Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Quince

Nunca dormí tan mal en toda mi vida. Cuando sepa quien fue el idiota que hizo ese desastre en mi habitación lo acabaré con mis propias manos. Y eso para no hablar de la escena con cierto rubio repitiéndose en mi cabeza sin parar durante toda la noche.

Ahora estábamos en uno de los recesos. Yo jugaba con mi lápiz mientras Hikaru y Kaoru estaban molestando a Haruhi sobre algo a lo que no estaba prestaba demasiada atención.

Y algo más, hoy volvería a visitar la casa de la castaña. Luego de lo anoche mi padre se comunicó para decirme que pase la noche de hoy en casa de una amiga mientras refuerzan la seguridad, mi mejor opción era la ojimarron. Un poco extraño de mi padre el llamarme para pedir algo tan simple como eso pero sabía que toda acción que él tenía hacia mí era pura decisión de mi madre. O "madre" me sonaba mejor.

—Aiko —Me picaron el hombro llamando mi atención— ¿Estás bien?

—Sí —Sonreí sin saber quién exactamente había preguntado.

Tanto Haruhi como los Hitachiin me observaron con duda, pero al parecer prefirieron no comentar nada.

Ouran Academy
Hoarios de Club

Caminé por los pasillos con tranquilidad camino a la Tercer Sala de Música. Ésta mañana había sido bastante tranquila y en la hora del almuerzo avisé a Haruhi que tenía "cosas pendientes": tenía tanto sueño que preferí aprovechar los minutos libres para dormir en la biblioteca de la planta baja.

—¿Me estas escuchando, Aiko-chan?

Giré la cabeza y me encontré con un par de ojos confundidos.

—Ayami-chan —Me sorprendí— ¿Hace cuánto estás aquí?

—Veo que no —Murmuró con una gota cayendo por su frente—. Hace un par de minutos que voy contigo.

—Lo siento, estoy un poco cansada y no preste atención —Reí nerviosa.

—No te preocupes —Sonrió para luego restarle importancia con un gesto de manos— ¿Noche difícil?

—Ni te imaginas.

—Lo lamento —Soltó como un intento de consuelo—. De todas formas quería darte las gracias de llevarme contigo al club la vez pasada, hace mucho no me animaba por mi cuenta y creo que fue agradable.

—No necesitas agradecer —Susurré abriendo las puertas del club.

No pasaron ni dos segundos cuando un par de brazos me atraparon y entonces todo comenzó a dar vueltas. Ah, no, esperen, soy yo quien esta girando.

—¡Pobre Aiko! —Lloró Tamaki sin detenerse—. Eso habrá sido una experiencia horrible. No te preocupes —Mis pies volvieron a tocar el piso y sus manos me sostuvieron por los hombros con fuerza—, tu tío se encargará de todo.

¿Por qué hay cuatro Tamakis?

—¿Tío? —Puse una mano sobre mi cabeza para calmar el mareo.

—Mejor espero afuera —Escuché decir a Ayami antes que la puerta se cerrase.

—¡Así es! —Gritó el rubio señalándose—, nuestros papeles familiares en el Host Club. Honey-sempai y Mori-sempai serán tus padres, de esa forma Haruhi será tu prima.

¿Acaso me perdí de algo? Porque prefiero seguir ignorante antes de pensar que casi me beso con quien el acaba de llamar como uno de mis padres.

—¿Por qué "prima"?

—Porque Haruhi es mi hija —Sonrió. Una cortina de brillos se formó en sus ojos.

—Ya le dije que no necesito dos padres, Sempai —Disparó la castaña mientras pasaba por nuestro lado.

Una flecha imaginaria voló al corazón del rubio, quien cayó al suelo en una camara lenta casi perfecta. Los Hitachiin no perdieron tiempo en llegar a su lado y comenzar a picar con un par de varas el cuerpo del King del club.

No quise indagar más por lo que con una elevación de hombros me alejé de allí con precaución, paso a paso, para no ser atrapada por nadie en mi huída.

—¿De qué está hablando? —Pregunté a Kyoya cuándo después de varios pasos lejos de allí lo encontré a mi lado.

—De que alguien se infiltró a tu casa y destruyó tu cuarto —Respondió simplemente.

—¿Y cómo se enteró? —Lo miré incrédula. Solo basto ver su ceja alzada y libreta en mano para entenderlo—. Ah, tú.

—Nee, nee, Ai-chan —Sentí presión en uno de mis brazos. Honey me observaba de pies a cabeza y sin poder evitarlo el calor me subió hasta la coronilla—. Estás bien ¿Verdad?

Piensa en otra cosa, piensa en otra cosa, piensa en otra cosa.

—Hai —Murmuré.

Sentí algo pesado sobre mi cabeza y visualice a Takashi a nuestro lado con una de sus manos sobre mi frente.

—¿Fiebre? —Dudó.

Detuve en seco cualquier movimiento de mi cuerpo y desplacé la vista por los tres Host que me rodeaban. No hacia falta ver mi reflejo para saber que estaba más roja que nunca en mi vida.

—¿Qué? No —Reí nerviosa alejándome de a poco—. Este estado representa mis ganas de trabajar.

—Eso no tiene sentido —Kyouya me miró por sobre sus lentes.

—Oh, pero miren la hora —Señalé el enorme reloj del instituto.

Solo dos de los tres pares de ojos siguieron mi orden por lo que bajo la analizadora mirada del azabache corrí a mi área de trabajo dentro del Host Club y decidí esperar allí hasta que las clientas comiencen a llegar. Sola al fin.

Ouran Academy
Fin horarios del Club

Tener que asistir a clases de tutoría tenía su ventaja después de todo. Para cuando las puertas del club se cerraron prácticamente escapé de la Tercer Sala de Música informándole a Haruhi que iría a su casa en cuanto termine.

Como ya era costumbre Isomu me esperaba en la mesa habitual de la biblioteca.

—Exámen —Pidió estirando una de sus manos. Le dí el resultado que había recibido el día anterior y sonrió conforme—. Setenta y ocho, bien hecho.

No esperó ni un segundo más cuando sacó de debajo de la mesa un libro enorme.

—Ahora a prepararse para los demás exámenes.

Por poco no sentí mi alma abandonar mi cuerpo. Esto iba a ser agotador.


Barrio de Plebeyos
Esa misma tarde

3ra persona P.O.V

—¡Estoy tan feliz por ti, Haruhi! —Gritó un emocionado Ryoji siguiendo a su hija por el apartamento—. Por fin una amiga ¡Y van a tener una pijamada!

La castaña miró con cautela el brillo en los ojos de su padre.

—Si sabes que va a pasar la noche aqui porque alguna clase de criminal, que posiblemente esté aún persiguiendola, destrozó su cuarto... ¿No?

El mayor le restó importancia con un gesto de manos, como si fuese un detalle insignificante.

—Me gustaría estar aquí para cuando llegue, pero tengo que trabajar —Masculló antes de volver al estado eufórico de antes—. Pero estaré aquí para el desayuno.

Haruhi suspiró pensando que su padre nunca cambiaría y sonrió por la misma razón, era su padre después de todo y ella lo quería tal cual su forma de ser.

Después de poco más de una hora, de recibir un abrazo de oso y de estudiar un buen rato la puerta principal sonó.

Aiko entró casi corriendo cuando vio la puerta abrirse.

—Lo siento —Dijo mientras se quitaba los zapatos—, pero esta haciendo mucho frío afuera. Creo que se avecina una tormenta.

La castaña sintió su cuerpo flaquear durante un segundo después de haber oído eso.

—¿Estudiabas?

—Hai —Respondió Haruhi volviendo a acomodarse donde antes—, cuando termine podemos comenzar a preparar la cena, si quieres.

—Esta bien —Asintió— ¿Puedo tomar una ducha mientras terminas con eso? Traje ropa ésta vez —Enseñó un bolso que traía en una de sus manos.

—Sí, el baño es ese de allí —Señaló con su resaltador una de las puertas.

Haruhi vio desaparecer a Aiko tras la puerta del baño y volvió a concentrarse en los libros que ocupaban gran parte de la mesa. Varios minutos después, con ambas habiendo acabado sus cosas, ya estaban preparando la cena.

—¿Hueles eso? —Preguntó la castaña y detuvo su búsqueda de los utensilios.

—¿No es ese el olor que tendría que tener esto? —Aiko señaló la olla frente a ella y vio una gota resbalar por la frente de su compañera.

—Es el olor que tendría si se quema.

—Oh —La pequeña colorada se apresuro a apagar el fuego antes de examinar el interior del objeto— ¿Es normal que algunos ingredientes se vean negros?

Ambas se observaron por un momento. Aiko en realidad no entendía nada sobre cocina y Haruhi trataba de recordar porque dejó a la chica a cargo de la comida.

—Encargaré algo de comida a domicilio —Murmuró la castaña tomando el teléfono.

Y para cuándo el pedido arribó ya habían terminado de limpiar el desastre que quedó luego de aquel intento fallido. Por acuerdo dividieron la cuenta en dos, por más que Aiko se ofreció a pagarla por sí sola al ser en gran parte la culpable de la cena quemada.

—¿Sabes? —Comentó Aiko cubriéndose la boca al masticar— Me siento culpable por arruinar la comida, pero no puedo lamentarme ¡Esto está riquísimo!

—Sí —Sonrió Haruhi—, con papá solemos encargar comida al mismo local de vez en cuando hace mucho tiempo —Observó su plato unos segundos antes de continuar—. A mamá le encantaba la comida de allí.

Un silencio se generó después de ello, pero no era incómodo ni desagradable sino más bien tranquilizante, ambas recordaban con nostalgia hechos de su pasado.

—¿Cómo era tu madre? —Se animó a preguntar la colorada, había oído antes de la madre de su compañera en el club pero nunca habló de ello.

Haruhi se mantuvo pensante unos segundos antes de responder a la pregunta.

—Siempre fue cariñosa y muy dedicada a su trabajo y familia —Contó con una sonrisa en el rostro—. Papá siempre me cuenta de lo inteligente y bella que fue. También dice que soy muy parecida a ella.

—Hubiese sido agradable conocerla —Suspiró Aiko antes de meter otro poco de comida a su boca.

—Sí —Susurró la castaña antes de volver a mirar a su amiga— ¿Y tu madre como es?

La de menor estatura pareció sorprenderse con la pregunta, juntó las manos sobre su regazo e indagó en sus recuerdos buscando la respuesta adecuada a ello.

—Bueno... ella es muy serena y valiente —Jugó con sus dedos entrelazados—, incluso algo misteriosa. Siempre lucha por lo que quiere y por los que ama, sin importar los riesgos que eso conlleve.

—Lo dices como si no la vieras hace mucho tiempo —Comentó Haruhi al oír el tono de voz melancólico.

La colorada rió sin ganas ante aquella sentencia pero no respondió, dejando una vez más el silencio apoderarse de ellas.

Ya estaba cansada de toda la escena de su "madre", pudo tolerar tratarla como si fuese su progenitora hasta ahora pero luego de su última conversación sus ganas comenzaban a agotarse. Era conciente que sí tenía madre, una real y que la amaba, y hace tanto que no sabía de ella que sentía que se volvería loca.

—Haruhi ¿Puedo confiarte un secreto? —Las palabras escaparon de su boca sin previo aviso.

—Seguro —Respondió la castaña sin pensárselo mucho.

Haruhi podía notar que la colorada se encontraba en alguna clase de dilema dentro de su cabeza, y aunque creía que no era lo suficientemente buena para dar consejos aún así podría escucharla si era lo que ella necesitaba.

Por otro lado, Aiko no sabía por qué había dicho eso ¿Es que el humo de la comida quemada le había arruinado el cerebro? Estaba conciente que no quería que su vida salga a la luz, ya bastante tenía con Kyouya sabiendo parte de la historia. Además, su cercanía hacia la chica frente a ella y todo el Host Club se basó en puro interés, eso le pidió su "madre" y si quería que la mujer cumpla con su promesa ella debía hacer lo que pidiese.

Sin embargo, antes de poder abrir la boca para decir que olvide lo que acababa de decir un fuerte estruendo llegó a oído de ambas. Un trueno.

—Buenas noches —Saludó la castaña y con un rápido movimiento se escondió bajo la mesa, los platos temblaron un poco sobre la madera por el brusco movimiento.

Aiko parpadeó varias veces sin quitar los ojos del sitio del que su amiga prácticamente desapareció. Frunció el ceño confundida y, apoyando ambas manos sobre suelo, se agachó lo suficiente para ver el cuerpo de la ojimarron bajo la mesa en posición fetal.

—¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?

—Solo me dio sueño, no te preocupes —Le restó importancia la castaña como si lo que acababa de hacer fuese lo más normal del mundo.

Ambas permanecieron estáticas por unos segundos cuando otro trueno retumbó en las paredes de la habitación y la delató cuando el cuerpo de Haruhi tembló de pánico.

Los ojos verdes de Aiko brillaron ante el descubrimiento que llegó a su mente y se apresuró a correr al cuarto de Haruhi, ya conociendolo de su visita anterior.

La castaña no prestó atención alguna de lo que ocurría, solo se enfocaba en aislar el sonido del exterior con sus manos y apretar los ojos con fuerza. Por eso mismo cuando sintió las manos de su compañera tomar las suyas abrió los ojos asustada, sin esperar el tacto. Ambas conectaron sus ojos por unos segundos y tras la pequeña sonrisa que le dedicó Aiko como nuestra de confianza se dejó llevar por ella. Ambas corrieron tomadas de las manos al cuarto de Haruhi, donde las esperaba una especie de tienda de campaña artesanal formada por unas cuantas sillas y una cobija sobre ellas como techo.

—Bienvenida al Castillo Protector —Dijo Aiko y rápidamente ayudó a la ojimarron a pasar bajo su intento de tienda junto a ella.

Sus pies descalzos y manos sintieron la suave sensación de la tela de algodón que reemplazaba el suelo en la oscuridad que el pequeño lugar les proveía. Una luz tenue brilló de repente sobre las manos a Aiko, dónde había una pequeña esfera que desprendía rayos de diferentes colores.

—Un regalo de mi madre —Comentó la de menor estatura al ver los colores danzar sobre los curiosos ojos de la castaña—, de pequeña le temía a la oscuridad.

—¿Ya no? —Preguntó Haruhi tomando el pequeño objeto entre sus manos para examinarlo—. Se parece a los que venden en las ferias.

—Allí lo compró —Asintió dándole la razón—, y ya no tengo miedo. Solo lo llevo conmigo por la costumbre —Comentó sin despegar su atención de los colores—. Toca el botón de la base.

La ojimarron hizo caso a lo dicho y al momento de presionar el botón con su dedo una música comenzó a sonar, pareciendo ir al compás de las tenues luces.

—Es una melodía que ayuda a dormir, aunque no lo creas —Siguió hablando la colorada—. Seguro con ésto esos rayos malvados no se atreverán a acercarse.

—Tienes razón —Rió Haruhi, entonces abrió los ojos recordando algo—. Estabas por decirme algo antes, lamento interrumpirte.

—No era nada —Le restó importancia con un gesto de manos—, dudas tontas.

—¿Era sobre Honey-senpai?

Aiko no pudo evitar sorprenderse ante lo que acababa de oír y la imágen del rubio a centímetros de su rostro apareció en su mente. Tuvo que apoyar las manos sobre sus mejillas al sentir el calor volver a invadirla.

—¿Por qué crees eso?

—No lo sé, ambos se comportan extraño el uno con el otro —Se hundió de brazos dejando el objeto a un lado de ella—. Hace un tiempo tu tratas de evitarlo y él no deja de mirarte cada vez que estás cerca. Incluso durante horarios del club siempre esta atento a la puerta de la habitación en la que estás y se ofrece a buscar las ordenes que preparas.

—¿Lo dices enserio? —Murmuró sin poder creer lo que acababa de escuchar.

—Sí —Respondió con simpleza— ¿Estás segura que no te gusta?

—¿Cómo sabes si alguien te gusta? —Preguntó Aiko al no estar tan segura de su respuesta a la pregunta que acababan de hacerle.

Haruhi pareció pensarlo un poco, apoyando su dedo índice sobre su barbilla a su tan conocido tic.

—Una vez unas clientas hablaron sobre eso —Comenzó—. Creo que dijeron algo sobre ruborizarse, sentir algo en el estómago, pensar mucho en esa persona y sentirse nerviosas cuando recibían atención de él o ella.

—¿El o ella?

—Bueno, no creo que el género importe tanto —Dijo—. De todas formas son sentimientos, no elijes a quien querer.

Aiko asintió a lo que acababa de oír, no era tan descabellado si se lo ponía a pensar de esa forma. Aunque no podía decir aún que era lo que sentía por su senpai. No sabía si podría aceptar la respuesta a eso tampoco.

—Mejor vayamos a dormir, mañana me pasan a buscar temprano.

Y sin esperar mucho más, ambas durmieron dentro del "Castillo Protector" con las luces tenues y la melodía tranquilizante: Haruhi sintiéndose protegida de la temible tormenta y Aiko con la imágen de Honey y los recuerdos en los que su madre la ayudaba a luchar contra sus fobias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro