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𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝘀

永遠の|𝐓𝐢𝐦𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬
Amigo.
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—Muy bien, Haruka, este es nuestro momento —anuncia el pelirrojo, carraspeando su garganta antes de observar la enorme cafetería frente a ellos—. Lo que hagamos ahora definirá nuestro estatus social durante los próximos tres años, así que debemos ser cuidadosos.

La muchacha asintió firmemente, levantando un poco la mirada para observar el rostro de su hermano—¿Qué hacemos?

—Numero uno, elegir un buen almuerzo —responde, levantando su dedo índice—. Debe ser algo saludable, pero no mucho para no parecer aburridos —indica, a lo que ella asintió mientras analizaba sus palabras—. Recuerda que eres lo que comes, así que debemos comer algo perfecto.

—Hmmm, ¿qué tal una ensalada y-...

—Por Dios, ¿por qué cada vez que alguien dice la palabra saludable lo primero que piensan es en una ensalada? Se más creativa, Harubaka.

—Una manzana entonces.—se decide al fin la chica, dejándolo desconcertado.

—¿Sabes qué? Déjame lo del almuerzo a mi —suspira, llevándose una mano a la sien con irritación—. Punto número dos, elegir una mesa para sentarnos. Piensa bien en esto, ya sabes lo que dicen "Dime con quién andas y te diré quién eres" así que debemos andar con alguien genial.

Haruka torció los labios, buscando con la mirada el rostro de alguno de sus compañeros de curso. Gracias a las múltiples clases que tuvieron al llegar, no habían tenido la oportunidad de convivir lo suficiente con ninguno de ellos, y si acaso recordaban el nombre de uno que otro con apariencia llamativa; pero en general, no los conocían en absoluto.

Sus brillantes ojos terminaron parando el la inconfundible cabellera bicolor del menor de la familia Todoroki, quien se encontraba sentado junto al muchacho de cabellera verde, el delegado de la clase y la adorable chica de cabello castaño corto. Haru observó como su hermana se había quedado viendo perdidamente hacía aquella dirección, y con su hombro le dió un pequeño empujon para llamar su atención—¿Ya decidiste dónde nos vamos a sentar?

—Mejor aún —responde, sonriendo levemente—. Ya sé exactamente en dónde no nos vamos a sentar.

Su hermano frunció el ceño, pero decidió no cuestionar al respecto. Finalmente optaron por ir a comprar los almuerzos mientras pensaban, ya que la fila frente a ellos solo se iba haciendo más y más larga con el transcurso del tiempo. Varios estudiantes en la cafetería observaban a los hermanos de lejos, ya que un par de rostros nuevos destacaban fácilmente entre la multitud; aquello contentaba mucho al varón, ya que llamar la atención en la escuela siempre había sido uno de sus mayores deseos.

—Haruka, párate derecha ¿quieres? Todos nos están viendo —masculla en un susurro el muchacho, mandándole una mala mirada a la chica. Esta obedeció de mala gana, haciéndolo sonreir—. Genial, sigue así y no me hagas pasar vergüenza.

La señora que atendía el puesto de comida alzó una ceja en dirección al muchacho, esperando a que este se acercara a pedir su orden. El pelirrojo dió un respingo nervioso antes de caminar hacía ella, siendo seguido por su hermana melliza—¿Que van a ordenar?

Haru torció los labios, observando la enorme lista de precios detrás de la señora. Su padre no les había dado mucho dinero para comprar el almuerzo, así que sus opciones eran sumamente limitadas—Hmm, creo que quiero... una ensalada.

Su hermana curvó una mueca desconcertada al escuchar aquello, negando con la cabeza antes de pedir exactamente lo mismo. Ambos hermanos tomaron su bandeja antes de caminar hacía la zona con las mesas, parando a la mitad al no saber en dónde tomar asiento—Haruka —pronunció el varón, a lo que ella musitó un sonido para que continuara—. Tu única tarea era escoger la mesa, y fallaste.

—Tu única tarea era escoger el almuerzo y terminaste eligiendo una ensalada —replica, frunciendo el entrecejo. El muchacho curvó una mueca avergonzado, encogiéndose de hombros—. ¿Ahora que hacemos?

El pelirrojo tragó saliva, dándole un rápido vistazo a sus alrededores antes de observar nuevamente a su hermana—Hmm... Ya sabes lo que dicen; mejor solo que mal acompañado.—susurró, dando un paso al frente para empezar a caminar hacía la mesa vacía más cercana.

Su hermana suspiró pensadamente, siguiéndolo de mala gana. A diferencia de Haru, ella no tenía ningún afán por conseguir amigos o reconocimiento entre los estudiantes de la academia; le daba exactamente igual sentarse sola o con algún compañero, todo lo contrario a su hermano, quien estaba llorando internamente mientras tomaba asiento en la solitaria mesa.

—Mira el lado positivo, seguro todos piensan que somos solitarios y misteriosos —murmura de mala gana la muchacha, observando con desagrado su bandeja de comida—. Odio la ensalada...

El pelirrojo soltó un bufido fastidiado, tomando de forma brusca su tenedor para empezar a ingerir su comida. Su hermana frunció las cejas mientras observaba a su mellizo, sintiendo algo de empatía al ver el aura deprimente que lo cubría; chasqueó la lengua sin saber que hacer, mientras recorría la cafetería con sus brillantes ojos dorados.

«Solo necesitamos un amigo, ¿no? Debe haber alguien bueno por acá» pensó irritada, observando detalladamente cada mesa a sus alrededores. La primera que captó era ocupada por cuatro chicas que recordaba vagamente, quienes se encontraban platicando animadamente mientras comían «Eh, Haru dijo que no quería chicas; así que esas no» suspiró, desviando la mirada hacia la siguiente mesa. Esta se veía un poco mejor que la anterior, ya que solo dos chicos estaban sentados en ella «Bingo» sonrió, tomando su bandeja con ambas manos para levantarse de su asiento.

Su hermano frunció las cejas mientras la observaba, mandándole una mirada confusa—Ya encontré una buena mesa —anunció, a lo que él ensanchó los ojos ilusionado.

—¿En serio?—cuestionó, a lo que ella asintió antes de señalarle discretamente aquella mesa. El pelirrojo torció los labios, asintiendo lentamente con la cabeza—. Ese chico con dientes afilados... ¿Kirishima? Se ve bastante agradable.

Haruka asintió simplemente, posando su vista en el otro muchacho junto al pelirrojo—Y el rubio... ese no se ve para nada agradable.—masculla, a lo que su hermano se encogió de hombros.

—Es un aspirante a héroe, no debe ser muy malo —sonrió el Sasaki, tomando su bandeja antes de levantarse de su asiento—. ¡Vamos por nuestro mejor amigo!

Ambos hermanos tomaron sus cosas para caminar hacía la mesa vecina. Varios alumnos habían parado de comer para observar discretamente las acciones del duo, ya que de por sí ambos eran bastante llamativos a la vista. El varón embozó una leve sonrisa cuando sus ojos chocaron con los de su próximo amigo, quien simplemente alzó una ceja algo desconcertado.

—Hola —saludó el Sasaki, carraspeando un poco su garganta antes de seguir—. Mi nombre es Haru, y ella es mi hermana Haruka.

La aludida sonrió sin despegar sus labios, sintiendose claramente incómoda. El muchacho de dientes afilados les regaló una hermosa sonrisa, aliviandolos profundamente al no percibir hostilidad en su persona.

—¡Hola! Ustedes son los nuevos, ¿no? Mi nombre es Ejiro Kirishima —se presentó animadamente, a lo que ambos pelirrojos asintieron—. Mi amigo de acá es Bakugō, también es parte de la clase A.

Ambos hermanos desviaron la mirada del alegre chico para enfocarla en el antes nombrado. Este último ni siquiera se molestó en dirigirles una mirada por cortesía, simplemente se dedicó a ingerir tranquilamente el resto de su almuerzo.

La chica alzó un poco las cejas al reconocer el nombre y rostro del rubio, ubicandolo inmediatamente como el ganador del reciente Festival Deportivo—Oh, tú eres el loco del festival deportivo.—susurra, haciendo que su hermano le mandara una mala mirada.

El rubio paró de comer bruscamente al escuchar el término que utilizó para definirlo, frunciendo el entrecejo antes de subir la mirada para observarla con rabia—¿Cómo me llamaste? Cabeza de zanahoria.

«¿Cabeza de zanahoria?» repitieron mentalmente ambos hermanos, confundidos por aquel extraño apodo.

El varón sacudió la cabeza antes de sonreírle temblorosamente al rubio—Perdonala, aún no le sabe al Japonés —rió, a lo que ella frunció las cejas confundida—. Lo que trató de decir fué, eh... ¿podemos sentarnos con ustedes?

Kirishima alzó las cejas sorprendido, y antes de que pudiese contestar, Bakugō se le adelantó—No, larguense.

Haruka frunció sus labios en un mohin, mandándole una mirada de reojo a su hermano para pedirle silenciosamente que dejase las cosas así y buscaran otra mesa. Pero este se veía bastante afectado por la negativa del rubio, y antes de que pudiese replicar, su hermana suspiró pesadamente—Como sea, perdón por molestar.

El pelirrojo le mandó una mirada apenado a los hermanos; aunque podría ignorar el malhumor de su amigo e invitarlos a tomar asiento, dudaba mucho que ambos disfrutaran de su comida con un Bakugō furioso frente a ellos, así que lo mejor sería que buscaran otra mesa para sentarse.

—Tch, perra fastidiosa.—murmuró el rubio, pellizcando bruscamente su comida con el tenedor.

Haru alzó una ceja desconcertado al escuchar aquello, parando su andar antes de girarse nuevamente hacía Katsuki—¿Cómo le dijiste a mi hermana?—masculló, tratando de mantener la compostura para no formar un escándalo frente a todos.

—Creo que me dijo "perra fastidiosa" o "que vida tan grandiosa", no escuché bien —responde su hermana, torciendo los labios confundida—. Si es lo primero, debes aprender a respetar; y si es lo segundo, me alegro por tí.

—Haruka, dudo mucho que sea lo segundo...—le susurró su hermano, a lo que ella entreabrió los labios indignada.

—¿Perra? No fué a mi a quien le pusieron un bozal en la premiación del festival deportivo.

Haru se llevó el dorso de su mano a la boca para disimular un poco la gracia que le causó la respuesta de su hermana. Por otro lado, a Bakugō no le simpatizó mucho aquel comentario, y no tardó ni dos segundos en levantarse bruscamente de su asiento, causando un gran estruendo al arrastrar la silla de esa manera. El varón de los Sasaki paró de reír al notar como varios estudiantes habían dejado de comer para observarlos, y con su mano derecha jaló a su hermana hacía atrás para alejarla del explosivo chico.

—Harubaka, si vamos a llamar la atención que sea de buena manera —le reprocha, a lo que ella simplemente bufó como respuesta. Con incomodidad giró la cabeza para observar a Bakugō, quien parecía una bomba apunto de explotar—. No hagamos un escándalo, si te disculpas con mi hermana, podemos hacer las paces-...

—¡No me pienso disculpar con esa malnacida!—bramó, haciendo que chico diera un respingo asustado.

—P-Pues como su mellizo debo acotar que no es una malnacida, nuestra madre tuvo un parto natural y todo salió bie-...

Ni siquiera pudo terminar de hablar cuando el sonido de una pequeña explosión lo hizo sobresaltar. Bakugō ya había perdido la poca paciencia que le quedaba, y de no ser por Kirishima, probablemente habría terminado golpeando al pobre Haru.

—Tranquilizate, Bakugō —le pide el pelirrojo, tomandolo por el brazo para evitar que se acercara más a los Sasaki—. Disculpenlo, está enojado desde que eligieron a Todoroki para pelear contra ustedes.

El rubio chasqueó la lengua, mandándole una mirada de odio a Kirishima por haber dicho aquella estupidez. Haru entreabrió los labios, sonriendo poco después mientras se acomodaba el cabello con su mano libre—Con que era eso... Quieres pelear contra el grandioso Haru y su linda asistente, Haruka —suspira, haciendo que él apretara los dientes con rabia—. No te preocupes, supongo que todos por acá quieren una muestra de mi pode-...

El joven paró de hablar al sentir un líquido espeso sobre su rostro, seguido por la risa de su hermana y varias personas más que no pudo visualizar. Con su mano se tocó el rostro, sintiendo como este estaba empapado de lo que suponía, era la malteada que el rubio estaba ingiriendo hace rato. Confirmó sus sospechas al ver como este sostenía el envase, ahora vacío, con una de sus manos; y no fué hasta que su hermana le agitó el brazo, que pudo reaccionar.

Bakugō le había echado su malteada encima.

Haru se consideraba asimismo un chico bastante tranquilo y relajado, no solía ofender a las personas—intencionalmente—, tampoco iniciaba peleas u ocasionaba algún tipo de problema; en resúmen, era una persona relativamente pacífica.

Pero la rabia que sentía ahora, no era mínimamente normal.

—Haruka...—murmuró, usando su mano libre para retirar un poco el líquido de su rostro. La muchacha frunció las cejas, sintiendo pena al ver a su querido hermano de esa manera—. Lo siento, pero estoy por cometer un crimen de odio.

«Ay por Dios, no pensé que tendría que hacer esto tan pronto» suspiró la muchacha. Levantó su mano derecha con fastidio, haciendo un leve movimiento con su muñeca a la vez que activaba su quirk—Con siete segundos basta...—murmuró, a la vez que sus ojos empezaban a brillar más de lo normal.

Las manecillas de los relojes que adornaban sus ojos empezaron a andar en reversa, mientras todo a su alrededor volvía a ser lo que fué hace algunos segundos. Ahogó la risa al ver en cámara lenta como la malteada se retiraba del rostro de su hermano para volver al vaso de Bakugō, dejándolo reluciente nuevamente.

Su habilidad para retroceder el tiempo era una de las que más utilizaba en su día a día, ya que le permitía corregir cualquier error que ella o su hermano cometiesen, y de esa forma se ahorraban problemas como este. Desgraciadamente, aquella habilidad no estaba tan desarrollada como le gustaría, y siete segundos era todo lo que podía retroceder por el momento. El entrenamiento que debía seguir para sobrepasar sus límites era muy agotador y tedioso, y aquellos escasos siete segundos eran el resultado de años y años de entrenamiento diario.

Pero tampoco se quejaba, ya que si algún día lograba alcanzar todo su potencial, se convertiría en la heroína que tanto anhelaba ser.

Pestañeó varías veces antes de observar a sus alrededores. Todos se encontraban momentáneamente inmóviles; su hermano estaba limpio, Bakugō seguía en manos de Kirishima y el resto de los alumnos ocupaban sus respectivos lugares.

Su quirk había surgido efecto; por lo que el tiempo ya estaba por transcurrir con normalidad.

—Tranquilizate, Bakugō —le pide, nuevamente, Kirishima; tomandolo por el brazo para evitar que se acercara más a los Sasaki—. Disculpenlo, está enojado desde que eligieron a Todoroki para pelear contra ustedes.

Haruka carraspeó la garganta al ver que su hermano tenía intenciones de hablar, y con una sonrisa incómoda lo tomó por la manga de su camisa para llevárselo con ella—No te preocupes, nosotros ya nos retiramos.—se despidió, jalando a Haru consigo para evitar que abriera nuevamente su bocota.

El varón resopló fastidiado, deshaciéndose del agarre de su hermana para poder caminar a su propio ritmo—¿Qué te pasa? Ya casi conseguíamos un amigo.

—Lo único que conseguiste fué quedar en ridículo frente a todos —masculla, a lo que él curvó una mueca de confusión—. Terminemos de comer, luego te explico.

—Agh, maldito Brayan.—masculló Haru enojado, frunciendo sus labios en un mohín.

—Se llama Bakugō —corrigió su hermana, observando distraídamente los pasillos de la academia—. Lo lamento, tal vez si no lo hubiera llamado loco eso no-...

—No importa, igual no podría ser amigo de un chico tan temperamental, seguro me asesina antes de que acabe el primer año —murmura, curvando una mueca al imaginar aquello—. Como sea, parece que tu plan de conseguir un mejor amigo falló.

—Ese plan era tuyo —bufa, a lo que él rodó los ojos—. Pero no todo está perdido, apenas es el primer día, nos queda mucho tiempo.

—Haruka, ¿acaso crees que mágicamente llegará un chico y querrá ser nuestro amigo? Eres muy inoce-...

—¡Esperen!—la voz de un muchacho resonó por el pasillo, haciendo que ambos se giraran a ver de quien se trataba.

Un joven de la misma edad que ellos, de estatura promedio con cabello rubio relativamente corto corría hacía ellos con una impresionante velocidad. Ambos hermanos intercambiaron miradas confundidos mientras el muchacho relajaba el paso y empezaba a caminar de forma normal hacía ellos. Cuando lo tuvieron de frente, lograron reconocer su rostro, ubicándolo como uno de sus compañeros de clase.

—H-Hola —saludó exhausto, suspirando pesadamente para regular su respiración—. Ya me presenté antes, pero mi nombres Kam-...

—Izuko Tokoyami, si no me equivoco.—lo corta la chica, a lo que él alzó una ceja antes de negar.

—Si te equivocas, ¡Yo soy Kaminari Denki!—se presenta animadamente, a lo que ambos titubearon un poco antes de asentir.

—¿Necesitas algo?—preguntó el varón desanimado, a lo que él ladeó un poco la cabeza antes de negar.

—Nop, no necesito nada.

Silencio incómodo.

La muchacha se llevó una mano a la nuca, entreabriendo los labios mientras pensaba en algo para decirle al extraño chico frente a ellos, pero por más que lo intentaba, nada llegaba a su mente

—Eh, bueno, nosotros nos vamos...—informó la chica incómoda, señalando con su pulgar el camino que estaban por tomar antes de su llegada.

—¿A dónde van?—pregunta Kaminari con curiosidad, recorriendo el pasillo con la mirada en busca de algo interesante.

—Buscabamos una máquina expendedora.—responde el varón, a lo que él musitó un sonido pensativo antes de sonreír.

—¡Perfecto! ¡Yo los llevo!—se ofrece, haciendo que ambos hermanos alzaran las cejas con sorpresa.

«¿Será este nuestro mejor amigo?» pensaron ambos a la vez, observando al muchacho con genuina emoción. Este desvío la mirada incómodo, curvando una temblorosa sonrisa antes de dar un paso hacia atrás.

—No me vean con esa cara, me da penita...—murmura avergonzado, mientras sus mejillas adquirían un ligero tono carmesí. Carraspeó su garganta antes de retomar su postura animada, y con una brillante sonrisa les hizo un ademán para que lo siguieran—. Apúrense, el almuerzo ya está por terminar

Los Sasaki embozaron una sonrisa antes de asentir y caminar junto al chico, quien inmediatamente empezó a parlotear sobre temas aleatorios que cruzaban por su inmadura cabeza. Ambos escuchaban con atención todo lo que decía el rubio, haciendo que a este le dieran muchas más ganas de hablar.

Sí, definitivamente habían encontrado al amigo ideal.

Espero que les haya gustado el cap uwu

Ya volví, así que las actualizaciones de esta historia volverán a ser semanales 😺

Muchas gracias por todo el apoyo, sus votos y comentarios hacen que me entren ganas de escribir (≧▽≦)

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