03
"Déjame complacerte como tú lo harías, déjame agradecerte como debería"
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JiMin despertó al día siguiente, seguía herido y sobre la tierra, sus ojos parpadearon múltiples veces hasta poder ver correctamente. Se puso de pie como pudo y revisó la carpa, por fortuna no había ningún rastro de Oswald y Richard, realmente lo dejaron a su suerte.
YoonGi se había encargado de limpiar todo para evitar que sospechara y ahora permanecía en su forma humana, escondido y observando atentamente cada uno de sus movimientos. No estaba seguro de como llegar a su flor, se encontraba tímido y nervioso, aunque la titanoboa en su interior lo tenía más intranquilo, ordenándole lanzarse en cada oportunidad que veía.
JiMin ignorante de eso, sintió que la molestia invadió todo su cuerpo en cuestión de segundos, pero de la misma forma lo abandonó cuando encontró sus herramientas, la información de la mina y algunos alimentos. Podría continuar con la expedición, encontraría los huesos y los llevaría a la universidad, seguramente le pagarían más al haberlo hecho solo y lograría un hallazgo científico.
—Les demostraré a todos que sin importar lo que soy... Logre mucho más.— se autoalentó, yendo hacia su tienda por el botiquín de primeros auxilios.
Revisó todas las heridas de su magullado cuerpo y les coloco pomada, vendas y tomo unas pastillas para calmar el dolor. Estaba seguro de que se recuperaría porque esto no era nada comparado con las múltiples veces que ya lo habían golpeado antes, lo resistiría.
Observo el cielo, recién había amanecido, tenía el tiempo suficiente para trasladar algunas lámparas de pie a la mina y cables led, así podría trabajar cuanto quisiera, ya fuera de noche o día. Se puso en marcha, llevó las cosas a su paso, encargándose de que el generador se estuviera cargando y hubiera el suficiente alcance de cable para cada aparato electrónico que necesitará.
Entonces YoonGi noto que su pareja no se iría y que estaba lleno de determinación, no quería arruinar eso. Decidió que solamente le quedaba esperar, lo dejaría entrar en su hogar, no tenía problema con ello y lo recibiría.
JiMin se dirigió a la mina y sintió el aroma a ámbar muy persistente, su pequeña nariz aspiraba cuanto podía y se recordó que era algo normal, ya que esa resina servía como fósil. En cambio, una sonrisa extensa apareció en su rostro porque quizás encontrara más que solo huesos, podría haber algunos restos de fósil resguardados y servirían.
Estuvo hasta el atardecer en eso, logró acomodar toda la iluminación que necesitaba a lo largo de la mina, que no eran más que 400 mts de largo, con ayuda de la poca luz exterior y el foco en su caso. Acabo agotado, pero complacido, y decidió que tomaría el refrigerio que trajo en su mochila mientras el generador tomaba la potencia para encender, así que se dejó caer en la tierra.
JiMin comió tranquilamente dos paquetes de galletas, casi toda una botella de agua y se quedó sentado mientras veía como el túnel se iluminaba lentamente hasta llegar a él. Miró su alrededor con más detalle, ahora que había suficiente luz podía notar que la mina en esa zona tenía varios minerales hermosos que creaban reflejos y destellos.
—Esto...— balbuceo poniéndose de pie, atontado por la imagen —Es precioso.
Sin embargo, su atención rápidamente fue robada por algo extraño que se encontraba al final, había un lecho de hojas y tierra que simulaba un nido. Sus ojos se agrandaron al percibirlo así, como un nido, pero era enorme y no veía indicios de algún animal.
—Los papeles no dicen nada de esto.— dice, observando la información dada por la universidad y un escalofrío recorre su espina dorsal.
A sus espaldas el pesado sonido del arrastre de escamas se hace presente y cuando se gira no puede creer lo que ve, las luces muestran una sombra enorme acercándose velozmente. Retrocede por inercia, asustado y desconcertado, pero no hay salida, el túnel acaba ahí y no puede regresar, obviamente por lo que sea que venga directamente hacia él.
No tiene escapatoria alguna y su espalda golpeó contra la pared, sus piernas dejan de funcionar y cae lentamente. Poco a poco la sombra se hace más grande y sus latidos se aceleran, la oleada de pánico lo hace sudar por montones.
La titanoboa aparece ante sus ojos y se detiene a unos cuantos metros, envolviéndose con majestuosidad para que pueda admirarla como es debido.
JiMin traga saliva sonoramente y un jadeo sale de sus pomposos labios, no puede creer lo que está mirando, es algo imposible, ningún reptil dinosaurio debería permanecer vivo considerando el año. No encuentra lógica que explique cómo es que logró sobrevivir todo este tiempo, pero su cerebro en este momento no puede procesar del todo bien y olvida rápidamente sus dudas.
Es una serpiente albina de casi 15 mts, sus escamas son completamente blancas, pero hay un poco de manchas grises en su rostro que parecen pecas. No puede seguir detallándola por qué se lanza a él y por inercia cierra los ojos, se cubre con sus brazos, esperando una mordida que jamás llega.
"Flor" dice YoonGi queriendo llamar su atención, pero su pareja no le hace caso y opta por envolverla con su cola para alzarla en el aire.
JiMin claro que escuchó el siseo, más no lo entendió, no era su idioma y continuaba asustado, lo cual empeora cuando siente que es sostenido. Abre sus ojos y lucha, removiéndose para que la titanoboa lo suelte, pero no logra nada.
—P-por favor— solloza preso al pánico.
Sabe que es inútil, que el dinosaurio no lo entenderá, más en este momento no está realmente cuerdo y cree que puede convencerlo. Se pierde en su cercanía, en el dorado intenso de sus ojos y en la pupila de bastón, puede levemente recordar haber visto algo similar.
YoonGi sí que lo entiende, se siente mal por asustarlo, él evitaba esto y supusó que cediéndole la confianza de entrar en su hogar lo haría sentir bienvenido. Estaba demasiado equivocado y ahora su pareja no dejaba de desprender el aroma a jazmín con más fuerza por su adrenalina y exceso de sudor.
Su parte animal se siente mareada, no puede controlarse y el calor revolotea toda su extensión, mierda, cree estar en celo y no es buena idea seguir en esa forma. Aunque la viciosa titanoboa no deja que tome el lugar y abre su enorme hocico para sacar su lengua bifurcada y lamer cuanto puede de su flor, es dulce.
JiMin está aterrado, temblando bajo su húmedo toque y cree que lo está preparando para comérselo, así que deja de luchar. Siente las escamas apretarle el cuerpo y el calor que transmiten lo hacen estremecerse, es extraño como la lengua solo recorre su cuello, clavículas y labios.
—Mgh~ n-no, espera.— gimotea aturdido cuando golpea contra su boca y entra en ella aprovechando que habla.
YoonGi solo quiere besarlo, aunque en su forma de titanoboa es complicado, sisea su lengua dentro de sus pomposos labios y luego se aparta. Observa a su flor con adoración, sus prendas están desacomodadas y su rostro sonrojado.
JiMin no sabe qué demonios acaba de pasar, pensó que lo tragaría, pero solo recorrió el interior de su boca y no lo sintió mal, sino que, en cambio, le gusto.
—¿Qué e-eres?— cuestiona en un tartamudeo.
La titanoboa se retrae, su boca forma una sonrisa y sisea su lengua, está emocionada al ver que su pareja está mucho más tranquila que antes. Lo mira con cautela, utiliza la punta de su cola para acariciarle el rostro y peinarle los cabellos húmedos hacia atrás.
"Tan bonito, tan mío"
JiMin está paralizado porque esta vez lo que escucha no es un siseo, sino una ronca voz proveniente de la enorme serpiente y cree haber escuchado mal.
"Eres mi pareja, flor" insiste YoonGi.
—¿Estás hablando?— duda sin procesarlo.
La titanoboa asiente y se aproxima a su nido para dejarlo sobre el montón de hojas y tierra, se aleja unos metros y su forma cambia. Ahora YoonGi humano se hace presente y solo es un chico de piel pálida, cabello blanco y de aproximadamente su misma estatura.
JiMin no puede dejarlo de ver porque es demasiado atractivo, sus ojos siguen siendo dorados y hay unas cuantas escamas en su rostro y brazos, haciendo obvio que es la serpiente. Las cosas comienzan a tomar un poco de "sentido", quizás de esa manera sobrevivió todo este tiempo, si puede ser un humano y un animal o ambas cosas.
Sorprendido es poco para como se encuentra en ese momento, aún más cuando recuerda que acababa de decirle que era suyo, que era su pareja. Bueno, no es que nunca lo haya escuchado... Fue la posesividad en su voz.
—Me llamo YoonGi.— se presenta el peliblanco sonriendo extensamente, sus rosadas encías se muestran y un par de colmillos pequeños como sus dientes.
JiMin cree que ese detalle es bonito, pero pronto se cubre el rostro con sus pequeñas y regordetas manos al darse cuenta de que el contrario está desnudo.
YoonGi encuentra normal no usar ropa y atribuye su comportamiento a sus genitales, aunque no está seguro del por qué no le gustan a su flor. Es decir, tiene dos penes enormes que considera ejemplares y dos testículos, lo normal.
JiMin en realidad no alcanzo a ver eso.
—¿No te gusto?— es la pregunta que abandona los finos labios.
JiMin tras su escondite niega y luego asiente, sin saber realmente qué decir, el chico es guapo, claro, su cuerpo es atrayente y siente una especie de imán a él. Pero se acaban de conocer, sumándole que es un dinosaurio de millones de años mayor y una enorme serpiente blanca, que igual es preciosa.
—¿No?— insiste YoonGi y su voz suena dolida.
—Y-yo... ¿Sí?— responde JiMin con duda —No sé, no te conozco y esto es raro— agrega haciendo claro que sigue sorprendido.
YoonGi ríe y suena tan melodioso que JiMin no puede evitar querer mirarlo, sus ojos se entrecierran y la forma en que sus pómulos se alzan... Oh, le gusta.
—Yo soy JiMin.— se presenta mirando hacia otro lugar para no ver su desnudez.
Sin embargo, YoonGi para ese instante ya está frente a él, no sabe en qué momento se acercó, pero fue sumamente silencioso. Puede sentir su cálida respiración golpeando contra su rostro y cuello, lo escucha inhalar su aroma.
—Hueles tan bien.— murmura el peliblanco contra su piel.
JiMin presiona sus ojos, sus manos se hacen puños y cierra las piernas, está muy sensible y su vagina está goteando desde que la titanoboa lo lamió. Está avergonzado por su comportamiento y también está el hecho de que en realidad debe apestar a demonios porque está sudando demasiado.
—No lo creo.
—Es así como sé que eres mi pareja, tu aroma es jazmines.— confiesa, apartándose un poco para tomarle el rostro con delicadeza y obligar a que lo mire —¿No puedes detectar un olor en mí?— pregunta inocentemente.
JiMin siente el aroma a ámbar golpear sus fosas nasales con más potencia, proviene del contrario, justo de su cuello y asiente con los ojos muy abiertos.
—Ámbar.
La titanoboa en el interior serpentea victoriosa, YoonGi no puede evitar que su emoción lo domine y cierra la distancia entre los dos para besarlo. Su flor no corresponde al instante, pero unos segundos más tarde lo hace y sus corazones laten al unísono, pueden sentir que son el uno para el otro.
—Mío.— gruñe YoonGi apartándose para que respiren.
JiMin admira sus ojos dorados, la forma en que su pupila dejó de ser un bastón y ahora está dilatada en forma de óvalo, relame sus labios. El sabor del ámbar lo hace recordar cuando entró a su tienda y cayó inconsciente, así que entiende que YoonGi estuvo desde el primer día.
—Tuyo.— corresponde, apoyando su frente contra la contraria.
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"La forma en que te ves es tan adecuada para mí, quiero abrazarte fuerte y dejar que mis labios se deslicen sobre tu cuerpo"
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