Esta Historia le pertenece a : Sirena Misty de fan fiction net

       Traduccion : lunaluz - espi-chan

Era una tarde de verano, el cielo despejado, el sol brillando como la gran fuente de energía que es y bajo él… dos personas caminaban en sentidos opuestos pero dirigiéndose hacia el mismo punto…

Ella era una joven alta, su cabello pelirrojo caía sobre sus hombros y se mecía al compás de su delicado caminar, sus ojos azul verdosos estaban fijos en su camino, aunque eran un poco cubiertos por un pequeño flequillo que había entre ellos, traía dos grandes maletas en sus manos.

Vestía una chaqueta amarilla de hilo, sobre un vestido acampanado hasta las rodillas de color azul. Botas bordas hasta sus tobillos.

—Sé fuerte Misty —se dijo a si misma apretando las manijas de ambas valijas— no es tan grave… solo que es un idiota… —aspiró profundo— pero no voy a ceder nada…

En dirección opuesta, se acercaba un joven de cabello oscuro -algo alborotado- caía un mechón sobre su frente, en sus mejillas tenia unas marcas en forma de N algo raras… también traía dos valijas en sus manos cubiertas por unos guantes oscuros. Sus ojos café, iban algo distraídos al camino, como si no quisiera llegar a donde iba.

—No Ash… —se regañó a sí mismo—, ella fue una mala persona… Por eso no puedes darle lo que ganaste con tanto esfuerzo… aunque de ella también lo fue—bajó su mirada, su chaqueta azul marino, con cuello blanco, estaba cerrada y el pantalón oscuro caía cubriendo sus zapatillas negras.

Ambos jóvenes, vivieron una situación muy difícil hace cinco años… donde descubrieron que no eran lo que pensaban… o tal vez… alguien los engañó muy bien engañados…

:·:·:··Flashback ··:·:·:

El estadio de ciudad Celeste, el templo de los Pokémon de agua de Kanto, es el lugar del suceso:

El gimnasio con forma de carrusel amarillo y rosa, y el gran Dewgong en su frente, tenía ese día una gran cantidad de buena vibra…

Ash y Misty eran dos buenos amigos, los mejores de todo el mundo Pokémon, celebraban un concurso de conocimiento que ganaron gracias a su poderosa amistad.

—¿No es maravilloso? —exclamó emocionada la pelirroja con sus manos frente a ella—¡ganamos una casa!

—Si… —susurró Ash sorprendido— una casa… que podremos usar algún día tú y yo… —lo pronunciado por el muchacho, lo puso nervioso, y a la pelirroja, la dejó petrificada, solo lo veía—. Bueno yo —apoyó su mano en la cabeza.

—Lo siento, ya vengo —la pelirroja se alejó de allí, muy nerviosa.

—¡Oye Misty! —salió tras ella apurado— ¡Espera! —la detuvo del brazo y ella volteó, miró su brazo, miró a Ash con ojos brillosos— ¿Qué pasa?

—Nada Ash… —se soltó— necesito que me dejes sola, por favor… —le sonrió—. Nos vemos el lunes… —se dirigió hacia los acuarios sin voltear.

—Adiós Misty —frotó la mano en su nuca— ¿Qué le habrá pasado? —se dio media vuelta hacia la salida del gimnasio.

La pelirroja desde su habitación -suspirando- se sentó bajo la ventana— como si eso fuera cierto viniendo de ti Ash —volvió a suspirar.

Unos días después…

A las afuera del pequeño pueblo Paleta, había unas casas simples pero muy bonitas, en una de ellas vivía Ash, ahora estaba recibiendo la visita de una amiga.

—¿Cómo? —preguntó molesta cuando Ash le contó lo de la casa.

—Si… —afirmó con la cabeza—, siento que todo los caminos me conducen a ella —sonrió emocionado— ¡Después de lo que hemos vivido, creo que le haré caso a mi destino!

—¡No! —exclamó dejando a Ash algo asustado.

—¿Qué te pasa? —le preguntó.

—Bueno Ash —ella suspiró— no creí ser yo la que te diera esta noticia pero…

—¿Cuál? —preguntó confundido.

—Me han dicho que Misty está de novia…

—Eso es imposible —exclamó molesto—, ella me lo hubiera dicho…

—Si, supongo —apoyó su mano en su rostro— pero yo te digo lo que vi con mis dos ojos azules… Esos besos no se los das a un amigo, claro…

—No lo creo… —cruzó los brazos delante de él, con el ceño fruncido— ¡no te creo!

—Bueno Ash —se quejó poniendo los puños en la cintura— yo no gano nada con lo que te digo, solo quiero que no te haga daño, como amigos que somos.

—Sé que tienes buenas intenciones —le sonrió— pero yo me encargaré de eso…

—Está bien —le sonrió— solo quiero que seas feliz Ash

—Gracias amiga —cerró los ojos—. Sé que lo tuyo es ayudarme, pero trataré de averiguarlo

—Está bien…

Por la parte de Ciudad Celeste

—¿Crees que se lo tengo que confesar? —le preguntaba Misty a un joven, algo apenada.

—No lo creo —le sugirió el muchacho—, conoces a Ash también como yo…

—Pero lo que me dijo…

—Equivocación… —se cruzó de brazos—, lo malinterpretaste seguramente.

—No lo sé…

—Misty, Ash tiene millones de enamoradas, y si no te dio atención a esta altura de su amistad… No creo que lo haga.

—¿Cómo me dices eso? —le susurró afligida.

—Misty —le gritó— Sé realista… Ash nunca te querrá como algo más que amiga…

—¡No! —le gritó furiosa— Si lo hará… si lo hace… ¡no te creo! —se tapó las orejas con sus manos— ¡Vete! —le pidió y se alejó de allí.

Ambos quisieron omitir lo que les dijeron, pero que ganarían ellos… nada… seguramente era algo que debían saber…

¿Sería esa la verdad?

El día previo a su encuentro estaban muy nerviosos… casi no podían conciliar el sueño… ya no sabían que era verdad o mentira, debían hacerle caso a sus corazones o a sus mentes…

El día llegó, era un día de tormenta, la lluvia caía con fuerza sobre el gimnasio Pokémon de ciudad Celeste, Misty corrió a Ash con una toalla en sus manos cuando éste entró empapado al lugar…

—Ash —exclamó dándole la toalla—, hola.

—Hola y gracias—tomó la toalla y secó su rostro—, que fuerte se largó esa tormenta.

—Si ya lo creo—susurró Misty mirando hacia otro lado.

—¿Aún sigues rara? —le preguntó, ella lo miró y le afirmó con la cabeza, eso si lo sorprendió.

—Si sigo rara Ash… —tapó su rostro con sus manos— demasiado rara.

Ash dejó la toalla preocupado, sobre el escritorio que había en la entrada— Misty —apoyó sus manos en los brazos de la joven, ella lo miró— ¿Por qué haces esto?

—Porque así lo quiero—le sonrió, pensando que ella le hablaba de sus sentimientos.

—… — Ash la miró molesto, pensando en lo que le había dicho su amiga era verdad—, me dejas sin habla Misty—su voz se notaba alterada, pero aún así la pelirroja sonrió.

—No aún no lo hice —lo tomó del rostro y lo besó, pero Ash se separó de ella.

—Espera… —molesto, se alejó de ella— yo ya no quiero entrar en tus juegos.

—¿En mis juegos? —retrocedió un paso— ¿Qué juegos?

—Por favor Misty… pensé que eras diferentes… ahora me doy cuenta que en verdad, eres una falsa.

—¿Falsa? —se molestó, recordando las palabras que le habían dicho—, tú eres el falso Ash… Claro… vienes a echarme la culpa a mí, de lo que tú haces… ¿No?

—Nada que ver… tonta… — le respondió, la pelirroja se enfureció tanto que lo golpeó.

—¡Te odio! —le gritó al momento que tomó el pie del joven que estaba tumbado y lo tiró fuera del gimnasio— ¡No quiero verte nunca más Ash!

—Ja—se levantó sacudiéndose, aunque la lluvia muy poco le permitía— lo mismo digo… —Misty levantó su mirada con los ojos cerrados e ingresó al gimnasio.

Ash la miró ingresar se dio media vuelta y se fue…

:·:·:··Fin del flashback··:·:·:

Esa fue la última vez que ellos se vieron, hasta el día de hoy… El tiempo pasó, pero, ¿qué pasara ahora entre ellos?

Se preguntaban en ese mismo momento, en el que se dieron cuenta que estaban a pasos de volver a verse a los ojos…

—Ahí está —susurró Ash al ver a la pelirroja cerca de la entrada de una gran casa.

—No tengo opción. Misty —se dijo en un susurro—, hay que hacerlo…

Ambos llegaron a la puerta de la casa…

—Hola —dijo Ash con los ojos cerrados.

—Hola —respondió Misty con su mirada hacia un costado.

Ash apoyó la valija de su mano derecha en el suelo y tomó una llave de su bolsillo para abrir la puerta.

—Entra —le pidió a la pelirroja, la cual lo miró con una ceja alta— ¿Qué? —preguntó

—¿Desde cuando eres tan caballero? —de reojo.

—Desde que no te vi más —agarró molesto sus maletas y entró el primero, luego lo hizo la pelirroja.

—¡Nuestra casa! —exclamaron al unisonó los dos, se miraron de reojo— ¡Mi casa! —se volvieron a mirar de reojo y soltaron las valijas.

Misty entró en la sala, era todo muy bonito, sillones amarillos una gran alfombra bordo. Se sentó en uno de los sillones.

Ash subió al segundo piso, allí estaban cuatro de las seis habitaciones de la casa. Él entró a la que estaba a la derecha de la escalera y cerró la puerta tras él.

—Esta convivencia esforzada será un infierno… —ambos susurraron al unísono.

¿Será un infierno realmente?

Este seria el primer capitulo!!

Nos vemos mañana con el siguiente capitulo 👋