🎼 Canción Recomendada para este capítulo:
❝ Dandelions - Ruth B ❞

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Diciembre 2020
Fukushima, Japón.

En punto de las tres de la tarde tal y como lo habían acordado Sakura, la madre de ChaeYoung, llegó en compañía de su cuñado a la habitación de su abuelo.

La pelinegra se puso de pie para recibirlos e indicarles que SeokJin se encontraba dormido, la enfermera nuevamente le había administrado los medicamentos y por consecuencia el anciano caía en un profundo sueño.

ChaeYoung quiso quedarse unos minutos mas para ponerse al tanto con su tío, quería saber con lujo de detalle como es vivir en Estados Unidos, pero tenía que presentar el exámen sorpresa en menos de una hora por lo que apresurada tomó su mochila y salió rumbo a su universidad, despidiéndose de ambos en el proceso.

Por suerte el hospital quedaba a veinte minutos caminando, así que a paso rápido y luchando contra la ligera tormenta de nieve se dirigió al edificio hache de la universidad. Llegó al campus con cinco minutos de antelación, honestamente no temía llegar tarde pues el profesor Tanaka siempre ha sido muy tolerante con ella, aun así, no quiso aprovecharse de ese pequeño privilegio y caminó un poco mas rápido hacia el salón correspondiente.

¡Chae! ─Escuchó a lo lejos antes de entrar al salón de clase.

Una chica de cabello rojizo y ojos grandes corría por el pasillo hacía donde se encontraba, un tanto agitada se detuvo frente a ella y tomó un poco de aire antes de sacar una libreta de su mochila.

─JiHyo Buenas tardes. ─Expresó ChaeYoung a modo de saludo.

─Buenas tardes, que bueno que te encuentro. ─Mencionó la pelirroja para después sacar de la libreta un sobre que le entregó a ChaeYoung.

ChaeYoung la observó confundida después de recibirlo.

─El remitente me pidió que te lo entregará y que por favor respondas su pregunta. ─Le dijo la joven, para después despedirse e irse de ahí.

La pelinegra tan solo al leer el nombre del remitente se sintió molesta no esperaba que, ese bruto, después de tanto tiempo volviera a buscarla, prefirió no darle importancia y guardo el sobre hecho bola en el bolsillo de su abrigo, después lo tiraría por ahí, por ahora debía enfocarse en lo que debía enfrentar dentro de aquel salón de clase.

Una hora y media mas tarde salió del aula con el cerebro hecho trizas, álgebra avanzada es una de las clases obligatorias y tenía que aprobarla para obtener el título universitario, pero el profesor Tanaka exageraba con los ejercicios que colocaba en los exámenes. Totalmente convencida de haber dado su mejor esfuerzo decidió volver al hospital, quizá su madre y su tío seguían ahí con el abuelo.

La ligera tormenta de nieve cesó dejando a su paso una hermosa capa de nieve blanca y brillante sobre el asfalto de las Calles; ChaeYoung mientras caminaba de regreso al hospital llevaba puestos los audífonos disfrutando de la Playlist reciente en Spotify cuando de repente una llamada entrante interrumpió su canción favorita.

─Si diga... ─Respondió un tanto molesta, Cry for Me se detuvo en el coro y eso era imperdonable.

─¿ChaeYoung? ─Pronunció una voz masculina. ─Soy SeongWha llamo porque acabo de llegar a la estación...

─¿A la estación, qué estación? ─Preguntó totalmente desconcertada.

─A la estación de tren que está a unos minutos de tu universidad. ─Explicó el muchacho tranquilamente. ─¿Acaso lo olvidaste?

Al parecer, ChaeYoung si había olvidado que se encontraría con aquel joven en ese lugar.

─¡Discúlpame! ─Expreso avergonzada. ─Me olvide por completo que hoy nos encontraríamos ahí, dame unos minutos estoy cerca...

─Tranquila, mejor quédate donde estás puedo verte desde aquí arriba, llegaré pronto... ─La llamada finalizó abruptamente.

ChaeYoung, sin entender que estaba ocurriendo se quedó quieta observando la pantalla de su celular y después alzó la mirada, por instinto, buscando algún indicio del muchacho, era ilógico que alguien pudiese estar levitando por el cielo y observarla desde ahí, pero fue hasta que la chica centro su mirada en el puente peatonal a unos metros de donde estaba que entendió todo y su loca idea quedó en el olvido.

Los nervios de encontrarse con alguien que tan solo conoce por internet comenzaron a invadirla, ya conocía el rostro de SeongWha, por una foto de niño que él envío hace poco, así que sería fácil identificarlo. Lo que no sabía es que es un joven alto y muy apuesto, con el cabello de color azul, piercings en la ceja, en el labio y en la nariz, y que luce con orgullo un look de fuckboy que seguramente te dejaría en terapia, el cual estaba justo ahora frente a ella sonriendo ampliamente.

─¿Estás bien? ─Preguntó el joven justo después de llegar a donde la pelinegra se encontraba. ─Parece que viste un fantasma...

─Yo, yo, yo ...─Tartamudeo la pobre.

─Descuida, causo sensaciones en la gente muy difíciles de comprender. ─Mencionó el chico esperando que ChaeYoung reaccionará ante lo que acababa de decir.

Difícilmente el cerebro de la pelinegra lograría identificar aquel diálogo de su película favorita, debido al gran impacto que acaba de presenciar. Jeon SeongWha es lo que le sigue de apuesto, su ex novio no podría compararse con tales rasgos y gran estilo.

El muchacho un poco preocupado la tomó por las manos y la sacó del flujo de gente que caminaba por la acera llevándola consigo a la entrada de una tienda de pasteles, quizá el olor de dicho lugar lograría que entrara en razón, y el peli azul tenía razón, pues ChaeYoung reaccionó con una gran sonrisa al ver el pastel de fresas y crema batida exhibido en el aparador.

Ambos jóvenes, después de comprar el pequeño pastel y un par de bebidas calientes se sentaron a hablar en una de las mesas del local.

─Siento mucho haber olvidado que nos veríamos hoy. ─Se disculpó la pelinegra antes de darle un sorbo a su bebida.

─Tranquila con todo lo que estás viviendo debes tener cosas mas importantes en las que pensar. ─Respondió SeongWha otorgándole una gran sonrisa nuevamente.

─Esto también es importante, ¡Tú eres importante! ─El contrario se sonrojó ligeramente tras escucharla. ─Estoy segura que cuando mi abuelo te conozca llorará de alegría. ─Aseguró después de meterse a la boca un bocado de pastel.

─¿En serio lo crees? ─Preguntó el peli azul.

─¡Claro! ─Afirmó. ─Tu abuelo fue una persona muy importante para mí abuelo...

─En realidad fue mi Tío Abuelo ─Interrumpió SeongWha.

─¿Qué?

─Lo mismo dije yo después de leer la carta que encontré...

─Espera, ¿La leíste sin mí? ─Inquirió ChaeYoung con ganas de golpear el brazo del muchacho.

─Lo siento, es que encontré tres cartas en el baúl de mi abuelo y tuve que leerlas para saber que decía cada una, una de ellas era para tu abuelo de mi abuelo, otra de mi abuelo para mi tío abuelo y la última de mi tío abuelo para tu abuelo...

ChaeYoung suspiró desanimada, ella deseaba con toda el alma leer la carta que el señor Jeon JungKook mencionó en su último mensaje al abuelo en compañía de las personas importantes en esta circunstancia.

SeongWha sacó de su mochila las tres cartas que había mencionado colocándolas frente a ella, esperando fervientemente que la pelinegra quitará esa cara de tristeza y se animará al verlas.

Efectivamente en el rostro de la chica se dibujó una amplia sonrisa tras ver los sobres, teñidos con un color amarillento y café, dudó al tomarlos pues lucían tan delicados que temía estropearlos o desbaratarlos con sus dedos, así que mejor los dejó en la mesa admirándolos.

─¿Y si mejor les tomas una foto? ─Le dijo el peli azul con sorna.

─Tienes razón, debo atesorar el momento. ─Respondió sin darse cuenta de la burla.

Con prisa sacó del bolsillo de su abrigo su teléfono móvil, sin darse cuenta que la bola de papel que guardaba ahí cayó al suelo, SeongWha se percató de ello y tomó el papel estirándolo para ver su forma original, quizá era algo importante.

ChaeYoung en ningún momento se percató del cambio de humor del muchacho por estar tomando fotos hasta que le dió un trago a su bebida y vio el sobre arrugado a un lado de la taza.

─Creí que ya no hablaban. ─Mencionó el joven tajantemente cuando ChaeYoung posó su mirada en él.

─ Ya no lo hacemos. ─Susurró. ─Desde que me dejó por su mejor amiga no he vuelto a hablar con él.

─¿Y esto? ─Señaló la carta arrugada.

─Hoy me lo entregó una de sus amigas antes de entrar a clase, créeme Seong ya no tengo interés alguno en él...

La situación se tornó bastante complicada para ambos, en si, su relación aún no está del todo definida así que SeongWha se sintió apenado por como le había hablado, ni siquiera eran una pareja y sus celos ya estaban controlándolo.

ChaeYoung le ha mencionado un sin fin de veces que no tiene interés alguno en una nueva relación amorosa después de su noviazgo tormentoso con HyunJin. El muchacho fue testigo del dolor que le causó la ruptura y estuvo brindándole apoyo a través de la distancia, respetando en todo momento su decisión, pero a medida que iba conociéndola fuertes sentimientos de protección, admiración y cariño surgieron inevitablemente.

Ninguno de los dos mencionó palabra alguna durante un par de minutos, ambos se limitaron a terminar sus alimentos sin si quiera dirigirse la mirada.

ChaeYoung estaba inquieta no quería que aquella ocasión en la que SeongWha la regañó y dejo de hablarle, por días, solo por insinuar que debía solucionar las cosas con HyunJin se volviese a repetir, por lo que tomó la carta que le entrego JiHyo y comenzó a romperla en pedacitos.

─Lo que sea que me haya dicho ese imbécil en esta carta no me interesa, no quiero que tú y yo dejemos de hablar otra vez a causa de él. ─Aseguró tomando la mano del peli azul entre las suyas. ─Tú eres muy importante para mí y quiero que las cosas se den sin que nadie nos afecte, ni mi ex novio, ni tu ex novia, ni mi miedo a enamorarme y sobre todo la distancia que nos separa...

─Chae...

─Shhh no me interrumpas esto importante, trato de decirte que me gustas y no se ni cómo explicarlo, eres un hombre bastante complicado y algunas veces demasiado terco, obstinado y vanidoso, pero me gustas y me gustas mucho, nunca imaginé que fueras tan guapo en persona siento que no eres real y que en cualquier momento podrías perder el interés en mí...

SeongWha tan solo contuvo sus ganas de reír ante el vomitó verbal de ChaeYoung causado por su nerviosismo y ansiedad que la mejor forma que encontró para hacerla callar fue colocando sus labios contra los de ella, otorgándole un tierno beso que la hizo reaccionar.

─Algunas veces eres tan parlanchina e insoportable, insegura, berrinchuda, infantil y bastante complicada, pero me gustas mucho y no quiero que terminemos sin antes comenzar...

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Abril 1944
Kyoto, Japón.

Han pasado siete meses, exactamente, desde el reclutamiento de SeokJin; después de aquella fiesta de despedida partió de casa para llegar a la base de la Armada Imperial en Kyoto, donde al llegar le fueron asignadas, inmediatamente, sus obligaciones.

SeokJin, como todos los jóvenes enlistados, creyó que su única tarea sería laborar en los campos de agricultura y en los talleres de manufactura textil, pero no fue así el Ejército Imperial necesitaba refuerzos para las batallas contra Estados Unidos, por lo que cada uno de los pelotones provenientes de JoSeon serían sometidos al entrenamiento necesario para los próximos enfrentamientos.

Primeramente, tuvo que cumplir un entrenamiento físico de tres meses el cual concluyó con éxito y sin complicación alguna debido a la buena condición física que mantenía. Después cumplió con el entrenamiento balístico de dos meses, con dicho entrenamiento SeokJin adquirió los conocimientos necesarios sobre el uso y mantenimiento de cada una de las armas. Por último, concluyó con el entrenamiento básico de primeros auxilios y ahora que ya había terminado con la formación militar básica se encontraba en la habitación que se le asignó dentro de la base esperando nuevas órdenes.

Posiblemente sería enviado al frente en Filipinas para seguir con la formación militar en campo y tomar una especialización, ya sea en la fuerza naval o en la fuerza aérea.

SeokJin no tenía ninguna intención de seguir aprendiendo técnicas para deshacerse de los humanos, en lugar de ello deseaba fervientemente estar en casa trabajando tranquilamente en el taller de costura junto a su madre y esperar el atardecer para escaparse con su mejor amigo.

Estaba frustrado y sobretodo agobiado por todo lo que le deparará el futuro, no quería salir de ahí, el hacerlo conlleva convertirse en una máquina asesina, vacía y sin emociones, temía en no volver a ser el mismo aquel chico dulce y atento.

─¡Soldado Takeuchi! ─Pronunció con fuerza un hombre de mediana edad, después de entrar en la habitación donde SeokJin se encontraba.

─¡Si mi sargento! ─Expresó el castaño, colocándose con firmeza frente al hombre.

─Tome sus cosas partirá en breve hacia la base Naval, allá recibirá nuevas órdenes...

─¡Entendido mi Sargento! ─Interrumpió el joven.

El hombre comprendió la desfachatez del muchacho tras ver el nerviosismo reflejado en los movimientos involuntarios de sus rodillas y el movimiento de su mandíbula, por lo que después de asentir con la cabeza se dio media y salió de ahí dejando solo a SeokJin.

Shota Takeuchi era el nombre con el que SeokJin se identificaba dentro de la Armada Imperial, esto debido a la ley que lo japoneses impusieron dos años después de su llegada a JoSeon, aquella ley decreto que todo ciudadano residente en JoSeon debía cambiar su identidad con la apropiación de un apellido y nombre japonés para evitar problemas con las autoridades.

SeokJin se tomó unos minutos para empacar sus objetos de aseo personal y unas cuantas cartas que le enviaría a su familia en la pequeña mochila que le otorgó el Ejército Imperial, al terminar, salió rumbo al patio donde los pelotones asignados a la transferencia tomarían el crucero hacía la base naval.

El ambiente en las filas de formación era silencioso, casi desolado, muchos rostros a lo largo de las filas reflejaban cansancio, unos pocos reflejaban temor y otros reflejaban desesperanza, en cambio el rostro de SeokJin reflejaba impaciencia, nunca ha sido una persona paciente y el simple hecho de estar ahí parado sin hacer nada lo estaba volviendo loco.

El deseo de sentarse en el suelo cruzó por su mente un instante, sin duda una idea rebelde que le costaría probablemente un día de castigo así que la idea de hacerlo la desechó rápidamente. Observando el suelo sin fijar la mirada en algo en concreto, rio para si mismo al imaginar que hubiese hecho NamJoon en ese momento, quizá estaría tumbado en el piso mirando las nubes o tomando una siesta.

─¡Cabo Nakamura, levántese ahora mismo! ─Se escuchó a lo lejos, sacando de su ensoñación a SeokJin.

Al parecer en el pelotón contiguo había una pequeña revuelta, la cual era imposible observar desde donde se encontraba.

Aquel pelotón portaba un uniforme diferente al suyo, el color de la tela era mas obscuro, portaban botas de color marrón y una gorra con revestimiento de lana con googles encima de ella; claramente pertenecían a la fuerza Aérea Imperial, probablemente serían enviados en conjunto al frente naval.

Los gritos de corrección eran cada vez más fuertes, en consecuencia a ello un pequeño grupo de soldados escoltó fuera de filas al alborotador. Jin no quiso darle importancia pero en cuanto vió el rostro del hombre a quien escoltaban su corazón se desboco, en esos últimos meses creyó no volver a verlo en su vida nunca mas, sin embargo, estaba ahí frente a sus ojos con una sonrisa triunfante y gloriosa, a pesar de haber cometido un pequeño error que probablemente le costaría la vida por desafiar a sus superiores.

SeokJin luchó con fuerza contra su impulso de ir detrás de él, quería abrazarlo fuertemente, así como también quería golpearlo por haberlo abandonado, el muchacho era un manojo de emociones y sentimientos encontrados.

Debía decidir entre ir corriendo tras él o seguir ahí parado sin nada mas que hacer, así que dando un paso al costado para salir de la fila dio por dada su decisión.

─¡Sargento! ─Exclamó con fuerza, esperando que el mencionado volteara a verlo.

Aquel hombre de mediana edad, acató su llamado preguntando que es lo que sucedía.

Jin inteligentemente argumento que había olvidado su identificación militar en la habitación que le correspondía dentro de la base y pedía autorización para volver por ella.

─Lo que pide es inaceptable Soldado ─Respondió el hombre fríamente.

SeokJin no insistió mas, sabía de sobra que no podía ir en contra de ninguna orden, sin embargo, el hombre le indico que fuese rápido por ello y que no tardará más de cinco minutos, pues el barco zarparía pronto.

Sin dudar, el muchacho corrió rápidamente de vuelta a la base dirigiéndose directamente a la zona de castigo, donde esperaba con fuerza encontrarle. Al llegar notó que la zona estaba custodiada por un par de soldados, a quienes logró aludir fácilmente solo con mencionar que el Comandante Tanabe los estaba buscando, solo así pudo ver a través de las rejillas de la puerta a aquel hombre de ojos verdes y tez morena.

─¡Jeon NamJoon generando revueltas a donde quiera que va! ─Exclamó felizmente, conteniendo las lágrimas que amenazaban por derramarse.

El moreno al escuchar aquella inigualable voz se levantó del banquillo de aquel cuarto y se acercó a la puerta, observando con asombro el rostro empapado en lágrimas de SeokJin...

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Acabo de darme cuenta que narrar historias enlazadas no es fácil, por ello he demorado en actualizar este capitulo espero y te guste mucho.

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