
25. Una rosa 🖋️
Narra Leandro
Luego de pasar una tarde maravillosa con la mujer que amo salimos rumbo al restaurante donde nos espera el señor Smith, llegamos al restaurante al dar su nombre nos guían a un reservado, entramos y veo ya sentado en su mesa esperándonos, en cuanto nos vemos lo saludo como de costumbre.
— Señor Smith — le estrechó la maño,él sonríe, pero en cuanto ve a Jeysi noto un brillo extraño en su mirada que no me gusta para nada.
— Jeysi, estás espléndida — le dice el señor Smith a Jeysi, mirándola de arriba para abajo y luego toma su mano y deja un beso en el dorso de la misma, inmediatamente noto como las mejillas de mi novia se ponen de un rosado intenso.
<< Eso no me gusta nada >> pienso con algo de molestia.
— Hola Eros, ¿Cómo has estado? — responde Jeysi muy educada.
<< Tranquilo, solo la saludo y nada más >> me repito una y otra vez.
Me aclaro la garganta para llamar su atención ya que él no le quita las garras de enzima, Jeysi jala lentamente su mano y la coloca detrás de ella en un movimiento lento, me imagino que para no ser brusca con el.
<< Esa es mi chica >>
— Muy bien Jeysi, pero debo decirte que me alegra que hayas podido venir. Pero que esperan tomen asiento — dice para luego separar una silla del lado izquierdo para que Jeysi se siente, yo respiro lentamente para tranquilizarme
Entre pláticas de la obra entre Jeysi y el señor Smith pasó la cena, la verdad yo la pasé en silencio reprimiendo las ganas de partirle la cara a Eros Smith, esa mirada que él le dedica no es de amigos, yo estoy completamente seguro que él busca algo más, pero que no piense que tendrá el camino libre, yo estaré al pendiente de todo lo que hace, no los dejaré solos.
No es que desconfíe de mi novia, todo lo contrario, yo estoy seguro que ella es incapaz de engañarme, el problema está en que Eros Smith la quiere, y en el no confío.
Terminamos la cena y me despido del señor Smith con un hasta pronto y estrechando su mano.
Pero cuando se despide de Jeysi la abraza, lo veo mover sus labios cerca de su oído y sonreír, luego se separan y Jeysi camina hacia el auto donde Roque nos espera.
Siento que brota de mi interior una rabia inmensa, ese hombre va por ella y de eso no hay duda, yo tengo que estar muy pendiente de él, no veo nada bueno en su supuesta amistad.
Roque nos abre la puerta trasera del auto, primero sube Jeysi y yo la sigo, una vez adentro Roque enciende el auto y maneja rumbo al hotel.
— ¿Leandro mi amor te pasa algo? — me pregunta Jeysi sacándome de mis pensamientos asesinos contra Eros Smith.
— No, nada, no te preocupes.
— Algo te pasa y me preocupa, tú no eres así, nunca me avisas hablado en ese tono — habla Jeysi en voz muy baja, mirándose las manos, haciendo que me de cuenta que no utilice un tono adecuado al contestarle, vaya creo que me pase de la raya.
— Oye, no me pasa nada, solo estoy cansado, perdoname preciosa — le pasó un brazo por encima de su hombro y le besó la coronilla, ella se recuesta en mi hombro y seguimos nuestro camino en un incómodo silencio.
No me trago la confianza que se tiene el señor Smith hacia Jeysi, yo soy hombre y se cuándo alguien busca algo más y el definitivamente busca algo más en mi chica.
Una vez llegamos cada quien se va a su habitación no sin antes darle un beso de buenas noches a Jeysi.
Estoy en mi habitación recostado en mi cama, luego de darme un baño relajante, para sacar de mi sistema las imágenes del señor Smith mirando a Jeysi inadecuadamente, aunque no hicieron nada malo hay unos detalles que no me gustan.
suena mi teléfono
¿Quién será a esta hora? Estiré mi mano hacia la mesita de noche, tomé mi celular, al ver la pantalla veo el nombre de Felipe. Espero y ya haya atrapado a la basura de José.
Llamada
— Dime Felipe
— Hola, hermano, yo muy bien ¿y tú cómo estás? — me contesta Felipe con voz burlona.
— Lo siento Felipe, ¿hola cómo estás?, Ahora sí. Dime para qué me llamás a estas horas de la noche.
— Huy... Que ánimo, te peleaste ya con Jeysi que tienes un humor de perros. — que humor nada yo no estoy de mal humor, solo no dejo de darle vueltas a la confianza que el señor Smith trata a Jeysi
— Felipe si no es nada importante llama luego — le respondo con fastidio.
— Ya, ya. No cuelgues, se trata de José.
— ¿Ya apareció? —
— Algo así. Verás, unos contactos me aseguraron que José está trabajando directamente con Wil, el líder narco con quién trabajaba Jhun. Él los asesora en sus negocios sucios y ellos los protegen.
— Valla Felipe y ahora cómo lo vamos a capturar, no estaré tranquilo hasta que él esté tras las rejas, él está obsesionado con Jeysi. — le digo mientras me pasó la mano por el cabello, por frustración.
—Ya estoy en eso, solo te llamaba para que estés al tanto, seguirán con la seguridad como hasta ahora y yo me ocupo de atraparlo, tranquilo hermano, cuentas conmigo.
— Gracias Felipe, de verdad que no sé qué haría sin ti.
— Nada no harías nada, ahora cuéntame ¿por qué estás de ese ánimo?
— Por nada, yo solo..., Felipe creo que mi imaginación está por los cielos.
— ¿Ajá y por qué crees eso? — me dice Felipe para sacarme la información.
— Es que hoy el señor Smith trató con mucha confianza a Jeysi y ella no le importó que él la tratará así, y aparte de eso me di cuenta que el la mira con otras intenciones, y lo peor escuché lo que Susana decía sobre él, según ella él es un galán y HAA!! No sé qué pensar hermano.
— ¡Leandro estás celoso!, jejeje, hermano, ¿Jeysi y ese hombre se conocían anteriormente?
— No. Bueno sí, ellos se conocieron anteriormente y platicaron en un café, pero no sé qué tan amigos sean.
— Y porque no le preguntas a ella a ver qué te contesta y así sales de dudas. Hermano sabes que la clave para tener una buena relación es la comunicación.
— Si tienes razón, mañana hablaré con ella, gracias Felipe.
— ¡Naa! Para eso son los amigos, para darles consejo a los más tontos — suelta unas carcajadas.
— Je Je Je. Muy gracioso.
— Hablamos luego hermano cuídate y dale un beso a tu bombón de mi parte — escucho risas y cuelga antes que yo le responda.
Felipe nunca cambia.
Mañana hablaré con Jeysi sobre José y también sobre el señor Smith, espero que todo esté en mi mente.
Narra Jeysi
Me levanté muy temprano, me baño y me arreglé para ir hoy a la obra, estoy muy emocionada de ver cómo va todo.
Al ver la hora, veo que son las siete de la mañana y Leandro me dijo ayer que saldríamos a las siete y media de la mañana, salgo de mi habitación y no veo a Leandro por ningún lado, me acerco a su puerta y pegó la oreja de la misma, todo en silencio.
— Estará dormido aún — habló para mí misma en voz baja.
Tocó la puerta y nadie responde.
<<¿Le pasaría algo? Mejor entro para asegurar que este bien >>
Abro la puerta y entró en silencio, en la cama del lado derecho se ve el profundamente dormido.
Está acostado boca para abajo con una de manos a un lado de su rostro, y la otra cuelga de la cama, su ancha espalda y sus fuertes piernas están al descubierto, solo lo cubre una sábana en la parte baja de sus caderas.
Me quedo embelesada viendo su espalda bien trabajada, luego de unos segundos reacciono y me acerco poco a poco, le tocó el hombro y le digo.
— Leandro ya es tarde — él abre sus bellos ojos y me mira formando lentamente una sexi sonrisa en sus rosados y apetitosos labios.
<< Jeysi bájale dos, pareces una adolescente hormonal >> me reclamo mentalmente
— Vaya, ojalá y todos mis despertar fueran así — me dice aún acostado en la cama, sacándome de mis calurosos pensamientos.
— A. ¿Así como? — tartamudeo un poco por la cercanía, este hombre sabe cómo desestabilizar a una mujer con tan solo una sonrisa.
— Así contigo, tan cerca y tan hermosa — se levanta un poco y me toma de la mano que aún estaba en su hombro y me jala para darme un beso que calienta hasta a una panela de hielo.
Yo le correspondió con gusto, coloco mis manos en su nuca y juego con su cabello, él me tomó de la cintura y me acerca más a él e intensifica el beso, nos separamos por falta de aire, y nos quedamos unos instantes con los ojos cerrados, respirando aceleradamente, con nuestras frentes unidas.
— Creo que mejor me voy a duchar, porque si me quedo unos segundos más a tu lado, no me podré contener Jeysi — me dice muy despacio y con voz ronca y sexy — te di mi palabra de darte tiempo y eso haré.
Se levanta de la cama y se va al baño yo lo miro con la boca abierta el solo tiene puesto unos boxer azul marino que le queda fenomenal y se ve que el beso le hizo efecto ya que su amigo también se despertó, él entra el baño se da la vuelta y me ve con una sonrisa de satisfacción mientras cierra la puerta. Yo debo estar roja como un tomate, ¡hus! que calor tengo.
Reaccionó a los pocos segundos de cerrar la puerta y salgo a esperarlo afuera de su habitación.
Me voy directo al balcón, necesito algo de aire y olvidar la buena vista de hace unos instantes. Luego de unos minutos decido entrar y llamar a Carmen.
Llamada
— Buen día hija — me dice Carmen al otro lado de la línea.
— Buen día Carmen, cuéntame cómo se portan mis ángeles.
— Bien ya los conoces, se levantaron temprano, pelearon un rato por el anime que iban a ver hoy, pero luego estaban jugando juntos, en este momento están desayunando.
— Si, primero pelean y después no se quieren separar.
— Pero Jeysi cuéntame. ¿ Como la has pasado con tu sexi jefe? — me pregunta en voz baja pero alegre.
— Hay Carmen, como me puede ir, estamos en un viaje de trabajo.
— Que aburrida, yo en mis tiempos ya lo hubiera violado jejeje.
No me creas es jugando — me dice entre risas — pero hija aprovecha un poco tu vida, eres joven y bonita, no dejes que el tiempo pase sobre ti y te arrepientas de no disfrutar un poco — está vez se escucha sería, en modo mamá aconseja. Por eso la adoro.
— Lo sé Carmen, lo sé.
Nos quedamos unos segundos en silencio.
— Carmen puedes pasarme a Josué y a Derek al teléfono.
— Claro — escucho como les dice " niños su mamá quiere hablar con ustedes "voy" la voz de Derek, "yo primero", ese es Josué, "Josué me empujaste"
— Bendición mamita ¿cómo estás? — me dice Josué al otro lado de la línea.
— Bien mi príncipe y ¿tú cómo te portas?
— Bien, mami.
— Eso espero, no estén dándole dolores de cabeza a Carmen y Eloísa, hijo una pregunta, ¿acabas de empujar a tu hermano?.
— Hay ma, fue sin culpas, lo tropecé por error, Derek es un exagerado, pero te prometo que tendré más cuidado — me dice con ese tono de revoltoso.
— Está bien mi cielo, confío en ti, te quiero muchísimo y te envío un camión lleno de besos, ahora pásame a tu hermano.
— Si mamita, te quiero mucho. Derek toma.
— Bendición mami, ¿cómo estás?, Leandro te ha tratado bien — vaya Derek ya es un hombrecito.
— Sí, mi príncipe ha sido un caballero, pero dime cómo está todo en la casa.
— Bien, ya estamos desayunando, Eloísa cocina muy rico y Carmen nos dio permiso de jugar con los videojuegos después de desayunar y de hacer unas caligrafías.
— Carmen si es buena, espero que se coman todo y hagan sus deberes para que puedan jugar tranquilos... A y Derek no pelees con tu hermano, recuerda respirar varias veces y contar hasta diez si algo sucede.
— Si mami, tranquila, regresa pronto.
— Cuídense mucho hijo que dios te bendiga.
— Si mami, cuídate tú también y dile a Leandro que se acuerde de su promesa — me quedo en silencio por unos pocos segundos, y le preguntó con mucha curiosidad.
— ¿Qué promesa?
— Nada mami, cosas de hombres. Adiós — cuelga el teléfono.
"Cosas de hombres " este niño me deja cada vez más asombrada.
Siento unos fuertes brazos que me abrazan por la cintura y un exquisito aroma amaderado que me rodea.
— Ya estoy listo mi amor — dice Leandro desde atrás, abrazándome por la cintura.
Me volteo entre sus brazos y le doy un poquito en sus labios.
—¿Leandro que le prometiste a mi hijo? — le pregunto aún entre sus brazos mientras juego con el cuello de su camisa.
— Cosas de hombres mi amor — me contesta Leandro mientras me da otra poquito.
<< Ahora todos me van a responder lo mismo. "Cosas de hombres" >>
— ¿Y no puedo saber? — le hago un puchero y él se ríe y me abraza con más fuerza.
— Solo le prometí que te cuidaría con mi vida de ser necesario — yo me asombro y él aprovecha para darme uno de sus besos fogosos.
— Bien vamos a desayunar para ir a la obra — dice Leandro para luego salimos del hotel tomados de la mano,nos subimos en el auto dándole los buenos días a Roque, el arranca el auto rumbo a la obra, Leandro le pide a Roque que se detenga en algún sitio para desayunar, él se detiene en un pequeño pero acogedor restaurante, al bajar del auto entrelaza nuevamente nuestras manos, Leandro amaneció hoy más cariñoso, creo que lo que tenía ayer ya se le pasó.
Nos sentamos en una mesa apartada para tener más privacidad.
Leandro pide los desayunos y empezamos a comer, nuevamente Leandro está pensativo, que bipolar está en estos días.
Cuando ya casi terminamos de desayunar él por fin habla.
— Jeysi tú tienes mucha confianza con el señor Smith, pero yo no entiendo cómo dos personas que solo han tomado un café, son tan buenos amigos — me dice algo nervioso mientras toma mi mano — no es que piense mal de ti, es que no lo entiendo.
Yo suspiro para luego contestarle.
— Como tú ya sabes, sólo e hablado a solas con él en una cafetería y bueno con tu presencia en la compañía, pero nosotros intercambiamos números telefónicos el día del café y siempre nos escribimos, creando una bella amistad, no tienes que ponerte celoso — le sonrió y aprieto su mano — él es un buen amigo y nada más, y espero que tú no seas de los hombres que no permiten que sus parejas tengan amigos masculinos por qué yo no quiero vivir nuevamente lo que viví con José.
— No mi amor, yo confío en ti, solo es curiosidad.
— Solo curiosidad o "celos" — le pregunto y él se pone serio pero luego de unos segundos sonríe.
— bueno digamos que si estaba un poquito celoso, pero la mayor parte era curiosidad — me dice poniendo una cara de perrito abandonado.
— Ajá, digamos que te creo — le digo entre risas.
Terminamos el desayuno entre risas y bromas, luego nos fuimos a la obra y empezamos la supervisión, menos mal que vinimos ya que el maestro de obra no estaba siguiendo bien los planos en cuanto al grosor de unas paredes y la cantidad de materiales requeridos, fue un día bastante largo pero con buenos resultados, Eros llegó a la obra pasado el mediodía y Leandro lo acaparó, no pude conversar con el.
<< Me parece que aún está celoso >>
En la tarde Leandro salió con el maestro de obras y Eros por la demora de unos materiales y yo me fui al hotel, una vez en el hotel estoy por entrar a recepción, cuando siento que alguien me mira, volteo buscando quién puede ser pero no veo a nadie mirándome, quizás son imaginaciones mías, pido en recepción una comida con servicio a la habitación ya que no e almorzando hoy y subo al ascensor rumbo a mi habitación, al llegar a la habitación me doy una ducha velos y cuando estoy terminando de vestirme con una ropa cómoda alguien toca la puerta principal.
Al abrir entra un chico de unos 20 años empujando un carrito con unas bandejas tapadas, es el room service con la comida, la coloca en la mesa pero antes de salir me entrega una rosa roja.
— Señorita, un señor me entregó esto para usted.
— Un señor, ¿Cómo era, dónde te la dio y qué te dijo? — le pregunto con temor.
— Un hombre mayor, de unos cuarenta años, algo rellenito, de cabello canoso, él estaba esperando el ascensor y cuando pase me dijo que le entregará esa flor a la mujer de la suite.
— Ho!, Gracias — le doy su propina y el chico sale sonriendo de la habitación
Quizás el hombre se equivocó de suite ya que yo no conozco a nadie con esa apariencia, de hecho no conozco a nadie en esta ciudad y el hombre no dijo mi nombre, por lo tanto se equivocó de suite, si eso tiene que ser una equivocación, no hay de otra.
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