04
¿Qué sucede cuando acumulas mucho algo? Explota, justo eso fue lo que pasó con JiMin y YoonGi, ellos se habían deseado tanto durante demasiado tiempo y ahora no podían parar.
Día tras día, sin falta tenían sexo, haciéndolo de tres a cinco veces, de distintas formas y en todas partes, ya fuera el negocio de JiMin, la empresa de YoonGi, ambos hogares e incluso una vez estuvieron a punto de hacerlo frente al edificio.
YoonGi había aceptado y amado cada parte de JiMin, sus fetiches, locuras y el obsesivo amor que había estado manteniendo en secreto. Bueno, eso último fue algo que lo tomó por sorpresa, no esperaba ver muchas fotos suyas en la pared del cuarto del castañito cuando lo visitó por primera vez, pero así fue.
JiMin le confesó que desde la primera vez que se vieron le gustó y lo seguía a veces, le gustaba tomarle fotos, mirarlo a la distancia y hubo dos ocasiones que entró a su departamento solamente para verlo dormir. Aunque nunca lo tocó, tampoco tomó nada de sus pertenencias y mucho menos hizo algo indebido como masturbarse con su imagen o aprovecharse, nada más velaba su sueño.
Era algo extremadamente extraño y escalofriante, también ilegal, pero YoonGi no se asustó, en cambio, solo sonrió y se sintió halagado. Tal vez no estaba tomándolo como algo demasiado loco porque JiMin le gustaba lo suficiente para cegarse o simplemente no le importaba mientras pudiera tenerlo.
¿Estaba mal desear ser amado al punto de la obsesión? No, para YoonGi no. De esa manera se sentía reconfortado, seguro, cálido y deseado, era mucho mejor y más cuando era mutuo.
Porque no podía hacerse el tonto y decir que no hizo algo parecido con JiMin, personalmente le compraba a diario e intentaba verlo todas las mañanas. No obstante, hasta había buscado su información con un detective privado y recibía información de lo que hacía por la tarde en su negocio.
Ahora ambos vivían juntos en el edificio, YoonGi iba a la empresa y JiMin a su negocio, se quedaban en el departamento algunas veces y otras salían. Pero lo que nunca cambiaba era el hecho de que follaban sin reparos, cada rincón ya había sido usado por ellos, la cocina, la sala, el cuarto, el comedor, el baño y la lavandería.
JiMin tenía varias marcas en su bonita piel perlada por lo agresivo que el sexo podía llegar a ser, eso no lo molestaba y le gustaba llevar las marcas. Tanto le encantaba que simplemente una tarde salió a tatuarse el nombre de su amado novio en la nalga derecha y YoonGi estaba gustoso con el detalle.
Este día era uno de esos en que JiMin decidía cerrar temprano su negocio y esperaba a YoonGi en el departamento para comer juntos, lo cual sinceramente amaba. Sus comidas siempre eran complementadas con un buen sexo desenfrenado y el abundante semen de los dos, se estaba acostumbrando a este amor tan exquisito.
JiMin pensó que sería bueno preparar algo para cuando YoonGi llegara, así que tomó un delantal blanco de holanes que su novio le había regalado y se desnudó para solo quedarse con eso puesto. Se dirigió a la cocina y vio que podía preparar una torta o hot cakes, lo pensó un poco y sus ojitos brillaron ante una alocada idea, como siempre. Preparo los ingredientes sobre la barra del desayunador, tomo su celular y lo acomodo en un punto centrado para realizar una videollamada sin tener que sostenerlo.
YoonGi se encontraba en ese momento estresado, en su oficina, lleno de papeles y trabajo atrasado, esto por faltar tan constantemente. Además, de que tenía unos problemas porque uno de sus empleados se robó información confidencial y aunque todo se había arreglado, la molestia seguía.
Sin embargo, al escuchar su celular dejó todo de lado, se fijó que era JiMin y aceptó la videollamada, ver a su novio probablemente lo relajara un poco. También debía aceptar que lo extrañaba porque llevaba casi tres días trabajando hasta tarde y cuando llegaba su chefcito ya estaba dormido.
—Holaaaaa~.— saludo JiMin a la cámara alegremente.
—Amor.— correspondió YoonGi, sonriéndole extensamente hasta mostrar sus rosaditas encías, las cuales desaparecieron cuando vio al chico alejarse.
—¿Qué tal me veo? ¿Te gusta?— cuestionó JiMin, girándose y enseñando su precioso trasero a la cámara, dando una nalgada traviesa a su tatuaje.
YoonGi vio su nombre rebotar, su entrepierna despertó de golpe y tuvo que abrir las piernas para no asfixiarse. Su respiración se tornó pesada y sus ojos marrones se dilataron, adoraba a su novio, joder, era tan perfecto.
—Claro que me gusta, te ves delicioso.— aseguró, empujando la lengua contra su mejilla interior —¿Qué pretendes? — preguntó.
JiMin se quitó el mandil, se subió de un brinquito a la barra, abrió sus torneadas piernas y su pequeño miembro erguido salió a la vista. Tomó entre sus manos el envase con preparación para los hot cakes, ya tenía la harina, pero faltaba la leche, el huevo y la mantequilla.
—Solo quería preparar la comida y pensé que estaría bien distraerte un poco de tus obligaciones.— puchereó JiMin inocentemente.
YoonGi maldijo por lo bajo, dejó su celular un poco y se puso de pie para cerrar la puerta de su oficina con seguro y las cortinas. Regreso a su silla, desabrocho su cinturón y el pantalón que llevaba para liberar su erección.
—Está bien, estoy listo.— aseguró, llamando su atención.
JiMin chillo alegre, se hizo un poco más para atrás, colocó la vasija entre sus piernas, justo frente a su entrepierna y la pego todo lo posible a él. Miro la cámara divertido y con su mano derecha buscó los dos huevos que necesitaría, los rompió con el borde y los dejó caer en su torso.
—Primero se necesitan dos huevos.— señaló, acariciando y pellizcando sus pezones.
YoonGi gruño al ver las yemas y claras deslizarse tortuosamente lento por sus pechitos, estómago y vientre hasta caer sobre la preparación. Tomó su miembro y lo apretó con fuerza, comenzó a moverlo arriba y abajo sin desviar la mirada.
—Luego necesitamos mantequilla derretida.— continúo JiMin, alzando un envase que había preparado antes y el contenido estaba humeando.
—Minnie~.— gimió YoonGi al saber que eso estaba caliente, por lo que le dolería y quemaría, aunque no sentía preocupación sino excitación.
JiMin se deleitó al escucharlo, tomó con su mano libre su pene y vertió la mantequilla encima. Estaba ardiendo, pero eso a pesar de lastimarlo lo hizo retorcerse de puro gusto, aprovecho para comenzar a masturbarse.
—Demonios.— exclamó YoonGi, moviendo su mano con más velocidad.
—Gi~.— lloriqueo JiMin, lágrimas surcando sus regordetas mejillas por el enloquecedor dolor —Te necesito tanto aquí.— comentó, metiéndose dos dedos de su mano libre en la boca para succionarlos y simular una mamada.
—Juro que iré más temprano, amor.— aseguró YoonGi con su voz ronca.
JiMin asintió complacido, sacó los dedos de su boca y se los introdujo en el culo, estaba cercas y solo necesitaba un incentivo más para correrse. Su gordito miembro no soportó más estimulación y lanzó las tiras de su semen en la preparación de hot cakes.
—Yoonnie~.— gimió —leche...— agregó jadeante — se necesita leche.
—Minnie~.— lo siguió YoonGi, llenando su propia palma de semen.
JiMin agregó una cantidad considerable de leche normal, tomó el batidor que tenía a su lado y comenzó a menear la mezcla. Debía acabar la mezcla, prepararía los hot cakes para su amado novio y sería recompensado.
—Debemos asegurarnos de que no haya grumos.— señaló, moviendo sus manitas en círculos y luego mirando la cámara —así podrás saber que está listo.
YoonGi asintió en respuesta, demasiado derrotado para decir algo más y agradecido por la receta. Observó como JiMin dejaba la vasija a un lado y volvía a colocarse su bonito mandil blanco de holanes para acercarse al celular.
—¿Dónde te viniste amor?— preguntó curioso.
—E-en la mano.— titubeó YoonGi, alzando su extremidad y mostrándole.
Los grisáceos ojos de JiMin se dilataron al ver lo espeso y blanco que estaba su semen, ah, necesitaba degustarlo y comerlo lentamente, pero no podía.
—Cómelo.— ordenó con su vocecita suave sonando demandante —No estás aquí para dármelo y no quiero que se desperdicie— aclaró molesto.
YoonGi miró su mano y el semen, ya había comido la esencia de JiMin e incluso había probado el suyo indirectamente cuando se besaban luego de un oral o en los postres. Aunque nunca lo había hecho directamente, sin nada para complementar y eso lo hacía sentirse bastante avergonzado, sus pálidas mejillas se tornaron rojizas inevitablemente.
—YoonGi.— insistió JiMin con su voz ronca y gruesa, esa que solo usaba cuando realmente estaba enojado y dejaba la amabilidad de lado.
—¿Sí? — dudó excitado por lo bien que sonaba.
—Quiero que lamas tu mano mientras me miras y la limpies bien.— ordenó.
YoonGi se sintió pequeñito, asintió y con su mano limpia sostuvo el celular para que la cámara lo enfocara bien. Sacó su lengua y lamió un poco para iniciar, el semen se pegó a su piercing y tuvo que saborear para tragarlo.
—Eso, que obediente novio tengo— lo halagó JiMin riendo y actuando lindo.
—Mju.— correspondió el pelinegro, tomando más mientras no apartaba su mirada de la cámara y terminaba lentamente con todo —Listo, amor.
JiMin asintió —Muy bien, como premio cuando llegues a casa, mi culo estará esperando por ti— aseguro coquetamente —Estaré frente a la puerta, con esta vestimenta y en cuatro.
YoonGi disfruto la imagen mental y su miembro volvió a reaccionar, podía dejar todo para mañana, le diría a NamJoon que se encargará por hoy.
—Voy para allá y más te vale estar preparado para tu castigo.— advirtió.
—Adioooooos~.— se despidió JiMin emocionado, lanzándole un besito y tiernamente se acercó al celular para finalizar la videollamada.
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