
🄿🄰🅁🅃🄴 8
CONTINUAMOS.
— ¡____, despierta huevón!.
Creó que había tenido una fuerte caída, me levanté por los fuertes gritos de mi madre quien se escuchaba algo molesta, había tenido un sueño tan estúpido, una cosa bastante fea me había golpeado y resulta que me dolía, creo que es lo típico cuando duermes y te caes de la cama o te golpeas con algo pensando que se trata del mismo sueño.
Abrí los ojos con mucha confusión mientras bostezaba teniendo que sentarme a la orilla de la cama muy jorobado, sentí mi cuerpo algo adolorido pero nada que pudiera impedirme moverme, voltee a ver a mi madre adormilado.
Ella me miró con sus brazos cruzados mientras que movía sus dedos a un ritmo que ya conoces sabiendo que ya está enojada.
— ¿Mamá, que sucede? — al instante sentí las manos de mi madre dándome ligeras palmaditas sobre mis mejillas — ¡Ya estoy despierto!.
— Ya levántate, cámbiate rápido que debemos de ir a tu escuela — jaló mi ropa colocandolo en mis piernas — Tu maestra llamó, habrá reunión de padres ahora mismo.
— ¿Que? Hay pero que pereza, esas viejas no tienen nada que hacer — murmuré teniendo que levantarme aún que no quería, tomando mi ropa —.
— Por cierto, ¿Por qué no me avisaste que tus amigos se quedarían a dormír?.
— ¿Que?.
— Estaban bien dormidos en el baño, tu papá los despertó, fue algo descortés mandarlos a dormir al baño, ¿No crees?.
¿Mis amigos estaban en el baño? Que curioso, si el día de ayer recordaba que se habían ido, mierda, algo me tiene con la cabeza desorientado que ya nisiquiera puedo recordar lo que pasó.
Mi madre salió de mi habitación, cerró la puerta con fuerza, baje la mirada del sueño que aún tenía pero con el aviso de la reunión de padres debía de levantarme.
Creó que sería un problema esto de la reunión, seguramente hablarían sobre las calificaciones o como vamos con las tareas, esto me hacía pensar que terminaría castigado en mi habitación por todo un mes.
Me apresuré en cambiarme, algo que no me quedaba claro era sobre mis amigos, ya me había espantado tanto como para decir que todo lo que ocurrió anoche fue real.
Me termine de cambiar, tome mi celular notando la hora, eran casi las 8, no pensé que la maestra fuera a tomarse la maldita molesta de llamar de los padres a una hora no tan temprana, pero que jodia esa mujer, no tiene nada que hacer más que dar una gran "F" a los trabajos.
Salí de mi cuarto rápidamente, sabía del rasgo qué tenía en mi estómago, pero como dije ya no me estaba sorprendiendo esto de la criatura, si me atacó pues, le voy a poner frente y no solo yo, también mis amigos.
Me hacía pensar que no era malo, o mala. Aún recordaba su apariencia y debía aclarar que era una hembra, aún siendo algo sobrenatural y lo tomaba con calma, se siente bien actuar como todo un macho.
Llegué a la sala donde mis amigos estaban, al verme ellos colocaron una expresión confusa, creo que también ellos no estaban seguros de lo que pasó.
— ___, ¿Por que carajos dormí en tu baño? — me dice Marlon con los brazos cruzados desviando su mirada —.
— ¿Apoco no recuerdan lo que sucedío ayer?.
— Dormí abrazado de Marlon.... ¡No sabes lo horrible que se sintió estar al lado de este tonto!.
— Ya chicos, debemos ponernos serios, primero que nada debemos buscar esa cosa — dije con autoridad tomando asiento — Esa cosa me lastimó.
— Si, yo también recuerdo lo que pasó pero no sé por qué siento que no tiene importancia.
— ¡Estamos hablando de un monstruo que nos dió una buena golpiza! ¡¿Por qué rayos no les aterra eso?!.
Y ahí estaba lo que había dicho.
— Amigo, nos enfrentemos a un monstruo en la fábrica, no entiendo por qué te sorprende esto, ahora que sabemos que existe lo sobre natural pues debemos de relajarnos — dije con sereno levantando mi camisa, exponiendo mi herida — Miren.
— ¡Jesús, no a la mierda, yo me voy a mi casa ya! ¡Ya no quiero seguir viendo esto de la criatura!.
— ¡Tranquilo! Manejemos esto como hombre maduros, que no te aterre lo que vimos anoche, osea, fuimos niños que escaparon de la mismísima muerte.
— ¡Me dan miedo hasta ustedes! No sé cómo pueden estar tan calmados luego de pelear con ese furry.
— ¿Furry?.
— Si, esa cosa parecía un Furry, su cuerpo peludo, su cola, sus orejas, pero su mandíbula era muy rara ¡Sus tetas!
No lo había pensado de esa manera, creo que podía decirse que si lo era.
— Miren, estoy confundido al igual que ustedes, pero debemos mantener la calma, en la escuela veremos esto, ¿Si?.
— ¿Llevarás el teléfono? Digo, todo empezó desde que tomamos el teléfono, digo que será mejor no llevarlo.
— No claro que no, tampoco quiero que me den una golpiza de lo lindo.
— ¡Vámonos! — escuché a mi mamá hablar llegando a la sala — Mientras más rápido mejor .
Mi madre fué la primera en salir de la casa, antes de salir al auto señale a mis amigos, túbe que decir que no podíamos contar esto a nadie, nadie iba a creer todo lo que habíamos pasado.
Ellos simplemente asintieron mientras subimos al auto, únicamente llevaba mi celular en mi bolsillo delantero, no creo que nada más pase en casa si dejaba el teléfono viejo.
Esperaba que mi madre sacara una conversación sobre lo que pasó o lo del "accidente" que mis amigos tuvimos, pero en realidad no fue así, ella solo manejaba callada, no dijo ni una sola palabra.
Mi madre era una mujer social, muy pláticadora, de carácter fuerte pero muy amable, pero está vez no dijo nada, en vez de eso tenía una expresión de preocupación.
Mis amigos también habían notado eso, algo que solo nosotros entendíamos eran conversaciones por medio de señas, Marlon llamo mi atención a base de señas.
"¿Que le pasa a tu mamá?" Me dijo con disimulacion, negué solamente con la cabeza encogiendo mis hombros, si le preguntaba pues no se qué respondería, el típico que espera que tu madre no te ponga en vergüenza frente a tus amigos.
El auto frenó sacándome de la conversación de señas que estaba teniendo con mis amigos, habíamos llegado a la escuela tan rápido, la escuela contaba con un estacionamiento solamente para los que traían a sus hijos a la escuela, lo raro que pude notar afuera era que habían muchas personas al rededor.
Varios vehículos con sus familias respectivas, parecía que no habíamos sido los únicos que habían sido llamados por los maestros, miré a mis amigos con algo de asombro, literalmente estaba toda la escuela, mi madre llamo a mis amigos y a mi.
Tuvimos que empezar a caminar al rededor de todas esas personas, alumnos, amigos que no eran tanto de hablar, todo el mundo se encontraba afuera, lo curioso era que los padres de esos niños también se miraban preocupados, otros molestos y algunos como si se hubiesen enterado de una noticia mala.
Nos adentramos con mi madre eh amigos a la escuela, pero que rayos estaba pasando, tanto adentro que afuera, habían muchas personas, caminando por todo el corredor que tenía la escuela, cada uno en dirección a sus aulas de sus hijos, esto más bien parecía la entrega de notas.
Que raro, no recordaba haber terminado todo el bloque, sabiendo que íbamos por el tercero, entremos a nuestra sección donde la maestra esperaba sentada en su escritorio.
No solo ella estaba sentada, de mis otros compañeros también estaban sus padres, al fondo note la presencia de los padres de mis amigos, los cuales llamaron la atención de mi madre diciéndole que tomara asiento junto a ellos.
Cómo se trataba esto de padres, los compañeros se sentaban afuera al lado de una banca, entre todos esos pude notar a la chica que aquella vez me grité, se trataba de, Lola.
Creó que me estaban dando ganas otra vez de gritarle, pero en esta ocasión estaba mi madre y los de ella en la misma sección, por lo que no podía nisiquiera acercarme a ella por el problema de aquella vez.
Mis amigos y yo tomamos asientos apartados de los demás.
— ¿Pero que está pasando? Hay muchas personas aquí, está no parece la entrega de calificaciones, chicos.
— Marlon, es obvio que no es una entrega, simplemente darán información a nuestros papás sobre quién sabe que cosa.
— En todos mis años de estudio jamás habían tenido que llamar a todo el mundo entero — les dije aclarando que lo que sucedía era algo más que una llamada —
— Bueno... Será mejor esperar que lo que vayan a decir no sea nada malo.
Mientras mis mejores seguían hablando, yo giraba la mirada hacia al lado de ellos, ya que detrás de ellos se encontraba, Lola. Ella no se había percatado de mi mirada así que por lo tanto podía seguir viendola.
Como una chica linda pudo caerme tan mal, bueno aún que tenía razones por odiarla y era que está chica era toda una feminista, odiaba tanto a hombres que mujeres, la mayoría de chicas no estaban con esas mentalidad de pensar que no necesitaban de los hombres.
Sus amigas apoyaban de sus ideas, llenando su cabeza con ideas absurdas, como por ejemplo su forma de vestir, demostraba que el color negro no solo le iba a los hombres sino que también a las mujeres, aunque estaba de acuerdo con ese punto, pero otras ideas no llegaban nisiquiera a tener sentido.
Volviendo a la plática con mis amigos, ellos se habían desviado del tema, tocando uno más feo que el anterior, la criatura que hace poco nos habíamos enfrentado.
Para ser honesto, yo ya le había perdido todo el miedo en aquella cosa peluda, Marlon parecía andar por el mismo camino, el único que no se animaba era nuestro amigo, Andrés.
Andrés, el siempre fue el más tímido del grupo, lo que lo hacía también el más inteligente, su miedo era algo que no podía dejar ya que lo consideraba con su sexto sentido y gracias a eso lo había mantenido con vida.
Vaya tonterías que nosotros hablábamos, desde como vencer a un monstruo que probablemente ya no volvería, hasta razonar con estúpidos diálogos.
Esa día si fue de nuestro amigo, Andrés.
Los minutos no terminaban de pasar, parecía que la plática de la maestra se iba extendiendo cada vez más, fui el primero en asomar mi cabeza a mi sección.
Escuchando palabras sin sentido que la maestra explicaba a los padres de familia, desde tener que estar resguardados en casa, hasta el cierre de algunas carreteras, incluso llegué a escuchar la palabra "soldados", esa palabra fueron las que llamaron mi atención.
Incluso llame la atención de mis amigos, no solo ellos fueron los que se acercaron hacia las rejillas, otros más tuvieron que imitar nuestra acción, todos nosotros paramos nuestra oreja escuchando la información de la maestra.
— ¿Que dijo ella? — Todo curioso me dice Andrés —.
— Menciono a las fuerzas militares, creo que esto no se trata de una entrega de notas.
— ¿No? De seguro se está refiriendo a qué iremos de excursión, eso lo más probable.
Tratamos de sacar nuestras mejores conclusiones, pero parecía ser que ninguna acertaba, ya que el tema se trataba sobre un sitio a lo lejos de esta escuela, pudimos escuchar que se trataba de la fábrica.
Si, esa maldita fábrica que mis amigos y yo hace poco escapamos, ningúno de nosotros se imagino que llegaría a tocar ese tema, el tan solo recordar todo lo que pasamos me hacía tener toda la piel de gallina.
Antes de escuchar otra cosa más de la maestra, mi brazo fue tocado por unos de los alumnos que se encontraban a mi lado también escuchando, no conocía al chico que me llamaba pero parecía haber escuchado nuestra conversación "¿Que pasa?" Le dije apartandome de la multitud junto a mis amigos.
El chico señalo que fuéramos a un lugar mejor para hablar, asentí con la cabeza confundido por el niño desconocido, al tener que ser de un simple niño, mis amigos también me acompañaron a la llamada del chico.
Los 4 nos dirigimos al baño, el chico desconocido cerró la puerta, algo raro era que se miraba algo tímido, siendo tímido y se había tomado la molestia de llamarme.
Entonces el chico habló.
— ¿Tu eres, ___? — asentí confuso ya que jamás lo había visto en toda mi vida o al menos no me percate de su presencia en la escuela —.
— ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quien eres tu? para empezar.
— Tu no me conoces, pero yo sé tú nombre por tu bicicleta — teniendo que meter su mano a su bolsillo, sacó de este una pequeña plaquita, estás eran casi idénticas a los de los autos, el tamaño era lo que lo hacía distinto —.
— ¿Que...? Es la placa de mi bicicleta ¿Cómo la has obtenido? — se la arrebaté en cuanto pude — ¿Quien eres niño?.
— No es necesario decir mi nombre... Tu placa la encuentre el día de ayer en el arroyo, junto al pequeño rio que pasa por mi casa...
El me dijo mientras jugaba con sus dedos, parecía ser un chico realmente tímido.
— Mira niño, te agradeceríamos mejor si hubieses encontrado la bicicleta entera — Golpee el brazo de Marlon por el comentario hacia el niño —.
— ¿Entonces fueron ustedes quienes entraron a esa fábrica...?.
Al escucharlo decir eso abrí mis ojos de la impresión y del pánico, volteando a ver a mis amigos que de igual forma estaban como yo, el niño supo lo que había echo con mis amigos aquella tarde.
Busqué la mejor forma de mentirle pero mi silencio había sido tan largo que le dejaba en claro que sí había pasado.
Suspiré medio enojado al no haber sido tan discreto con mis amigos, asentí mientras lo miré fijamente a los ojos.
— Si... ¿Tienes algún maldita problema con eso? — mis amigos me detuvieron al ver que intenté arrinconarlo contra la pared —
— No es eso... Es que desde que ustedes entraron, desde el interior del bosque se han estado escuchando gritos y ruidos extraños...
— ¿Gritos? ¿Puedes ser un poco más específico con lo que dices del bosque? — Andrés se pone al frente mío —
— Es que, yo los ví entrar y salir... Mi papá también los vio entrar a la fábrica...
Creó que ahora estábamos expuestos con su padre, parecía que nos quería delatar, una parte me decía que tenía que golpearlo.
— Pero si no vimos a nadie cerca ¿Como putas nos iba a ver? — dice Marlon intentando arriconar al chico —.
— ¡Espera tonto! No digas malas palabras en frente del niño, está asustado — giró su cabeza nuevamente al chico — ¿Estás diciendo que hay ruidos en el bosque?
El simplemente asintió con su cabeza baja, traté de calmarme pero con la presencion de ser vistos por otras personas me hacían pensar que nos habíamos metido en problemas.
Suspiré ya relajado, dirigiéndome al chico lo más calmado posible.
— ¿Que más sabes de esto y quién más lo sabe?.
— Solo mi papito lo sabe... Mi papá empezó actuar raro desde que los vio entrar a la fábrica... Dicen que ustedes nos condenaron...
— ¿Condenamos? — Andrés me miró desconsertado —.
— Oye chico ¿Tu papá está aquí?.
— No... Solo mi mamita vino a la reunión, mi papá se quedó en casa... También se unas cosas sobre está reunión, mi papito me lo dijo.
— ¿Que te dijo tu papito? — Andrés se puso a la altura del niño —
— El... El dijo que debíamos de mantenernos en casa ahora... Que los maestros fueron informados de que les dijeran a nuestros papitos que iban a tapar carreteras para mantenernos fuera de peligro... Por su culpa.
— Bueno, este niño ya perdió la cabeza, ¿Sabes que? Mejor ve con tu mami.
— Prometo no decir nada...
Sus palabras fueron tan directas a nosotros, no había entendido ningún carajo al niño sobre las carreteras que iban a tapar.
Abrí la puerta dejando ir al chico quien salió corriendo teniendo ya la puerta libre, creo que habíamos cometido un error al haberlo dejado irse así nada más.
Pero eso no importaba ahora, habiendo ya terminado el tema del niño, miré a mis amigos con los hombros encogidos diciéndoles que no sabía nada de lo que había pasado, ellos de igual forma negaron haber entendido la parte de que todo había sido nuestra culpa.
Antes de que pudieramos decir una palabra, el timbre de la escuela sonó haciéndonos dar un pequeño brinco del susto, creo que la reunión ya había terminado al tener que tocar ese timbre, mis amigos fueron los primeros en salir del baño, yo por necesidades túbe que quedarme, no me preocupaba ya que los padres de mis amigos se hablaban con los míos, así que ellos debían de esperarme.
Baje de mi cierre acercándome al inodoro, una gran carga deje salir teniendo que arquear mi cabeza, al momento de hacerlo pude sentir de mi bolsillo como mi teléfono empezaba a bibrar.
¿Pero quién me estaría llamando en este mismo instante? Si se trataba de mi madre quien estaría preocupada pues aún no se habrá topado con mis amigos, lo saqué de mis bolsillos solo para darme cuenta que se trataba de un número desconocido.
No lo tenía registrado y jamás había leído un número tan raro, varios números con guiones y más ceros, creí que sería uno de varios contactos que agregaba sin interés.
Era una llamada por saldo por lo que no había problema en contestar, subí de mi cierre saliendo del baño escuchando la voz de una mujer proveniente de mi teléfono.
La persona que me había contestado era una mujer, por su tono de voz podía decirlo, algo curioso era que esa voz se lograba escuchar un eco al fondo, la voz llegó a sonar tan familiar.
No tube respuestas de la mujer que había respondido de la llamada, solo podía escuchar una voz al fondo de la llamada, no lograba captar de quién se trataba.
Túbe que voltear a ver la pantalla para intentar cortar la llamada, en ese mismo instante el teléfono empezó actuar de manera extraña.
La opción para colgar la llamada no me la estaba mostrando, en ves de eso solo me aparecía la opción de colocar está llamada en altavoz, esto seguramente se trataba de una falla del celular, lo apague varias veces pero la pantalla parecía haberse congelado, nisiquiera podía hacer otra acción más.
Solamente podía subirle al volumen de la llamada, aparte de que al fondo de la llamada solo podía escuchar varias voces, si, está vez se trataban de varias voces.
Sin otro remedio túbe que ponerlo en altavoz, esperaba tener respuesta de algo o tal vez el teléfono necesitaba que apachara esa opción.
— ¿Hola?.
Pude escuchar al fondo la voz de la persona quien hablaba, ahora mismo se trataba de un chico, una chico estaba hablando por teléfono diciendo la misma palabra que dirías al momento de saludar a una persona.
Rasqué mi cabeza confundido al no escuchar más palabras del chico.
— ¿Quien habla? Creó que se a equivocado de número.
Había pasado lo mismo, la persona con la que hablaba había repetido las mismas palabras que le había dicho, esto se trataba de una broma telefónica.
— Mire, no sé quién sea pero no es gracioso tener que llamar a personas solo para joderlas.
Parecía no haberle bastado mis palabras, seguía repitiendo las mismas palabras con un tono está vez más fuerte, miré hacia la pantalla ya decidido a cortarle pero para desgracia seguía apareciendo solamente la opción del altavoz.
Cómo últimas palabras grité a la persona tras el teléfono una grosería, por un segundo pensé que tal vez con esa se quedaría completamente callado, pero luego de esperar unos cuantos segundos más la persona me devolvió la respuesta, una que sería la última que quise escuchar.
La persona con la que había estado hablando, parecía... Creó que esto sonaría un poco loco y estúpido, pero creo que había estado hablando conmigo mismo, creo que se trataba de eso ya que el eco que se escuchaba era el sonido de mi propia voz, si eso era.
Todas las palabras que había estado diciendo fueron por mi, pero como hablar con uno mismo en una llamada telefónica, debía de haber otra persona más en el baño, por lo que tube que verificarlo, abriendo para puerta del baño revisando que nadie más estuviera en el baño.
Golpeaba frustrado esperando encontrar a alguien más, no había cortado de la llamada que no podía aún, pero podía escuchar incluso los golpes que yo sabía, por medio de la llamada.
Llegué hasta la última puerta, coloque una sonrisa juguetona esperando encontrar a la persona que estaba detrás, di el fuerte portazo solo para toparme con este último inodoro vacío, no había nadie.
Tal vez no había nadie pero si había encontrado algo, tras bajar la mirada al lado del inodoro, pude ver algo negro detrás de esto, me acerque para tomarlo y darme me cuenta que se trataba de un teléfono.
— ¿Pe-pe-pero que mierda...?.
Era el teléfono que había dejado en casa, y el teléfono estaba en llamada conmigo, había estado hablando con el teléfono que se suponía que había dejado en casa... Pero que maldito espanto y que carajos estaba pasando.
A LA MIERDA.
CONTINUARÁ.
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