluso varios de sus hijos tenían dos o tres parejas; tampoco es que sea mal visto. Nunca ha estado cerrado a la opción; más nunca se había sentido atraído a nadie que no fuera JooHeon, pero al sentir en su sangre el deseo por el lobo también removió algo en él. Estaba curioso y entonces le dijo a JooHeon.

―Si es tu deseo incluirlo, no me opondré a conocerlo.

Ya después lidiaría con su molestia por la raza de los licántropos, no es que los odiara, pero lobos y vampiros eran razas dominantes, por lo que no siempre han resultado las uniones entre ellos. Pero era JooHeon quien lo había escogido y con eso era suficiente. Confiaba ciegamente en su esposo, siempre lo ha hecho, así que no le haría nada mal probar algo nuevo.

Estaba muerto, pero de aburrimiento. Al mirar cada palabra del libro sólo aumentaba su grado de irritación, no esperaba la hora en que su tortura terminara y pudiera irse al lugar donde realmente amaba estar. Donde la música abundaba al igual que el alcohol, donde realmente se sentía él mismo.

En cuanto los dejaron irse a sus dormitorios, él siempre era el primero en retirarse. Le sorprendía que nadie más le preguntase a dónde se iba cada noche en vez de estudiar como cualquier estudiante de magia normal.

Si todo iba de acuerdo con su plan, pronto sería expulsado en las pruebas de pociones, aunque lo dudaba, de laguna manera el profesor y hechicero supremo siempre ponía pruebas personalizadas y que todos sus estudiantes lograban pasar con éxito. Odiaba eso, que le tuvieran fe en la magia, no quería ser hechicero, él no servía para eso. Adoraba la música con todo su ser, como si fuera su amante.

Así que en cuanto llegaba a su dormitorio, sacaba una bolsa de viaje con su ropa de cambio y se escabullía por el Colegio hasta su libertad. Siempre tomaba un auto público para poder llegar hasta el bar. El ambiente antes de abrir era un caos, aunque ver a sus amigos corriendo para alistarse, traer suficiente alcohol y pociones comestibles, los aperitivos, la selección de música, todo eso era lo que le gustaba.

Abrió su casillero y comenzó a desvestirse, pero el sonido de su teléfono lo interrumpió y contestó sin fijarse muy bien quién era.

― ¿Diga?

―Vaya ChangKyun, al fin que te dignas en contestar ―la voz de su abuela lo hizo arrepentirse de no haberse fijado en el directorio―. ¿Qué tan difícil es que un zángano como tú pueda responder a su dulce y tierna abuela?

―También es un gusto saludarte ―dijo con sarcasmo, algo que a la anciana no le gustó para nada.

―Ten más respeto cómo me hablas, mal agradecido, fui yo quien te cuidó desde que los inútiles de tus padres te dejaron huérfano.

―Si hablas por la escuela, no te preocupes, sigo vivo ―la interrumpió y colgó, lo pensó mejor y apagó su teléfono para evitar más interrupciones.

Sólo hasta que entró en el bar, donde la música actuó como el alcohol para sus sentidos y ponerse en el papel de I.M. Aunque esa vez no funcionó de todo, seguía malhumorado por haber recibido esa llamada. Esa vieja loba nunca dejaba de recordarle lo "inútil" que era, tampoco su abuelo. Se la pasaban criticando a sus difuntos padres por tratar de perseguir el sueño de la música, él era un pequeño de tres años y ya no lo recordaba, por lo que su pérdida nunca fue tan dolorosa, pero sí conservaba la misma pasión por la música que ellos. Detalle que su abuelo no soportaba en lo absoluto, teniendo en cuenta que su familia ha producido hechiceros a lo largo de los años, esperaba que su único nieto con genes dominantes y afinidad natural a la magia llegara a ser el nuevo hechicero. Pero eso no era lo que deseaba.

Si lograba reunir suficiente dinero como para sobrevivir por su cuenta y sin depender de la magia, se libraría de sus abuelos para siempre. Su plan también consistía en reunir dinero como para pagar un abogado eficaz que le permitiera emanciparse de su familia y que las repercusiones no fueran graves una vez que abandonara el Colegio Real de Magia. Pero los abogados últimamente eran demasiado caros y no podía usar el dinero de la familia, aunque su más reciente cliente le daba más propina y paga de la que podía aceptar.

Se sentía muy culpable por recibir más dinero que sus compañeros y casi se sentía como un prostituto. También había algo de cierto en que nunca pudo decirle que no, ni siquiera era porque su estatus como realeza le impidiera rechazar las morbosas cantidades de dinero, había algo más, rechazarlo era como decirle que no a un perrito abandonado. ChangKyun no tenía el corazón para hacerlo sentir mal. Lo único que esperaba de él, era verlo sonreír.

«Ahora me siento sucio por desear a alguien casado.» Pensó.

No ha podido sacárselo de la cabeza. Antes de ir al bar lo veía como un profesor más, un hombre atractivo, sin duda, pero sólo un profesor. Cuando lo vio ser más un ser humano, con sus propios problemas y sentimientos, su fachada le resultó mucho más interesante; nada ayudó sus visitas diarias al bar y terminar por conocerlo un poco mejor. No se sentía bien deseando al rey de Piscis, pero su lobo interior moría por clavarle sus colmillos en su piel y marcarlo con su aroma.

Sacudió su cabeza antes de que pensamientos nada puros llenaran su cabeza, fantasear con él ya sería una completa locura. No debería.

Su tortura sólo aumentó en cuanto vio al hechicero venir a la sala privada en la que fue reservado. ChangKyun no dejaba de penar en lo bien que se veía en ropa casual, para alguien que ha vivido casi medio milenio.

― ¿Vienes por más consejos de amor? ―en cuanto la puerta de cristal se cerró y les dio privacidad al volverse opaco, ChangKyun comenzó a preparar su cóctel favorito.

―Vine a decirte que por fin arreglamos las cosas ―le daba la espalda y su antifaz de encaje también le ayudaron a cubrir su gesto de shock, pero se recompuso de inmediato, transformándose de nuevo en I.M.

―Entonces, ¿hoy prefieres algo más elegante para celebrar? ―se volvió hacia el gabinete y trató de encontrar un vino mucho más caro y que a la gente rica le gustaba mucho―. Tenemos una nueva orden de vino de hace doscientos años.

―En realidad, quería hablar contigo ―su tono divertido se puso un poco raro a sus oídos, incluso escuchó su ritmo cardiaco ir en aumento.

Fue sorprendió en el momento en el que dio la vuelta y JooHeon sólo estaba a unos cuantos pasos de distancia, con sus ojos fijos en sus labios. Tragó saliva y de pronto, dejó de ser el rebosante de confianza I.M. para convertirse en el tímido ChangKyun.

― ¿Qué está haciendo? ―preguntó, casi atropellando sus palabras―. Creí que se había... ―su voz se quedó atorada en su garganta cuando JooHeon rodeó su cuello con sus brazos y lo dejó contra la pared―. Recon... ―se sentía como una presa a punto de ser devorado por el depredador ápex y sólo era un humano inmortal, podría alejarlo sin problemas, pero el lobo dentro de él estaba hechizado por ese hombre.

―Sabes, me he dado cuenta de la manera en la que me miras ―su tono se volvió más bajo y melodioso―. Me has deseado desde esa noche en que nos conocimos, tanto que es difícil para ti sostenerme la mirada por mucho tiempo sin que pienses en follarme ¿no es cierto? ―una de su mano comenzó a delinear su cuello, subiendo por su mandíbula y terminar en sus labios que temblaron por el contacto―. Hazlo ―finalmente, JooHeon pegó sus partes bajas, donde se podía sentir su deseo incluso a través de la tela―. Cógeme, ChangKyun.

El decir su nombre en voz alta bastó para que su deseo más salvaje tomara el control por completo.

Tomó sus labios en un beso hambriento, con prisa y estampó el cuerpo del hechicero contra la pared, deleitándose con el gemido proveniente de su boca. Lejos de lastimarlo, aumentó su nivel de excitación y es que las feromonas de un lobo eran algo tan enigmático; los lobos desprendían una clase de aroma dulce y embriagante, capaz de nublar el juicio de su pareja durante el sexo y JooHeon jamás creyó que sentirse encadenado a los deseos salvajes de un hombre lobo lo harían casi correrse.

Enterró sus dedos entre las hebras oscuras como el ébano, tirando de su cabeza para admirar sus ojos oscuros aun con la venda de encaje puesta, aunque ahora sus ojos se tornaron verdes brillantes. Sonrió feliz de saber que la parte animal de ChangKyun había aceptado su avance. En sus ojos se veía un caro deseo y dejaría que tomara cada parte de él.

Le mostró el costado izquierdo de su cuello, el lobo se sentía un poco raro, deseaba morder el otro lado y cuando lo intentó, JooHeon le tomó de la barbilla.

―No cariño, ese es el lado favorito de mi esposo ―le susurró. Un hombre lobo normal hubiera repelado y tomado a JooHeon por igual, pero su parte animal obedeció sus órdenes a pesar de ser alguien más dominante por naturaleza como alfa ¿será posible que haya encontrado a su luna?―. Este es todo tuyo.

― ¿Mio?

―Sí, soy tuyo.

Su miembro palpitó con dolor en sus pantalones al escuchar su gemido, al mismo tiempo que lo sentía tensarse. Subió una de sus manos hasta el borde del pantalón de JooHeon, era un poco suelto, perfecto para colar su mano hasta encontrar el camino a la parte más privada del humano. Inició con un dedo, sorprendido de la humedad en su agujero, aunque no lo pensó demasiado y siguió con su tarea de dilatarlo, jugando también al tocar ese punto dentro el hechicero y hacerlo gritar de placer. Cuando estuvo listo, no supo cómo fue capaz de bajarse los pantalones y los del humano o de si dejó de morderlo por un segundo; su mente estaba tan concentrada en el placer entre sus cuerpos.

Su cuerpo parece haberse embriagado sin haber tomado una sola gota de alcohol.

Ese era el efecto que su Luna tendría en él.

Recorrió la curvatura de sus glúteos como si estuviera moldeando una pieza fina de arte, repartió besos a lo largo de su cuello y hombro, robó gemidos al introducirse de manera lenta, aumentó la velocidad de sus embestidas conforme su miembro se adaptaba a lo estrecho que era JooHeon. No tardó en alcanzar su orgasmo unos segundos después que el humano. Ambos se fueron hasta el sofá de la sala privada y fue cuando su mente se despejó por completo.

― ¿Cómo supiste mi nombre? ―preguntó entrando en pánico después de haber tenido sexo no sólo con su profesor, también con el miembro más importante en el comité de profesores de su escuela, como si no lo pusiera caliente el tipo de relación profesor-alumno.

―Ay, ChangKyunnie ―se acercó desde el otro lado del sofá hasta tomar el mentón entre sus dedos―. Llevo más de cuatrocientos años vivo, sé reconocer un detalle o dos de una persona ―bajó su mano hasta los lunares que formaban la constelación de acuario en su cuello―. Quién diría que el más callado de mis alumnos sea tremendamente caliente y salvaje.

―Que vergonzoso ―se cubrió la cara con sus manos―. Creí que te habías reconciliado con tu esposo.

―Así fue ―sintió un martilleo en su corazón, no sabría qué decir si de pronto el dejar que fuera una aventura―. MinHyuk quiere conocerte.

Ocultó muy bien su nerviosismo después de beberse dos tragos de vodka con polvos de estrellas rojas, al menos eso le adormecería los sentidos por un rato antes del tan esperado encuentro.

Aún no podía creer que había aceptado la propuesta de unirse a una especie de extraño proceso de reconciliación entre los reyes de Piscis, ya era suficiente descubrir que la persona a la que estaba ligado de por vida ya estuviera en brazos de otro; ahora tendría que experimentar compartir cama con un vampiro, un ser más frío que el propio polo antártico. Nunca se ha llevado bien con esos seres chupasangre inmortales, los consideraba una raza poco interesante y aburrida, sin mencionar que pecaban de arrogancia.

Sin embargo, fueron JooHeon y sus palabras las que parecían tener poder sobre él desde que se conocieron, lo convencieron de intentarlo.

Aún consideraba un poco humillante ser el pegamento entre esa pareja.

Miró por décima vez en lo que lleva de su turno al reloj de su muñeca. Un regalo del propio rey vampiro que llegó esa tarde al bar, era bonito y muy caro; hecho con tecnología y magia en partes iguales. Con eso podría pagar a un buen abogado, pero era un regalo del rey. No sabría cómo se tomaría la noticia si descubriera que vendió el reloj, no quería disgustarlo.

Y como si lo hubiera convocado, el vampiro apareció por la puerta de cristal.

Lo había visto tantas veces por televisión y en las redes sociales de la realeza. El rey MinHyuk de Piscis era famoso por su porte elegante, clásico de su época y moderno al mismo tiempo por su cabello con muchos mechones blancos, pero en persona era totalmente diferente. Era unos cuantos centímetros más alto que él, bastaba para hacerlo sentir pequeño, además de la abismal diferencia de edad entre ellos. Lo más fascinante de MinHyuk eran sus ojos rojos brillantes: impredecibles, profundos.

―Majestad ―dijo junto a una reverencia.

―No es necesaria tanta cortesía, soy MinHyuk en este momento ―su sonrisa fue bastante desconcertante, se sentía confundido cuando ya antes había escuchado lo irritable que se ponía si se cruzaba con alguien de poca etiqueta en palabras de JooHeon cuando le explicó cómo era su esposo―. Así que trabajas y estudias al mismo tiempo.

―Bueno, la vida de hoy en día es algo cara y diferente a la de su tiempo, ma... ―el vampiro alzó las cejas, ChangKyun se tragó sus palabras y jugueteó con sus dedos, ocultos por la isla de mármol de la sala privada―. MinHyuk.

―Mucho mejor ―se acercó hasta la isla y comenzó a pasar la vista por el bien abastecido bar―. Sírveme un poco de tu sangre.

― ¿Está seguro?

―No estaría pidiéndolo si no lo estuviera.

En sus clases en el Colegio Real de Magia había estudiado a detalle sobre los pactos de sangre. Cuando un vampiro encuentra a su compañero, no querrá probar sangre de otros que no fuera la de esa criatura, pues beber de su compañero de sangre era como matar el alma de quien le daba vida, lo consideraban una muestra de amor muy fuerte para los vampiros. No entendía cómo el mismo rey, el que escribió todo eso, pedía por su sangre.

Esperaba sexo, no eso.

La petición era audaz y poco lógica, MinHyuk entendía el estado de shock en el lobo; pero él había descubierto un detalle de este nuevo lazo entre JooHeon y ChangKyun, necesitaba descubrir qué lo hacía tan especial para que su pacto de sangre se viera perturbado, ya que los rastros del mismo lobo eran parecidos a los que JooHeon sentía cuando bebía: adormecido, lo volvían dócil e incoherente, como si fuera otra vez un adolescente.

Rodeó la isla, aprovechando su estado de aturdimiento, tomó su mano con delicadeza y el joven lobo observó el acto, levantó su mirada por encima de su hombro, MinHyuk lo veía de manera tan intensa, como si desnudara su alma.

―Permíteme ―susurró, su aliento con aroma a menta, la hierba favorita de ChangKyun golpeó su sentido del olfato, se sintió drogado y mareado por el deseo.

―Espera ―retrocedió un poco para volverse y besarlo.

La acción tomó por sorpresa a MinHyuk, su esposo no mentía cuando mencionó que el chico era una caja de sorpresa cuando era tímido. No había llegado a conocer la faceta dominante y demandante, que es una de las razones por las que los lobos alfas eran famosos, el chico se portaba más bien como un adolescente nervioso por ser tocado. Los movimientos de sus labios eran bruscos, algo que le recordaba a sus primeros besos con JooHeon, se inclinó un poco más, sujetando la cintura de ChangKyun y el otro dándose apoyo con la suya.

Su boca sabia mejor de lo que olía, a punto de vista de ChangKyun. Cuando se recompuso, sus labios dejaron de ser torpes y se movió con mucha más audacia., incluso se atrevió a pellizcar la piel del labio inferior más pálido, se sintió satisfecho al escuchar el jadeo del rey. En los ojos oscuros del lobo, la chispa esmeralda refulgió hasta encandilarlo. Podía oler cómo es que el almizcle con toques frutales lo golpearon hasta despertar su miembro por completo, sólo su esposo ha logrado hacerlo con la misma rapidez y ahora le intrigaba más probar su sangre.

Refirmó su agarre en la cintura, volteándolo. Su trasero era redondo, por lo que no tardó en pasar su mano por ambos glúteos, ChangKyun se retorció por el contacto del miembro duro sobre su trasero, gimiendo como si estuviera en su temporada de celo.

― ¿Lo quieres dentro? ―preguntó, su tono tan morboso y provocativo lo hicieron derramar con más rapidez su líquido preseminal en sus pantalones.

―Sí ―su respuesta salió ahogada en otro gemido.

MinHyuk sonrió. Sentir esta clase de deseo lo estaba volviendo loco e impaciente, tanto que usó su propia velocidad sobrenatural para bajarle los pantalones, pero fue lento al momento de introducir sus dedos para dilatar a ChangKyun. Deleitándose por el calor dentro de él, de sus gemidos, del movimiento de sus caderas para profundizar el embiste de sus dedos, el intento del más joven por tocar su cadera e incitarlo a completar el acto. El chico parecía haber entrado en un estado de semi-calor, conocía la raza de los lobos mejor que nadie porque él fue un general de guerra en su juventud, mucho antes de ser el director y ahora rey.

Sólo un lobo que encontraba a su luna, su pareja destinada, podría activar el celo inmediato para marcar o ser marcado y por sus acciones, la bestia deseaba ser marcada. Se inclinó para besar la parte de la nuca.

―Lo haré lo menos doloroso que pueda ―le susurró, apartando cualquier mechón de cabello negro que le estorbara, el chico se volvió para encontrar sus ojos, el brillo esmeralda parecía ser cada vez más fuerte―. ¿Deseas de verdad que te muerda y no al revés?

―Hazlo, por favor ―suplicó, unas cuantas lágrimas de dolor y deseo combinadas descendieron por su rostro bien perfilado.

―Lo que desees.

Comenzó introduciéndose de manera lenta, alternado entre ir más profundo y besando la nuca, incluso llegó a masturbar a ChangKyun cuando a veces intentaba ir más rápido. Le parecía interesante ver que el chico lobo era más deseo de ser llenado que persona, el olor de su sangre comenzaba a traspasar músculo y piel, haciéndolo agua la boca, sólo probaría un poco. Acercó los colmillos al hombro para saciar su tentación, aunque fue el mismo ChangKyun quien le pidió morderlo en la parte alta de la nuca, donde su glándula de feromonas se alojaba. Ésta era la parte más íntima de un lobo alfa.

¿Cómo confiar en un vampiro como él?

«Sí.» La respuesta era un sí rotundo.

MinHyuk fue aún más gentil cuando lo tomó de la nuca, lo calmó con suaves caricias en todo su cuerpo, suavizó el ritmo de sus embistes hasta que el mismo ChangKyun lo pidió y sólo se sintió ligado a MinHyuk cuando lo llenó con su semilla y bebió de su sangre.

Esa noche no se quedó a trabajar, fue llevado hasta la intimidad el hogar del matrimonio, sólo para descubrir que ahora tenía a dos almas destinadas.

Fue la primera vez que ChangKyun sintió algo diferente a la amargura o la necesidad de buscar algo que no terminaba por creer que encontraría en el bar.

DOS AÑOS DESPUÉS.

Estaba nervioso, pero no dejó que ni los reflectores o la cantidad de personas en la rueda de prensa se dieran cuenta. La ventaja de desarrollar un personaje para vivir de él, le ayudó a que nadie notara que estaba asustado de las cámaras y flashes abordándolo. El jefe de seguridad de la familia real pidió al fin silencio una vez que dejaron de fotografiarlo.

La audiencia fue llevada en completa tranquilidad para anunciar que los reyes de Piscis estaban presentando a un nuevo rey consorte, noticia que no fue desaprovechada por ninguno de los reporteros para investigarlo con antelación y preparase para la presentación pública.

― ¿No le parece que es la nueva cenicienta? ―preguntó una de las reporteras―, es decir, usted vino de la nada, abandonó su apellido y posición en una familia de renombre entre los lobos, quedó sin apoyo alguno y de la nada se anuncia su posición como rey consorte, ¿no le parece que es demasiada suerte? ¿tomó alguna poción o utilizó algunos encantamientos?

Ya esperaba esas preguntas, así que le dedicó una sonrisa amable, disfrazando su disgusto por su osadía.

―Digamos que después de pasar por muchas malas noches, al fin tuve un poco de suerte, siguiente pregunta ―se deleitó con el gesto insatisfecho de la mujer vampira.

Otro reportero se levantó con su dispositivo para garbar la entrevista encendido.

―Se ha rumoreado que conoció a los reyes en un burdel ¿es cierto?

―En primera: Se les dice Club Nocturnos, lugares en los que se ofrece la misma clase de servicio que usted contrata, si va preguntar cosas "picantes" use términos actuales, anciano ―le mostró una sonrisa arrogante, sorprendiendo hasta el mismo representante de la casa real por su valentía―. En segunda: los reyes MinHyuk y JooHeon no tienen restricciones o prejuicios para experimentar cosas, pueden salir a donde les plazca. Punto final. ―sus ojos oscuros casi se tornan esmeraldas, pero respiró antes de retomar la palabra―. ¿Hay alguien que tenga preguntas más inteligentes o que me interesen contestar?

Una joven enviada de la embajada de Tauro levantó la mano.

― ¿Es cierto que tiene dos destinados? ¿Eso es posible? Porque tengo entendido que usted como lobo son monógamos la mayoría de las veces y que eso causó el disgusto de su manada, llamándolo blasfemo y los llevó a juicio por xenofobia ―explicó viendo a su libreta de apuntes―. Usted ayudó mucho a miles de matrimonios de lobos con su misma condición para luchar por los derechos de igualdad de matrimonios ante la sociedad de licántropos que se oponían a lazos que eran verdaderos.

―Bueno, eso es algo que sí me interesa responder.

Las consecuencias de tener dos lunas no tardaron en hacerse saber por toda su familia, nunca supo cómo es que los viejos entrometidos de sus abuelos llegaron a saber de ello, tampoco cómo es que las identidades de los reyes de Piscis llegaron a sus oídos, pero él no estaba dispuesto a dejarlos beneficiarse de esa unión con el poder que conllevaba convertirse en parte de la familia real.

Cuando les negó el acceso a los contactos y dinero que ahora ganaría como miembro real semi activo, no esperaron ni un día para mostrar su lado tan doble moral al pedir audiencia con cada clan de lobos importante de Pandora para romper su lazo al considerarlo blasfemo y hecho por criaturas que no eran lobos. Fue una batalla legal que duró cerca de un año repleto de demandas y contra demandas, para que al final él junto a sus nuevos esposos, rehicieran las legislaciones y restricciones en matrimonios polígamos entre lobos, ya que los jueces de Pandora pertenecientes a esa raza eran viejos reticentes al cambio. Fueron expuestos a un público más moderno, quienes dieron su negativa a la actitud tan discriminatoria y surgieron muchas protestas y marchas en favor de la liberta en el matrimonio.

La pelea legal le trajo mala fama por un tiempo, se refugió en el palacio de los reyes para no ser abordado con preguntas sacadas fuera de contexto, agresiones verbales y físicas. Un periodo de tiempo que no sabría cómo es que salió adelante de no ser por JooHeon y MinHyuk.

Después de esa pregunta era más sencillo manejar a la prensa para que al final del día regresara a la seguridad de su nuevo hogar en el Palacio Menor de Piscis. Siempre que era recibido por uno o ambos, se sentía adormecido, como si bebiera alcohol de ellos, olvidaba todos los problemas para enfocarse en ser feliz con sus dos lunas.

Ese fue su inicio de cuento de hadas, uno que no sabía que podría disfrutar cuando su prioridad era sobrevivir. No iba a desperdiciar la suerte de haber salido con vida del infierno en el que vivía.

Él sólo se concentraría en sentirse amado, adormecido en las caricias de su nueva familia, nada de lo exterior le importaba. Seguiría trabajando como barista y bailarín a pesar de ser ahora parte de la realeza y con eso bastaba para sentirse feliz y completo, después de todo, todavía seguiría la eternidad junto a JooHeon y MinHyuk.





FIN.












Espero que les haya gustado, me tomó mucho tiempo sacar mi lado horny para esto, denle mucho amor si creen que logré hacer co*to y esperen a las siguientes actualizaciones.

Los ama:

―𝕬𝖗𝖎

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