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📱 :Capítulo diecisiete:⇢ˏˋ Miko ˎˊ ꒰ 💚 ꒱
El Zoldyck alzó las cejas, bajando la mirada para observar a la tortuga que descansaba tranquilamente en su estanque. Con una de sus manos la tomó con delicadeza, y distraídamente empezó a analizarla.
—Vaya, parece que todos los dueños de tortugas comparten la misma neurona.—suspira, dejando al animal nuevamente en su sitio.
Caminó tranquilamente por toda la habitación de Naomi, moviendo y tocando todo lo que se atravesaba en su camino. Estaba aburrido, y no podía sacarle conversación a la chica porque se encontraba muy concentrada escribiendo el ensayo para ambos, pero tampoco encontraba otra cosa para hacer mientras la esperaba.
«Que flojera, ahorita estaría jugando en mi habitación en vez de estar aquí parado como un imbécil» se lamentó, suspirando tristemente.
Entrecerró los ojos al ver uno de los múltiples cojines que reposaban en la cama de la chica, y con ambas manos lo tomó para inspeccionarlo. El diseño era bastante sencillo; un simple cuadrado con pelaje suave y blanco, muy similar a su preciado cabello albino. Con su mano libre tomó algunos mechones de su cabello para compararlos con la textura del cojín, y no pudo disimular su sorpresa al notar que se sentía muy similar.
Naomi le mandó una mirada de reojo al albino, frunciendo las cejas confundida al notar como este restregaba el rostro en uno de sus cojines favoritos—¿Q-Qué haces? Killua-kun.
El Zoldyck se sobresaltó al escuchar la delicada voz de la muchacha, y con algo de vergüenza alejó el cojín de su rostro—Esta cosa es idéntica a mi cabello —señala, sin poder disimular la emoción—. ¿Quieres ver?
La muchacha frunció las cejas confundida, pero decidió asentir cortamente. Killua se acercó a su escritorio, dejando el cojín encima del teclado de la laptop y agachándose un poco para estar a su altura. Naomi observó con curiosidad el cojín, desviando la mirada hacía el cabello del chico—S-Si, se parece mucho.
—¿Verdad? Y también se siente igual, tocalo —ordena, a lo que ella estiró su mano para tocar la superficie del cojin—. Ahora toca mi cabello.
Naomi frunció la cejas tímidamente, un poco incómoda con toda la situación. Negó rápidamente con su cabeza, rechazando la invitación del albino para concentrarse en el ensayo que tenía pendiente. Killua entreabrió los labios, notoriamente indignado por la respuesta de la chica.
«Acaba de perder la mayor oportunidad de su vida. La única persona que ha tenido el privilegio de tocar mi cabello es Alluka, y a veces Gon, pero prefiero dejarlo solo en Alluka» refunfuñó mentalmente, bufando en voz alta antes de dar media vuelta.
Sin nada más que hacer, decidió tomar asiento en la orilla de la cama, dedicándose únicamente a observar como la muchacha escribía y escribía en su adorable laptop color rosa. Había considerado la idea de escribirle a Asuka o alguno de sus amigos para pasar el rato, pero su ridículo iPhone se había quedado sin batería desde que salió de la Academia; y Naomi no compartía el mismo modelo de celular, así que no podía pedirle un cargador prestado.
Su única fuente de entretenimiento era Naomi, y observarla no era muy divertido que digamos.
«Oh, debería aprovechar para conocerla mejor» pensó el muchacho, sonriendo ante su maravillosa idea «Tambien puedo preguntarle sobre Feitan. ¡Soy un genio!»
—Oye —la llama el albino, apoyando los codos en sus rodillas para estar más cómodo. La muchacha le mandó una tímida mirada de reojo, indicándole que continuara—. Tú, eh...—balbuceó, sin saber como sacarle conversación— ¿qué opinas de la escuela? Alguien por ahí me dijo que esta es tu primera vez asistiendo a una academia presencial.
Killua cantó victoria al ver como la muchacha dejaba de escribir para prestarle atención, dándole a entender que su plan había funcionado.
—E-Es muy bonita.
El albino frunció las cejas al notar que eso era todo lo que ella diría al respecto. No esperaba que fuese muy conversadora, pero esto era ridículo—¿Y ya?—cuestiona desconcertado, a lo que ella asintió cortamente—. Pues no sé que le ves de bonito a ese infierno, pero allá tú —suspira, musitando un sonido pensativo—. Aunque has tenido bastante suerte, no te has cruzado con ningún imbécil que te moleste.
La muchacha alzó las cejas, desconcertada ante el enorme descaro que tenía el Zoldyck al decir aquello. Se limitó a asentir nuevamente, dejando un silencio incómodo como consecuencia.
«Todo esto es muy raro» pensó la muchacha, jugando con el borde de su falda mientras observaba fijamente el suelo.
«¿Se verá muy feo si le pido algo para comer ahora?» pensó el Zoldyck, encogiéndose de hombros poco después—¿No tienes hambre?
La castaña mordió sus labios, girando un poco la cabeza para verificar la hora en su computador. Ya era más de medio día, ninguno de los dos había almorzado y ya llevaba más de veinte minutos escuchando los rugidos del estómago de Killua; así que optó por hacer una pequeña pausa para bajar a comer.
—Un poco, ¿y tú?—le pregunta, aunque la respuesta era más que obvia.
—Pues no tengo, pero ya que insistes.
Naomi curvó sus labios en una pequeña mueca, observando los envases que contenían ambos almuerzos. Su madre solía dejarle la comida preparada antes de irse a trabajar, dejando un plato extra para que Daiki la acompañase a comer. Aún faltaban algunas horas para que su mejor amigo llegase a visitarla, y estaba segura de que no le agradaría enterarse de que Killua se comió su almuerzo en su ausencia.
Sin darle muchas vueltas al asunto tomó ambos envases, dando media vuelta para acercarse al muchacho de cabellera albina. Este se encontraba sentado en una silla frente a la encimera, observando con aburrimiento sus alrededores; aparentemente logró llamar su atención, ya que a los pocos segundos pudo sentir sus intensos ojos clavados sobre su pequeña figura.
Killua permaneció en silencio, observando como la chica dejaba ambos envases sobre la encimera, deslizando uno en su dirección—¿Tu madre te deja la comida preparada?—cuestiona, tomando el envase para abrirlo. Naomi asintió cortamente, tomando asiento frente a él para imitar sus acciones—. Y supongo que esto era para Dereck —deduce, a lo que ella asintió con algo de pena—. Genial, me lo comeré con más gusto ahora.
La castaña desvió la mirada incómoda, y cuando estaba por tomar sus palillos para empezar a comer, escuchó como la puerta principal era abierta bruscamente. Killua también detuvo sus movimientos, girando la cabeza en dirección al recibidor—¿Tus padres llegan tan temprano?—pregunta, a lo que ella musitó un sonido negativo—¿Dereck tiene llaves?—cuestiona, a lo que ella negó nuevamente—. Entonces deberías preocuparte, porque se metieron a robar.
Naomi entreabrió sus labios nerviosa, tragando saliva antes de empezar a caminar con cautela. Cuando estaba por cruzar el marco de la puerta, una mano sobre su antebrazo la hizo parar; Killua la sostenía sin mucha delicadeza, mientras le dedicaba una mirada de desconcierto—Te dije que se metieron a robar, ¿y lo primero que haces es salir a ver? Eres taaan ingenua —susurra, jalandola hacía atrás para colocarse frente a ella—. Mira, esto es lo que haremos, ve a los gabinetes y pásame el cuchillo más grande que tengas-...
—¿Naomi? Cariño, ¿estás en casa?—la suave voz de una mujer lo interrumpió, haciendo que frunciera el ceño confundido.
—Es mi madre.—musitó la muchacha, haciendo el ademán de acercarse a la puerta.
Pero nuevamente, Killua la frenó tomándola por el brazo.
—¿Quién nos asegura eso?—masculla, agachándose un poco para llegar a su altura—. Fácilmente puede ser alguien con una voz parecida, ¿O quién sabe? Tal vez tu madre es cómplice de los ladrones.
La castaña alzó una ceja desconcertada, dando un paso hacía atrás al notar lo cerca que estaba del rostro del muchacho—N-No te preocupes, e-esperame aquí, por favor.—pide, a lo que él titubeó un poco antes de soltarla de mala gana.
—Si necesitas ayuda solo grita.—murmura, dando media vuelta para tomar asiento nuevamente.
Naomi asintió cortamente, y con la mirada baja terminó de abandonar la cocina. Cruzó la sala con rapidez, siguiendo el sonido que generaban los tacones de su madre cada vez que daba un paso. Terminó encontrandola en el segundo piso de la casa, más específicamente en su habitación.
La mujer parecía desesperada a simple vista, así que decidió ser sutil para no asustarla mucho—Mamá...—susurró, haciendola sobresaltar. La señora se llevó una mano al pecho, suspirando con alivio antes de acercarse a ella con rapidez.
—Naomi, me tenías tan preocupada —exhaló, envolviendo su pequeña figura entre sus brazos—. Daiki me avisó que saldría tarde de clases y no podría acompañarte a casa, pero cuando pasé a buscarte en la escuela no te encontré por ningún lado —informa, separándose un poco de ella para observar mejor su rostro—. ¿Estás bien?, ¿por qué no atendias tu celular?
La castaña frunció el entrecejo confundida, ya que no recordaba haber recibido ninguna llamada desde que salió de la escuela. Bufó internamente al recordar que no le había quitado el modo silencio que solía activar durante sus clases, y ya se podía imaginar las múltiples llamadas perdidas que tendría.
—Lo lamento, estaba en silencio —murmuró, a lo que su madre le mandó una mirada de reproche. Naomi observó la puerta de su habitación con ciertos nervios, ya que no sabía como informarle a su madre sobre la presencia del albino—. Mamá...
—¿Si?—habló, alzando las cejas con curiosidad.
La muchacha tragó saliva, jugando con sus manos detrás de su espalda—Hay-Hay alguien abajo.
—Oh, ¿Daiki estaba contigo?—pregunta, a lo que ella negó lentamente—. ¿Entonces?
—U-Un compañero del-del club me acompañó a casa.—explica avergonzada, desviando la mirada al ver como los ojos de su madre empezaban a brillar de emoción.
—¿U-Un compañero?—balbucea anonadada, recibiendo un corto asentimiento como respuesta— ¿Y estás segura de que no es Daiki?
Naomi frunció las cejas, observándola con cierta obviedad—Sí.
Un leve chillido de emoción resonó por toda la habitación, haciendo sobresaltar a la menor. Su madre la tomó alegremente de las manos, acercándose a ella con una exagerada emoción.
—¡No lo puedo creer! ¡Estoy tan feliz por tí!—exclamó, soltando un alegre suspiro antes de envolverla entre sus brazos— ¡Hiciste un amigo!
Naomi estaba por contestar, hasta que escuchó fuertes pisadas que se aproximaban a su habitación. El joven Zoldyck cruzó el marco de la puerta con la respiración agitada, mientras sostenía entre sus manos el cuchillo que solían usar para cortar carne.
El ojiazul recorrió la habitación con sus enormes ojos hasta que visualizó la pequeña figura de Naomi, frunciendo el ceño al encontrarla atrapada entre los brazos de la mujer—¡Cierra los ojos Naomi, yo me encargo de la anciana!—ordenó, acercándose cautelosamente a ambas.
«¿Qué?» pensó la muchacha confundida, sin comprender el extraño comportamiento del albino. Entreabrió los labios al recordar las últimas palabras que le dijo el muchacho, e inmediatamente levantó una de sus manos para parar al chico—E-Es mi madre, Killua-kun.
Este frunció las cejas, observándola con empatía—Eso me temía —murmuró, suspirando pesadamente—. No te preocupes, mi madre también ha tratado de matarme a mí. Cierra los ojos, esto será rápido.
—¡No! —alzó un poco la voz, haciendo que el chico se sobresaltara. Naomi retrocedió avergonzada por haberlo asustado, y con timidez aclaró su garganta antes de continuar:— K-Killua-kun, no tienes que preocuparte, mi madre llegó temprano porque estaba preocupada por mi.
El albino alzó las cejas incómodo, tratando de esconder "disimuladamente" el enorme cuchillo que tenía detrás de su espalda. Evitó el contacto visual con la menor, posando sus ojos en la adulta. Era una mujer relativamente atractiva; seguro media pocos centímetros menos que él, con una larga y claramente cuidada cabellera rubia, unos enormes y lindos ojos color rosa, muy similares a los de su hija, y una figura bastante conservada para la edad que tenía.
De no haberla conocido ahora, jamás habría imaginado que se tratara de la madre de Naomi.
—Ay por Dios —la alegre voz de la mujer resonó por la habitación. Killua frunció el ceño al ver como esta se acercaba a él, e instintivamente empezó a retroceder a la par— ¡Que muchacho tan guapo! —exclamó con entusiasmo, girando la mirada para observar a su hija— ¿Verdad que sí? Naomi.
La jovencita entreabrió los labios, nerviosa al sentir la intensa mirada de todos sobre ella. Killua la observaba con las cejas fruncidas, preparando cientos de insultos en su cabeza en caso de que la muchacha dijera algo negativo, mientras que su madre solo trataba de crear un ambiente más cómodo para todos.
Lo cual no estaba funcionando.
—S-Supongo...—murmuró al fin la chica, solo para complacer a su extrovertida madre.
—¿Supones? —exhaló el albino, notoriamente irritado—. Pues, no es que yo me crea aquí el rey de la belleza, pero estoy en el primer puesto del top 10 chicos más atractivos de la academia Hunter.
—No sabía que la academia hacía ese tipo de cosas...—murmura la señora, a lo que él negó lentamente.
—La hizo mi mejor amigo Gon, pero eso no viene al caso —niega, suspirando pesadamente. Ya estaba cansado de estar en aquella casa, y la presencia de la madre de Naomi solo había terminado de fastidiarlo por completo—. Ya es algo tarde, luego te escribo para que me pases el ensayo, debo irme-...
—¿Irte?, ¿tan pronto?—cuestiona la mujer, notoriamente decepcionada—. Quédate un rato más, es la primera vez que Naomi trae un amigo a casa...
«A Daiki no le gustará escuchar eso» pensó la castaña, acercándose más a su madre para tomarla por el brazo.
—Mamá, a Killua lo deben estar esperando en casa, es me-mejor que se vaya antes de que anochezca.—trata de excusar al muchacho, a lo que este rápidamente asiente.
—Si... es una pena que no pueda quedarme, pero bueno, será otro día.—suspira aliviado, haciendo un corto ademán con su mano.
Pero no debió decir eso último.
—¿Otro día?—repite la rubia, notoriamente ilusionada. El albino ensanchó los ojos confundido, tratando de negar rápidamente—. ¡Perfecto! Si vienes otro día podré preparar algo mejor, ¿cuando vienes?
—Y-Yo eh...—balbuceó, buscando la mirada de Naomi por ayuda. Pero la muchacha solo observaba fijamente el suelo, esperando a que ellos llegaran a un acuerdo—. No sabría decirle, tengo taaantas tareas, y mis padres son muy estrictos con mis calificaciones así que no puedo-
—¡Mejor aún! Ven el fin de semana. Así ambos adelantan todas sus tareas juntos, es una hermosa idea —sonrie con suficiencia, tomando al joven del brazo antes de que pudiera replicar—. Te acompañaré a la puerta... Killua, ¿no?
—Si. —masculló el joven irritado, a lo que ella ensanchó su sonrisa.
—Un placer, puedes llamarme Miko-san.
Hola...
Perdón por desaparecer (otra vez) pero no lo hago aproposito, estudiar y trabajar no es fácil en serio 😭. Aunque últimamente tengo más tiempo durante semana, así que aprovecharé mis ratos libres para actualizar.
Lamento informarles que nos estamos acercando al inicio del fin. Deben quedar alrededor de 10 caps o más, no se exactamente. Quiero enfocarme en adelantar acá para poder empezar con la historia de Kurapika y Gon 😔
Otra cosa, el próximo cap es akdhaka ay no mejor no digo nada, trataré de subirlo esta misma semana
💟No olviden votar, los tqm
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