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"Everybody loves you, baby
You should trademark your face"
—Troye Sivan.

Durante más de dos años, Taehyung y Jungkook compartieron un vínculo que pocos entendían. Lo que comenzó como una amistad entre dos almas compatibles se transformó en algo más complejo, algo que ni ellos mismos podían describir con palabras. Taehyung, con su corazón abierto y su alma valiente, siempre fue honesto sobre su orientación, mientras que Jungkook, con su risa fácil y su encanto natural, navegaba por la vida con la seguridad de quien nunca había cuestionado su atracción por las mujeres.

Pero la vida, caprichosa y llena de giros inesperados, tenía otros planes para ellos. Una noche de fiesta, bajo el influjo del alcohol y la vulnerabilidad de la madrugada, cruzaron una línea que nunca pensaron que atravesarían. Lo que comenzó como un momento de locura se convirtió en una rutina que cada vez se repetía con mayor frecuencia, dejando a Taehyung atrapado entre el deseo y la desesperación.

Una mañana, después de otro de esos encuentros, Taehyung se quedó mirando a Jungkook, quien aún dormía a su lado. La confusión y el dolor se mezclaban en su pecho, haciendo que el aire se sintiera pesado. No podía seguir así, no cuando cada noche juntos solo lo acercaba más a un precipicio emocional.

—Jungkook...— susurró, sin esperar realmente una respuesta.

El mayor se movió ligeramente, abriendo los ojos lentamente. —¿Hmm? ¿Qué pasa, Tae?—. Su voz aún estaba impregnada de sueño, ajeno al torbellino de emociones que desgarraba a su amigo.

—¿Alguna vez has pensado en lo que significa esto para mí?—, preguntó Taehyung, sintiendo la urgencia de una respuesta que sabía que no llegaría.

Jungkook parpadeó, intentando procesar las palabras a través de la bruma de su resaca. —¿Qué quieres decir?

—Esto... lo que hacemos... No sé si puedo seguir así—, confesó, su voz quebrándose al final.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Jungkook no tenía respuestas, solo una expresión confusa, como si las palabras de Taehyung no pudieran penetrar la burbuja en la que se había refugiado.

—Tae... Yo...—. Jungkook murmuró, pero las palabras se desvanecieron, incapaces de aliviar el dolor de Taehyung.

Aquella fue la última gota. Taehyung sabía que debía tomar una decisión. Si no podía conquistar su corazón siendo él mismo, entonces sería alguien más. Se convertiría en la chica que Jungkook deseaba, la que él creía que necesitaba. Porque al final del día, Taehyung sabía una cosa con certeza: estaba dispuesto a ser lo que fuera para no perderlo, incluso si eso significaba dejar de ser quien realmente era.

—Bebé, tal vez yo también puedo ser una de ellas. Llámame si te sientes solo, seré una de tus chicas o tu amigo.

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holaaa

bueno les traigo una nueva historia, así que espero que les guste el desarrollo.

ꕤ⊰ shine