8
El sol entra por mi ventana. ¿Cuántas veces no me habrá pasado eso? Miles. Pero esta vez, en otra habitación.
No he podido dormir en toda la noche, y supongo que Blair tampoco. Se ha quedado en mi habitación toda la noche para que me sintiera mas segura y ha dormido en el suelo.
—Buenos días— escucho decir a Blair somnoliento.
—Buenos días— respondo de igual forma
—¿Has podido dormir?— se arregla el pelo.
—No mucho
—Bueno, entonces sigue durmiendo—me aconseja el levantándose para mirarme.
—No tengo sueño— me siento en la cama.
—Como quieras— me dice—Pero entonces deberías comer algo
—No tengo hambre— bostezo.
—Pues ya te puedes comer ese desayuno que he preparado porque yo no puedo solo
Me quedo perpleja y asombrada. ¿Él ha hecho el desayuno?
—¿Dónde está?— pregunto levantándome de la cama
—En el salón
Salgo de la habitación y me dirijo al salón.
—Rebeca— me llama Blair. Giro la cabeza.
—El salón es por aquí- añade y me doy cuenta de que estoy en el pasillo equivocado.
En físico ha cambiado, ya que se ha vuelto mas musculoso. En su forma de hablar también ha cambiado. Habla secamente. Hasta a mi me habla secamente.
¿Y qué me espero? Si no siente nada por mi y ayer nos vio a Damon y a mi besándonos.
De repente se detiene y me mira.
—¿Qué tal anoche en el restaurante?— me mira a los ojos.
—Bien— consigo murmurar después de un tiempo. — ¿Y a ti, que tal te fue?— pregunto recordando a la chica rubia y a la niña.
—Bien— responde y me mira a los labios. —¿Y en el parque?— vuelve a mirarme a los ojos.
—B-bien— tartamudeo. No me esperaba que me preguntara eso. —¿Puedo preguntarte algo?— pregunto. El asiente.—¿Con quién estabas en el restaurante? Osea, es que tu sabes con quien estaba yo. Y te vi y me viste pero no sabia con quien estabas. No es por ser una méteme en todo pero solo quiero saberlo— me he puesto nerviosa y he hablado muy rápido.
El sonríe. Primera vez que veo que lo hace cuando está conmigo. Cuando está con esa rubia si que sonríe.
—¿Estas celosa?—me pregunta acercando su cara a centímetros de la mía.
—N-no— tartamudeo.
—Te noto nerviosa. ¿Te ocurre algo?—pregunta sin separarse de mi. Avanza hacia mi. Yo retrocedo y topo con la pared del pasillo.
—No lo estoy— contesto al fin. Sigue a esa distancia de mi.
—Está bien— se separa de mí y sigue caminando al salón. ¿Qué acaba de pasar?
Cuando llegamos, veo una mesa cuadrada con una bandeja que tiene de todo. Zumos, leche, café, nesquik, magdalenas, cupcakes, cereales, pan, mantequilla...
—¿Esto lo has hecho tu?— pregunto sorprendida. Mis ojos no pueden parar de admirar tanta comida.
—Si
—¿Y por qué hay cuatro vasos?— pregunto mirando también a las cuatro sillas que hay.
—Con las que me viste ayer , también vienen a desayunar— contesta mirándome esperando mi reacción.
—Esta bien—contesto igual que el lo hace restándole importancia.
Suena el timbre. Blair se levanta, se peina un poco en el espejo del pasillo y va a abrir la puerta.
—Hola— escucho decir a una niña pequeña.
—Hola preciosa, ¿Cómo estas?— contesta Blair.—Buenos días
—Buenos días— responde una voz de mujer.
Caminan todos al salón y entonces los veo.
La niña es guapísima. La rubia se da la vuelta y me observa sorprendida, pero soy yo la primera en hablar.
—¿Emily?
—¿Rebeca?
Nos quedamos sin palabras.
—Rebeca, esta es Camille. Camille esta es Rebeca— nos presenta Blair. La niña me mira a los ojos. Es adorable. Me hago a un lado para que entren a la cocina
—¿Esta es la chica fea que mirabas ese día en tu coche?— pregunta ella mirando a Blair
—¿Qué?—miro a Blair en busca de explicaciones.
—No delires Camille— contesta él sonriente.
—Pero es verdad. Dijiste que no ibas a salir con ella porque era muy difícil y que no me dejarías de lado por ella—confiesa Camille por él. Ni como contarle un secreto a la niña.
—Bueno ¿Desayunamos?— pregunta Blair y se sienta. ¿Me estaba mirando desde su coche? ¿Me espiaba? Miro a la pequeña Camille y esta me fulmina con la mirada. Pensé que era adorable.
Emily se sienta al lado de Blair y Camille al otro lado de él. Así que me siento enfrente suyo.
El desayuno transcurre tranquilo y nadie dice una sola palabra.
Por fin se van dejándome a mi con muchas preguntas.
—Buenos días a todos— escuchamos que dice una voz detrás de la puerta —Rebeca ¿Estas ahí?
Voy a contestar, pero Blair se adelanta.
—Identifícate—ordena secamente sin abrir la puerta.
—Hey bro tranquilo. Soy Damon
—¿Damon? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo nos has encontrado?—pregunta Blair. Me adelanto y abro la puerta como si fuera mi casa. Me abraza. Después Blair y él se dan la mano.
—Simplemente seguí a Emily y he dado con tu casa, Blair— contesta el—Te he comprado unas cuantas cosas, que creo que necesitaras si te vas a quedar a vivir aquí por un tiempo—me da una bolsita.
—Gracias Damon— le sonrío y me dirijo al baño.
Narra Blair Larwen.
—¿Qué haces aquí? Te dije que era peligroso venir aquí por si te veía alguien.
—Lo se, pero tenía que verla— dice mirando por donde se ha ido Rebeca.
Respiro hondo antes de seguir hablando.
—Aun así, es peligroso.
—¿Y Emily y la niña?— pregunta él alzando una ceja.
—Como te expliqué ya, ellos creen que Emily y Camille son mi mujer y mi hija—le contesto.
—¿No las pones a ellas en peligro también?
—No, hicimos un pacto. Ellos no tocan a "mi mujer y mi hija" y yo no toco a su familia tampoco— se hace el silencio.
—¿Cuándo piensas decirle eso a Rebeca?— pregunta él clavando sus ojos en mí. Suspiro y miro al suelo.
—No lo se. No se como puede reaccionar
—¿Y cómo esperas que se lo tome?— noto irritación en su tono—Ella sufre todavía por tu culpa—escupe las palabras con odio.
Sus ojos reflejan cierta recelo hacia mi persona y su expresión no esconde ni un atisbo de desconfianza. Cruza los brazos y apoya el peso sobre una pierna. Suficiente tiene Rebeca con asimilar lo que le contaré, como para que ahora nos vea discutir. No sería nada bueno para ella. Respiro profundamente tratando de calmarme y no gritarle allí mismo. Cuenta Blair, cuenta. Uno, dos, tres...
—¿Te crees que no lo sé? ¿Piensas que me da igual? ¿Crees que no he intentado irme de este agujero negro varias veces? Si no estuviera metido en esto, sabes perfectamente que estaría con ella—ahora soy yo el que escupe las palabras. De nada me sirvió contar.
—Tal y como la trataste en la boda de Matteo, no parece que te importara su bien estar
—No tienes ni idea de por qué lo hice. Pero además, todos cometemos errores ¿No? Ese fue un error, quizás si no hubiera hecho lo que hice, podría estar un poco mejor con ella—digo recordando ese día.
—Sigo pensando que te da igual lo que ella haga o sienta— no me lo puedo creer. Blair, tranquilo eres un hombre maduro
—¿Crees que me dio igual ver como la besabas? No tienes ni idea de lo que sentí en ese momento. ¿Y por qué todavía sigues aquí y no en el hospital con heridas graves?— hago una pequeña pausa— Por ella—termino al fin— sabes que siempre te he considerado un hermano y me duele que después de tanto tiempo juntos no confíes en mi
Damon se ha quedado en silencio.
—Será mejor que me vaya— dice al fin y da media vuelta.
—¿No te despedirás de Rebeca?— pregunto sorprendido.
—No bro, cuanto mas me aleje, mas fácil será para ti protegerla. Y eso es lo que quiero. — abre la puerta —Bueno, lo que queremos los dos— susurra casi en un tono inaudible.
—Gracias bro—le digo y lo abrazo.
—¿Ya te vas?— escucho que pregunta Rebeca. Damon asiente.—Ya nos veremos— añade.
Damon sonríe.
—Cuídala—me susurra.
—Eso haré. Y no te preocupes, la volverás a ver
Cierra la puerta.
Miro a Rebeca. Ella me mira. No puedo aguantar las ganas de abrazarla, de tenerla entre mis brazos. De cuidarla y protegerla como nunca lo he hecho con nadie. Y besarla. Pero no puedo hacerlo.
No aparta su mirada de la mía. Abre su boca para decir algo, pero la cierra de golpe hasta que después de suspirar varias veces, habla.
—He escuchado todo
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