🌻 |Capítulo 41.|🌻
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Capítulo 41.
“Más que un equipo de Tres”
Finalmente los gemelos habían despertado. Inmediatamente el equipo médico que los atendía hicieron sus respectivos chequeos, y bloquearon todas las ventanas de la habitación para asegurarse de que Nami no se escapara como siempre lo hace. Ya no necesitaré mencionar que ella detesta estar en el hospital ¿verdad?
Después de que Rei y su equipo realizaran sus chequeos, pasaron las enfermeras a dejarles en la mesita la primera comida del día y su dosis de medicina. La Hyuga tenía que tomar sus antiguas pastillas para evitar que sucedería un dolor de cabeza, y su hermano mayor tendría que tomar una botella de jarabe. Ahora mismo, Neji y Nami desayunaban cada uno en su respectiva camilla. Ambos estaban callados, pero era algo común en ambos al comer. No era necesario para ellos hablar todo el tiempo, bastaba con estar juntos en un sólo cuarto. De hecho, era lo que más aliviaba al otro, ya que sería una estadía bastante aburrida para los dos si no tenían a su hermano cerca.
Neji decidió dirigir sus mirada hacia su hermana. Mientras él tenía el pecho desnudo y con algunas vendas, ella estaba con su torso, pecho y hombros vendado. Ninguno de los dos llevaba su bandana, ni la venda que llevaban debajo de esta, ambos mostraban su marca sin interesar nada más. El mayor notó con cierta impresión cómo ahora él era quien llevaba el cabello un poco más largo que el de su hermana. Hasta ahora, él no se enteró de lo que Nami pasó en su batalla, y lo mismo sucedía con su hermana. Para ambos, estaban de acuerdo que sería un tema del que mejor no buscarán platicar hasta tiempo después. No obstante, regresando al cabello de Nami, Neji notó como el castaño cabello de su hermana había sido reducido a un poco más arriba de la cintura. Supo de inmediato que a lo mejor, aquello fue el peor golpe que le pudieron dar.
Nami por otro lado, mantenía su mente completamente en blanco. No estaba pensando en absolutamente nada, sólo quería disfrutar de su desayuno en silencio. Pero le era algo difícil hacerlo, ya que sentía la mirada incesante de su hermano mayor, y aunque no le molestara que se tratara de su hermano, sí le incomodaba el hecho de que ni siquiera disimulara. Ella ya sabía porqué la miraba así.
—–Creo que era hora de un corte.—murmuró ella, dejando su plato a un lado, luego, se giró y miró a Neji.—–¿Qué, te sorprende que ahora tú tengas el cabello más largo?
Neji giró los ojos con cierta molestia, notando el tono seco de su hermana al hablar. Él sabía porqué actuaba así, estaba molesta, pero intentaba ocultar su vervadero sentir como siempre.
—–No intentes aparentar que no te importa. ¿Quién crees que soy? Te conozco mejor que nadie.
—–Y por eso deberías saber que no quiero hablar al respecto.—interrumpió mirándolo.—–Estoy bien ¿si? El cabello volverá a crecerme. Tampoco es el fin del mundo.
Neji suspiró con cansancio viendo como su gemela volvía a tomar el plato de su desayuno, para continuar comiendolo. Era realmente extraño ver a Nami con el cabello más corto que la altura de la cadera, pero lo que más extraño era, es que ella parecía no afectarle.
—–Y deja de verme. Quiero comer tranquila.—agregó en un murmullo.
—–Pasame la botella.—pidió estirando la mano, para que su hermana se la pasara.
Nami sonrió con cierta diversión, tomando y mostrando la botella a su hermano. Levantó una ceja y lo miró con una sonrisa ladina.
—–¿Te refieres a esta botella?—preguntó. Era obvio que la respuesta era un sí.—–Pídelo amablemente.
—–Dame la botella.—exigió de nuevo, intentando alcanzarla.—–Es una orden.
—–Sabes que no obedezco órdenes.—interrumpió Nami divertida.—–Sólo di las palabras mágicas.
Neji rodó los ojos con molestia, suspirando después con cansancio y dejando de estirar su mano. Estaba por oprimir un botón para llamar a la enfermera más cercana y que hiciera lo que Nami no quería, pero su acción fue interrumpida cuando una almohada se atravesó en su camino. Él se giró en la dirección de la que la almohada había sido lanzada, observando que su hermana menor había dejado el plato y en su lugar, tenía otra almohada llena de plumas y lista para ser lanzada.
—–Sé amable. O tampoco podrás llamar a una enfermera.—advirtió, mostrando una sonrisa maligna pero juguetona.
—–Tú nunca eres amable, ¿porqué yo sí debería serl- ¡AGH!—una almohada impactando contra su rostro fue suficiente para callarlo y molestarlo.—–¿De dónde sacas tantas almohadas?
—–¡DILO!—insistió sin tener respuesta. Hasta que por parte de su hermano mayor, recibió con su cara una almohada.—–¡AAGH, NEJI!
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Sin darse cuenta, los dos comenzaron a lanzarse las almohadas entre sí, divirtiéndose juntos y riéndose. Aveces se quejaban por los golpes, pero a la final eran almohadas así que no habría peligro. Los gemelos seguían jugando como niños hasta que sin querer terminaron destruyendo una almohada, la cuál soltó miles de plumas y las repartió a los alrededores de la habitación. Los dos hermanos rieron un poco, viendo lo que ambos habían causado. La habitación era un completo desastre. Tanto alboroto también llamó a las enfermeras o doctores cercanos, los cuales al entrar muy afanados, solamente vieron confundidos que los Gemelos Hyuga dormían plácidamente cada uno en sus camillas, roncando un poco. Cuando ellos se fueron, los gemelos abrieron los ojos y se miraron los rostros, comenzando a soltar risas más bajas.
—–¿Hace cuánto que no teníamos una guerra de almohadas?—preguntó la Hyuga, mirando a su hermano mayor.
—–Creo que... Desde que papá se fue.—respondió con una pequeña sonrisa, aunque algo nostálgico.—–Vaya.
—–Dejamos que la muerte de papá nos cambiara demasiado, ¿verdad?—preguntó desviando la mirada, borrando un poco su sonrisa.—–Y fue lo que nos advirtió en su pergamino... Que no cambiaramos. Que siguiéramos siendo los mismos niños alegres de siempre.
—–Ya no somos niños.—corrigió Neji.—–Además. Siendo honesto... Nuestro lado infantil solo sale con el otro.—agregó, recostandose en la camilla otra vez.—–Pero es divertido así.
Nami lo miró recostarse, sonriendo. Luego se recostó ella en su misma camilla. Los dos estaban igual: tenían los brazos al rededor de su cabeza, mientras miraban al techo con una sonrisa.
—–Si... —asintió su hermana.—–A la final, sólo nos tenemos el uno al otro.
Neji tomó su sábana y se cubrió hasta el cuello, girandose a ver a su gemela. Ambos estaban sincronizados, pues lo hicieron al tiempo y ambos hicieron lo mismo. Los dos hermanos se sonrieron con cariño, pero el momento fue interrumpido por unos toques a la puerta. Ambos se levantaron un poco y miraron hacia la puerta. Nami miró a su hermano un poco confusa, preguntándole con la mirada quien podría ser, pero Neji le respondió con la misma mirada confusa.
—–¿Pase?—soltaron los dos a la vez, sin recibir respuesta.
Cuando la puerta se abrió, se dejó ver a un Maito Guy con lágrimas en los ojos. En sus brazos estaban atados varios globos flotantes, éstos eran de color amarillo, azul, verde claro y otros eran blancos. El mayor se mostraba altamente conmocionado y contento, por ver que los Gemelos ya estaban completamente fuera de peligro y luego de varios días dormidos en el hospital, podrían salir al día siguiente para volver a su hogar, a entrenar, y a hacer miles de cosas más que acostumbraban. Los gemelos levantaron más la ceja, totalmente confundidos por la actitud de Guy. Pero él seguía ahí, acercándose muy conmovido. Detrás de él se apareció su versión más baja, es decir, Lee, quien tenía la misma expresión del mayor.
Ah, y no olvidemos a Kai, quien lloraba también pero con una gran sonrisa.
Los gemelos estaban tan confundidos, que por la incomodidad les bajaba, a los dos, una gota por la sien.
—–¡FELICIDADES GEMELOS! ¡FELIZ ÚLTIMO DÍA EN EL HOSPITAL!—exclamaron Guy, Lee y Kai.
Nami se mordió el labio inferior para no soltar una carcajada, pues la imagen que tenía en frente era realmente graciosa y adorable. Neji se cruzó de brazos un poco, y pese a que intentó mantener su rostro serio, logró mostrar una pequeña sonrisa.
—–Gracias Guy sensei. En serio.
—–No son necesarios los globos.—agregó Nami, después de calmar su risa.
Detras de ellos, asomando sus rostros por la puerta estaban Meiko y Tenten, quienes miraban a los tres hombres con decepción. Se supone que así no iban a entrar para sorprender a los gemelos, y que tampoco iban a llorar así, pero al parecer las emociones le ganaron. La Dai y Tenten se miraron y rieron un poco rato después, aceptando que no había remedio para sus locos amigos y/o sensei, y decidieron entrar también para saludar a los gemelos.
—–¡NEJI, QUE BUENO QUE ESTÁS RECUPERADO! ¡EL EQUIPO NO SERÍA LO MISMO SIN TI, SI ME LLEGO A CRUZAR CON EL TONTO QUE TE HIZO CAER EN COMA YO MISMO LE PATEARÉ EL TRASERO!
El mayor de la habitación recibía a su estudiante con lágrimas y mocos, aún muy conmovido por ver que él estuviera bien. Tenten desde atrás palmeaba su espalda para ayudar a que se calmara, pero el serio de Neji sólo podía sentir vergüenza agena. Aunque, bueno, también agradecía tener a un maestro tan... Carismático...
—–N-No es necesario que grite tanto, Guy sensei...—clamó él en un pequeño murmullo, colocándose una bata encima.
Habían chicas en la habitación. Debía cubrirse por respeto a ellas.
Nami por otra parte, era bombardeada de preguntas y felicitaciones por parte de Kai y Lee. Tantas palabras ya comenzaban a marearla, pero gracias a Meiko, que asustó a los entusiastas amigos, Nami pudo salvarse de todos sus frutos y llantos.
—–¿Cuánto tiempo estuvimos dormidos desde que regresamos?—preguntó ella levantando una ceja.—–¿M-Meiko...?
—–¿Por qué te fuiste sin nosotros, tonta?
Un aura oscura rodeaba a la pacífica albina religiosa, que ahora mostraba en sus ojos mucha oscuridad y rabia. Ella estaba tan molesta porque Nami se había ido a esa misión peligrosa sin siquiera decirles a ella o a Kai, que tan sólo esperaba el momento oportuno para regañar a su amiga. Nami solo tragó un poco de saliva, mirando como Meiko expresaba su molestia.
—–H-Hey... Relájate. Tenía que ir por mi hermano.—murmuró levantando una ceja.
—–¡PERO ESO NOS DOLIÓ!—insistió Kai, apareciendo detrás de Meiko, mié tras la misma aura oscura lo rodeaba también.
“Demonios... Nunca los había visto tan enfadados...”—–pensó Nami, con varias gotas bajando por su sien.
La Hyuga suspiró, juntando sus manos para disculparse y sonreír un poco, mirando que sus amigos cambiaban su semblante. Ahora sonreían un poco.
—–¡Es que eres tonta! Somos los tres juntos contra el mundo.—sonrió Kai.—–No puedes salvarte de nosotros, nunca, Nami-chan.
—–¡OMITE EL “CHAN”! ¡JODER!
Anteriormente, cuando se enteraron por Lee que Nami se había ido, Meiko y Kai se sintieron bastante tristes y algo inútiles, porque sintieron que no los querían cerca por falta de fuerza, pero aún así comprendieron que Nami quería ir con su hermano y protegerlo. Luego entendieron que, pese a que su “líder” se fue sin ellos así como su sensei también se alejó, de alguna manera intentaban protegerlos. Ambos aprovecharon el tiempo libre para entrenar juntos, mejorar sus habilidades, para sorprender a su amiga y a su sensei cuando ellas regresaran.
—–Tengo buenas noticias, Nami.—agregó Kai sonriendo, mirando a su amiga quien enarcó una ceja esperando a que hablara.—–Hokage-sama me ofreció entrenarme como ninja médico.—exclamó emocionado.—–Ahora, ustedes dos no tendrán que temer de herirse en las misiones, porque tendrán a su médico personal disponible.
—–No sé qué haríamos sin ti, Kai.—dijo Meiko, sonriendo muy poco, mostrando que estaba orgullosa de él.
Nami alargó una sonrisa de oreja a oreja, sintiéndose feliz por su querido amigo. Y escuchando con gusto las nuevas noticias.
—–¡OOOOH! ¡Y espera, Meiko también tiene algo que contarte!
—–Kai... No... —murmuró la albina, bajando la mirada avergonzada.
Kai sostuvo los hombros de su amiga, al ver que ella se mostraba algo avergonzada e insegura con respecto a lo nuevo que querían contarle a Nami. La Hyuga por otro lado, observó atenta como la albina cambiaba un poco su actitud cuando Kai posó sus manos sobre sus hombros, y podría jurar que en sus pálidas mejillas había notado un ligero sonrojo rosado —empiecen a shippear pues— Aquello sorprendió a Nami, pero prefirió aguantarse la risa y esperar a que ellos hablaran.
Meiko tomó aire y le explicó a Nami que en secreto, ella había estado trabajando en un jutsu nuevo, aunque aún no podía recrearlo bien. El jutsu del que ella hablaba era una pequeña adaptación de uno que se usaba en su clan.
—–Aún no sé cómo llamarlo o mejorarlo... Pero... Es básicamente usando el estilo del agua...—explicó, mirando a su amiga.
Nami abrió los ojos impresionada, y sonrió con sinceridad estando también orgullosa de Meiko. Ella siempre había sido tan callada y algo insegura, pero no lograba ver lo rápida y poderosa que podía ser si llegara a confiar más en sí misma.
—–Quisiera verlo.
—–¡Es muy genial!—exclamó Kai.—–¡Es como un BOOM,y luego un SPLASH! ¡Y es como si el agua se transformara en veneno negro, o yo no sé! ¡Además está trabajando en dominar el estilo madera!
—–Aún no lo domino.
—–¡Pero eso no importa Meiko!—expresó él, sonriendo.—–Quizá puedas superarnos alguna vez.
—–Kai tiene razón.—agregó Nami, antes de palmear la cabeza de los dos.—–Los tres nos superaremos... ¡Somos los tres grandes!
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—–Bien, Lee, muévete un poco a la derecha.—mencionó Guy, posicionando a su alumno.—–Ahí estás bien. Ahora, Tenten, un poco más junto a Neji. Y Kai, mejor ponte en medio de Meiko y Nami.
Se habían pasado la tarde dentro de la habitación del hospital de los gemelos. Todos ellos habían estado charlando o jugando entre todos, mostrando que eran más que sólo dos equipos de tres separados. Porque de hecho, el equipo Guy y el equipo Rei, desde siempre demostraron ser cercanos entre todos... Ahora mismo, Guy acomodaba la cámara y su temporizador para que salieran todos juntos en una fotografía, la cual serviría como símbolo para inmortalizar la amistad de ambos equipos.
—–Hmmm... Falta algo.
—–¡SI! ¡HAGO FALTA YO!
La exclamación de la voz femenina aterró tanto a Guy como a los más jóvenes. Detrás del mayor, se dejó ver Rei, quien sorprendentemente cuando hace unos días tenía la cara llena de ojeras y bolsas, ahora estaba completamente rejuvenecida.
—–¡CUANDO HAY UNA FOTOGRAFÍA, YO DEBO ESTAR PRESENTE!—exclamó acercándose a los alumnos. Quienes aún estaban con la frente azul.—–Ahora sí. Estamos listos.—sonrió como si nada.
Guy aún seguía algo atónito, pero lo ignoró y colocó el temporizador para después deslizarse al suelo y posar recostado, apoyando su cabeza en su mano, mientras su sonrisa brillaba. Acto seguido, se tomaron varias fotos de todo, despues de haber gritado la palabra “Hermoso” por objeción de Rei quien dijo que era sinónimo de buena suerte para una fotografía. Repitieron varias veces la foto, pues Rei quiso mostrarles a los gemelos y a los demás unas coronillas de flores que ella había hecho, por lo que después, volvieron a tomarse esa foto con esas coronas sobre las cabezas de todos.
Hasta la de Guy.
Y fue así como los gemelos y sus equipos, o más bien amigos, pasaron el día entre todos sin importar que estuvieran en el hospital. Claro que tuvieron que irse después, porque los Hyuga tenían que hacerse un chequeo, pero, no cabe duda de que todos disfrutaron esa tarde juntos, alegando que a diferencia de otros equipos...
Ellos eran más que dos equipos de tres...
@Miss_References llegando con un nuevo capítulo, que aunque es de relleno está hecho con amor y esfuerzo para que ustedes lo disfruten mientras esperan al especial del que se habló ayer :3
Espero que les haya gustado ^^
Y tengo una pregunta. Okay, voy a admitir que personalmente me encanta que Kai y Meiko sean tan cercanos...
Y que tienen química según mi hermana xD
Pero, quiero preguntar ¿que tal les parece Mei?
Siento que no le he dado mucho protagonismo, pero, espero poder compensarlo con lo que viene jsjsjsjs
Amo a los tres grandes :'3
Son mis babys xD
Y bueno. Eso es todo todin
Gracias por leer ^^
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