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Cap.4- Cita

Capitulo cuatro: Cita

El viernes llego muy rápido según John, en todo el día no pudo dejar de pensar en ella. En la linda Holly.

Ellos no se vieron en toda la semana y cuando el se dio cuenta que no sabia la dirección de la chica decidió preguntarle ese mismo día. Después de clases John se quedo esperando a que la viera salir pero se tardo un poco, aun así no paso unos minutos en encontrarse con la mejor amiga de la chica... DeBerry, si claro, ella.

-¡DeBerry! -Exclamo el.

Bridgit dejo a sus compañeras a un lado dirigiéndose al joven, el pretendiente de Holly.

-¿John cierto? .-El asintió -¿Que pasa?

El castaño miro a todos lados por si encontraba a su cita.

-¿Sabes donde vive...?

-La iras a traer a mi casa -Interrumpió la rubia con una sonrisa siniestra -Ella siempre esta allí.

John dudo pero al final asintió, no tan convencido.

En cuanto a Holly, al salir del colegio se fue directo a su casa, dejo la bicicleta afuera y se cambio el uniforme del colegio por el vestido pastel del otro día, escogió el bolso blanco que tenia, metiendo algunas cosas y se fue a la mansión DeBerry, nuevamente en su bicicleta.

Cuando llego, no tardaron ni un minuto en abrir.

-¡Pensé que no llegabas! -Grito casi en forma de regaño a Nápoli.
La pequeña mostró una sonrisa y paso a la casa. Ambas amigas subieron rápido al cuarto de la rubia, ella ayudo a la castaña a peinarla, modificar pequeños detalles de su vestido y se puso un poco de brillo para labios.

-Te ves hermosa -Comentó Bridgit con una gran sonrisa.

-¿Si? -Pregunto desanimada la otra chica -No importara mucho, no si le importa la edad... Y más cosas.

-Si no te acepta -Dijo rodeando su hombros -Sera el idiota más grande que conoceré. Hay muchos que esperan por una cita contigo.

Holly sonrió.

-De hecho, richard me invito a salir -Dijo ella con una sonrisa pequeña -Es muy dulce.

-Si no funciona con John, esta Richar... -Bridgit tubo tiempo para pensar -¿Tu vecino que te ve por la ventana?

La castaña asintió.

Era cierto, siempre observaba por la ventana mientras la chica leía o veía la televisión.

Las chicas rieron, pero se interrumpió por el sonido del timbre. Emocionadas echaron un vistazo rápido a la ventana ¡John estaba afuera! Se miraron y corrieron hasta la puerta, Bridgit la tranquilizó y abrió la puerta.

-¡John Hola!

John acomodo su peinado y la saludo con un movimiento de cabeza.

-¿Y Holly? -Pregunto.

La ojos de ángel fue por Holly. Ella tímida apareció en la puerta. El joven Lennon la miro, por todos los lados posible. Estaba más linda que ningún otro día, solo para el. La chica rubia los empujo cerrando la puerta ambos se miraron incómodos.

-Te ves muy linda -Comento John con una sonrisa nerviosa.

Holly solo sonrió. Se fueron de la casa, platicaron algunas cosas, pero ella no prestaba tanta atención, lo miro una ves y mas y tomo valor.

Nada de esto importaría, no si el no sabia la verdad de su edad. Algo muy importante para la joven Nápoli. Se detuvo secamente y el lo hizo igual.

-¿Oye, te importa mucho la edad? -Pregunto nerviosa mirándolo a los ojos -Es decir, si yo soy menor que tu... o incluso mayor ... ¿Te importa mucho?

El río

-¿Acaso importa? -Respondió con otra pregunta -¿Por que lo dices?

La castaña sin rodeos llego al tema que le importaba, la que tenia ansiosa toda la semana.

-Tengo 15 años.

La cara del joven Lennon cambio, era de sorpresa. El volvió a mirarla nuevamente, ahora con ternura. Se hecho a reír, camino lejos de ella.

Una parte de Holly se destrozó, se quedo parada ahí sin ninguna expresión, lo miro y apunto de llorar el volteo.

-¿Que, no vienes? -John se volteo a mirarla. Ella sonrió, una sonrisa aliviada.

Corrió hasta llegar a el y platicaron, ya no hablaron del tema. Eso quedo bastante claro, ahora Holly se sentía mas relajada.

-¿Quiere un helado? -Pregunto el chico.

-No se... -Dijo sin importancia ella.

-¡Una señorita indecisa! -Exclamo el -Así nunca vivirás tu sola. No sabes lo que quieres pequeña.

Ella río negando con la cabeza, repentinamente asintió.

-Seré una señorita que sabe lo que quiere y viviré yo sola -Dijo la pequeña -Quiero uno, tu pídelo, de vainilla, por favor.

El río de vuelta. Caminaron unas cuantas calles y entraron a la heladería de la semana pasada, por la cual se conocieron. Ella se sentó mientras John fue a pedirlos.

Cuando los tuvo en su mano, el le entregó el suyo. El salio rápido del local confundiendo un poco a Holly, ella lo siguió.

-¿Pagaste tu helado? -Pregunto el, ella lo miro asustada.

-¿Qué?

-Que si ya pagaste tu helado, yo pague el mio, el tuyo no -Río lamiendo su helado de chocolate. Al ver la cara de su cita alargó una sonrisa

-Yo...

-Es mentira -Interrumpió -¿Nos vamos?

Holly suspiro asintiendo, el le ofreció el brazo a lo que la castaña acepto. Caminaron hasta el muelle, un poco cansado para ella pero muy divertido. El era muy divertido e imprudente. Se la estaban pasando tan bien, al menos Holly si.

-Se hace tarde -Comento John -Vamos te llevaré a casa.

Holly asintió no tan feliz, no quería que se día tan hermoso terminara.

El frío la invadió, solo llevaba un vestido y no evito temblar. Ella intento ser la fuerte enfrente de John pero no resulto demasiado

-¿Tienes frio? -Pregunto el, ella negó -Se que lo tienes, no tienes que fingir.

-¿Fingir?

-Eres diferente a las chicas con las que he salido  -dijo quitándose su chaqueta y colocándola en la espalda de su pareja , luego la tomo por los hombros -Eres una pequeña, dulce, tierna y un poco torpe.

-¿Un poco torpe?

-Un poco tanto -El sonrió -Y todos esos aspectos me hacen tener las tremendas ganas de querer cuidarte. Las otras chicas hacen lo mismo y finjo no darme cuenta, aunque siempre lo hago, pero tu no, yo se que eres demasiado frágil. Las otras chicas son mas creíbles pero tu no.

Esas palabras la hicieron sentirse especial, pero pequeña. Sus ojos veían los de ella con un gran brillo.

Ella iba guiando a su cita hasta su casa, cuando llegaron las luces estaban apagada. No había nadie.

-¿Quieres pasar? -Pregunto ella un poco tímida. El se sorprendió, sabia que no había nadie en su casa.

-No creo que sea correcto.

-¿Por que lo dices? -Pregunto ella, al parecer el había pensado mal -Solo hablaremos y beberemos algo. Eso no es incorrecto.

El con pena y vergüenza por el mal entendido aceptó.

Entraron a la casa, ella le ofreció asiento mientras iba a la cocina. El joven miro cada parte de la casa, había un librero, cuadros viejos, una televisión pequeña.

-¿Té o café? -Preguntó Holly desde la cocina.

-Café estaría bien, gracias.

Aun esperando John miro las fotos de la pequeña Holly cuando tenia 6 o 7 años, lo que hizo llenarlo de ternura. Si a esta edad era una ternura con mas razón a menor edad.

-Ten. -el cafe estaba listo y lo llevo hasta la sala principal, con galletas de vainilla.

-¿Galletas de vainilla? -Pregunto el.

-Mis favoritas.

Ambos platicaron de muchas cosas, se conocieron algo, sus gustos disgustos, de mas.

Por otro lado Richard, su vecino los observo por la ventana. Un enojo y decepción lo recorrió. Eso lo hizo pensar, tendría que hacer todo lo que sea para tenerla junto a el.

Volviendo a la casa Napoli, un tema incomodo a la pareja. Cuando la castaña pregunto por sus padres.

-Lo siento -Se disculpo, tomando la mano del chico -Te entiendo...

-Perdón, pero no creo que tu me entiendas -Contesto con molestia quitando la mano de la chica -Nos has vivido lo que yo.

-Obviamente no -Dijo ella -Pero si algo parecido, mi padre nos abandono y a mamá nunca la veo, siempre trabaja noche y día. Estar aquí sola es difícil.

Ambos callaron, un silencio incómodo se genero. Fue entonces cuando John decidió irse de allí aunque también la estaba pasando tan bien.

-Gracias por todo -Sonrió John -Me gusto estar contigo, tal ves venga la otra semana.

Ella asintió y se despidieron, Holly cerro la puerta con una sonrisa acompañada.

John, no estaba seguro de volver a salir con ella, era hermosa, divertida, inteligente, inocente. Era perfecta, pero faltaba algo para que el se diera cuenta de que estaba enamorado.

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