008
꧁Fractura꧂
─ ❖ ─🍡 ── ❖ ──🍡 ── ❖ ──🍡 ─ ❖ ─
CANDY P.O.V
―Tranquilo, Sasuke. Tu hermano estará bien.―murmuré, colocando mi mano detrás de su espalda para reconfortarlo. Él asintió simplemente, observando perdidamente el suelo del hospital.
Ya hace una hora que se llevaron a Itachi para hacerle su revisión. Por suerte, mi padre no estaba muy ocupado cuando llegamos, así que pudo atenderlo de inmediato. Desde entonces, Sasuke no ha dicho una sola palabra, y me preocupa mucho su estado de animo.
Tal vez debí traer a Sakura para que jugara con él.
―¿Tu padre es buen doctor?―habla al fin, tragando saliva mientras me observaba de reojo.
Sonreí levemente, asintiendo.
―Es el mejor... en este hospital, claro ―reí un poco, a lo que él asintió nuevamente. De pronto mis ojos fueron a parar hasta el reloj en la pared, el cual marcaba casi media noche―. ¿Tienes hambre? Te compraré lo que quieras ―pregunte, bajando un poco la cabeza para observarlo mejor. Él arrugó momentáneamente el rostro, negando―. Vamos, se que tienes hambre.―fruncí el ceño, mandándole una mirada de reproche.
―No tengo, fastidiosa.―masculló, haciendo un mohín mientras se cruzaba de brazos.
Suspiré desanimada al escucharlo, y decidí no insistirle más con el tema.
Los minutos fueron pasando lentamente, pero seguíamos sin recibir noticias de Itachi. Sabía que mi padre estaba esforzándose en ayudarlo, y que no nos diría nada hasta que tuviera buenas noticias. De pronto sentí como Sasuke me jaló suavemente por una de las mangas de mi suéter, haciendo que lo observara con curiosidad.
―Perdón, si tengo hambre―murmuró avergonzado, haciéndome sonreír.
―¡No te preocupes!―sonreí, tratando de tranquilizarlo―. La comida aquí no es muy buena, pero tampoco está tan mal.―comenté, levantándome de mi asiento antes de colocar mis manos a los costados de su cuerpo para cargarlo.
―¡N-No soy un bebé, bajame!―refunfuño, alejándome con sus diminutas manos.
―Pero estás cansado, y nadie nos está viendo. No te preocupes.―murmuré, haciendo una mueca mientras trataba de librarme de sus brazos.
Él soltó un gruñido, pero inmediatamente se quedó quieto―Si se lo dices a alguien no te hablo más.―me amenazada, recostando su cabeza en mi hombro mientras pasaba sus brazos por mi cuello.
Sonreí satisfecha, asintiendo.
Caminé a paso calmado hacía la cafetería. Sasuke no era muy pesado, pero a mi también me estaba dando algo de sueño y eso nos retrasó un poco. Apenas coloqué un pie sobre la cafetería, solté a Sasuke para que pudiera escoger lo que quisiera, mientras yo hacía lo mismo.
Lo dejé observando la carta de comida mientras me acercaba a la maquina expendedora para comprar algún dulce. Hice una mueca al no saber que comprar, e inconscientemente empecé a escoger todo lo que me llamaba la atención.
Como pude guardé toda mi compra dentro de los bolsillos de mi suéter, cargando lo restante en mis brazos. Sasuke se giró a verme, seguramente para informarme sobre lo que pensaba pedir. Pero al verme se quedó callado, mientras una mueca se formaba en su rostro.
―¿No es mucho para nosotros dos?―cuestiona, a lo que yo ladeé la cabeza confundida.
―¿Tú querías?―pregunte, observando con el ceño fruncido la miseria cantidad que había comprado. Él suspiró pesadamente, negando con la cabeza―. ¿Seguro? No seas tímido, la comida aquí es gratis.
―No es gratis, tu padre siempre paga por ti.―interviene la señora en el mostrador, regalándome una tierna sonrisa.
―¡Gladys! ¿Cómo estás?―pregunté contenta, devolviéndole el gesto.
Antes solía frecuentar mucho el hospital para acompañar a mi padre, por lo que conozco a gran parte del personal que trabaja aquí. La mujer que atiende la cafetería siempre ha sido muy amable y dulce conmigo, y con los años ambas formamos una linda amistad.
―Bien, ¿que te trae por aquí?―cuestiona, analizándome con la mirada.
―Mi amigo Itachi se cayó por las escaleras ―expliqué con simpleza, frunciendo los labios―. Este es su hermanito, Sasuke.
El niño hizo un mohín y desvió la mirada, seguramente harto por tener que escuchar mi charla con Gladys. Ella también pareció notar la incomodidad de Sasuke, así que inmediatamente le preguntó su pedido para luego irse a buscarlo, dejándome nuevamente sola con él.
―Hmm ―musité, pensando en algún tema para sacarle conversación―. ¿Cómo te va en la escuela?
―Estoy es preescolar, es imposible que me vaya mal.―masculla, sin dirigirme la mirada.
Sonreí incomoda, asintiendo lentamente―Esa es una linda etapa... disfrútala.
Él me mandó una mala mirada, la cual interprete como un "ya cállate, por favor" así que de mala gana me forcé a guardar silencio. A los pocos minutos Gladys volvió con un sándwich de pollo y un jugo de naranja, anotando la cuenta en el registro de mi padre.
Luego de darle las gracias, ambos nos acercamos a una de las mesas del comedor para tomar asiento. Habían unas cuantas personas más en la cafetería, y no se si hace falta recalcar que el ambiente era sumamente frio y deprimente. Como en cualquier hospital.
―¿Crees que Itachi esté muerto?―pregunta de pronto, haciéndome sobresaltar.
Me extrañé un poco ante su pregunta, pero al recordar que solo tenía seis años, todo cobró sentido―Tranquilo, nadie se muere por una pierna rota ―sonreí, haciendo un ademán con mi mano―. La única forma de que muera aquí sería contagiándose por algún virus mortal que tenga otro paciente o-...
―Ya. Pudiste parar en la primera parte.―me interrumpe, observándome con el ceño fruncido.
―Perdón.
ITACHI P.O.V
―Dígame la verdad, señor ―inhalé profundo, observando como el padre de Candy revisaba mis exámenes―. ¿Me voy a morir?
El señor Haruno empezó a reír en voz baja, negando lentamente con la cabeza―No morirás, solo tienes una fractura en la tibia de tu pierna izquierda.
Alcé una ceja confundió, curvando mis labios en una mueca―C-Claro, yo entiendo, pero... la enfermera se ve algo confundida. ¿Podría explicarle que significa eso?
Tanto la enfermera como el doctor sonrieron con burla, haciendo que me encogiera avergonzado en la camilla―En resumen, tienes uno de los huesos inferiores de tu pierna roto.
Ya me esperaba una respuesta como esa, pero aún así, empecé a ponerme nervioso―¿Y cómo se cura eso?, ¿debo tomar un jarabe como en Harry Potter?
El doctor rodó los ojos con diversión, negando con la cabeza. Sacó de un sobre las radiografías que me sacaron antes, guindándolas en una pantalla brillante para que yo pudiera verlas también.
―Este es tu hueso ―informa, señalando el mismo con su dedo índice―. Como puedes ver, tiene una enorme grieta.
Hice una mueca sorprendido, asintiendo. Se podía ver claramente una gran fisura en mi lindo hueso, la cual explicaba el enorme dolor que sentía.
―Pero, no es tan grave. Esa clase de accidente que tuviste siempre trae fracturas mucho peores, incluso hay que recurrir a la cirugía -...
―¿¡Cirugía! Ay no... yo no puedo con eso ―murmure horrorizado, cubriendo mi rostro con las palmas de mis manos―. Díganle a mi hermano que lo quiero mucho, pero he decidido morir para ahorrarme los gastos.
―Que chico tan raro...―escuché que susurró, soltando un suspiro cansado―. No te haremos ninguna cirugía, Miguel.
―Me llamo Itachi.
―Ah, disculpa...―murmura avergonzado, sonriendo levemente―. Como te dije, tu caso no es tan grave. Te pondremos un yeso durante seis u ocho semanas, eso inmovilizará tu pierna y ayudará a los huesos a que se curen más rápido. Te daré algunos analgésicos para disminuir el dolor, y cuando se termine el plazo de tiempo, te retiraremos el yeso y deberás asistir a una pequeña terapia física para recuperar la movilidad de tu pierna.
Eso no sonaba tan mal.
―Pero, deberás guardar reposo para que todo salga bien ―aclara, frunciendo levemente el ceño―. Te daré unas muletas para que puedas caminar por tu casa, pero no podrás ir a la escuela.
Olviden lo que dije antes. Esto si suena mal.
―¿Y al trabajo?―cuestioné, haciendo que él ladeara la cabeza confundido.
―¿También te golpeaste la cabeza?―pregunta desconcertado, haciendo una mueca―. No, no puedes ir a trabajar.
Bajé la mirada desanimado, jugando ansiosamente con mis dedos. No puedo estar dos meses enteros sin trabajar, por más amables que sean mis jefes, dudo mucho que sean tan considerados como para pagarme mientras estoy de reposo. Necesito el dinero para mantener el estilo de vida que tanto me ha costado conseguir, y eso que aún no pregunto cuanto es el total de los gastos médicos.
―Huh... ¿y en cuanto sale todo eso?―pregunté, temiendo internamente la respuesta.
El señor me observó de reojo un par de segundos, para finalmente hacer un ademán con su mano―Tranquilo, el hospital cubrirá tus gastos.
―¿E-Eso es posible?―cuestioné perplejo, pestañeando repetidas veces.
Si es así, este es el mejor hospital del mundo.
―Lo es cuando tu amiga es hija del director del hospital.―sonríe, a lo que yo fruncí el ceño confundido.
―No conozco a la hija del director.
―Estoy considerando seriamente hacerte un examen en la cabeza ―suspira, rodando los ojos―. Yo soy el director del hospital, ¿hace falta que te diga quién es mi hija?
Entreabrí los labios sorprendido, alzando ligeramente las cejas―Huh... solo para estar seguro, se refiere a Candy, ¿no?
Él asintió con la cabeza, haciéndome sonreír ampliamente. Hasta ahora, esa chica me ha traído muy buena suerte.
―Pero hay una cosa más...―murmura, a lo que yo borré mi sonrisa de inmediato ―. Como aún eres menor de edad, necesito la autorización de tus padres para empezar con el tratamiento.
Suspiré pesadamente. Ya me parecía raro que no me la hubieran pedido.
―Están muertos, mi tía es nuestra tutora encargada.―mascullé, a lo que él me mandó una mirada de pena antes de asentir.
―¿Tienes su numero?
Desgraciadamente, si.
―¡Oh por Dios! ¡Miren como masacraron a mi muchacho!―lloriqueó Obito, abriendo bruscamente la puerta para correr hacía mi.
Sonreí incomodo al verlo, mientras él se lanzaba sobre mi para estrujarme entre sus brazos―Hueles a baba.―mascullé, arrugando con asco la nariz.
―Son las dos de la mañana, idiota. Estaba durmiendo ―se excusa, separándose bruscamente de mi―. La loca está firmando unos papeles afuera, y no está para nada feliz.
Suspiré pesadamente. No me esperaba otra reacción por parte de esa mujer.
Al ser la hermana de mi padre, la madre de Obito fue quien, y cito sus palabras; "corrió con la desgracia de hacerse cargo de nosotros". Desde que la conozco nunca ha sido una tía muy amorosa o amable, y no le hubiera tomado verdadera importancia a eso si por lo menos tuviera la decencia de tratar bien a Sasuke. Tratamos de aguantar los primeros meses de luto en su casa, pero ante su horrible y controladora personalidad, llegué a un acuerdo con ella.
Sasuke y yo viviríamos por nuestra cuenta en la casa de mis padres, mientras ella finge hacerse cargo de nosotros para evitar problemas legales.
No recibimos ninguna ayuda económica de su parte, y sospecho que solo por eso aceptó mi trato. Pero aun así, siempre necesito mantener el contacto con ella para temas como este, ya que a ojos de todos, ella sigue siendo nuestra tutora.
Si, mi vida sería mucho más fácil si viviera con ella. Ya que no tendría que preocuparme por cubrir las necesidades básicas de Sasuke. Pero, ni él ni yo tenemos la paciencia suficiente para soportar a una mujer tan espantosamente grosera y malvada como lo es ella.
En fin, pobre Obito.
―Te estuve llamando para pedir ayuda. ¿Qué demonios estabas haciendo?―pregunté enojado.
Él sonrió avergonzado, rascando su nuca de forma ansiosa―Lo siento, estaba viendo masterchef y me dieron ganas de cocinar algo. Pero mira el lado bueno, te traje galletas.―contesta, sacando un pote plástico de su bolso antes de pasármelo.
Lo abrí de mala gana, frunciendo el ceño al ver el contenido―¿Tu hiciste estas galletas?
―Obvio.
―Son galletas Oreo, Obito.―señalé, tomando una para observarla mejor.
―Claro, es fácil que te confundas porque me quedaron igualitas.―murmura, sonriendo con suficiencia.
―Si, tanto que incluso dicen Oreo encima.―rodé los ojos, volviendo a colocar la tapa para dejar el envase a un lado de mi camilla.
―Tengo talento ―se encoge de hombros, para luego analizarme con la mirada―. ¿Qué fue lo que pasó? Solo entendí que te caíste del balcón o algo así.
―Me caí por las escaleras.―corregí, a lo que él frunció el ceño.
―¿Por qué?
Que idiota es este tipo.
―Ah, no lo se. Estaba tranquilo y me dieron ganas de caerme por las escaleras.―respondí irónicamente, rodando los ojos.
―No me hables con ese tono, vine de buena fe.―refunfuña, haciendo un mohín.
Sus ojos fueron a parar hasta las radiografías de mi pierna, las cuales aún reposaban en la pared―Wow, ¿ese eres tú? Que huesos tan fotogénicos tienes.
―Tengo la pierna rota.―mascullé deprimido, haciendo un mohín.
―No es para tanto, que te la peguen y ya.
Okey, ya no quiero seguir hablando más con él.
Para mi suerte, el doctor volvió a ingresar a la habitación, acompañado por su hija y Sasuke. Este último aceleró el paso para acercarse a mi, observándome con genuina preocupación.
―El doctor dijo que te rompiste la pierna, ¿duele?―cuestiona, frunciendo las cejas.
―Obviamente duele ―responde Obito por mi, para luego observar a Candy con una sonrisa―. Me enteré de que fuiste tú quien le salvó la vida a mi torpe primo, como recompensa te invitaré a salir conmigo.
―Obito, ¿por qué mejor no te vas a molestar a los bebés recién nacidos?―mascullé, mandándole una mala mirada.
―Buena idea, me tomaré una foto con uno y la subiré a Instagram para que Rin se ponga celosa.―susurra con una sonrisa, para seguidamente salir emocionado de la habitación.
Suspiré aliviado cuando cerró la puerta detrás de si, ganándome una corta risa por parte de la única chica presente en la habitación―¿Cómo te sientes, Itachi?―me pregunta, tomando asiento en la silla frente a mi.
―Bien, el ibuprofeno hace milagros ―sonreí, haciéndola reír nuevamente―. Muchas gracias por... todo esto, si no fuera por ti, seguramente seguiría tendido en el suelo esperando a Obito.
―No te preocupes, me alegra haberte ayudado ―musita. Apenas y podía mantener los ojos abiertos, y no hacía falta que dijera algo para darme cuenta de que moría de sueño―. Sasuke se quedará con tu tía esta noche, supon-...
―¡No quiero!―la interrumpe, cruzándose de brazos.
Suspiré pesadamente al escucharlo, mientras Candy lo observaba con curiosidad―Debes ir, Sasuke. No puedes quedarte aquí, y tienes que dormir correctamente.
―Pero no me quedaré con esa loca ―niega, para luego fruncir sus labios y observar a Candy de reojo―. Quiero dormir con ella.―la señala, dejándome desconcertado.
Este niño no tiene vergüenza alguna.
―Sasuke, ya le hemos causado muchos problemas por hoy-...
―Tranquilo, si no hay problemas con la señora, por mi está bien ―me corta, encogiéndose de hombros―. Sakura seguro se pondrá feliz.
Aquel último comentario hizo tensar a Sasuke, quien inmediatamente empezó a negar con la cabeza―M-Mejor me quedo con la tía Sasha.
Reí cortamente por su reacción. Eso se gana por ser tan caprichoso.
―Gracias, Candy. Sasuke estará encantado de pasar la noche con tu familia.
─ ❖ ─🍡 ── ❖ ──🍡 ── ❖ ──🍡 ─ ❖ ─
Espero que les haya gustado el cap uwu
Perdón x tardar, ahora si me pongo las pilas con esta historia 😔
💟 No olviden votaaar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro