¿Pueden creer que me pasé gran parte del día recuperando información, reinstalando programas, revisando y reconfigurando características en el ordenador de mi oficina?

Y aún me falta mucho por hacer en este.  El disco duro murió aproximadamente desde el miércoles de la semana pasada... pasó fue a mejor vida, creo que acompaña en este momento a Lolita.

Ay!! Si ese disco hablara, que cosas no diría.  Nadie nos quitará lo bailado, jejeje, si con el susodicho ha habido de todo, le hemos dado duro contra el muro, contra la puerta hasta que amanezca, macizo contra el piso, lento contra el pavimento, en cuatro como el gato, en el suelo sin consuelo, sin pena en la arena, con pasión hasta que salga el sol y de frente al fondo, gritando desde muy hondo.  Pero el pobre no me puede rendir más, pues se fue para la otra.  Sin un adiós o un hasta luego, simplemente me abandonó...

¿Casualidad?

No

¿Causalidad?

Mis querídisim@s académic@s,  en efecto, ¡así es! 

Creo que deberíamos tatuarnos en alguna parte visible del cuerpo un mensaje claro que diga: "No existen las casualidades, solo la causalidad."

Es decir que el azar no existe, pues todo lo que nos sucede pasa por algo.   Hasta lo más efímero. 

Por esta noche dejaré de romperme el coco, pensando en las causas y efectos; así repondré energías y poder preparar mi nuevo ordenador repotenciado, por que para que me aguante y satisfaga, tal como lo hizo el finado, pues se necesita mucho training.

Jajajajajaaaaaaa