˙·٠•●♥ Family ♥●•٠·˙
Tres días pasaban en nada, y así se sintió para Øverwrite, quién había olvidado la fecha exacta de su cumpleaños, tanto encierro lo había afectado y hacer que se olvidara de su propio cumpleaños. Para celebrar su regreso después de "estar en coma" sus amigos y los Dreemurs le harían una fiesta sorpresa de cumpleaños en un claro de el bosque perfectamente abierto. Esa misma mañana del 14 de Octubre, Asgore junto a Susie y Kris llevaron una larga mesa desde la casa de la familia real hasta dicho sitio a las 7 :00 a.m en punto. Mientras que por orden especial, la cafetería "La Vie en Rose" estaría preparando un pastel en forma de rosa muy especial con cupcakes de chocolate con ganash de chocolate blanco y con glaseado de frambuesa con decoraciones de notas
musicales y flores.
El dilema ahora era evitar que se arruinara la sorpresa. Conocían ahora el horario de visita del esqueleto a la ciudad, así que Chara y Asriel de 8:00 a.m hasta las 3:00 p.m lo mantendrían ocupado para evitar arruinar la sorpresa especial y luego Toriel se encargaría de él el resto del día hasta las 6:30 ¿Por qué a esa hora? El festejo iba a ser de noche y conseguir varias linternas de papel era el objetivo de Frisk, Alphys y Mettaton. Todos estaban dando su parte para que la celebración fuera inolvidable. Todos estaban listos, y Chara y Asriel empezaron con su parte de distraer a Øverwrite con entrenamiento. Asriel y Chara intentaban darle al esqueleto el cual esquivaba cada ataque, eran simples ataques con destreza pero aún así eran para practicar puntería, en fin. El de fragmentos le dio una patada en el pecho a la cabra menor haciéndolo caer, luego esquivó unos cuchillos lanzados por la peli castaño.
<<Son muy lentos, Dust los mataría en un santiamén.>>—se oyó la voz de la supuesta pesadilla resonar en la cabeza del esqueleto, mas este no lo dio mera importancia a aquello y siguió concentrado en su entrenamiento, fácil fue agarrarlos con sus tentáculos y amarrarlos con sus hilos en los árboles del patio trasero de la casa, la oji café reía a carcajadas porque estando en lo alto le traía cierta euforia y no podía dejar de reír, por otro lado el oji verde de Asriel intentaba apaciguar su miedo a las alturas. Al cabo de unos minutos bajó a ambos chicos del árbol, apenas los bajó la chica empezó a reírse mucho, al esqueleto le cayó una gotita tipo anime viéndola, lo mismo la cabra oji verde. Fueron adentro de la casa para tomar un poco de agua, Øverwrite se sentó en una silla en la isla en dónde estaba el lavaplatos. El de pupilas heterocromáticas parciales empezó a sentir una incomodidad extraña, y eso era a causa que solamente los hermanos Dreemur mayores estaban en la casa y no el resto. Terminó por tomarse su agua y lavó el vaso para luego ponerlo a secar.
Se fue a la sala y tomó un libro de la mini biblioteca que tenían en la sala de estar y empezó a leerlo, y en menos de cinco minutos había terminado dicho libro. Lo puso en su lugar y se levantó para salir de la casa, Chara rápidamente se puso en su camino y Asriel lo jalaba para sentarlo en el sofá, su confusión ahora era más grande al ver la actitud de sus amigos. Rodó sus pupilas suspirando mientras jugaba con sus falanges, agradeció a Toby Fox porqué Toriel llegase a casa, al verla no dudó en ir y abrazarla, la humana y la cabra menor estaban confundidos ¿Acaso su madre se había olvidado del horario para distraer al esqueleto? La cabra humanoide les hizo una seña con sus ojos para que se fueran a ayudar a los demás. Asriel avisó que Chara y él se iban a buscar a su padre dejando solos a Toriel y Øverwrite.
—¿Y qué quieres hacer mi niño? Lo que tú quieras.
—¡Quiero estar contigo mami Tori!—exclamó con emoción el esqueleto.
La cabra humanoide sonrió, tomó su bolso, agarró de la mano a Øverwrite y salieron de la casa ¿A dónde irían ellos?
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Se encontraban paseando por los barrios bajos de la ciudad, sitio donde las casas de hace seis años existían todavía, para los que no querían dejar su vida tranquila y serena se mudaban a ese sitio tan pacífico para rememorar tiempos inolvidables, pasaban por varias casas viendo a algunos cosechar calabazas ya que en Octubre era la víspera de la calabaza, las que pronto se usarán para hacer linternas o pasteles, para sopas o otras cosas. Se podían ver a los niños jugar en la carretera de tierra que estaba en el medio de aquel pequeño barrio, el pequeño kiosco de la comunidad estaba abierta para servir a cualquier cliente que necesite los comestibles del día a día sin salir del barrio. El esqueleto veía la vencindad recordando cuando era más pequeño con nostalgia, en esos momentos se empezó a cuestionar; ¿Si hubiera visto el camino y no desviarse nada de lo que le pasó hubiera sucedido? ¿De que si no hubiera salido de casa no se hubiera encontrado con Susie?
Dejando todo eso de lado, llegaron a una casa colonial grande, la cabra humanoide mayor tocó la puerta tres veces y la puerta fue abierta por una coneja de unos 28 años, usaba un vestido rojo y tacones negros, tenía manchas negras en sus orejas, saludó agitando levemente su mano e invitándolos a pasar adelante, había una sala grande al entrar , escuchaba la melodía de un violín, se acercó curioso al cuarto de dónde provenía tal sonido, para ver en una habitación a una joven liebre tocando una viola con destreza mientras que era observada por una liebre anciana, al terminar de tocar la coneja mayor se acercó y le empezó a corregir; la postura, la forma en que movía el arco del instrumento, las notas musicales en el pentagrama musical entre otros pequeños errores, la joven liebre asintió, se acercó al estuche dónde se guardaba su instrumento y lo guardó ahí, tomó su pentagrama del caballete y lo cerró guardandolo en su mochila, se despidió haciendo una reverencia.
Salió de la habitación para luego dirigirse a la salida, Toriel entró al mismo cuarto donde estaba la coneja anciana para luego invitar al esqueleto a entrar, la coneja de mayor edad se levantó y se acercó al esqueleto tomando sus mejillas con suavidad.
—¿Øverwrite?
—¿Señorita Cherry?—dijo con sus pupilas brillando, abrazó a la coneja con fuerza
La coneja mayor lo invitó a sentarse y empezaron a hablar animadamente junto con Toriel, ambas mujeres se sentían felices al tener al pequeño cerca, tenían cierta empatía y amor al pequeño; él al no tener alguna figura materna le había faltado aquel amor que ningún niño puede dejar pasar, y ellas estarían dispuestas a darle aquel afecto, Cherry se levantó y sacó algo de abajo de su cama , lo puso sobre la mencionada y lo abrió: era un hermoso violín negro con detalles blancos, venia con su propio arco y una cera para limpiar las cedras del arco, las cuerdas eran blancas y tenía grabado el nombre de Øverwrite en el reverso de la caja del violín. El esqueleto se sorprendió por ello, la liebre le indicó como sostenerlo. Era un sueño hecho realidad ¡Estaba aprendiendo a tocar el violín! Le agradecía a Dislove por ello, Cherry le enseñó a tocar la Escala de Do mayor después de indicarle cual cuerda era la correcta. Después de unos minutos Øverwrite tocaba el violín como todo un profesional dejando sus penas, sus dudas y sobretodo, sus miedos de lado dejando que la música lo envolviese es una bella estela de calma y armonía, hasta las voces de sus fragmentos en su cabeza estaban tan relajados escuchando aquello que dejaron sus discusiones para otra ocasión, mientras que la mujer cabra presenciaba aquel acto con una sonrisa pintada en su rostro.
<< Toca finamente el violín, escucha su dulce melodía, como una canción de cuna que aliviará todas tus penas.>>
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Las luces del alba que descendían del cielo hasta volverse una combinación de naranja y un violeta que luego pintaba el cielo de un azul oscuro, el esqueleto tenía el estuche con su violín dentro el cual se había vuelto un regalo para él y solo para él, la coneja de mayor edad le había mandado hacer aquel objeto con el detalle de dárselo en su cumpleaños, pero con la supuesta desgracia de que “él cayó en coma” nunca pudo darle el instrumento, pero ahora como era la víspera de su cumpleaños no solo le dio aquel obsequio sino también le enseñó a tocar las finas cuerdas del violín. Se hallaban recorriendo el camino a casa, pasar tiempo con la cabra humanoide femenina y la señora Cherry fue lo que más disfrutó en el día, hasta las voces de sus fragmentos se divirtieron de cierta forma. Pero no sabía que las sorpresas no habían terminado. Llegaron a la casa de los Dreemurs solo para poder tomar algo de agua, Øverwrite se asustó al ver que nadie estaba en casa. Le era extraño aquello, siempre estaban en casa casi las 6:00 p.m ni un minuto más, ni un minuto menos.
Toriel fue arriba, buscó algo en su habitación y bajó de inmediato, para luego salir con el esqueleto, lo guío directamente al bosque cosa que confundió al de pupilas heterocromáticas parciales, luego la cabra le puso una venda blanca en los ojos, lo tomó de la mano y lo guío tomándolo de la mano hacia un claro en el bosque, oía unas risitas alegres y unos “shiseos ” por todos lados, escuchó un conteo de tres hacía atrás, le quitaron la venda y ... “¡Sorpresa!” todos gritaron con emoción mientras que lanzaban confetis y globos por todos lados, Øverwrite se llevó sus manos tapando su boca, estaba sorprendido y también sentía sus lágrimas caer pero no eran lágrimas de tristeza, eran de alegría, una felicidad inexplicable invadió todo su ser llenandolo de dicha, recibió muchos abrazos y felicitaciones de sus amigos: Undyne, Mettaton, Alphys, Chara, Asriel, Astell, Asgore, Toriel, Demetra y Kriss. Con ellos eran más que suficiente, empezó a sonar su música favorita de electroswing, todos bailaban y tomaban malteadas de vainilla y comían los cupcakes que habían mandado hacer.
Llegó la hora de los regalos, todos se reunieron alrededor del esqueleto cumpleañero que estaba sentado en una silla decorada con rosas rosadas, rojas y blancas, Alphys le dio su regalo y era una grabadora de vídeo, le agradeció el gesto con alegría y un abrazo, Mettaton le dio un set de costura y de jardinería nuevo con muchas semillas de flores. Undyne le dio un regalo un tanto peculiar, le dio un libro titulado “Los Reyes Malditos: La Maldición de los Templarios" , ahora el esqueleto tenía una nueva excusa para poder quedarse hasta tarde leyendo, Demetra le dio algo que nadie esperó: Un beso, pero fue un beso en los labios pequeño, ya deben imaginarse la cara sonrojada de Øverwrite al recibir tal regalo, se escucharon unas carcajadas y unos "wow" de otros, Kris le dio un enorme zorro de felpa que el esqueleto no dejó de abrazar, el de pañoleta rosada estaba muy feliz por ello. De último momento llegó Susie con una caja entre sus manos, se la dio y se alejó un poco, abrió dicha caja cuyo contenido era un nuevo conjunto de ropa, un poco más llamativa pero tampoco resaltante, agradeció el gesto con una sonrisa.
Los Dreemur se acercaron, y Toriel sacó un objeto de su bolso, era una caja musical de madera con detalles de rosas marcadas en ella, tenía una abertura de una llave en forma de corazón, Astell le dio la llave a Øverwrite, emocionado el mencionado empezó a darle cuerda usando dicha llave, una hermosa melodía empezó a sonar, el esqueleto reconocía a la perfección aquella melodía ¡Era la canción que Toriel le enseñó! Aún recordaba cuando la conoció, cuando LOS conoció. Había sido aquel día una tarde de otoño, y él cuando tenía unos 4 años de curioso decidió explorar la pequeña aldea, fue una muy mala idea, ya que lo agarraron a piedrazos por ser una especie de “muerto en vida”, lo bueno fue que Chara, Asriel y Frisk lograron defenderlo y lo llevaron con Toriel y Asgore. La mujer cabra lo curó mientras tarareaba la misma canción de la caja musical.
—¿Øverwrite? ¿Por qué lloras?—preguntó la pequeña Astell.
—¿¡Alguien te lastimó!? ¿¡Quién fué!?—preguntó enojada Undyne.
Todas esas preguntas y más fueron calladas por un enorme abrazo, había estirado sus brazos para poder abrazarlos a todos, lloraba, lloraba de la dicha y felicidad. Se separaron del abrazo para encender las 12 velas del hermoso pastel en forma de rosa, las cuales estaban esparcidas de manera uniforme en el pastel, Asgore encendió las velas. Todos empezaron a entonar la canción del feliz cumpleaños mientras que no dejaba de sonreír y llorar de alegría. Cruzó sus falanges mientras cerraba las cuencas con fuerza pidiendo una sola cosa : <<Deseo que mi familia siempre esté conmigo...>> Al terminar de cantar, sopló y apagó todas las velas mientras que recibía muchas felicitaciones y besos en sus pómulos mientras que estos se pintaban de un rosado pastel.
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Kris abrió la puerta de su hogar cargando a un Øverwrite dormido entre sus brazos, mientras que Demetra llevaba todos los regalos que le dieron al esqueleto. Lo llevaron hasta llegar al cuarto del mismo, el peli castaño le puso su pijama y lo acostó en su cama arropandolo, le puso su peluche al lado, el cual lo abrazó sin pensarlo, ambos amigos sonrieron mientras ponían los otros regalos sobre el escritorio del esqueleto, y pusieron la cajita musical en la mesita de noche. Ambos amigos se despidieron mientras la/el mestizo salió por la ventana. El humano apagó la luz y salió del cuarto con una sonrisa. En la oscuridad salió la criatura conocida como Sorrow, se subió a la cama y se puso al lado del “pequeño”, sonrió levemente mientras se le salían algunas lágrimas. Ronroneó cerca del rostro del más jóven. Se acomodó y empezó a cantar de manera susurrada:
—Cumpleaños feliz~, te deseo a tí~ cumpleaños Øverwrite~... Cumpleaños feliz~... Y uno, dos y tres—se acurrucó y se puso las cobijas con el niño— ... Y el año que viene... Te volveré a ver.
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<<Entrada 10. Línea Temporal número 12>>
<<El afecto que el experimento recibe es excesivo, con el paso del tiempo sólo lo ablandará.>>
<<De todas formas sus vidas serán sacrificadas en nombre de la perfección.>>
¡Feliz cumpleaños a mí!
Aún no puedo creer que tengo 16 años gastando oxígeno y la salud de mi papá-
Pwro- él igual me ama uwu. En fin, pronto inicia el infierno llamado "clases", pero no sé preocupen, apenas termine con el siguiente capítulo, iré acumulando capítulos tanto de aquí como de "Game Over" y de "FEARS", además de que cuando termine con la historia de Fly. Empezaré con mis historias sanscest 7w7 bueno, sin más Bye.
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