Capítulo Trece
Maratón 2/3
Tic-Toc, Tic-Toc...
Mareé al pobre lápiz entre mis dedos. Releía una y otra y una vez más la hoja con las respuestas en mi exámen de literatura ¿Por qué nadie me informó que en los institutos cuando dicen que te "retomaran el exámen" en realidad te harán otras preguntas? Habré parecido una tonta.
Ya varios días habían pasado desde la noche de la apertura del parque en el barrio de Haruhi y estudié lo más que pude para aprobar. Sin embargo, no podía evitar que ciertas cosas llegaran a mi mente, entre ellos: un pequeño Sempai rubio.
Jodidas hormonas.
No era que sienta lo que la gente suele llamar "Amor", pero sentía algo extraño cada vez que lo veía y estaba tan confundida y asustada ante eso que no pude dirigirle la mirada desde entonces. ¿Infantil? Quizás ¿Necesario? No lo sé ¿Funcionó? Para nada.
Un par de veces note como Honey intentó acercarse y luego de salir corriendo en varias oportunidades se volvió más insistente.
—Se acabó el tiempo, señorita Matsushita —Anunció la profesora.
—Sí —Entregué el exámen y salí del aula a gran velocidad.
Kyouya había sido bastante comprensivo respecto al examen y me permitió llegar tarde al club el día de hoy para poder realizarlo. Eso sí, necesitaba aprobarlo a toda cosa porque en caso contrario tendría que realizar algunas horas extras en el club.
Me sorprendí un poco cuando al acercarme a la Tercer Sala de Música no se escuchaba ruido alguno; ni risas, ni clientas con sus "¡Kyaa!", ni gritos de Tamaki, nada. Extraño.
—Buenos d-
Ví interrumpido mi saludo al abrir la puerta cuando un par de manos me jalaron dentro del lugar y cerraron la puerta con una rapidez sobrehumana. Lo próximo que sabía era que estaba en uno de los sillones rodeada por todos los Hosts. Haruhi a un lado, Honey al otro.
—¿...ías? —Terminé dudosa sin entender de todo lo que acababa de ocurrir.
—¡¿Estas bien?! —Me tomo Tamaki por los hombros, sacudiendome un poco.
—Sí, pero... —Miré extrañada a todos los miembros, se veían extraños— ¿Tú lo estas?
—No lo sabe aún —Comentaron los gemelos.
Dirigí mi atención a la única persona que podría explicarme que ocurría, Ootori Kyouya. Éste suspiró y trás acomodar sus gafas sobre el puente de su nariz arrojó unas fotos sobre la mesa ratona entre el sillón y ellos.
—Parece que hay un espía —Explicó.
Tomé las fotos entre mis manos y sentí la sangre bajarme por el cuerpo, palideciendo. Había varias fotos, todas ellas de mí con... Mitsukuni. Algunas fueron tomadas en el campamento, otras en el instituto y las últimas dos eran de la noche de la inauguración del parque.
—¿Qué? —No podía creerlo, era algo insano— ¿Esto es alguna clase de broma pesada?
—No, Ai-chan —Murmuró Honey a uno de mis lados, su tono de voz fue tan profundo y oscuro que sentí un escalofrío recorrerme la espalda—. Nos han estado siguiendo, lo pueden estar haciendo en este momento.
Me negaba a creerlo, me puse de pie para dar vueltas a nuestro al rededor sin dejar de mirar las fotos. Hasta que caía en la cuenta de algo al ver una en específico. En el campamento.
—Lo recuerdo —Bramé acercándome a Kyouya para enseñarle aquella foto—. Aquí, en ese momento había notado algo escondido entre los árboles.
—Cierto —Observó la foto unos segundos antes de marcar un numero en su movil y comenzó a alejarse—. Pediré una copia de todas las camaras de seguridad ese día, si pudiste notarlo debe ser porque aquella persona se asomó lo suficiente. Quizás consigamos algo.
—¡Necesitamos un plan! —Gritó Tamaki llamando la atención de todos.
—¡Sí, Tono! —Acordaron los Hitachiin— ¡Operación, vigilar a Aiko las veinticuatro horas del día comienza!
—¿Qué? —Me plasmé ante aquello— ¡Claro que no! ¡Haruhi! —Recurrí a la persona más pensante—, diles que eso es ilegal.
—Eso es ilegal —Respondió con tranquilidad.
—Eso no es divertido, Haruhi —Se quejaron los gemelos.
—¿No lo entiendes, Haruhi? —Lloró Tamaki arrojándose sobre ella solo para recibir un empujón y caer a los pies del sillón— Esto es una emergencia clase S.
—No van a vigilarme todo el tiempo —Insistí. Eso sería incómodo y tendría que tener cuidado de no hablar temas que no les comprometía—. No es por prejuzgar, pero esto podría ser obra de una de las clientas a las que no le caigo bien. Puede ser una estrategia para asustarnos lo suficiente para que yo salga del club o algo así.
—¡Eureka! —Saltó el rubio de segundo, tan entusiasmado que no pensarías que hace segundos se lamentaba arrojado en el suelo—. Si es un espía, seremos espías del espía.
—No creo que eso-
No pude terminar de formular mi oposición cuándo todos los Host, excepto Haruhi y Kyouya, comenzaron a idear un plan. Suspiré sabiendo que no escucharían lo que les diga, por lo que me decanté a sentarme a un lado de la castaña esperando el resultado final de todo esto.
—Bien, Aiko —Tamaki se posicionó frente a mi, los Hitachiin a un lado y los de tercero al otro—. Ya tenemos la solución.
—¿Actuar cómo si nada hubiese ocurrido y seguir con las actividades normalmente? —Pregunté un poco esperanzada de la afirmativa.
—Por supuesto que no —Respondió Tamaki poniéndose de pie sobre la pequeña mesa ratona—. Seremos tus espías para atrapar al espía.
—Totalmente en desacuerdo —Formé una cruz con mis brazos.
—No necesitamos que estes deacuerdo —Contestó como si fuese lo más obvio del mundo.
—Seremos como tu sombra —Susurraron los gemelos tratando de sonar misteriosos—, ni siquiera notarás nuestra presencia.
—Eso es escalofriante —Murmuré hundiéndome más en el sillón. Haruhi me dió unas pequeñas palmadas en el hombro como consuelo.
—No te preocupes, Ai-chan —Sonrió Honey desde los hombros de su primo—. Nosotros te protejeremos ¿Nee, Takashi?
—Sí —Asintió el aludido.
Alejé mi vista del rubio asintiendo varias veces, solo con verlo a los ojos y ya no sabía que contestar. Me estaba volviendo loca. Noté como Haruhi me miró extrañada unos segundos para luego mirar desinteresada a los demás miembros que discutían sobre algo.
—Me enviarán una copia de todas las cámaras de seguridad por la noche —Avisó Kyouya volviendo a acercarse a nosotros—. Por ahora lo mejor es no levantar sospechas al espía, sino estará atento a no dejarse ver por ninguno de nosotros.
—Bueno, lamento arruinar su diversión —Me puse de pie, tomando mi portafolio camino a la salida—. Pero tengo una tutoría a la cual asistir.
Salí del lugar pero antes de seguir caminando volví a abrir la puerta encontrandolos a pocos pasos de la misma.
—Y no me sigan —Les advertí entrecerrando los ojos.
—No seríamos capaces de eso, Aiko —Sonrieron los Hitachiin, elevando ambos pulgares—. Cuenta con nosotros.
Asentí y volví a cerrar la puerta de la Tercer Sala de Música para dirigirme a la biblioteca de costumbre.
Ouran Academy
Tutoría
Apreté el pobre lápiz con fuerza entre mis dedos, les pedí que no me siguieran.
Un par de cabezas coloradas se escondían detrás de unos libros, claramente fingiendo leer cuando ambos libros estaban alrevés.
—¿Estás bien? —La pregunta de Isomu me sacó de mis pensamientos, haciendo que mi atención vuelva a él al momento.
—Lo siento —Sonreí nerviosa ante su mirada atenta—, estaba pensando en el exámen de hoy. Espero haberlo aprobado.
—Por supuesto que lo harás —Le restó importancia—, estudiaste mucho para eso. Lo que necesitas ahora es concentrarte, preocupate subir tus calificaciones y cualquier distracción es perjudicial.
—Perdón.
Siguió explicándome un poco sobre las materias en la que mi calificación era la peor, ponía todo mi empeño en ignorar a los dos chicos que obviamente me vigilaban.
Estábamos por terminar cuando le ví atento a algo a mis espaldas, posó su atención en mi y siguió escribiendo los apuntes que me dejaba al igual que siempre. Pero esta vez, me acercó la hoja para que pudiese leerla.
<<Hay alguien espiandonos>>
Me sentí totalmente avergonzada de que lo haya notado y con mi propio lápiz le respondí.
<<Ignoralos, son mis compañeros del club>>
El negó antes de responder.
<<No, era una sola persona. En cuanto la ví se escondió tras las estanterías>>
Mi corazón se detuvo un segundo antes de empezar a latir con fuerza contra mi pecho.
<<¿Sabés quién era?>>
<<No, tenía la cara tapada tras un sombrero. Pero creo que llevaba una cámara>>
Inmediatamente dirigí mi vista a los Hitachiin, pero ya no estaban ¿También lo habrán notado?
—Debería irme —Le dije comenzando a guardar mis útiles.
—Oye ¿Ocurre algo? —Detuvo mis movimientos tomando uno de mis brazos con su mano.
—No, solo recordé que tengo algo que hacer.
—De acuerdo —Dudó, soltándome pero sin dejar de observarme como si me estuviese a analizando—. Si necesitas algo, aquí me tienes.
Le dí las gracias y salí del lugar con rapidez. Si tenía la suerte suficiente podría hallar yo misma a aquella persona.
Mi cabeza iba a mil kilómetros por hora, pensando en quién podría ser y cuales eran sus objetivos. Hasta que alguien me detuvo.
—Honta-san —Me sorprendí al ver a la castaña, quien apareció de repente a pocos pasos delante de mí.
—Buenos días, Matsushita-san —Saludó acercándose lo suficiente para poder susurrar lo siguiente— ¿La viste?
—¿A quién?
—La foto —Respondió poniendo una expresión confundida—. Dejaron en mi portafolio una foto de Honey-Sempai junto a tí.
—¿No sabés quién pudo ser? —Pregunté, estaba sorprendida ante su revelación ¿Por qué le dejaría a ella una foto de nosotros?
—Tengo algunas dudas —Confesó—. De todas formas, estoy investigando un poco.
—¿Pero por qué te darían una a tí? —Le pregunté anonadada.
—No lo sé —Nego varias veces—, solo venía a advertirte que tengas cuidado con Akemi e Isomu.
Eso sí me dejo confundida.
—¿Por qué Isomu?
—Es el hermano mayor de Akemi —Comentó sorprendida—. Pensé que lo sabías.
—No, no lo sabía —Eso no me lo esperaba, y si bien no me había cruzado a Akemi en mis días aquí esto podría ser algo relevante.
—Ten cuidado, no es un mal chico en sí mismo pero cuando se trata de su hermana... —Hizo una pausa para soltar un poco de aire—, es capaz de hacer lo que sea.
—De acuerdo, tendré cuidado. Tú también.
—Seguro —Sonrió—. Tengo que irme, estoy haciendo tareas extras para ganar puntos y debo terminar antes que cierren las bibliotecas.
Nos despedimos y caminé, ya más tranquila, a la entrada. No valía la pena buscar el rastro de alguien que seguramente ya tuvo el tiempo suficiente de escapar, o en el mejor de los casos Hikaru y Kaouro ya lo consiguieron.
—Aiko —Kyouya estaba apoyado en la pared a un lado de las puertas de entrada.
—Hola, que extraño encontrarte a esta hora —Saludé acercándome a él.
—Te esperaba —Confesó, sorprendiendome.
—No me digas que estas metido en todo esto de espiarme —Lo podía esperar de todos, pero el morocho era un chico ocupado y no se me ocurría alguna razón por la que este participando en esto.
—No, en realidad tengo algo que hablar contigo —Un brillo cruzó sus lentes y comenzó a dirigirse fuera del edificio—. Mi limusina nos espera, es mejor que hablemos de esto en un lugar privado.
Le seguí por detrás hasta que llegamos a una de las limusinas que esperaban en la entrada, la mía no estaba allí. El chófer nos abrió la puerta para que pudiésemos entrar y todo fue silencio hasta que el vehículo arrancó.
—¿De qué querías hablar? —Inquirí una vez que no soporte más el silencio.
—Quizás pienses que no debería saber sobre esto —Empezó, sacando su portátil—, pero como manager del Host Club debo saber reaccionar ante todas las situaciones que pueden ocurrir. Y en tu caso, tus secretos pueden causar muchos problemas.
Lo observé pensativa durante unos segundos, es imposible que lo sepa todo. Mis manos temblaban de los nervios pero no podía hablar y dejar que se me escapase algo de lo que el no sabía.
—¿A que secretos te refieres?
—Podríamos empezar por tu línea sanguínea —Comentó y no pude evitar insultar por lo bajo ¿Cómo lo descubrió?
—No entiendo en que podría afectar eso al club —Contesté.
—En que necesitas apoyo —Aseguró cruzándose de brazos—, si brindas esa información recibirás nuestra ayuda no solo como miembro del mismo club, sino como amiga también.
Bien, eso fue impactante. Pensé un poco como formular una respuesta coherente y casi podía jurar ver un atisbo de sonrisa en su rostro que me observaba atentamente.
—No lo sé, no es algo de lo que me guste hablar —Confesé mirando mis manos y jugando un poco con mis dedos—. Nunca tuve "amigos"... aunque ya debes de saber eso.
—Lo sé, por eso creí que era mejor hacértelo saber —Se veía complacido con mi reacción.
—De todas formas, necesito tiempo —Avisé poniendo mi palma frente a mi, en forma de notificarle "espera".
—Me parece bien —Aceptó—, solo recuerda que ellos lo entenderán.
—Gracias —Agradecí, aún poco nerviosa tras sentirme exhibida frente a sus ojos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro