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⠀𝐈𝐈𝐈. SCOOTER'S KIDNAPPING

・ 。゚🩸⦙ 𝐏𝐀𝐈𝐍𝐊𝐈𝐋𝐋𝐄𝐑 。˚🔪 ᵎ
003.┊ SECUESTRO DE SCOOTER.
꒰# TEEN WOLF E4 T4 ; Benefactor.

MADISON DORMÍA PLÁCIDAMENTE EN LA CAMA DEL LOFT DE DEREK cuando su teléfono móvil empezó a sonar. La mullida manta que la envolvía se sintió despojada de su calor, su almohada se volvió incómoda y ella se movió para encontrar su móvil, que estaba enredado en sus sábanas. Abrió los ojos con pesadez y miró la hora en el teléfono: las 12:58 a.m. La luz brillante la hizo estremecerse y se los frotó.

La bruja gimió, por fin se había ido a la cama a una hora decente por una vez, pero por supuesto su Alfa decidió que era un momento maravilloso para llamarla. Deslizó el pulgar para responder a la llamada, se acercó el teléfono a la oreja y le habló.

—¿Hola?

Madison se alegró de haber cogido el teléfono, mientras Scott murmuraba algo sobre una bañera y un secuestro. No necesitó decir más, ya que Madison se puso unos zapatos, una sudadera y se despidió de Derek en un susurro mientras salía por la puerta.

Corrió hacia la casa de Scott y se maldijo al llegar a la puerta. Se sentó en la escalera y apoyó la barbilla en sus codos. La adrenalina se apoderó de ella, sus pulmones y piernas ardían mientras recuperaba el aliento. De repente, una mano se posó en su hombro, y ella se agarró a la figura e inclinó sus dedos hacia atrás para zafarse del agarre.

No fue hasta que un grito de niña fue emitido y la cara de Stiles apareció a la luz del porche.

—¡Maldita sea, pequeña Argent! Menudo agarre tienes ahí... ow —chilló Stiles, acunándose los dedos de la mano derecha mientras Madison le palmeaba la espalda torpemente.

Mientras esperaban a que Scott abriera la puerta, Stiles pensó que era un buen momento para contarle a Madison las aventuras de la noche. No se enteró de mucho, pero supo que un wendigo intentó asesinar a Liam y Melissa, antes de ser asesinado por un hombre sin boca.

Ninguno de los dos sabía mucho sobre esa especie, sólo que se alimentaba de carne humana y que tenía una cantidad horripilante de dientes.

Stiles había corrido del hospital a casa de los McCall tras contarle a su padre lo que creía que había pasado, después de haber dejado a Malia plantada en su casa para estudiar.

Supuso que Scott había oído el alboroto, ya que abrió la puerta de su casa y dejó pasar a los dos apresuradamente.

—Le he contado a mi padre todo lo que he podido.

—¿Y le has hablado de Liam? —preguntó Scott, mientras Stiles se abrazaba frustrado.

—¡Apenas me has hablado de Liam! Aunque, ¿qué has hecho con él?

—Está arriba... —explicó Scott torpemente y Madison enarcó una ceja. No hacía falta ser una bruja para darse cuenta de que Scott estaba omitiendo algo.

—¿Haciendo qué? —preguntó Stiles con suspicacia mientras movía las manos.

Scott no respondió por un momento, caminando hacia el frente de sus escaleras antes de empezar a hablar.

—Acostado.

—Hmph.

Stiles y Madison lo miraron confundidos, pero no antes de que Madison meneara la cabeza y subiera corriendo las escaleras para ver qué escondía. Se deslizó por delante de Scott con facilidad, agachándose bajo sus piernas y subiendo las escaleras a toda velocidad.

—¡Ah! ¡Espera! ¡Madi, no! —dijo Scott, corriendo detrás de la chica con Stiles siguiéndolo.

Madison corrió por el pasillo y abrió la puerta del dormitorio de Scott, encontrando una cama vacía, se sintió engañada y confundida. Su confusión se interrumpió cuando sus ojos se dirigieron al cuarto de baño, donde podía oír débiles gemidos y movimiento. Antes de que pudiera explorar dicho ruido, Scott le puso una mano en el brazo.

Madison se dio la vuelta y le propinó un suave golpe en la cabeza a Scott. El alfa condujo a los tres al cuarto de baño, antes de abrir la cortina de la bañera. Liam estaba sentado en la bañera, envuelto en cinta adhesiva. Tenía los ojos muy abiertos y estaba aterrorizado mientras se retorcía. Respiraba con dificultad y gruñía, aunque salía de forma amortiguada.

Los dos juniors y la otra estudiante de primero le miraron inexpresivamente, antes de que Stiles pusiera los ojos en blanco y cerrara la cortina. Liam movió la cabeza de arriba abajo mientras gruñía y se retorcía, y Scott y Stiles volvieron al cuarto.

Madison se quedó un momento en el cuarto de baño, volvió a abrir la cortina y miró a Liam.

—Lo siento. La verdad es que no sé qué ha pasado esta noche, pero vas a estar bien, y Scott no va a hacerte daño... no creo. Así que no te preocupes —Antes de que Liam pudiera responder, Madison se encogió de hombros y volvió a cerrar torpemente la cortina.

—¿Así que, le has mordido? —preguntó Stiles sentado en la cama de Scott junto a él.

—Sí...

—Y lo has secuestrado.

—Sí...

—Y lo has traído aquí.

—¡Me entró el pánico! —se defendió Scott, mirando entre la novata y el junior con los ojos muy abiertos.

—Yap —Stiles asintió, antes de fruncir los labios—. No acabaremos enterrando las partes de su cuerpo en el desierto, ¿no? —preguntó, y Liam empezó a ahogar sus gritos de protesta.

Madison no pudo evitar encontrar la situación graciosa, el Verdadero Alfa secuestrando a un novato cualquiera y guardándolo en la bañera durante quién sabe cuánto tiempo.

—Para que conste, ¡por esto siempre hago yo los planes! ¡Los tuyos apestan! —exclamó Stiles y Scott asintió con la cabeza.

—Lo sé. Por eso te he llamado. Y a ti... bueno, en realidad no sé por qué te he llamado.

—¿Qué tal si dejamos de traumatizar al pobre chico, lo sacamos de la bañera y lo traemos aquí? —habló Madison con calma, usando un poco de sus poderes de manipulación para hacer que Scott y Stiles estuvieran de acuerdo.

Scott era muy consciente del aura que desprendía cuando usaba sus poderes, pero no iba a decir nada ya que el plan era algo decente.

Después de que el trío decidiera lo que harían a continuación, los dos Juniors se pusieron en marcha para liberar a Liam, mientras Madison bajaba las escaleras para pillar una silla del comedor y llevarla a la habitación de Scott.

Costó un momento conseguir que Liam se comprometiera, ya que Scott y Stiles tuvieron que quitarle la cinta adhesiva, sujetarlo en la cama de Scott y esperar a que Madison volviera. Unos minutos más tarde, Madison entró, luchando con un resoplido para que la silla cupiera por la puerta.

—... ¿Cargaste con esa cosa? —preguntó Stiles, mirando entre los brazos de Madison que casi no tenían músculos.

—Sí.

—¿Y no se te ocurrió usar alguna de tus... habilidades especiales? —preguntó Stiles, y la cara de Madison se quedó en blanco y refunfuñó. Si hubiera ordenado sus pensamientos aunque sólo fuera por un momento, se habría ahorrado una generosa cantidad de sudor y unos buenos cinco minutos.

Scott y Stiles no tardaron mucho en volver a atar a Liam a la silla, con un mínimo de rechazo por parte de Liam. Le mantuvieron la cinta adhesiva en la boca para evitar que gritara, mientras Madison se estremecía al ver la expresión de su cara.

—Liam, vamos a quitarte la cinta de la boca. Si gritas, te la pondremos de nuevo. Si hablas en voz baja, estarás sin ella. ¿Entendido? —preguntó Stiles, y Liam les miró antes de asentir con la cabeza.

Stiles lo miró con expresión seria.

—Vale —dijo él vacilante, temiendo que Liam aprovechara la oportunidad para empezar a gritar por su vida. Arrancó la cinta de la boca de Liam, la cabeza del muchacho se movió en la dirección de la cinta caída y una mueca de dolor salió de su boca.

—Bueno, Liam... Has visto un montón de cosas confusas esta noche. Y van a pasar más cosas confusas por las cosas confusas que ya han pasado. ¿Lo entiendes?

—La verdad es que no —dijo él después de sacudir la cabeza.

—Bueno. Eso es bueno.

—Yo tampoco lo entiendo... —intervino Scott con la mirada perdida y el ceño fruncido.

—Deberías decírselo —sugirió Stiles, moviendo las cejas arriba y abajo en un movimiento comunicativo para que Scott supiera que debía informarle sobre lo Sobrenatural.

—¿Decirme el qué? —replicó el novato, cuya paciencia se agotaba mientras fruncía el ceño.

—Liam, lo que te ha pasado...lo que te he hecho. Lo que he tenido que hacer para salvarte, va-va a cambiarte —explicó Scott, Madison tarareó de acuerdo y con satisfacción como respuesta de Scott.

—A menos que te mate —añadió Stiles, haciendo que Liam jadeara y su expresión cambiara rápidamente a aterrorizada. La joven de quince años tapó rápidamente la boca de Stiles con una mano para que no hablara más.

—No debería haber dicho eso —murmuró a través de su mano.

—Definitivamente no deberías haber dicho eso —Madison estuvo de acuerdo, asintiendo con la cabeza y frunciendo los labios.

—¿Q-qué? —exhaló Liam, con la voz entrecortada.

La cabeza de Liam bajó, antes de que se oyera un suave sollozo y un llanto. Scott y Stiles se asustaron rápidamente mientras intentaban calmar al chico.

Madison miró frenéticamente entre los dos chicos, apartando la mano de la boca de Stiles y limpiándose la mano en los vaqueros.

—Ah... Oh-oh. Oh-oh... ¿Está...? ¿Está llorando? 

—Liam, no pasa nada. Todo saldrá bien. No vas a morir.

—¡Sí! Bueno, probablemente no —estuvo de acuerdo Madison.

—¡Para ya! —regañó Scott dirigiendo su atención a la joven Argent con la mirada. Ella levantó las manos en señal de rendición, cerró la boca y se agachó para encontrarse con los ojos de Liam.

—Quiero decir, posiblemente no —añadió ella, sólo haciendo que Liam lloriquee ruidosamente.

—¿Me ayudáis a desatarle, por favor? —preguntó Scott, y los dos asintieron y obedecieron enseguida. Minutos después, Liam se puso en pie, nervioso.

—Liam, ¿estás bien? —preguntó Scott, con un tono de voz amable y cargado de empatía.

—Nosotros lo sentimos mucho. De verdad... —empezó Stiles, antes de que Liam agarrara rápidamente la silla y los golpeara con ella, pillándolos desprevenidos. Fue a darle a Madison, pero ella retrocedió. En realidad, nunca fue a hacerle daño, ya que sacudió la cabeza y miró en dirección a Stiles.

Scott había sido derribado por el impacto, pero Stiles se levantó y se frotó la nuca.

—Liam, ¿qué demonios te pasa—

Una vez más, Stiles fue tirado al suelo con un puñetazo de Liam. Al ver que los juniors estaban en el suelo, echó a correr rápidamente y se lanzó hacia una salida.

Madison fue rápidamente a ayudar a los chicos a levantarse, y decidieron acercarse sigilosamente. Observaron cómo Liam se miraba confuso la pierna que se había roto y aprovecharon la oportunidad para placarle.

—¡A por él! —rugió Stiles y Scott asintió. Los dos chicos saltaron sobre Liam y los tres salieron despedidos escaleras abajo con un gruñido.

Madison estaba en lo alto de las escaleras, con una sonrisa de complacencia en la cara antes de echarse a reír de lo que veía a sus pies. Los tres chicos estaban enredados al final de la escalera, y Liam se escabulló rápidamente.

—¡Pierna! ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! Lo... tengo —Stiles se interrumpió al ver que la pierna pertenecía a Scott. El alfa miró mal a Stiles, claramente cabreado, y apartó el zapato de Stiles de su cara—. Lo tenía... —dijo en voz baja.

Ambos se giraron y miraron hacia la puerta principal, abierta de par en par.

—Tu plan también apesta.

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