¿Recuerdas cuándo te dije porque estaba en el hospital?

Recuerdas aquel instante en el que el velo de la incertidumbre se desgarró entre nosotros, revelando una verdad que yacía latente en la penumbra de la habitación hospitalaria. Durante un mes, mantuviste una discreción respetuosa, evitando adentrarte en los confines de mi historia clínica, hasta que el destino nos condujo al momento crucial de confesiones y revelaciones.

"Fred...", susurré, buscando tus ojos celestes que se apartaron de la pantalla para encontrarse con los míos, cargados de una carga emocional que no podía ocultar.

"¿Sabes por qué estoy en el hospital?", planteé la pregunta que flotaba en el ambiente, consciente de la respuesta que se entretejía en tus pensamientos, pero que evitabas confirmar por temor o negación.

Interrumpiendo mi confesión, te enfrenté con la verdad que pesaba en mi ser, desgarrando el velo de la ilusión y la esperanza que podías albergar. "Tengo cáncer, Fred...", las palabras resonaron en la habitación, sumiendo el espacio en un silencio abrumador.

En ese instante de vulnerabilidad, la distancia se desvaneció entre nosotros, y en un abrazo reconfortante, las barreras emocionales se desmoronaron. Entre lágrimas y sollozos, liberé el peso que cargaba en mi interior, permitiendo que la verdad desnuda nos uniera en un vínculo más profundo y genuino.

《EDITADO 2/6/24》