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CAPITULO 5

[EL MÍTICO PISO 5]

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En el Gremio la hermosa semi-elfa de nombre Eina hablaba con su mejor amiga Misha acerca de el conejo.

- ¿Entonces como ha estado el aventurero a tu cargo? - Preguntó con una sonrisa - Se ve que te preocupas mucho por el.

- Es normal despues de todo soy su asesora - Dijo Eina continuando con su papeleo.

- Diría que tú preocupación va más allá de una relación de Asesor y aventurero - Dijo Misha picando la mejilla de Eina - Más bien parece de una hermana mayor.

- R-regresa al trabajo - Dijo Eina algo sonrojada - O te van a regañar denuevo.

- Bien pero retomaré la charla denuevo más tarde - Dijo con una sonrisa.

Misha regreso a su puesto de trabajo y continuo con sus tareas asignadas, en tan solo una semana el peliblanco se había ganado el afecto de la semi-elfa y Misha lo sabía.

Rose por otro lado se había enterado de que el peliblanco había resistido una semana de asesorías de Eina, había subestimado la voluntad de el chico, pero si tenía la capacidad de resistir la educación de Eina entonces el niño quizás solo quizás podía ser capas de sobrevivir en la mazmorra.

Eina siguió con su trabajo hasta que sintió un escalofrío recorrer su espalda, sentía que algo malo podría pasar e inmediatamente pensó en Bell pero trato de calmarse.

- No, es imposible le dije que solo estuviera en los primeros 3 pisos - Dijo intentando convencerse a sí misma - No creo que nada malo le pasé en los <pisos superficiales>.

Eina hablaba para si misma ,Misha se limito a mirarla con confusión pues Eina no hacía ni el mínimo esfuerzo por ocultar su clara preocupación.

Mientras Eina trataba de convencerse así misma de que el peliblanco no estaría en peligro, Bell exploraba el piso 3 en búsqueda de más monstruos.

- Vaya, hoy parece estar muy vacío - Dijo tras no encontrar más monstruos - Creo que debería ir más abajo.

Bell estaba satisfecho con el progreso que había obtenido tras estar explorando la mazmorra por una semana.

- Creo que puedo manejar el piso 4 sin ningún problema - Dijo convencido - Aparte si algo malo pasa tengo las pociones que me dió el Dios Miach.

Con eso en mente fue directamente al piso 4, pero para su sorpresa no había ningún monstruo, todo parecía estar vacío lo cual le daba una sensación extraña.

Siguió buscando monstruos por un buen rato más pero una vez cansado de no encontrar nada una tentadora idea recorrió su cabeza.

"Y si voy al piso 5", mientras más lo pensaba más ganas le daban de ir, "No debe de haber mucha diferencia en tan solo un piso" pensó con una mano en su barbilla "aparte ya estoy estudiando el piso 8 con Eina".

Una vez termino con ese hilo de pensamientos decidió embarcarse hacia el "mítico" piso 5, que para muchos no sería nada sorprendente pero marcaría a Bell de por vida.

[El piso 5 para Bell es como el callejón para Naruto XD]

Tras caminar un rato más llegó al piso 5 y nuevamente estaba completamente vacío, sin rastro de algún monstruo por lo que decidió seguir explorando.

A paso lento caminaba por los pasillos de el piso 5 en búsqueda de algún Monstruo para poder luchar contra él y seguir creciendo.

- Uhmm que extraño - Dijo pensativo - Por qué no habría monstruos en 3 pisos - Estaba confundido - Talvez debería regresar ...

Alzó su mirada y de el pasillo que tenía enfrente un monstruo se asomó, el no tendría problemas si fuera algún Kobold o goblin, incluso el senria que podría con un Warshadow.

Pero el monstruo que tenía enfrente no era ninguno que el hubiera enfrentado o estudiado antes, sus piernas comenzaron a temblar y sus instintos de supervivencia le gritaban que escapara de allí.

El Monstruo volteó y ambas miradas se encontraron, el monstruo golpeó la pared que tenía a un costado destruyendo una buena parte de la misma.

- ¿U-un M-minotauro...? - Su cuerpo se paralizó por el miedo y una sonrisa nerviosa apareció en su rostro - T-tiene que ser una b-broma...

- ¡Voooouuuuuhh! - El minotauro rugió con fuerza y comenzó a correr hacia Bell.

El, al ver eso salió de su transe para seguidamente comenzar a correr también, su corazón latía con fuerza ante el miedo y sus ganas de vivir.

El minotauro corría detrás de Bell acortando el espacio entre ambos poco a poco, Bell no quería ni mirar hacia atrás.

- ¡AYUDA! - Gritaba aferrándose a la esperanza de que alguien pudiera salvarlo - ¡Porfavor ayúdenme!

Las piernas de Bell comenzaba a arder de el cansancio por estar corriendo a toda velocidad, lo que no sabía era que el minotauro estaba jugando con él.

Se mantenía a una distancia algo corta para darle esperanza al pobre aventurero que tenía frente a el para cuando creyera que tenía una oportunidad destruirla unos instantes antes de matarlo.

Y para empeorar las cosas la suerte de Bell Cranel se había acabado pues el mismo cabó su propia tumba, pues de tanto correr sin pensar había llegado a un callejón sin salida.

- M-maldita sea - Dijo viendo la pared frente a el con nerviosismo - Porfavor no... - se giró lentamente.

Bell retrocedía poco a poco mientras el minotauro avanzaba lentamente, el corazón de el peliblanco casi salía de su caja torácica de tan fuerte que latía.

Su espalda choco con la pared que tenía detrás dándole a entender que ya no había lugar al cual correr.

Se le habían acabado las opciones solo le quedaba esperar la dolorosa y fría muerte hasta que su mano se movió a el mango de su confiable daga entregada por el gremio.

- N-no me rendiré - Descenfundo su daga - ¡y-yo te e-enfrentaré! - Dijo con su mano temblorosa

Corrió hacia el minotauro con su arma en mano e hizo un intento por acuchillarlo pero el minotauro solo hizo un leve movimiento con su brazo y golpeó el estómago de Bell, el peliblanco voló hasta chocar con la pared y soltó su daga.

- ¡¡¡Puagh!!! - Escupió saliva y cayó al suelo - Maldición... - Dijo mientras sostenía su estómago.

Miro su daga enfrente de el, ni siquiera se percató de cuando fue que la soltó e intentó tomarla para seguir luchando.

Pero antes de que su mano alcanzará el arma el minotauro la tomo antes, con tan solo dos de sus dedos, Bell abrió los ojos con terror.

El minotauro acercó su mano con la daga frente a Bell y hizo un poco de fuerza rompiendo la daga en miles de pedazos frente a el, para el minotauro era como un mondadientes rompiéndose.

- N-no... - Dijo mientras lágrimas de terror escurrían por sus mejillas - Ayuda... - Susurraba.

El ver romperse su daga le hacía entender de que ya no había nada por lo cual seguir luchando, despues de todo no tenía oportunidad alguna.

- ¡¡¡VOUUUUUHHHHHH!!! - Rugió con fuerza asustando aún más Bell quien se hizo bolita en el suelo.

"¡¡CARCK!!"

El minotauro golpeo la pared de la mazmorra con fuerza asustando aún más Bell, quien solo podía rezar a los Dioses por ayuda.

El miro nuevamente al monstruo frente a el, en los ojos de aquella bestia podía ver cómo se burlaba de él y su debilidad.

Bell apretó sus puños odiandose por ser tan débil, "lo lamento Eina, Naaza, Dios Miach, Borm" dijo perdiendo la esperanza "Parece que jamás podré pagarle Señor Sakurawa, me siento mal por hacer que la señorita Míriam gastará su favor en alguien como yo..." Ya se había resignado a su muerte.

- Pero sobretodo perdón abuelo... - Dijo con su cara llena de lágrimas - No pude ser un héroe ... - Se dijo así mismo.

El peliblanco cerro sus ojos aceptando su destino dolorosamente decepcionante, tanto esfuerzo en buscar una [Familia] para terminar así, siendo asesinado en un callejón por un monstruo.

"¡Slash!"

Sintió un líquido caliente caer ensima de él se giró para ver qué había pasado y vio al minotauro caer frente a él y después volverse cenizas.

Simplemente su cabeza no era capaz de entender que era lo que había pasado pues hasta donde sabía su muerte había llegado.

- ¿Te encuentras bien? - Bell miro de donde vino la hermosa voz.

Largos cabellos rubios, ojos dorados, piel blanca como la nieve y una figura que haría que varias Diosas se enojaran, ella le había ofrecido su mano para levantarlo.

- ¿Un héroe...? - Dijo al ver con detalle su rostro.

El apesar de haber leído muchas historias de héroes jamás en su vida había visto uno y la chica que tenía frente a el encajaba perfectamente en su descripción.

- ¿Sigues vivo? - Bell regreso al mundo real y se percató de que no había dejado de mirarla.

- ¡AHHHH! - Se levantó y se fue a toda velocidad de el lugar.

Bell paso por un lado de otro Aventurero que apenas había llegado, solo para ver cómo corría lleno de sangre.

- ¿Que diablos paso? - Dijo um hombre lobo que apenas había llegado.

- ... - La rubia lo dijo nada y siguió con su camino.

- No me vas a responder... - Ató los cabos sueltos por su cuenta - Espera no me digas que huyó de ti apesar de que lo salvaste?

La chica rubia simplemente giró su cabeza hacia otro lado indicando que el hombre bestia tenía razón.

- Jijijija - Rio a carcajadas - Parecía un tómate - Recupero la compostura - Debemos regresar con Finn.

La rubia no dijo nada, ella estaba ocupada pensando en la razón por la que Bell había escapado "¿Acaso lo asusté?", Pensaba en cosas como esa.

Mientras ellos regresaban con sus demás compañeros Bell corría hacia la salida de la mazmorra, estaba dispuesto a buscar información acerca de la persona que lo había salvado.

- Me gustaría ser como ella - Dijo Bell pensando en lo genial que se vio aquella chica rubia - Fue como si me hubiera salvado un héroe como en los cuentos.

Empapado de la sangre de minotauro Bell corría por la calles de Orario sin percatarse de que la sangre fresca salpicaba por sus movimientos.

Varios aventureros y comerciantes al verlo correr de esa manera tuvieron que aguantarse las ganas de reírse al ver a la patética y surreal escena que estaba pasando frente a ellos.

Eina ya había terminado con su papeleo y ahora debía estar en su puesto en la recepción, aunque aún estaba pensativa por aquel escalofrío.

- ¡EINA! - Grito el peliblanco al entrar al gremio - ¡Necesito preguntarte algo!

Eina volteo a ver la entrada al escuchar que Bell había llegado gritando su nombre y al verlo su corazón casi se sale de su pecho.

- Oh por los Dioses, ¡¿pero que te paso?! - Pregunto Eina asustada - No primero date una ducha, te veo en la sala 3.

Bell hizo caso y fue a las duchas que había en el gremio para limpiarse la sangre con la que estaba manchado.

Aunque una vez termino tubo que dejar su chaqueta pues estaba llena de sangre, despues de eso fue con Eina para contarle lo sucedido.

- ¿Bien me contarás que fue lo que pasó? - pregunto Eina preocupada.

- Está mañana cuando fui a la mazmorra noté una gran ausencia de monstruos en los primeros 3 pisos - Eina Asintió - Así que decidí bajar más para ver si encontraba Monstruos.

- ¿Fuiste al piso 4? - Pregunto Eina - No debes bajar tan deliberadamente puede ser peligroso...

- A decir verdad fui al piso 5 - Eina se sorprendió - Antes de que me des un sermón, en el piso 4 tampoco había monstruos.

- Está bien, pero eso que tiene que ver con qué llegues bañado de sangre? - Bell rasco su nuca.

- A eso voy, cómo no encontré monstruos pensé en regresar pero la suerte no estuvo de mi lado - Dijo Recordando aquella experiencia aterradora - Un minotauro me persiguió por todo el piso 5.

-¡¿QUE?! - Dijo con gran sorpresa - ¡¿Cómo que había un minotauro en el piso 5?!

- Yo tampoco lo comprendo - Dijo agachando la mirada - Pero la razón por la que estoy vivo es por qué un persona me rescató.

- ¿Me podrías decir quién es? - Pregunto intrigada - Necesito agradecerle.

- Tenía una piel blanca, cabello rubio, ojos dorados y una figura muy envidiable a la vez que una belleza deslumbrante - Dijo Bell recordando cómo fue rescatado por aquella dama - Ella fue la luz que me salvó en ese  momento tan oscuro...

- Hablas de la [Princesa de la espada] Aiz Wallenstain - Dijo comprendiendo al Descripción a la perfección - Ella es una miembro de nivel 5 de la [Familia Loki].

- Así que Aiz Wallenstain - Dijo pensando en la belleza de la chica - ¿me podrías decir si tiene a alguien especial...?

- Buenos ella a rechazado almenos a 1000 propuestas de amor - Bell se sorprendió - Así que puedo asegurarte que no tiene a nadie especial, pero ella está concentrada en volverse más fuerte.

- Volverse fuerte... - Dijo agachando la mirada.

- Si te vuelves realmente fuerte talvez llames su atención - Dijo intentando animarlo - A las chicas les gustan los hombres confiables.

- ¿Tu crees que pueda ser como ella...? - Eina se sorprendió por la pregunta.

- ¿Quieres ser como Aiz Wallenstain? - preguntó confundida.

- Ella actuó como un héroe cuando me salvó - Dijo recordando aquel momento - Ella representó lo que anhelo ser... Un héroe ... ¿tu crees que pueda ser un héroe?

- Sin duda - Dijo con una sonrisa - pero debes recordar que el camino de el héroe nunca es sencillo, debes esforzarte al máximo para cumplir con tu sueño - Bell se sorprendió y sonrió con felicidad - Muchas gracias Eina.

Bell se levantó y ambos salieron de la sala, el peliblanco corrió directamente a intercambiar lo poco que obtuvo de la mazmorra y lo guardo en su bolsa.

Antes de salir Bell se quedó en la entrada y dió un suspiro se giró para mirar a Eina quien la veía desde su puesto.

- ¡Eina te quiero! - Corrió de el lugar con felicidad.

Mientras Misha se acercó a una Eina totalmente sonrojada por lo que Bell había dicho y golpeó con su codo a la semi-elfa.

- No pierdes el tiempo - Dijo con una sonrisa burlona - Te deseo suerte.

- R-regresa al trabajo - Dijo aún con el sonrojo.

Mientras Bell corría a toda velocidad de regreso a la [Farmacia Azul], en el camino el peliblanco recordaba la belleza de la chica que lo había salvado.

"Incluso si no tengo una oportunidad de estar a su lado, me gustaría ser tan fuerte como ella y almenos luchar a su lado alguna vez" Bell pensaba con una sonrisa, había pasado demasiadas emociones en un solo día y quería relajarse un poco.

- ¡Estoy de regreso! - Dijo abriendo la puerta.

- Oh eres tú Bell - Dijo Naaza con una leve sonrisa - ¿Cómo estuvo tu día?

- Digamos que pasaron muchas cosas por hoy - Dijo recordando cómo estuvo al filo de la muerte - ¿Dónde está el Dios Miach?

- Está ordenando el inventario, llegaron está mañana el encargo de ingredientes - Dijo apuntando a la bodega - Podrías ir a ayudarlo, es muy terco y no me dejó ayudarlo.

- Está bien - Dijo corriendo a la bodega.

Al entrar vio a Miach ordenando los ingredientes que se utilizaban para la fabricación de las pociones.

- Al parecer volviste - Dijo mirando a Bell - ¿Qué tal te fue?

- Fue un día duro - Dijo rascando su mejilla - Pero trataré de no hacer que me afecte.

Bell estuvo ayudando a Miach durante almenos una hora hasta que terminaron de ordenar el lugar, al salir de la bodega vieron como un aventurero salía de la tienda.

- Gracias por su compra - Dijo Naaza inclinándose levemente - ¿Ya terminaron?

- Con la ayuda de Bell pude reducir mucho el tiempo - Dijo sonríendo - Iré a comprar algo para comer - Antes de salir se giró hacia Bell - Cuando vuelvas puedes contarme por qué tú día en la mazmorra fue "duro".

Bell Asintió mientras Miach se terminaba de ir hacia un puesto de comida rápida, el ingreso de la familia no podía costear una buena comida para los 3 así que tenían que comer algo ligero.

- Bien ya que se fue Miach - Naaza saco una hoja - Estos son los materiales que necesito - Se la entrego a Bell - No te preocupes no son difíciles de conseguir y podemos ahorrar algunos valis si los conseguis.

- Está bien - Dijo algo confundido - Pero ¿por qué me lo das a escondidas? - Naaza alzó un dedo.

- Por qué Miach no te encargará nada hasta que no seas nivel 2 - Dijo como si fuera lo más obvio de el mundo - Es demasiado amable.

- En el poco tiempo que eh tenido para conocerlo puedo decir que es algo que el Dios Miach haría - Dijo estando de acuerdo con Naaza - No te preocupes conseguiré los materiales.

Después de un rato Miach regreso con unos cuantos Jakamaru-kun para los 3, y se los entregó.

- No es lo mejor pero es el presupuesto que Naaza me deja usar - Dijo Miach sonríendo - Aunque aún no lo entiendo.

- ¿Por qué eres capaz de gastar mucho tan solo en una comida? - Cuando Miach estuvo apunto de negarlo Naaza continuo hablando - Y dirías algo como "es para que Bell cresca sano y fuerte" o "se lo merecen por esforzarse tanto" - Bell asentía con la cabeza.

- Está bien tu ganas - Dijo Miach sin una oportunidad de negar lo que había dicho Naaza - Cambiando de tema, ¿que fue lo que te pasó en la mazmorra Bell?

- ... - Un escalofrío recorría la espalda de Bell al recordar aquel momento - Note una gran ausencia de monstruos así que fui al piso 5 - Recordó el miedo que sintió en aquel momento - Y u-un minotauro apareció - Miach y Naaza se sorprendieron - Me persiguió por todo el piso 5 y me dió un buen golpe pero [La princesa de la Espada] me rescató - Sintió calma al recordar a Aiz salvarlo de nuevo - Justo cuando yo ya había perdido la esperanza llegó como una luz dorada para rescatarme.

- Vaya, que extraño los minotauro aparecen en los pisos intermedios - Dijo confundida - El Gremio ya debe estar investigando.

- ¿Le diste las gracias a [La princesa de la espada]? - pregunto Miach y Bell se sonrojo - ¿Qué ocurre?

- No le agradecí ,cuando me salvó quedé impactado por su belleza y me quede mirándola como un tonto - Bell rasco su mejilla sonrojado - No soporte la vergüenza y escape.

- pfff - Naaza aguantaba la risa lo mejor que podía - Jajajaja - pero no lo logro - Lo siento pero eres muy adorable - Coloco su mano en la cabeza de Bell.

- N-no te burles - Dijo Bell mirando el suelo - fue un momento mágico para mí.

- ¿Por qué? - pregunto Miach.

- Ella me mostró como se ve un héroe en realidad - Dijo recordando la genial que se vio Aiz al salvarlo - Y me gustaría ser tan fuerte como lo es ella.

Miach noto algo en la mirada de Bell y sonrió, los tres decidieron acabar de comer y una vez terminaron Naaza fue a tirar la basura.

- ¿Bell te aparece si actualizo tu estado? - El peliblanco Asintió - Bien tu sube yo buscaré la aguja.

Bell hizo caso y subió al segundo piso mientras Miach pensaba en la mirada que Bell había mostrado, una mirada que mostraba sus ganas de mejorar.

- Espero y sea lo que creo que es - Tomo la aguja - Bien, vayamos a ello.

Una vez en la habitación Bell se sentó en la silla y le dió la espalda a Miach (básicamente se sentó como Chabelo), Miach comenzó con la Actualización, la espalda de Bell brillo y palabras en texto sagrado aparecieron.

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ESTADO

NOMBRE: Bell Cranel

EDAD: 14

RAZA: Humano

FAMILIA: Miach

FUERZA: 94 I > 101 H

RESISTENCIA: 85 I > 92 I

AGILIDAD: 96 I > 116 H

DESTREZA: 72 I > 89 I

MAGIA: 0 I > 0 I

NIVEL: 1

<HÁBILIDADES>

LIARIS FREESE: Aumenta la velocidad del crecimiento ,mientras sus sentimientos perduren. La intensidad de los efectos está relacionada con la intensidad de los sentimientos. Como efecto secundario, lo hace inmune a los encantos.

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Miach miro sorprendido lo que le nueva hábilidad de Bell le permitía hacer, la capacidad de cumplir sus sueños.

- Increible - Dijo viendo la nueva hábilidad de Bell - ¿Que debería hacer ...?

- ¿Ocurre algo Dios Miach? - Pregunto Bell - Miach suspiro.

- No es nada de lo que tengas que preocuparte Bell - Dijo tomando una hoja para mostrarle su crecimiento a Bell.

A Miach no le agradaba la idea de esconderle esto a Bell, pero no podía arriesgar la integridad de su dependiente más reciente.

El mejor que nadie conocía el comportamiento de los Dioses y su se enteraban de la hábilidad de Bell arrasarían con la [Familia] solo para poder quedarse con el.

Se lo contaría a Naaza para que ella le ayudará a decidir que hacer con la nueva hábilidad de Bell pero por ahora la escondería.

- Listo ya terminé - Bell se puso su polo negro - ¿Quieres ver tu estado?

- Si - Tomo la hoja - ¡Mi agilidad subió mucho! - Dijo con una sonrisa - Debe ser por qué corrí mucho - Bell noto una especie de borrón en la hoja - ¿Qué es esto?

- Oh ,no le prestes atención es solo un error mío - Bell asintió - Iré a hablar con Naaza de algo importante.

- Está bien, yo me quedaré admirando mi estado un rato más - Dijo mirando la hoja con brillos en sus ojos - Cada vez más cerca.

Miach bajo del segundo piso y vio como Naaza terminaba de atender a otro cliente.

- ¿Ocurre algo Miach? - Dijo notando su preocupación - Tiene que ver con Bell,¿no?

- Si ,cuando actualize su estado obtuvo una nueva hábilidad - Naaza se sorprendió - Se llama [Liaris Freese], cristaliza sus emociones y aumenta su crecimiento.

- Una hábilidad muy interesante - Llevo su mano a la barbilla - Que Bell no se enteré.

- Descuida no le conté - Dijo comprendiendo lo que Naaza pensaba .

- El chico es demasiado inocente, si le dices sobre su hábilidad incluso si le pides que no le diga a nadie terminará contándole a un tercero - Miach asintió - Por ahora mantengamos esto en secreto por el bien de Bell.

Los dos habían acordado no contarle a Bell sobre su hábilidad, para evitar varios problemas, por otro lado Bell recordó que ya no tenía un arma, pero ya se encargaría de pedirle otra al Gremio.

Al día siguiente Bell se levantó a la misma hora de siempre y se puso en camino hacia la mazmorra.

Caminaba con una gran sonrisa en su rostro directamente hacia el gremio para poder obtener otra daga.

Hoy el día parecía estar más movido para Bell que de costumbre, pues había mucha gente caminando de un lado a otro, algunas veces extrañaba la calma que había en su pueblo.

Una mirada penetrante perforó su alma e hizo que Bell se diera la vuelta, buscando el origen de la misma pero nadie parecía estar realmente prestándole atención.

- Joven aventurero - Bell se giró y vio a una linda chica de cabellos plateados - Se le cayó esto - Le entregó una piedra mágica.

- Creí haberlas intercambiado todas ayer - Dijo tomando la piedra mágica - Muchas gracias.

"Grrrrrr"

Bell se sonrojo y la joven dama se rió al presenciar tal escena ante ella, Bell se maldecia por dentro al haber quedado en ridículo por su propio estómago.

- Espera aquí un segundo - La chica entro al local de enfrente.

- ¿Eh? - No entendió lo que estaba ocurriendo.

Tras unos cuantos minutos la chica regreso con una caja de almuerzo y Bell se sorprendió, no esperaba que la chica le trajera su almuerzo.

- Ten, es para tí - Dijo entregándole el almuerzo - No debes ir a la Mazmorra con el estómago vacío.

- Pero ese es tu almuerzo - Dijo negándose a aceptarlo - No puedo aceptarlo.

- Descuida yo comeré algo cuando el restaurante abra - Dijo con una sonrisa pero Bell mantenia su postura - Mira te propongo un trato, tu comes mi almuerzo y para pagar el favor vienes al restaurante en la noche.

- Está bien - Dijo rascando su mejilla - Nos vemos está noche.

Bell guardó el almuerzo en su mochila y se encaminó hacia el Gremio hasta que se dió cuenta de ya había caído en las garras de esa astuta camarera "Creo que fuí engañado" pensó con una sonrisa.

El peliblanco aceptando su destino fue directamente hacia el Gremio para obtener otra daga y poder hacer su trabajo en la mazmorra.

Una vez obtuvo su nueva arma fue directamente a las escaleras debajo de la torre de Babel para poder ir a la Mazmorra.

Mientras descendía miraba su recién obtenida daga, recordaba como aquella arma se había roto como una rama ante el minotauro, lo que a su vez lo llevo a recordar aquel minotauro.

Bell trago saliva un tanto nervioso, aquella experiencia lo había dejado bastante afectado, despues de todo estuvo demaciado cerca de la muerte para su gusto.

- Si pudiera tener una mejor arma ... - En su cabeza recordaba las poderosas armas que portaban los héroes.

Bell veía el lujoso armamento de varios aventureros, resignado a solo tener su daga de baja calidad decidió concentrase en lo que le había encargado Naaza.

Saco la hoja que Naaza le había dado el día anterior y se puso en marcha para buscar los objetos que estaban anotados en la hoja.

Paso de el piso 1 y 2 debido a que estos estaban normalmente muy vacíos , gracias a los Aventureros que pasaban, así que tomo la idea de ir directamente al piso 3.

Una vez ya el piso 3 avanzaba con cautela mientras buscaba monstruos para poder obtener algunas piedras mágicas.

Varios Kobolds salieron para atacarlo pero Bell los asesino sin problemas, fue directamente hacia la siguiente habitación donde encontró uno de los ingredientes que Naaza le había encargado.

- Genial - Dijo para ir corriendo directamente para obtener el objeto - Solo necesito un poco más.

Las horas habían pasado y Bell había terminado de obtener lo que necesitaba, pero decidió quedarse un rato más para obtener unas cuántas piedras mágicas más para cuando fuera al restaurante de la camarera de cabellos plateados.

Un grupo de almenos 8 goblins se había acercado a Bell para intentar matarlo, el peliblanco rápidamente descenfundo su daga y se puso manos a la obra.

Todos los goblins se lanzaron al mismo tiempo intento arañar a Bell el cual se alejó esquivando el ataque que lanzaron.

Bell pateo la cabeza de uno de ellos alejándolo de el grupo, otro intento morder su pierna pero Bell retiró su pierna con velocidad y soltó un buen gancho a un goblin que había saltado hacia el.

Rápidamente lo acuchillo volviendolo cenizas al instante, los demás goblins al ver esto se enfurecieron aún más, pero Bell fue más rápido y logro acercarse a uno de ellos y clavó su daga en la cabeza de uno de ellos.

Los goblins trataron de rodear a Bell, el peliblanco noto lo que querían hacer, por lo que de un gran salto salió de el circulo y aterrizó justo detrás de uno de ellos.

Para rápidamente acuchillarlo, no espero pare que los que quedarán se acercarán si no más bien el se lanzó hacia ellos, para terminar con el trabajo.

Una vez termino de asesinar al grupo fue a recoger las piedras mágicas y los drops que habían dejado.

- Vaya otro colmillo de goblin - Dijo tomando el Drop - Con este ya van 4.

Todo lo puso en su bolsa y rápidamente se encaminó a la salida de la mazmorra, con eso ya tenía suficiente para una buena cena, aparte tenía parte de los ahorros que Miach no le dejo entregar a la [Familia], Bell insistía en darle todas sus ganancias a Miach pero este mismo se negó rotundamente argumentando que el debía tener sus propios ahorros.

- Parece que tengo todo listo para ir a ese restaurante - Dijo con una sonrisa - Me pregunto si volveré a verla...

Una vez salió de la mazmorra fue directamente al Gremio para poder intercambiar todo lo que encontró exceptuando el encargo de Naaza.

Después de obtener sus ganancias fue directamente a ver a Eina, para hacerle saber que estaba bien y no tenía nada que preocuparse.

- Hola Eina - Dijo sonríendo.

- ¿Hoy no te paso nada en la Mazmorra? - pregunto algo preocupada.

- Tránquila, hoy no me pasó nada - Dijo sonríendo - Faltan dos días para nuestra próxima seción de asesoría.

- Prepárate Bell por qué no te dejare descansar - Dijo con una sonrisa.

- Parece que en verdad no pierdes el tiempo - Misha hizo acto de presencia - ¿Están hablando de asesorías verdad? - Ambos se sonrojaron por lo sugerente que era lo que dijo Eina.

- ¡Ya me tengo que ir! - Dijo sonrojado y se fue a toda velocidad - ¡Nos vemos luego!

- A-adiós Bell - Dijo aún sonrojada - Misha no digas cosas extrañas.

- Pero si lo dijiste tu - Dijo con una sonrisa.

- Entonces deja de buscarle significados extraños a mis palabras - Dijo aún sonrojada.

- Mejor hablemos de como paso de gritarte "te quiero" a no poder pensar en algo sugerente sin sonrojarse - Dijo con una sonrisa burlona - Tu hermanito si que es extraño.

Eina hizo lo que pudo para tratar con Misha y lograr hacer que olvidará el tema de el "te quiero", Misha fue amable y dejo molestar a Eina con eso por ahora.

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