Capítulo 4|Suegra.
Aelys escuchaba de forma torpe a Lucerys, este había llegado a sus aposentos para hablar con ella y contarle un poco sobre su vida y la de su familia, lo escuchaba de forma vaga, no le quería dar tanta importancia a su vida familiar.
—Y nos enseño canciones sobre pescar - Aelys bajo su vista hacia él, se llevaban algunos pocos años, pero la diferencia era notable.
—Veo que lo quisiste mucho, aunque no era tu padre - Lucerys cambio su expresión —Es bueno querer a quien te crío, yo amo a mis padres, mi madre es mi madre, no importa si nací de otra.
—Tienes razón, el era mi padre - Aelys asintió. —¿Hablaste con mamá? Ella nunca nos contó de ti.
—Si, ella están increíble como dices -soltó de forma sarcástica, Lucerys hizo una ligera mueca — Lucerys.
—Dime hermana.
—Cuídate. - El menor alzó una ceja ante lo dicho por ella.
Aelys era un misterio para él, quería conocerla más y ser el hermano que fue con Jacerys y Joffrey.
—Lo haré y te cuidare a ti.
—No es necesario cuidarme, mi madre me enseñó el arte ancestral de la espada, su familia ha dado grande guerreros, ella es una.
—Ella debe de ser increíble.
—Lo es -se acercó al baúl y lo abrió, de el saco una hermosa espada que brillaba a la luz del sol, tenia incrustaciones de diamante rojas simulando sangre, era un deleite a la vista.
—Es hermosa - Lucerys trato de tomarla pero se fue al suelo junto a ella —Ouch.
—Así de hermosa y así de pesada, me costó dos años poder tomarla en manos, a mi madre le costó sólo seis meses, es dada de generación en generación en su familia.
—¡Es increíble! - exclamó el menor con emoción.
En las puertas estaba Lucerys decidiendo si entrar o no, Lucerys era un hablador hábil, era evidente que iría con Aelys y hablaría de todo lo que pudiera para poder ser cercano a ella, pero él no, sabía que Aelys no lo miraba con ojos amables, a ninguno realmente, pero toleraba a Lucerys.
—Hermano, ven a ver a la dama roja - su felicidad fue contagiosa, tímidamente se acercó a ellos y observo la espada, definitivamente era una hermosura. —Tómala.
—Tú te fuiste de cabeza ¿Acaso crees que soy más fuerte que Daemon? - Observo como Aelys tomaba la espada sin ningún esfuerzo —Esta embrujada.
—No, solo eres débil -la vio regresar la al baúl —Quisiera descansar, fuera. - Jacerys quiso quejarse por la forma de sacarlos de sus aposentos pero ella ya los había empujado a las afueras y cerrado las puertas en su cara. —Grosera.
—Creo que no le agradamos a la hermana. - Lucerys parecía inocente a lo que pasaba.
—Nos odia Luke.
Aelys observo su nueva habitación y suspiro, esa noche fue calma, por suerte el rey aún respiraba, la mañana se asomo tan tarde que creyó que era un sueño.
Quería conocer más a las personas que se llamaban familia cuando se odiaban a muerte, quería conocer sus debilidades y atacar cuando fuera necesario.
—Deseo ver a mi tía Helaena - el guardia le dio la pasada, Aelys se acercó a ella de forma lenta y le tendió un hermoso pañuelo bordado, agradecia a su madre haberle obligado a aprender, sabía que Haelaena amaba bordar.
—Tía, esto es para ti, me dijeron que te gustaba bordar, pase toda la noche bordando este pañuelo para ti - la mayor tomó el pañuelo con rapidez y sonrió.
—Son unas puntadas muy buenas - Aelys asintió. —Las ratas se reúnen para conspirar - Helaena soltó de repente, Aelys la miro tratando de descifrar que quería decir —Hay que tener cuidado de las ratas.
—¿Qué quieres decir?
—¿Vendrás a bordar conmigo cuando tengas tiempo? Estoy sola...
—Puedes ir a mi habitación cuando quieras Tía, me gustaria bordar contigo.
—Veo que mi sobrina quiere robarme a mi esposa -Aegon hizo acto de presencia, Aelys dejo de ver a Helaena y le miro a él — Una belleza de ojos rasgados.
—Tío. -se puso de pié. —Nos veremos mañana para bordar querida tía.
—¿Tan pronto te vas? -Aelys se acercó a la puerta —Podemos hablar un poco.
—Tengo que reunirme con la reina - ignoro sus insinuaciones y salió. —Asqueroso.
—¿Me encargo de él? -Ningning susurro en su oído.
—No, no es momento - Ningning asintió y oculto el cuchillo —La reina quiere verme, envia a Li Zhan a invitar a Rhaenyra a una cena a solas.
—Si alteza - la joven doncella camino hacia otra dirección.
—He venido por pedido de la reina - el guardia la miro de arriba hacia abajo antes de ingresar —Igualado - susurro para si misma, ese debía de ser el capa blanca que entregó su pureza a su madre, vivía resentido con ella por no irse con él a vender naranjas, patético, pensó, era ridículo por odiarla por algo tan estúpido.
—Puede pasar. - Aelys se acercó a él.
—Recuerda esto muy bien, soy una princesa, hija de un emperador y de la heredera de este palacio, reverenciate cuando me veas y no alces la mirada para ver mi rostro ¿comprendes? - Le miró fijamente, Criston bajo la cabeza y asintió —Me gusta que sepas tu lugar. -ingreso sin esperar a su reacción —Saludos a la reina - ni si quiera quiso reverenciarse, simplemente saludo.
—Toma asiento querida, no solo soy la reina, muy pronto seré tu suegra.
—Es un evento importante querida suegra - cada palabra que pronunciaba le daba asco —¿Quería verme?
—Se ha concretado la boda, su padre envió a un delegado, en un mes se casara con Aemond.
—Perfecto, será el consorte de una emperatriz es algo bueno ¿No?
—Lo es - Aelys quiso reír al ver las muecas que hacía para evitar no hacer mala cara.—Será una boda según tu pedido.
—Me casaré de rojo, en nuestro imperio esto es simbólico, pero seguiremos las costumbres que aquí.
—Bien, entonces ven todas las tardes a organizar todo junto a mi.
—No quiero quitarle tiempo y mi madre debe de estar ocupada ahora que es la regente del abuelo, lo haré sola.- Alicent hizo otra mueca extraña, Aelys sonrió ligeramente y apretó las mangas de su vestido para no reír.
—No te preocupes, es la boda de mi hijo, organizare todo contigo.
—Bien suegra, debo irme, tengo otro asunto - Aelys se puso de pie y salió, Alicent todo sus cienes y negó.
—¿Suegra? Loca.
Poniendo a la popo en su lugar jajajaua.
¿Esperan la interacción con Aemond o no?
¿Que le dirá Aelys a Rhaenyra?
Subí un video a tiktok, corran a verlo, Aelys llego con todo a proteger a su madre.
Les dejo a la dama roja
Mis redes.
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