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⤹ · .˚🐉 ༘⋆。˚ 08. ❛ 𝖬𝗈𝗋𝖾? ❜





viii. ¿MÁS? 💚

King's Landing, 141 d.C.
La Fortaleza Roja

Los dedos de Jaehaera acariciaron su rostro luego de tener una pesadilla, las últimas noches eran más repetitivas. Casi siempre eran cosas sin sentido que aún le jodian el corazón.

El palacio los últimos días se había vuelto nada, la corte susurraba mientras el pequeño consejo se iba expandiendo con otros lores que estaban asustados por pequeños atentados. Cómo en la Casa Lannister que habían matado dos de sus 5 leones, haciendo que la rica familia se indignara y asustara. La Casa Florent, la cual Jaehaera aún tenía algún lazo sanguíneo, había sufrido un raro y misterioso incendio en sus cosechas, haciendo que la tierra quedará casi infertil.

Visenya estaba en posición fetal a su lado, ocupando casi toda la gran cama, Daenera estaba al final de la cama con los pies fuera de cama, casi en el piso mientras estaba roncando fuerte junto con los raros silbidos que soltaba Visenya. Amabas tenían una rara forma de dormir, algo que afectaba en parte el mal sueño de la reina. Se levantó poniendo sus pantuflas, era muy temprano, el sol acababa de salir, ambas jóvenes solían levantarse mucho más tarde, así que con suavidad, la peliblanca llamó a la Velaryon para que se acomodara en su lado de la cama y que estuviese más cómoda.

Suspiró cuando ambas se acomodaron, parecían complementarse cuando dormían juntas. Camino hasta su baño, las criadas no estaban por ningún lado de vez en cuando Jaehaera decidía hacer cosas, como bañarse, vestirse y maquillarse, totalmente sola. El agua limpia yacía pacíficamente en la bañera, las criadas la habían llenado antes de que se fueran a dormir, hacían esto siempre que Jaehaera se quedaba a dormir con su cuñada. El agua estaba totalmente helada, respiro pesadamente antes de salir de su habitación para calentar el agua.

Antes de cruzar la esquina, paró en seco. La voz de Aekar sonaba tranquilamente junto a la de una mujer, una voz que había escuchado varias veces, pero no sabía de dónde.

── No puedes seguir haciendo eso, es traición ── Murmuró el búho, entre dientes. Jaehaera apretó sus labios al quedarse sin aliento, con miedo de soltar si quiera un jadeo silencioso.

── No es así, no fue mi culpa. Solo le dí eso, más nada ── La mujer hablo en cierto tono alterado

── Maldición, no debiste darle los uniformes. ¿Cómo los salvaste de ser quemados? ── Acusó el pelinegro. La cabeza de Jaehaera se asomó por la esquina, tomando su cabello largo para que no se apreciará. Seguramente el verde oscuro que estaba usando en su bata no se notaría en la oscuridad, pero si su cabello plateado brillante.

── No lo sé, lo saqué por uno de los pasadizos. ── La voz de la sierva sonaba totalmente rota haciendo un total esfuerzo para no romper a llorar. La mandíbula de la reina se tenso mientras mordía sus labios con desespero. Rompiéndoselos por algunas partes.

Jaehaera siempre lo había defendido, había tratado de que jamás fuera expulsado del palacio por el aprecio que le tenía a él y a su difunto tío Aemond. Sus tripas se revolvieron queriendo sacar toda la bilis de su estómago por el mal sabor de boca que le estaba causando está situación.

── Maldición, eres una idiota. Ahora sospecharan más de nosotros. Una cosa que te mandé a hacer y no la haces bien, definitivamente no sirves para nada. ── La mano con una daga de Aekar se clavo en el cuello de la criada hasta arrastrarlo a la otra punta. Un golpe sordo en el suelo causo que Jaehaera soltará un jadeo, viendo como la criada caía muerta en el suelo. Sus labios temblaron ligeramente por la sorpresa. Los charcos de sangre.

Su pulso comenzó ir más rápido cada, vez, el corazón retumbaba por sus oídos saltando un pitido ensordecedor, uno de los hilos de la sangre carmesí empezó a asomarse. Caminó hacia atrás chocando con una de las mesitas, quiso chillar al sentir el punzante dolor en el dedo meñique. A metros de distancia se pudo sentir como él se tensaba, una tensión palpable en el ambiente.

Corrió lo más rápido que pudo hacia la esquina, lo sabía por experiencia, los pasos de Aekar eran sigilosos como la muerte misma, si se tardaba unos segundos más el la hubiera descubierto. Su mirada se posó hacia la esquina cuando la cruzó, aún sin parar. Los pasos no sonaban en lo absoluto pero sabía que el chico estaba ahí persiguiendo a quien fuera que lo había visto y escuchado.

Gracias al sol que apenas salía, el palacio estaba oscuro en una gran parte, los escaleras de la parte de atrás estaban tan oscuras como las tinieblas. El frío solo hacia que los huesos de ella se calaran más. Al cruzar la última esquina no había salida, solo unas largas escaleras que no le daría tiempo de bajar. El escozor en sus ojos aumentó, su mirada trato de agudizarse en la oscuridad.

El azabache caminaba lo más rápido que podía, parecía tranquilo, casi psicópata mientras buscaba a su próxima presa. Cómo un depredador. Al llegar a el punto más cerrado del palacio aprecio la oscuridad, con su ojo de búho pudo admirar todo lo que una persona normal no vería fácilmente. Asomándose por la escalera no había nadie, apretó su mandíbula molesto. Con sus manos tiró todos los candelabros que se encontraban en las pequeñas mesas por los barandales. Con rabia.

Ni una sola respiración se oía en la sala, con paso tranquilo dió la vuelta para empezar a bajar por las largas escaleras color marfil relamiendo burlonamente sus labios. La habitación estaba impregnada con ahora un aroma desagradable para Jaehaera, el olor a incienso y vallas del bosque. El silvaba como si no tuviera pensamientos asesinos en esos momentos.

Jaehaera tragó saliva, su mano no aguantaba la tensión que su mano ejercía en las pérgolas de las escaleras, mientras sus piernas trataban de ayudarlas buscando apoyo con una de las vigas del techo de la pequeña parte sola e incomoda del palacio, para simplemente no quedar colgando. Su nariz dolía más ya que una de los candelabros había rebotado en esta. Sus pulmones contraídos en tratar de no respirar, el sol saliendo amenazadoramente, haciendo que eso fuera más fácil de vez cada vez, el techo negro por el ollin las antiguas velas junto con un cabello blanco excesivamente largo.

Colocó su otra mano en otra pérgola tratando de dar algunos impulsos, no era la mejor en la actividad física pero montaba a un dragón, por lo que sus piernas y brazos eran bastante resistentes. Tras varios intentos fallidos logro aferrarse a la parte de arriba del barandal logrando con mucho esfuerzo su misión.

Apoyándose cuidadosamente en la mesita bajo lentamente al suelo y antes de poder salir corriendo sintió como algo se estrellaba con su rostro, había estado tan pendiente de Aekar y de lograr subir que no se había dado cuenta que estaba en el ala del búho, su menti no asimilaba ese viejo lugar. Un búho picoteó agresivamente su rostro haciendo que la reina soltará un grito, este mordió su labio inferior junto una parte muy cercana de su párpado y ojo.

Con algunos jadeos y con fuerza logro golpear al búho librandose de el por unos segundos, corriendo lo mas que podia hacia la salida. Ahora sentía los pasos de Aekar más cerca, el iba a ser tan violento cuando la tomara, la mataría con sus propias manos y luego escaparía. En unos minutos de persecución salió del ala, por la pequeña apertura que tenía y unos largos minutos que parecían años, Jaehaera llegó a su habitación. No habían pasado ni 40 minutos y se habían sentido como años, no había nadie en su puerta, convenientemente.

── ¿Que te sucedió? ── Los labios de la monarca sangraban al igual que su nariz, un vaso de su ojo sanguíneo de su ojo se había reventado y sus manos parecían más callosas. Su cuerpo tembló meramente antes de derrumbarse en el suelo, sus manos tomaron su cabeza. Visenya corrió hasta su cuñada y tomo su rostro ── ¿Que sucedió, Jaehaera?

Pasó nerviosamente la mano por su rostro, llenándose de esa sangre con sudor. La piel pegajosa y los brazos llenos de cal por agarrarse de las pérgolas, tan tensos por los músculos que se habían acalambrado ── Aekar... ── Murmuró con la garganta tapada por el nudo. Daenera paso un trapo por su rostro preocupada.

── ¿Aekar...? ¿Que quieres decir con Aekar? ── La morena preguntó, sus cejas estaban fruncidas mientras la sala estaba tensa por el demacrado estado de la monarca.

── Él es el traicionero... ── Los ojos de la mayor se llenaron de lágrimas, unas gotas gruesas salían de sus ojos. Ambas adolescentes se miraron con sorpresa y miedo.

















































King's Landing, 141 d.C.
La Fortaleza Roja
Narra Aegon III Targaryen

── Hermano, cálmate. Lo conseguiremos ── Apreté furiosamente mi mandíbula mientras Viserys trataba de calmarme.

── Es cierto, mi rey. Estamos trabajando incansablemente para encontrar a ese bastardo ── Dijo Ser Raynard Ruskyn mientras tocaba su esfera.

── ¡Pues no trabajas lo suficiente!
¿¡Acaso has visto el estado de la reina!? ── Un grito molesto salió de mis labios dejando callado a todo el consejo, Alyn me miró apretando nerviosamente sus labios ── ¡Por poco muere! ¡No había ni un puto guardia en su puerta! ¿Para que está la jodida capa blanca?

Esas últimas palabras entre dientes fueron más calmadas, todos en la sala me veían con miedo, no querían tirar sus cabezas. ── No entendemos que sucedió, majestad. ── Hablo el Lord comandante, su mirada estaba en alto pero se notaba la duda en sus palabras.

── Yo si entiendo que sucede, eres un negligente en tu trabajo. No puedes hacer lo básico que se le requiere a ese gran cargo ── Viserys apoyó una mano en mi hombro tratando de calmarme, tome un respiro ── Si no lo consigues, a más tardar mañana. Te cortaré la jodida cabeza

Me levanté de la silla, sin mirar a los demás hombres que se habían levantado a reverenciarse. El príncipe asintió detrás de mi y camino a mi lado.

── Debes de calmarte, no puedes reaccionar así ── Aconsejó mi hermano cuando ya habíamos salido del consejo. Mi mandíbula estaba tensa al igual que mis puños cerrados, listos para darle un golpe a cualquiera.

── No entiendes, Viserys. Mataron a una criada y Jaehaera ha sido atacada ── Susurré entre dientes. El levantó una ceja e hizo un gesto de comprensión con sus labios.

── ¿No te querías librar de Jaehaera? ── Pregunto con una expresión tranquila y una mueca burlona en sus labios. Sentí como mi sangre hirvió momentáneamente.

── Eso no tiene nada que ver ── Rechiné los dientes parando en seco. El me miró con curiosidad, subí la mirada y lo ví a los ojos por unos segundos ── Es una negligencia por parte de la guardia y ella es una reina que debería estar protegida las 24 horas.

Él soltó una risita asintiendo ── Claro que sí, hermano. Ella tiene que ser protegida, ¿por qué no la proteges tú?

── No me faltes el respeto, Viserys. Soy tu hermano y tu rey. Jaehaera es mi mujer y tu reina ── Volví a mi expresión estoica cuando retome el paso, el asintió sarcásticamente sin saber que más decir. Cruzamos hacia el patio, donde se encontraban tres dragones volando por los cielos.

Uno plateado, uno verde y uno negro como la noche. Silverwing, Shrykos y Morghul volaban por los cielos junto a sus jinetes. Una situación rara de ver debido al reciente suceso, el cabello recogido de Jaehaera brillaba con el sol. Unas trenzas al estilo Targaryen adornaban su cabello, mientras que su nariz estaba envuelta con algunas vendas de nuevo, su ropa con carcasa verde oscuro que solo se diferenciaba del color de su dragón por el sol.

Parecían apenas llegar, la reina veía con una mirada regañona a Visenya que sonreía nerviosamente, no alejaron demasiado lejos como para que no los viéramos, pero si lo suficiente para que ellos no nos vieran a nosotros. Stormcloud y Seasmoke aparecieron como una bala en el cielo aterrizando tan pronto como salieron, no muy lejos de los otros dragones. Ellos estaban patrullando la zona.

Camine tranquilamente con Viserys a mi lado, que se veía algo entusiasmado por ver a su dragón. Jaehaerys se encontraba con las manos en la espalda mientras sorteaba su mirada entre su gemela y mi hermana.

── Te dije que no nos siguieras, es peligroso ── Hablo con una voz severa, Jaehaera. Mientras que más nos acercabamos más se podía apreciar su cabello recogido en una trenza que era conformada por otra. Raro ya que siempre solía peinarse como una Hightower, una verde. Lo que ella se considera.

── Tú estás lastimada, Hera. Mírate el ojo, por los Dioses ── Dijo mi hermana casi haciendo un berrinche en el piso. Sus brazos se cruzaron como los de una niña pequeña.

── Igualmente, tengo que ver donde está Syrax y Aekar. Jaehaerys me acompaña, el me cuidará ── Ella volteo a ver a su hermano. Nuestras miradas se toparon. Su expresión se tornó sería mientras nos acercabamos.

── Ella tiene razón, Visenya. No puedes salir a buscar a Syrax, es peligroso ── Me impuse al lado de Jaehaerys y Viserys observo la situcion con una sonrisa.

── La pequeña dragona ya quiere salir a luchar ── Su tono era burlón, la menor saco la lengua. Todos la mirábamos con desaprobación, excepto el príncipe rebelde que se encontraba a mi lado.

── No voy a pelear y solo voy a acompañarla, está lastimada ── Señaló con su mano a la reina que acarició sus cienes con estrés.

── No te puedes poner en riesgo ── Dijimos al mismo tiempo, Jaehaera y yo. Ella me miró efusivamente antes de acercarse a Visenya y acariciar su hombro.

── No me tardaré mucho, solo...

── Prométeme que si lo encuentras le harás "Dracarys" ── Interrumpió a la monarca, ella volteo sus ojos cansada.

── Yo la acompañaré, Visenya ── Respondí antes de que ella pudiera decir algo. Todos me miraron sorprendidos ── Stormcloud es el segundo más grande, así que iré con ella. No habrá Dracarys.

Ella solto un suspiro resignado ── No, yo quiero...

── Yo iré, Visenya ── Hablé firmemente. Ella apretó sus labios y asintió. Sin decir una palabra más, camino hasta Silverwing y acaricio su lomo diciendo unas dulces palabras en alto valirio. La dragona soltó un resoplido que parecía decepcionado, antes de despegar hacia los cielos.

── Me iré, pero después no digan que no me ofrecí

── Está bien, Senya... Gracias ── Susurró Jaehaera tratando de callarla. Visenya tapo su boca y nego decepcionada, soltando falso llanto. Viserys rio y la siguió. Sin antes cambiar miradas con Jaehaerys, que siempre lo miraba indiferentemente.

Ella miró a Jaehaerys que negó con la cabeza ── Como tú irás con Aegon, yo me iré. Shrykos está cansado ── El dragón, como si lo entendiera, voló. El asintió y le sonrió a su hermana mientras se iba.

Ella lo fulminó con la mirada sin querer mirarme a mi aún. Me puse a su lado y la miré con curiosidad ── Casi te mata, ese bastardo. ¿Aún lo seguirás defendiendo?

Ella relamió sus labios y subió la mirada, nuestros ojos violetas chocaron como dos amatistas ── Solo tenía sentido común, no seguía mi odio, como tú ── Dijo cruzando de brazos.

Levanté mi ceja ── ¿Tenías sentido común? Pues ese sentido tuyo casi te mata.

── Aekar no me mató, solo me persiguió. Escapó porque creía que alguien lo delataría, no porque fuera yo la que estaba escapando.

── ¿Crees que no te hubiera matado? ¿Que habría tenido piedad hacia ti?

Ella se quedó callada sin saber que decir, relajó sus brazos y los dejo caer a cada lado. Su mirada se posó en algo detrás de mi hombro, me voltee ligeramente viendo el carruaje donde se bajaba Cregan Stark con su hija y mujer, Alysanne Blackwood. Apreté mis labios y volví mi mirada hacia ella. Desde la lejanía, claramente él nos distinguió

Se despabiló y volteo hacia Morghul. Mi mano se posó en su espalda baja, ella ladeó su cabeza sorprendida ── ¿Estás bien? ── Pregunté, casi escupí las palabras. Ni siquiera sabía porque le preguntaba esto, ella frunció las cejas pero no apartó mi mano.

── Estoy bien. ¿A qué viene la pregunta, Aegon? ── Moví la cabeza señalando los dragones que resoplaban. ── ¿Acaso te importa?

── No ── Susurré, ella volteo sus ojos y se apartó cuidadosamente de mi para caminar a su dragón, sin voltearse de nuevo.

Apreté mis labios en una sonrisa burlona hacia ella, algo que no hacía mucho. Voltee ligeramente encontrando la mirada del Lord, el me miró y asintió. Yo lo mire serio e hice lo mismo antes de caminar hasta Stormcloud.

El me miró con entusiasmo ── Hace semanas no lo montas ── Murmuró la peliblanca ya en el lomo de su dragona.

── Simplemente no he encontrado la situación, yo si estoy ocupado, mi reina ── Ella hizo una sonrisa burlándose. Antes de despegar, yo apreté los labios y me subí en mi dragón. Despegando después de ella.

El cielo nublado cubría a la cabeza de la familia Targaryen, los que estaban tan juntos pero tan separados a la vez.





















He actualizado gente, lamento decepcionarlos pero no hay un segundo cap. No me tarde tanto, dije que había una posibilidad. El lunes empiezo clases yei (me quiero matar).

Ayúdenme a buscar un actor para que intérprete a Maelor, AYUDENME

Ojalá les guste, comenten y voten. Los quiero mucho.

── CAMÍ 🖤

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