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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜ́ɴɪᴄᴏ

La señorita Nokōn era muy conocida por ser una chica bastante talentosa.

Si bien era una persona tímida y algo formal, y la cual difícilmente entablará algún tipo de conversación con otras personas, lo cierto es que se volvió popular debido a que era muy bonita y buena para tocar la guitarra.

Keisan tenía algunos pretendientes por eso mismo.

Los más destacados eran Kinokotaiyo y Hinoru, que si bien, podían ser buenos partidos para ella, a la señorita Nokōn nunca le llamaron la atención.

¿Por qué?

Había tres motivos para que ella no les aceptara.

En primer lugar, ellos eran demasiado insistentes con la pobre Keisan, presionando a la chica con sus atenciones y coqueteos contínuos.

En segundo lugar, ninguno de los dos era compatibles con ella, incluso no llegaban a tener los mismos gustos o un tema de conversación a lo mucho. Parecía una atracción más superficial por parte de ambos caballeros.

Y en tercer lugar, es porque ella tenía un gusto muy específico en parejas:

- Cabello negro y corto.
- Estatura alta.
- Unos bellos ojos rojos.
- Serio.
- Formal.
- Con un carácter fuerte.

Y sobretodo, que sea una chica.

Así es, Keisan estaba enamorada de Doumei, una chica de su clase que hace no mucho se había mudado frente a su casa.

La chica se dio cuenta de su enamoramiento con la pelinegra desde que la defendió de unos compañeros que se querían pasar de listos con ella.

Aún recuerda eso...

(Flashback)

La chica estaba siendo acorralada por un par de idiotas, al parecer creyeron que era buena idea que debían de molestarla, por el hecho de ser una "chica rara y fría".

Déjenme en paz. - Dice Keisan, con un tono firme en su voz. - Es la última vez que se los pediré.

El chico random se rió. - Jajaja, ¿enserio crees que te vamos a tener miedo? - Se burla un poco, mientras voltea a ver a su amigo.

¡Ja! Con esa estatura no intimida a nadie. - El chico comienza a jalonearla de la chaqueta.

Keisan le da un manotazo al chico para que la dejara de molestar, algo que sólo los hizo enojar aún más.

Maldita mocosa... - Respondió molesto el chico.

Uno de los abusones la tomó del cuello y la azotó contra la pared, listo para darle un puñetazo a Keisan.

Ella cerró los ojos por instinto, esperando el impacto contra su cara y el ardor que este le produciría.

Sin embargo, el golpe nunca llegó...

La señorita Nokōn se llevó la sorpresa al sentir que el chico que le estaba molestando la había soltado, por lo que esta abrió los ojos poco a poco para saber lo que pasaba.

Y ahí fue cuando la vió...

Doumei tenía una navaja cerca del cuello de uno de los matones, mientras el otro estaba asustado al ver la situación de su compañero.

Tú idiota. - Llamó la pelinegra al contrario. - Tienes veinte segundos para abandonar este lugar, si no quieres acabar como este. - Amenazó la ojiroja, mientras acercaba el filo de la navaja a la yugular de este.

Estás loca mujer. - Responde algo nervioso el otro chico. - Tu no serías capaz de hacer eso.

¿Seguro? - Pregunta pelinegra, con un tono de voz amenazante.

El chico, en vez de pelear, sale corriendo al ver que Doumei estaba armada.

Después de unos segundos, la chica de ojos rojos suelta el chico que le iba a pegar a Nokōn, dejándolo caer contra el suelo. El matón, al estar tan asustado, huye de la escena.

¡Algún día lo pagarán malditas brujas! - Exclamó el cobarde, antes de seguir corriendo y perderlo de vista.

Keisan estaba asombrada, nunca la había defendido una persona que no fuera su amiga o una conocida suya.

¿Estás bien? - Pregunta Doumei, con algo de seriedad y preocupación en su voz.

La señorita Nokōn se quedó en silencio por unos segundos, no sabía cómo reaccionar ante dicho acto.

S-Si, lo estoy. - Responde Keisan, con formalidad y timidez al mismo tiempo.

Las chicas se quedaron en silencio por un par de segundos, hasta que la pelinegra le llama:

¿Quieres que te acompañe a tu casa? - Pregunta algo seria la chica. - Lo digo porque... Es muy peligroso que estés sola en la calle a altas horas de la noche.

Keisan dudó un poco, pero finalmente accedió. Algo en su interior le decía que ella no le iba a hacer nada malo y que podía confiar.

(Fin del flashback)

En fin...

Ya hablamos de Keisan, pero, ¿qué hay de Doumei?

Al contrario de la otra chica, la pelinegra era muy conocida por su rudeza y frialdad a la hora de tratar con la gente, parecía verlos como seres inferiores a ella.

Desde la primaria, se supo que ella era una chica solitaria, y con el único que hablaba era con su mejor amigo Gibo, a quien veía como su hermano mayor.

Sin embargo, eso no era cierto. La mujer de ojos rojos podrá tener una apariencia intimidante y un carácter fuerte, pero ella era realmente muy amable, también era algo tímida para expresar sus emociones.

La primera vez que conoció a la señorita Nokōn, tuvo un amor a primera vista que la hizo sentir como si estuviera en el paraíso.

En pocas palabras, se le hizo atractiva.

Y una vez más, ahí fue cuando su bisexualidad y sus sentimientos la atacaron fuertemente.

Mientras pasaban los meses y convivían, la chica de cabello negro se iba enamorando cada vez más, al punto de que sus sentimientos era algo que varios de sus cercanos sabían.

Contra todo pronóstico, Doumei se había enamorado; y eso, en vez de molestarle, la unía con ella cada vez más.

Desde hace tiempo, aquellas dos bellas chicas se gustan.

El destino las quería ver juntas, pues iban a las mismas clases, tenían varios hobbies similares, varios amigos que se conocían entre ellos, compartían un gusto por la música y vivían cerca.

Todo parecía estar en bandeja de plata como para que Keisan se le declare a su amor platónico, pues habían muchas coincidencias que marcaban lo obvio. Las dos tenían que estar juntas.

Pero había un problema: Ninguna de ellas dos sabían expresar sus sentimientos, debido a sus personalidades serias y formales.

Así que, técnicamente, pese que su amor se siente hasta en el aire, no se han confesado.

O bueno, hasta ese momento.

(...)

Doumei había citado a la chica a una cafetería por el 14 de febrero. Así es, el día del amor y la amistad.

Aunque, el nombre correcto para la situación de ellas es "el día en que una de las dos se va a declarar" pues eso iba a pasar ese día.

Keisan tenía preparada su guitarra, había preparado una canción para ese día tan especial.

Y que mejor que usar una de sus canciones favoritas de su artista favorita, "Girl in red"...

"Muy bien, tengo todo listo, sólo espero que salga bien." piensa Keisan, guardando su guitarra acústica en el estuche.

Era la primera vez que iba a tocar en un lugar público con su guitarra acústica, así que estaba nerviosa.

Bien, es ahora o nunca. - Dice para sí misma la chica de baja estatura, tomando camino hacia la cafetería.

(...)

Hola Nokōn-sama, es bueno verla. - Saluda la pelinegra.

Igualmente, Doumei-sama. - Responde formalmente la otra chica.

La mujer de ojos rojos le indica que tome asiento, en lo que las atendían para pedir su comida.

Ambas chicas estuvieron conversando un rato sobre varios temas: La fiesta de Hinoru, el concierto de "Lana del Rey", lo feo que saben las malteadas, etcétera...

Hasta que Doumei le preguntó a la otra chica:

- ¿Por qué trajiste tu guitarra?

Keisan la miró algo nerviosa, no sabía qué responderle a la contraria para no verse sospechosa.

B-Bueno... - La señorita Nokōn desvió su mirada por la vergüenza. - Ejem ejem, bueno, realmente es una sorpresa que te quiero dar. - Keisan se aclara la garganta.

Oh, ¿entonces es para mí? - Pregunta la pelinegra, tratando de no sonar tan emocionada. Era la primera vez que la chica de menor estatura le iba a dedicar una canción.

Y no es por nada, pero Doumei amaba la voz y el talento de la chica para tocar la guitarra, sea eléctrica o acústica.

De acuerdo, veo que estás emocionada. - Dice Keisan, levantando el estuche de su guitarra. - Bien, creo que lo haré de una vez. - Saca la guitarra.

La chica de ojos rojos estaba confundida, pero aún así la seguía observando.

Doumei, ¿recuerdas esa vez en la que escuchamos música toda la tarde? - Pregunta la señorita Nokōn.

Sí... Estábamos con Kohibin ese mismo día, vaya los chismes que nos contó. - Responde la pelinegra.

Keisan sonrió un poco, mientras afinaba un poco su guitarra.

Tú me dijiste... - Empieza a tocar un poco las cuerdas. - Que esta era tu canción favorita. - Con algo de nervios, la voltea a ver.

Doumei sabía a lo que se refería, pero no quería hablar e interrumpir el momento. Parecía algo irreal.

Entonces, Keisan tomó su instrumento, y comenzó a cantar.

Smoking cigarettes on the roof
You look so pretty and I love this view
Don't bother looking down
We're not going that way
At least I know, I am here to say

La pelinegra estaba encantada con la voz de su "amiga", sabía que ella tenía una presiosa voz, pero nunca la había escuchado con un timbre de voz tan suave, acompañada con un toque de guitarra muy melancólico.

Era como escuchar a los ángeles celestiales cantar.

We fell in love in October
That's why, I love fall
Looking at the stars
Admiring from afar

Keisan miraba de ves en cuando a la contraria, viendo cómo esta poco a poco formaba una bella sonrisa.

Era realmente lindo verla sonreír, pues no era algo muy común en ella.

My girl, my girl, my girl
You will be my girl
My girl, my girl, my girl
You will be my girl
My girl, my girl, my girl

Doumei se queda observando los movimientos de la señorita Nokōn, hipnotizada por su increíble voz.

You will be my girl
My girl, my girl, my girl
You will be my world
My world, my world, my world
You will be my girl

Después de eso, el resto de los presentes del lugar le habían aplaudido a Keisan, mientras que Doumei la veía con algo de amor.

La pelinegra estaba muy orgullosa de ella.

Luego de que se calmó un poco el ambiente, la señorita Nokōn le hace la esperada pregunta.

Doumei-sama, sé que es algo precipitado, pero... - Keisan la voltea a ver, con un sonrojo marcado en sus mejillas. - ¿Quieres ser mi novia?

Y en ese momento, la pelinegra se estiró para darle un beso en los labios a la chica.

Estabas muy sorprendida por el actuar de la contraria, pero debe de admitir que le gustó ese corto beso.

Claro que acepto... - Dice Doumei, dedicándole una sincera sonrisa a Keisan.

Y así, fue como ambas chicas comenzaron a salir, teniendo una linda declaración por parte de la señorita Nokōn.










- ℛℴ𝓈ℯ𝓏ℴ𝓃ℯ𝓈.

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