21
Tanto Agust como YoonGi quisieron proteger a JiMin, pero en su lugar se vieron detenidos por la señora Park, que en algún momento se había puesto de pie y tomado una postura de ataque hacia ellos. Ambos estaban reacios a matar a la madre de su pareja, sobre todo porque ya les había confiado su historia familiar y tenían opiniones variadas al respecto.
YoonGi quería hacerla entrar en razón, creyendo que así JiMin no tendría que sufrir otra pérdida, era su madre.
Agust quería deshacerse de ella, ya que era bien sabido en la asociación la clase de mujer que era, era una asesina.
Cualquiera que fuese el resultado de este encuentro no importaba tanto como el hecho de mantener a JiMin con ellos, así que terminarían esto lo más pronto posible. Ahora tendrían que limitarse a ver como el líder de la asociación peleaba contra su propio hijo, no le tenía piedad y ya lo había herido dos veces, una en hombro y en la pierna.
JiMin estaba intentando contrarrestar todo sus ataques, repelerlos, pero su padre era más hábil y fuerte con la espada, aunque carecía de agilidad y eso le daba un punto extra. En un ataque, esquivo y se agachó para rodar hacia el lado contrario, al abrir los brazos con sus armas le cortó un tobillo a su padre y acuchilló un muslo.
—Soy tu padre, cariño, no puedes hacerme esto.— se quejó el señor Park, desequilibrado por el daño.
—Era tu hijo y me hiciste cosas peores que esto.— contraataco JiMin.
—Piensa en tu madre.
—Lo hago, ella podrá ser libre cuando estés muerto.
—No entiendes, ustedes me pertenecen y esta asociación también, no pueden irse ni terminar cuando quieran.— grito al punto de tornarse rojo y en un ataque de ansiedad o tal vez desesperación, fue hacia su esposa para tomarla por el cuello y colocarle el arma en el cuello.
JiMin se detuvo completamente, mirando con los ojos bien abiertos el movimiento de su padre y luego buscando el rostro de su madre que parecía no poder creerlo, las lágrimas se acumulaban en sus mejillas. YoonGi dio un paso, queriendo ir y arrebatársela, pero solo provocó que el señor Park le hiciera un pequeño gran corte inicial.
—No se muevan o la mato.
—Déjela ir.— pidió Agust, tirando su pistola al piso.
El señor Park se burló —¿Crees que caeré en ese sucio truco? Suga podría matarme con sus manos, soltar las armas es un juego de niños.
—P-padre, por favor.— suplico JiMin en un tartamudeo, dejando sus armas también, más que nada por temor a lo que hiciera el contrario.
YoonGi quedó bajo los ojos de todos los presentes, solo llevaba unos simples palillos, pero de igual manera los lanzó junto a la pistola de su hermano.
—Quieren quitarme mi puesto, no los perdonaré por eso.
Todo sucedió muy rápido, el señor Park movió la katana sobre el cuello de su esposa y la empujó a su suerte, JiMin corrió para sostenerla. No obstante, Agust y YoonGi sin siquiera mirarse, se deslizaron en el piso para tomar sus armas. En su intento terminaron con lo que el otro utilizaba, pero no importaba porque debían seguir con la pelea.
—Madre...— sollozó JiMin, recostándola en sus piernas mientras presionaba la herida en su cuello y por primera vez en mucho tiempo la sangre le provocó náuseas.
YoonGi no tenía idea de como usar del todo una pistola, pero apuntó y disparó sin dudar, dando en el estómago. Agust simplemente tomó la oportunidad en que el líder bajó la guardia para palparse y lo pateó en el codo derecho para desarmarlo.
—Son una mierda, putos maricones.
—Si, claro, igual nos follamos a su hijo, suegro.— canturreo YoonGi, disparando nuevamente y esta vez la bala solo le rozó la oreja, trozándole un pedazo.
—Los gemidos de su hijo son música para nuestros oídos, suegro.— prosiguió Agust, haciéndole una llave completa con su cuerpo para llevarlos juntos al piso.
YoonGi no podía apuntar bien mientras se movían y su mano tembló cuando disparó erróneamente, no daño a su hermano, pero estuvo cerca de hacerlo.
Agust mantenía los palillos en una de sus manos, no tenía idea de que uso darles porque era una tontería, aunque de igual forma busco clavarlos en el pecho del señor Park.
JiMin se quitó su chamarra de piel, la hizo una bola y la colocó bajo la cabeza de su madre. Luego rompió su camisa blanca para rodear el cuello con el trozo y se puso de pie. No estaba seguro de que su madre lograra vivir, pero se encargaría de matar a su padre.
—¿Es todo lo que tienen?— cuestionó el señor Park, tambaleando.
—Nosotros tenemos mucho para dar, pero nuestro novio tiene más.— comentaron los gemelos Min, haciéndose a un lado.
JiMin se hizo notar, ya sostenía su arma y lo miraba con asco, estaba más que molesto. Caminó rápidamente hacia su dirección y arrastrar la punta de la katana para provocar un sonido frenético que seguramente el señor Park recordaría en el infierno. Alzó la empuñadura y no cortó directamente, sino que inclinó el filo y dio un tajo certero. La cabeza de su padre salió volando por la fuerza empleada y el cuerpo cayó primero de rodillas, para por fin desvanecerse de golpe.
YoonGi cargo a la señora Park en sus brazos, Agust le dio un asentimiento para que se fuera y tratará de ayudarla con su equipo mientras que él se quedaba con JiMin.
—Todo está bien, hiciste lo correcto.— lo consoló, abrazándolo por la cintura y dándole un casto beso en su cabello castaño.
JiMin no paraba de temblar y estaba demasiado pálido, dejó que la espada abandonara sus manos. Empezó a llorar sin filtro y Agust estuvo a su lado para sostenerlo, pero sentía que por sí solo no podría causar el mismo efecto. Entonces decidió cargar al menor entre sus brazos, como si llevara a un koala aferrado a su torso y salió del edificio, donde todo mundo los observo.
YoonGi a diferencia de todos los demás presentes, se acercó y también abrazó a JiMin, que ahora envuelto entre ellos y su calidez parecía ir calmándose, al punto de cerrar los ojos. Por eso es que Agust se lo entregó a su hermano para qué lo llevará al vehículo en el que vinieron y él se encargaría de desplegar la multitud porque tenía conocimiento del sitio.
—Trabajadores y agentes sombra, la asociación Darkness ha cambiado de líder, Park JiMin es su nuevo señor. Van a seguir con el protocolo de limpieza, hay muchos cuerpos dentro y quiero que los incineren todos. Tienen esta semana para terminar con los contratos en emisión y llenar los formularios si pretenden quedarse.— finalizó Agust, dando media vuelta para marcharse.
JiMin se encontraba recostado en el asiento trasero, así que fue enfrente con su hermano y en el silencio solo se miraron por varios segundos, detallándose mutuamente, como si no se reconocieran. YoonGi le sonrió, rebusco entre sus pantalones y sacó una cajetilla de cigarros, le ofreció uno y Agust lo tomó con su boca, aceptando su cortesía.
—Fuego.— pronunció YoonGi con un alzamiento de cejas, irónico y burlesco.
Agust metió su mano en los bolsillos internos de su saco y encontró el encendedor, pero antes de encender su cigarrillo tomó otro y se lo colocó en los labios a su hermano. Los dos se acercaron al punto de sentir la respiración del otro, de alguna insana necesidad, bruscamente se tomaron del cabello entre sí y dejaron que solamente la llama se interpusiera en ellos.
—Gracias, querido hermanito.— agradeció Agust, soltándolo y apartándose.
YoonGi río como un niño pequeño e igual lo dejó ir, JiMin en medio de su semiinconsciencia pudo presenciar aquel adorable intercambio y con tranquilidad se entregó a la oscuridad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro