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04

Luego de cinco meses en su relación, YoonGi noto que JiMin había recuperado su propio brillo, aunque no solo eso, sino que también su aroma había mejorado y cambiado. Como ginecólogo, él sabía que su omega estaba en cita, pero quiso esperar a que se diera cuenta por sí solo, cuando los síntomas aparecieran y decidiera decírselo para no hacerlo sentir presionado.

YoonGi tenía muy presente que JiMin continuaba teniendo inseguridades y miedos, por las noches tenía constantes pesadillas y antes solía llamarlo para que lo acompañara a dormir. Claro que esto dejó de ser necesario cuando se mudaron juntos a un departamento nuevo, esto fue idea del alfa, que intentaba ayudarle a olvidar su pasado y darle una nueva vida.

JiMin estaba muy agradecido con YoonGi, adoraba a su pareja y estaba luchando por mejorar, las citas con SeokJin y las visitas del pequeño JungKook habían dado sus frutos con el tiempo. Empezó a sentirse más tranquilo, su lobo ya no se ocultaba y lloriqueaba tanto por la pérdida de su cachorro, sabía que esto no era solamente por todo el apoyo y que estaba embarazado.

No obstante, había demasiado temor en su interior, voces en su cabeza recordándole cómo perdió a su primer bebé y que probablemente no fuera suficiente para merecer esta oportunidad. Por eso es que intentó por todos los medios ocultárselo a su alfa, no queriendo ahogarlo con sus problemas durante más tiempo y dejó que los meses pasaran, hasta que su vientre creció notoriamente.

YoonGi se hacía el desentendido sobre la situación, aunque siempre estuvo al pendiente de sus necesidades y cuidados, de manera oculta, obviamente. Se mantuvo atento a cualquier detalle en su pareja, el aroma del omega, su comportamiento, alimentación, necesidades, sueño y demás.

JiMin no pudo seguir escondiéndolo cuando su pancita creció y sus pechos nuevamente comenzaron a lactar, tenía que decírselo a su alfa y afrontar la realidad. No podía continuar manteniéndose alejado, sin querer compartir espacio y limitando su cercanía, ellos como destinados se necesitaban.

Ambos deseaban ser padres desde un inicio, pero había sido complicado hablar del tema y sobre todo, luego de como el lobo omega estaba distante para lograr un embarazo. Afortunadamente cuando la situación mejoró y JiMin volvió a ser el mismo, su parte lobuna volvió y esto causó que su fertilidad estuviera al máximo, efectuando quedar en cinta sin problemas.

YoonGi sabía que en algún momento sucedería porque mantenían relaciones sexuales continuamente y su omega siempre anhelaba sentir su nudo, por obviedad los cachorros no debían tardar.

JiMin en ese instante se encontraba tras la puerta del consultorio de su alfa, arregló una cita con la secretaría, dando otro nombre y esto porque pretendía sorprender a YoonGi. Al entrar por esa puerta no sería como las veces anteriores que venía a jugar con él, buscar placer o consuelo, esta vez sería para una buena noticia y esperaba que saliera bien.

Encontrar el valor de girar el pomo le costó algunos minutos y ni siquiera tocó para pedir permiso, simplemente entró y se encontró con el rostro desconcertado de su alfa.

— ¿JiMin?— dudó YoonGi, verdaderamente sorprendido con su presencia ahí.

El omega le sonrió a medias, cerró la puerta tras de sí y se sentó frente al escritorio, jugando un poco con sus regordetas manitas y finalmente lo miró.

— Necesito un ultrasonido.— dijo tranquilamente JiMin.

YoonGi tardó unos segundos en procesar sus palabras, asintió y le regaló una sonrisa gomosa antes de ponerse de pie para dirigirlo a la silla ginecológica. Han hecho eso muchas veces, su omega suele visitarlo bajo diversos nombres para divertirse, pero sabía que esta vez las cosas eran serias.

JiMin tomó asiento y dejó que su alfa alzara su camisa, le acariciara su pequeño vientre y le plantara un beso. YoonGi era extremadamente amoroso y solía hacerlo, aunque estaba seguro de que eso aumentaría ahora que estaba en espera.

— Voy a poner el gel, está algo frío.— advirtió con voz suave.

JiMin asintió y YoonGi tomó el ecógrafo para esparcir la sustancia, la pantalla negra comienza a tener manchas blancas y ambos miran atentamente.

— Justo aquí está nuestro cachorrito.— señaló el alfa emocionado.

JiMin sintió sus mejillas húmedas, comenzó a llorar en cuanto reconoció la manchita y recordó a su primer bebé, el miedo no lo dejaba sonreír. Pero YoonGi a través de su olfato pudo notarlo y no dudó en tomarle del rostro para besarlo castamente en los labios.

— Todo estará bien, esta vez nadie te lastimará y te sorprenderá saber que tendremos una preciosa hija.— aseguró uniendo sus frentes.

— Gracias alfa, pero yo... te lo oculté.— confesó JiMin avergonzado.

YoonGi rió un poco, se echó para atrás e hizo que la máquina imprimiera el ultrasonido. Apartó el ecógrafo, tomó un pedazo de papel y retiró el gel.

JiMin creyó que estaba molesto con él, que lo echaría y no estaba feliz con su espera. Se puso de pie y caminó de regreso hacia la silla frente al escritorio, acomodando su ropa sin saber cómo reaccionar.

Las malas ideas se alejaban cuando veía como su alfa se acercaba a él y le entregaba la impresión con una sonrisa extensa, sus mejillas sonrojadas y la emoción brillando en sus gatunos ojos. YoonGi lo acurrucó entre sus brazos, inhalando su aroma profundamente y lamió delicadamente la marca, dejándole besitos.

— Ya lo sabía, desde hace dos meses hueles a miel y leche.— murmuró contra su piel y JiMin se estremeció — Dejaste de oler así cuando tus pechos dejaron de lactar, pero repentinamente volvió y la forma en que te distanciaste de mí... me dejó en claro que lo estabas escondiendo.— agregó, su tono de voz es comprensivo y la sonrisa en su rostro no se desvaneció.

JiMin volvió a llorar, esta vez las lágrimas no paraban y tomó las manos de su alfa para colocarlas sobre su vientre, queriendo que su cachorro sintiera su calor. Cometió un error al no decirle nada durante estos tres meses, pero se asegurará de reponer todo el tiempo perdido y volver a ser un omega adecuado.

— Perdón...

YoonGi negó — No es necesario que te disculpes, sé que fue difícil amor, aunque si extrañe a mi papi y jugar en la cama.— canturreó divertido al ver su reacción.

JiMin se sonrojó hasta las orejas y el calor inundó su rostro, hace demasiado tiempo que no tiene una conversación adecuada con su alfa y mucho menos un encuentro sexual. El lobo en su interior tenía la necesidad de que YoonGi volviera a marcarlo, reforzar su lazo y recibir la calma que solo no encuentra.

— Creo que ya no puedes ser mi cachorro, ahora tendremos una bebé.— dijo y esta vez es él quien se burló por el puchero en los labios de su alfa.

— Puedo continuar siéndolo, nadie tiene por qué saber.

— ¿Le quitarías la leche a nuestra cachorra?— cuestionó JiMin divertido.

— Nuestra princesa sabrá compartir, tienes dos pechos, uno para ella y otro para mí.— respondió YoonGi, acuclillándose a la altura del vientre — ¿Verdad, cielo?— preguntó tiernamente y luego comenzó a susurrar — Pronto saldrás y te estaremos esperando, ya quiero jugar contigo y que molestemos mucho a papi.

JiMin no pudo evitar sonreír ante sus tiernas palabras, le tomó por sus cabellos castaños y se agachó para besarle los finos labios, aunque solamente un poco porque su cadera duele para mantenerse en esa posición.

— Pasaré las demás citas para mañana, vayamos por un poco de pastel y helado, necesito complacer los antojos de mi omega.— ofreció YoonGi, poniéndose de pie y JiMin no logró rechazarlo porque tiene meses deseando un postre.

—Hay que decirle a SeokJin, NamJoon y JungKook.

YoonGi sabía que eso era lo correcto, pero sería otro día porque sinceramente quiere a JiMin únicamente para él en este momento. Además, no solo planeaba llevarlo a comer, debían comprar algunas cosas para la cachorrita y deseaba reforzar su marca.

—La próxima semana.— comentó y lo tomó por la cintura para apegarlo completamente a su cuerpo —Necesito que papi me consienta.

El lobo omega aulló, contento de que su alfa los mime y brincaba en círculos, desprendiendo su aroma con más potencia. YoonGi es consciente de su felicidad y excitación, así que no dudó en frotarse un poco contra él para marcarlo con su propio aroma.

—Mi bebé tendrá todo lo que quiere de papi.— aseguró JiMin suspirando, deleitándose con la combinación.

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