
21🔻
El final del día. La mente de Hermione lo coreaba como un mantra. Todo lo que tenía que hacer era seguir siendo su chica buena y Hermione era siempre la mejor estudiante. Podía ser su chica buena. Y más. Si el tiempo se acelerara sólo por esta vez.
La mano en su garganta la sorprendió. Hubo un breve momento de miedo que Hermione sintió como calculado. Pero pronto se concentró en si podía o no manejar la polla de él. "Sí Daddy, creo que podría. Haría cualquier cosa para que estuvieras orgulloso", respondió. Hermione le sonrió dulcemente, escuchando pacientemente. Se daba cuenta de que esto le estaba afectando. El poder. Su desnudez. Todo.
Cambiándose del traje conservador que puso en el montón de "sí", Hermione se acarició las tetas. Admirando su erección y relamiéndose los labios. "¿Te gustaría que tu niña envolviera sus pechos alrededor de tu eje mientras te los follas?" Preguntó con una sonrisa perversa.
Severus la observó desnudarse, con la mirada llena de lujuria y deseo. Su invitación a que le follara las tetas era casi demasiado para él. Al principio le sorprendió su entusiasmo, pero luego se dio cuenta de lo mucho que le gustaba que ella tomara la iniciativa. Un gruñido bajo salió de él al ver lo pervertidas que eran sus palabras. La sonrisa perversa que le dedicó fue tan sucia y traviesa que le encantó. Estuvo a punto de besar sus labios necesitados y ordenarle que le follara. "Esa es una muy buena idea, pequeña. Estás en camino de pasar el día como la niña buena". Se abrió los pantalones y su polla se puso a tono. Estaba muy duro para ella. Su polla palpitaba por la necesidad de que ella le diera placer. "Mira lo duro que está Daddy para ti".
"Pruébate uno de los trajes más escasos y luego ponte de rodillas y sirve a Daddy como la buena niña que eres". Se moría de ganas de meter su polla entre esos pequeños y alegres pechos de ella. "Follar tus tetas te servirá de práctica para esta noche, cuando bombee en tu apretado coñito. Eso es, si te mantienes así de bien". Haciendo que se pusiera uno de los escasos conjuntos que había elegido, no pudo evitar mostrar una sonrisa en sus labios. "Ahora, posa un poco para mí antes de arrodillarte frente a mí y complacer mi polla". Severus estaba muy excitado. Ella había agrietado por sí sola sus paredes y había revelado su lujuria interior y primaria. "Tienes que provocarme un poco antes. Necesito estar cerca del borde cuando me folle tus tetas porque no podemos hacerlo por mucho tiempo. El sonido atraerá la atención".
Hermione se alegró de que aprobara su idea. Había leído sobre ello una vez con Ginny después de robar el ejemplar de la revista Playwizard de la gemela. Esta parecía una ocasión propicia para probarlo. Sobre todo porque Severus estaba durísimo. Podía ver cómo palpitaba y se le hacía la boca agua. Su cuerpo se estremeció por un segundo y sonrió, seleccionando el conjunto de aspecto escolar ya que se ataba en la parte delantera. Fácil acceso.
"Me alegro de que apruebes a Daddy", dijo Hermione mientras buscaba una pose. Y continuó este ciclo de poses. Algunas inocentes, otras no. Sus ojos de miel se fijaron en el hombre mayor frente a ella. Desesperada por complacerlo y seguir siendo su niña buena. Y seguiría posando hasta que Severus dijera lo contrario. Su última pose fue una de las más lascivas. Sus piernas abiertas, una mano frotando su coño cubierto de tela. "¿Te gusta esta? ¿Estás listo para meter tu polla entre mis pechos?" Hermione ronroneó sin dejar de frotar.
"Este conjunto también va al montón de los síes". La miraba con el ajustado traje de colegiala. Su polla se estremecía al verla hacer poses cada vez más lascivas. Deseó tener una cámara para capturar este momento increíblemente sexy. Sus dedos rodearon su circunferencia, acariciando lentamente la punta de su polla. "Lo estás haciendo bien. Esto está haciendo muy feliz a Daddy". Ella acarició su pose final, separando sus piernas para que él viera la pequeña humedad en sus bragas. "Mira eso, ya has mojado las bragas de aquí. Ahora sí que hay que comprar ese conjunto". Se burló, sonriendo para sí mismo ante la sexy visión. "Me gusta mucho esa pose. Me gusta cuando mi niña juega consigo misma".
Soltando su polla palpitante, se acercó a ella y la ayudó a levantarse. "Es hora de que papá te folle las tetas. Hacerte mía". Acercándola a él, su mano rozó lentamente su pecho cubierto de tela. "No puedo esperar más. Arrodíllate como la buena chica que eres. Papá necesita tus tetas". Sintió la necesidad de besarla, pero gruñó en su lugar, desgarrado por la discusión que se desarrollaba en su cabeza. Se conformó con besar su mejilla, con sus labios posados en su suave piel. "Daddy está tan caliente", le susurró al oído. "Soy tan adicto a ti. Te deseo. Siempre".
Hermione se sonrojó. Su lujuria nublaba mucho sus pensamientos. Ni siquiera había pensado en el hecho de que aún no habían comprado la ropa. Eso sólo demostraba lo mucho que ese mago oscuro la dominaba. No era propio de Hermione quedar tan atrapada. Y sin embargo, ahí estaba, arrodillada ante Severus Snape. Con los ojos muy abiertos y llenos de lujuria y excitación.
Ese beso en su mejilla había sido suficiente para sellar el trato. Ella era suya. Se podría decir que Hermione se entregó a él en el momento en que accedió a su pequeña pregunta sobre su consolador. Se había puesto en manos de ese mago y pronto él tendría todo lo demás. Era un pensamiento embriagador.
¿Siempre? Una promesa tan permanente. Supuso que su intención era excitarla, y así fue. Pero también hizo que Hermione se enamorara aún más de su antiguo profesor. "Yo también te deseo", respondió ella, desatando el nudo que mantenía sus tetas cautivas. Se agitaron una vez libres, los pezones rosados se endurecieron al instante. "Yo también soy adicta a ti. A complacerte. Quiero estar contigo, siempre". Dicho esto, esperó sus indicaciones ya que nunca había hecho esto, no quería estropearlo. "Utilízame como quieras. Dime qué hacer y obedeceré".
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