💫𝒀𝒐 𝒚𝒂 𝒆𝒓𝒂 𝒂𝒔𝒊 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓𝒂𝒔, 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒂𝒃𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂𝒔 𝒄𝒂𝒍𝒍𝒆𝒔 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒂 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔. 𝑰𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓𝒂𝒔 𝒚𝒐 𝒚𝒂 𝒗𝒊𝒗𝒊𝒂 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒊 𝒚 𝒂 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔, 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒄𝒂𝒔, 𝒕𝒆 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂𝒏𝒂𝒃𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒊 𝒔𝒖𝒑𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒇𝒂𝒍𝒕𝒂 — 𝑱𝒖𝒍𝒊𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒕𝒂𝒛𝒂𝒓💫

Tal como Andrómeda lo había previsto Valentín siguió intentando hablar con ella a pesar de sus múltiples insistencias con que tenía que trabajar y concentrarse, al cantante no le importó aquello en lo absoluto, había quedado encantado con aquella chica de belleza sencilla y natural, no podía dejar de mirarla y de pensar que conocerse era cosa del maravilloso e incierto destino.

Lo gracioso es que usualmente él no creía en el destino, él creía firmemente que la raza humana tenía libre potestad para hacer lo que les nacía hacer y que no había una extraña fuerza que los guiara a esas decisiones, no había un libro de la vida en la que todos ya tenían sus historias escritas, la vida se basaba en personas que no tenían ni la remota idea de lo que hacían pero aún así seguían adelante, aprendiendo de los errores para poder tomar mejores decisiones en un futuro.

Para el Argentino esa era la vida, pero solo bastó mirar al océano café en los ojos de Andrómeda para pensar que ellos estaban destinados a encontrarse, que no había sido casualidad que ella trabajara en el ámbito audiovisual y mucho menos que él sea un artista necesitado de sus servicios para su gira, no había sido casualidad que ella se llamara como una de sus canciones y no había sido casualidad que él haya quedado prendido en su sonrisa luego de verla solo una vez.

Para Andrómeda las cosas eran un tanto diferentes, ella creía en el destino desde que tenía memoria. Por ejemplo, una de las cosas que creía firmemente fue obra del acertado destino fue conocer a Joaco el día de su graduación de la universidad, su jefe actual estaba ahí para ver a su hermano menor graduarse de la misma carrera que ella cursaba, ambos terminaron de fiestas juntos con los demás egresados, intercambiaron números y cuando el mayor abrió las puertas de su negocio una de las primeras personas que llamó fue a la Venezolana.

Sin embargo, el destino nunca había jugado a su favor en el tema romántico o tal vez, ella nunca dejó que lo hiciese. Su vida se basaba en Orión, en su trabajo y en su familia, no había lugar para el amor en su vida, y eso que había intentado al principio, pero lo cierto es que era muy difícil que un chico de su edad quisiera embarcarse en una vida familiar con un hijo que no era suyo.

De vez en cuando tenía alguna aventura por ahí, no le daba la cara para mentir y decir que no hacía nada de nada, porque las mujeres con hijos también tienen tiempo para satisfacer sus necesidades sexuales, las necesidades amorosas podrían esperar.

—Bien, vamos a comenzar, ¿Vale? Solo finjan que no estamos aquí y que no tienen una cámara apuntando directo a sus caras —la jefa del equipo soltó una pequeña risa mientras apuntaba la cámara hacia ellos, Valentín sintió que murió y revivió al escuchar esa risa tan hermosa entrar por sus oídos como una perfecta melodía. —Queremos capturar el ambiente antes del concierto lo más natural posible, hagan lo que siempre hacen, sean ustedes mismos —terminó por explicar viendo que todos asintieron.

Comenzó a grabar y lo primero que captó fue a Valentín Oliva mirándola como si ella fuese lo más interesante en un mundo lleno de personas ordinarias, era como si desprendiera una magia que protegiera todo el lugar donde estaban, como si su risa fuera la canción más linda, la única que podía sacarlo a bailar. Habían hablado muy poco y ya el Argentino quería conocerla más y más, era como si tuviera alguna clase de fuerza magnética que lo atraía hacia ella y no podía hacer nada en contra de eso.

—Perdoname, actuar normal, es lo que querés, es lo que voy a hacer —en su voz se notaba la timidez que se formó dentro de su cuerpo luego de que haya sido descubierto hundiéndose más en la fantasía de conocerla. —¿Me siento acá? ¿Esta bien si me siento? —preguntó pasando una mano por su nuca intentando quitarse los nervios de encima.

—Solo haz lo que normalmente haces antes de un show, yo no estoy acá —volvió a explicarle con una sonrisa amable hacia el teñido que solo pudo sonreír ante el gesto.

Y es que para Andrómeda era casi imposible tratar mal a alguien que no se lo merecía, aún cuando ella estaba más que consciente de que el cantante se había interesado en ella más allá de lo profesional, no podía rechazarlo de forma tosca porque sencillamente aquel risueño y tímido chico no había hecho más que mirarla como si fuese una Diosa y tratar de hablar con ella. Además le causaba cierta ternura mirarlo y pensar que estaba así de nervioso porque no sabía como terminar de acercarse a ella, todo lo contrario a como era cuando subía al escenario, era interesante ver esas diferencias en él.

Pero para Valentín no era nada interesante, era algo vergonzoso, aunque normalmente era algo tímido al conocer gente nueva, lo era aún más cuando trataba de acercarse a alguien que le gustaba o le atraía, una cosa era conocer a alguien cuando estaba de fiesta tomando, fumando y terminar enrollados entre las sábanas, y otra cosa muy diferente es afrontar a alguien que apenas conoces pero que en verdad te atrae completamente sobrio, no era algo fácil para él y ahora mismo estaba luchando con aquella timidez para lograr ser aquel Valentín vivaz, atrevido, divertido y simpático que era cuando ya entraba en confianza.

Aunque al principio le costó un poco ignorar la presencia de la castaña logró hacerlo gracias a sus amigos, especialmente a Guadalupe, mejor conocida como Wawa, ella era la única chica del grupo y por lo tanto era la que menos molestaba al cantante cuando se ponía nervioso por conocer a una chica, al contrario, lo animaba y lo tranquilizaba para poder dar el paso correcto. Gracias a ella logró entender que lo mejor era esperar hasta que Andrómeda terminara de trabajar porque se notaba que lo primordial para ella en este momento era hacer un buen trabajo, cesó sus intentos y tal cual la Venezolana le pidió, empezó a actuar normal con sus amigos y familia mientras ella grababa gran parte de aquellos momentos.

Mientras ella grababa abrazos y pequeñas conversaciones emotivas que tenía el cantante, miraba alrededor para ubicar a sus compañeras de trabajo, Isabel se encontraba acomodando su propia cámara mientras de vez en cuando sus ojos se iban hacia Trueno, Elisa por otra parte se encontraba en una charla bastante animada con Duki y Victoria estaba entretenida coqueteando con el mejor amigo de Wos. Agradecía que su amiga Española este aguantándose sus impulsos primitivos de ir hacia el Argentino y en vez de eso estuviera concentrada en lo que debía hacer.

Las únicas chicas que grababan el concierto eran ellas dos, pues Elisa y Victoria se encargaban de la post producción, ellas se concentraban en poner todas las tomas en un solo vídeo y hacerlo de forma magnífica. Solo las acompañaban para ayudarlas con las miles de cosas que solían llevar, siempre tenían cuatro cosas iguales para asegurarse que si una fallaba podían resolver con las demás, nunca se quedaban sin repuestos.

Las dos horas pasaron volando rápidamente y ya Valentín se encontraba a un lado del escenario mientras le acomodaban el in ear en su oreja, podía escuchar con fuerza los gritos de la gente esperando por él y coreando su nombre, lo que estaba pasando era muy importante pues era el inicio de su propia gira, todas esas personas están ahí para verlo solamente a él, era el salto verdadero de su vida como freestyler a su vida como un artista a toda regla y no podía estar más orgulloso.

—Wos —la dulce voz de la chica que estuvo rondando en su mente desde que la vio se escuchó detrás de él haciendo que se volteara de inmediato, casi rompiéndose el cuello por accidente. —Solo quería acercarme a decirte que te deseo mucho éxito en este inicio de tu gira, éxitos porque la suerte es para mediocres, a romperla toda —todo eso lo dijo con su característica sonrisa amable que provocaba un sin fin de emociones en aquel muchacho.

—Gracias, Andrómeda, posta —el joven no podía dejar de sonreír por el simple detalle de que ella se hubiera acercado a desearle éxitos. Quería seguir hablando con ella pero ya le estaban avisando que debía salir en tan solo unos segundos. —Éxitos para vos también... ya sabes, éxitos en grabar todo lo que tenés que grabar, seguro te sale re piola —había sido un completo vómito de palabras y para él había sido vergonzoso, había sido como cuando te deseaban feliz cumpleaños y respondías “igualmente”

—Oh, sí, los dos la vamos a romper, tranqui —le respondió soltando una risa que contagio al joven, para luego darse la vuelta e ir a su puesto de trabajo mientras seguía pensando en la peculiar risa del cantante, le había gustado.

—Mi garganta duele —el comentario de Victoria hizo que la Venezolana dejara de ver su teléfono para mirarla con ojos pícaros. —Ay no, Meda, no me duele por eso, mente sucia inmunda —se quejó haciendo que su amiga soltara una risa. —Es que grite mucho... —aquel comentario hizo que la castaña soltara un "ay, vale, tremendo chinazo*". —Pará, boluda, grite porque estaba cantando todas las canciones a gritos, ¿Por qué tenés una mente tan sucia? —siguió hablando esta vez entre risas.

Cuando Meda iba a responder por la puerta del camerino entró un sudoroso y cansado Wos que fue recibo entre abrazos y aplausos, todo fue captado en la cámara de la Venezolana mientras ella mantenía una sonrisa de oreja a oreja al filmar tal momento emotivo como era ver a la madre del cantante llorar de emoción al ver cuan lejos ha llegado su propio hijo.

Ella debía admitir que había disfrutado muchísimo el concierto, la pasión que le ponía el Argentino era innegable, la podías sentir en cada pequeña parte de tu cuerpo y darte cuenta que esto era por lo que él había venido a este mundo, incluso en muchas ocasiones tuvo que contenerse así misma para no mandar la cámara al público para saltar al ritmo de Luz Delito y eso no le pasaba con casi nadie, realmente.

Aquel chico tenía algo especial en él, una clase de magia que lo hacía un diferente al resto, a Andrómeda le encantaría seguir trabajando con él durante el resto de su gira.

Y Valentín también pensaba lo mismo de ella, varias veces durante el concierto su mirada se desviaba hacia la castaña sin quisiera evitarlo, como justo estaba pasando en ese momento, la veía con sus amigas hablando y riendo mientras el se debatía sobre si acercarse o dejar de ser tan insistente con una chica que parecía no estar interesada en su persona.

—Bueno, pelotudo, la vas a desgastar de tanto mirarla —la voz de Martín se hizo presente provocando que de inmediato fijará su mirada azulada en su crew. —¿Por qué no te terminas de acercar y la invitas al after? Seguro que te dice que sí —insistió siendo seguido por los comentarios de los demás aprobando la idea.

Valentín los miró un tanto desconfiado pero terminó por dirigirse hacia el cuarteto de chicas, quienes de inmediato se callaron y dirigieron sus ojos hacia a él haciéndolo sentir pequeño aunque todas ellas le llegaban por debajo de los hombros, era increíble el poder que podían tener unas miradas.

—Luego de acá vamos a ir a un boliche para celebrar el inicio de la gira, estaría bueno que vinieran —dentro de él se felicito por dar una invitación decente y no una llena de nerviosismo como pensó que saldría.

—Emm... —comenzó a hablar la jefa del equipo luego de que todas las miradas se posaran en ella como si tuviera la verdad suprema. —Estoy segura que las chicas les encantara ir pero yo no puedo... —tan pronto dijo eso la sonrisa en el rostro del mayor de esfumó y por alguna razón eso la hizo sentir mal. —Tengo que volver a casa, me necesitan allá —y era la pura verdad, le había prometido a Orión que llegaría tarde pero llegaría y no podía romper aquella promesa.

—Entiendo, no pasa nada —le respondió con la mejor sonrisa que pudo sacar. —Capaz que es muy confite pero, ¿Me das tu número? —preguntó con la poca valentía que había reunido luego del rechazo a la salida, sus amigas volvieron a mirar a la castaña con ojos de ilusión para que dijera que sí.

—No le doy mi número a personas que acabo de conocer —contestó haciendo que las cuatro personas con ella suspiren con desánimo. —Pero te puedo dar mi Instagram, si entramos en confianza te doy mi número —propusó con una sonrisa provocando que la de él vuelva a instalarse en su rostro y que sus amigas la miren con sorpresa ante tal respuesta que no esperaban para nada.

—Joya —con la emoción de antes sacó su teléfono y entró en la famosa aplicación para luego dárselo a la chica quien rápidamente buscó su usuario y le dió al botoncito de seguir. —Te voy a escribir, de una te advierto, Andrómeda —habló tomando su teléfono de vuelta.

—Estare esperando tu mensaje —mientras va diciendo aquello toma sus cosas y se pone la mochila al hombro para luego despedirse de sus amigas con un abrazo. —Por cierto, dime Meda... Valen —terminó por decirle dejando un beso de despedida en su mejilla y darse la vuelta saliendo del camerino en dirección al auto que ya la esperaba afuera del recinto, dejando a un Valentín con las mejillas ligeramente coloradas en un tono rojizo y a sus amigas aún con rostros de sorpresa debido a la inesperada actitud de su amiga.

No era normal que Andrómeda García accediera a tantas cosas con un chico, lo usual era que los rechazara a penas se acercaban a ella, ni el Instagram les daba y si la conseguían nunca respondía los dm's, ¿Qué tenía Valentín Oliva que había logrado que la Venezolana accediera a darle su user y, además, decirle que esperaría su mensaje? Era un misterio para sus amigas y para todo aquel que la conociera, ni ella sabía porqué lo había hecho.

Tan pronto estuvo en el auto soltó uno de esos suspiros que sueltas cuanto has tenido un día muy largo lleno de trabajos y emociones, en ese momento lo único que quería era llegar a su departamento y echarse a su cama junto con Orión y Sirius hasta el día siguiente, estaba sumamente cansada pero con una sensación bonita y fresca dentro de ella.

No había existido ni un momento en donde no disfrutó algo, incluso los intentos de coqueteo que tuvo el cantante con ella los había disfrutado, le había parecido algo realmente tierno viniendo de él, nunca imaginó que aquel chico quien saltaba sobre el escenario con una confianza increíble se pusiera nervioso cuando le interesaba alguien, eso es lo que le había parecido tierno.

En ese momento su teléfono sonó y de inmediato pensó que se trataba de Orión preguntado cuando iba a llegar a casa, seguramente aún la estaba esperando despierto a pesar de la hora, pero se equivocó pues en su pantalla vislumbró un dm en su Instagram de nada más ni nada menos que de Wos.

Aquel mensaje solo provoco que soltara una carcajada ante la sinceridad del joven, el "buenas noches" había sido el perfecto cierre para ella.

Tal vez podría iniciar una linda amistad con él que no tuviera nada romántico de por medio, ella tenía más que claro que cuando él se enterara que tenía un hijo se iba a alejar como todos los demás chicos, era lo más lógico considerando la edad del muchacho y su carrera como artista, Andrómeda solo esperaba que no quisiese alejarse del todo y quedará un mínimo interés en ser amigos porque si ella terminaba trabajando con él durante el resto de la gira tenían que tener una buena relación de amistad, sino todo sería incómodo y nadie quería eso.

Una sonrisa se instaló en el rostro del Argentino al leer la contestación de Meda, ¡Le había puesto unas estrellitas! Él creía firmemente que tenía oportunidad con aquella castaña y que la gira solo sería un medio para que ellos dos se acercarán aún más, porque ¿Qué o quién podría meterse entre dos personas jóvenes y solteras? Nada ni nadie, o eso creía él.

¡Nuevo capítulo y me gustó mucho, je! Espero que a ustedes también ❤️

Acá les dejo los conceptos de algunos términos Venezolanos para que más o menos entiendan.

1. Chinazo: frase o expresión a la que se le puede dar un doble sentido con inclinación hacia lo vulgar y relacionado con el tema sexual. Ejemplo, "-A mi me gusta comerme el huevo duro. -Ayyyyy, valeeeee, chinazooo."

2. Cachaperas: Lesbianas.

Si les gusto voten, comenten y ajá, muchas gracias por leer, nos leemos en dos días, Arrivederci!