Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ƈαρίтυℓσ 5

ℓα мαηƵαηα єηνєηєηα∂α

-¿estás bien?-me preguntó Sabrina sentándose a mi lado. Después de la pelea con la tía Zelda fui a fuera de la casa tratando de estar a solas un rato, nunca había tenido una pelea tan grande con alguna de mis tías menos sobre un tema tan delicado.

-Si, estoy bien solo...ya sabes. Procesando lo que acaba de suceder-le contesté soltando un suspiro-Lamento haber hecho la pelea sobre mi, estabas hablando sobre tu club y termine gritándole a nuestra tía.

-Descuida-me respondió formando una sonrisa en su rostro-iban a decir que no de todos modos.

Nos quedamos en un cómodo silencio después de que habló, el cual fue roto por la presencia de nuestro primo.

-Una pregunta-hablo Ambrosse al vernos, sosteniendo una taza de té en su mano-¿disfrutaron el hechizo que lanzamos sobre Hawthorne?, por el brillo de sus ojos se que les encanto.

-por supuesto-contestó Sabrina como si fuera algo obvio.

-...fue una agradable demostración de magia-respondí al sentir la mirada inquisidora de mi primo. El hechizo se sintió bien, en serio, como si una descarga de energía recorriera mi cuerpo, pero siempre que uso esa clase de magia siempre hay una voz en mi cabeza que me repite que está mal, y cada vez se me hace más difícil ignorarla.

-¿Están conscientes de que sus dones se desvanecerán sin el bautismo?-nos cuestiono dando un sorbo a su té.

-Lo sabemos-le dijo Sabrina.

-Solo queremos estar seguros-le dije aun sabiendo que no sería suficiente para convencerlo. Ambrose nos miró por un momento, como si estuviera diciendo si decirnos algo.

-...En ese caso, necesitan un malum malus.

-¿Qué es eso?-le preguntó Sabrina ante el extraño nombre.

-Depende del traductor, si la come un hombre, la manzana del mal. Si la come una mujer, la fruta del conocimiento-nos explicó logrando captar nuestra atención.

-¿Y eso en qué me serviría a mí?-le pregunté, no iba a comerme la manzana del mal.

-Pues si la comieras básicamente caerías en una tortuosa locura hasta morir-dijo con simpleza para después señalarnos-pero ustedes dos son gemelos, tienen una conexión. Solo entra a la mente de Sabrina mientras come la manzana y esta te dará los mismos efectos que los de Sabrina.

-¿y cuales son esos efectos?-preguntó Sabrina con voz escéptica.

-Les susurrara sus secretos, otorga conocimiento-nos dijo con una sonrisa emocionada-se rumorea que a veces incluso puede mostrar el futuro. "¿caminar por el camino de la noche o el de la luz?" puede que la Malum Malus llegue a iluminar un camino sobre otro-término mirándonos con una mirada satisfecha-¿les interesa?

-Por supuesto que nos interesa-respondimos Sabrina y yo al mismo tiempo.

-Vayan a un huerto, busquen al árbol más viejo-nos explico dejando su taza de té en el marco de la ventana junto a el-alli estara. Cuanto más viejo más habrá visto, más sabrá y más precisa será su lectura.

-estupendo, eso haremos-dijo Sabrina levantándose mientras tomaba su bolso.

-Gracias primo-le dije colgando mi mochila en mi hombro para seguir a Sabrina.

-Vivo para servir-me contestó con una risa-¡revisen que no tenga gusanos!-nos gritó cuando empezamos nuestro camino a la escuela. Lamentablemente nunca nos dimos cuenta del cuervo que volaba sobre nuestras cabezas.

☆━━━━━━━━━☆━━━━━━━━☆

-¡Chicos!-nos llamó Roz al vernos llegar-¿ya saben que haremos con Hawthorne?

-No te preocupes por eso, está resuelto-le respondí caminando junto con ella por los pasillos.

-¿A qué te refieres?

-Tu tranquila, solo hay que apurarnos a la oficina del director-dijo Sabrina captando la atención Roz.

-Ustedes adelantense yo voy a buscar a Harvey-les comente parando de caminar.

-está bien, deseanos suerte-me dijo Roz comenzando a alejarse junto con Sabrina.

-¡Suerte!-exclame para después empezar a dirigirme al casillero de Harvey. Faltaban al menos dos horas para que empezaran las clases pero a pesar de eso la escuela estaba repleta, se oía el bullicio por los pasillos, personas riendo y deportistas estereotipados jugando a pasarse el balón por encima de nuestras cabezas (el cual golpeo la mía mientras iba caminando).

-¡fíjense idiotas!-les grité al verlos riéndose de mí.

-No te enojes Spellman solo fue un accidente-me respondió Billy Marlin un bully, obviamente en el closet, que disfruta de, ocasionalmente, descargar sus frustraciones en mi o en Sussy (o en algún pobre chico que no pueda defenderse)-¿acaso retrase tu encuentro con tu novio?-preguntó riendo con su intento de chiste. Yo solo le enseñe mis dedos medios para después seguir mi camino intentando ignorarlos-ja, parece que ofendí al marica-siguió burlándose reanudando su juego de pasar la pelota.

-Karma ad hostem-susurré moviendo mi mano, casi instantáneamente el balón con el que estaban jugando golpeó en la cabeza a Billy haciendo que callera de espaldas al suelo ocasionando que todos en el pasillo se empezaran a reír de él, seguí con mi camino ignorando el cosquilleo desagradable en mis manos. Momentos como este en serio que alegran mi día.

-¡Harvey!-grite al verlo, estaba en su casillero sacando algunos libros de este.

-hola, llegaste temprano-dijo con una sonrisa, santo infierno que hermosa sonrisa.

-Sabrina tiene que presentar su club al director, por eso llegamos rápido-eso es parcialmente cierto, no es como si le pueda decir que pelee con mi tía Zelda sobre si unirme a un aquelarre de brujas o no.

-¿Crees que le den permiso para abrirlo? Hawthorne no es la clase de persona que permitiría un club así en la escuela-me preguntó con preocupación mientras cerraba su casillero.

-Algo me dice que hoy hará una excepción-le respondí con una sonrisa inocente.

-¿Qué hiciste?

-¿De qué hablas?-cuestione fingiendo demencia.

-No eres bueno mintiendo.

Si tan solo supieras.

-solo creo que hoy el director podría estar de buen humor-le dije recibiendo una mirada suya de: Si claro esa ni tu te la crees.

-Esta bien no me digas, solo advierteme si  tenemos que esconder un cuerpo o huir con identidades falsas-me dijo empezando a caminar, con un brazo tomó sus libros y el otro lo pasó por mis hombros.

-Si claro, ya quiero verte en esa situación-me burlé de él hasta que recordé el porque lo buscaba-¡oh cierto! necesito pedirte un favor.

-¿Qué necesitas?

-Tengo que ir al huerto de manzanas y me preguntaba si podrías llevarme.

-¿Quieres que vayamos tú y yo?-preguntó con una ligera sonrisa. Lo conocía bien, bastante, sabía que estaba intentando ocultar su emoción. Le emocionaba la idea de estar a solas conmigo, quizás antes no me daría cuenta pero después de ayer me era imposible ignorarlo, quería declararse.

-Tu, yo y Sabrina-respondí rápidamente. Harvey parecía decepcionado pero intentó ocultarlo con una sonrisa.

-Oh am...esta bien, yo los llevo-dijo titubeando un poco-también puedo aprovechar para llevar manzanas a mi casa.

-Que bien ¿después de clases?

-Claro.

Después de eso quedamos en un silencio incómodo, iba a intentar cambiar de tema pero la voz de una maestra me interrumpió.

-Sabir-llamó mi maestra de química caminando hacia nosotros.

-¿qué pasa profesora?

-La profesora Wardwell quiere verte-me dijo ella cruzándose de brazos.

-Esta bien, ya voy-le dije para después voltear a Harvey-te veré luego ¿si?-el solo asintió reanudando su camino. Siguiendo su ejemplo me dirigí a la oficina de la señorita Wardwell, toque la puerta y cuando la abrí pude ver a mi maestra recargada sobre su escritorio hablando con Sabrina.

-¿Me buscaba señorita Wardwell?-pregunte mientras tomaba asiento al lado de mi hermana.

-SI, lamento importunarlos, pero como le decía a Sabrina me he enterado que estaba anotada como asesora del club-dijo mirándonos.

-Espero que no le moleste-se apresuró a decir Sabrina.

-Lo haré con gusto-dijo formando una sonrisa en esos labios pintados-en especial si el club les da la paz mental que es claro que tanto desean.

-...Ayudará-respondí.

-Al menos en ese frente-siguió Sabrina atrayendo la atención de la profesora.

-Oh, ¿hay otra cosa que los moleste?-cuestiono la mujer sentándose en la silla del escritorio-¿algo que sea un peso?

-Si puedo ser sincera con usted...

-Absolutamente-declaró la señorita Wardwell mirando fijamente a Sabrina. Mi maestra se había vuelto buena en hacer hablar a Sabrina, era algo que me preocupaba. La maestra es diferente, no solo su apariencia cambió, también otra cosa, más no se descifrar que es.

-Existe la posibilidad de que nos cambiemos de escuela-respondí por Sabrina recibiendo una mirada desconcertada de esta-una escuela privada.

-No estamos seguros de querer hacerlo-dijo Sabrina enderezándose en su asiento-deja de interrumpirme-habló a través de nuestro lazo.

-Lo lamento, pero no quiero que hablemos de más-le conteste, ella parecía querer decirme algo pero nuestra profesora la interrumpió.

-¿Es una buena escuela?

-Una de las mejores. Y para complicar las cosas, mi padre fue a esa escuela-demasiada información, ¡demasiada información!. Se que no tenía pruebas, pero algo en mí grita que no podemos confiar en mi maestra.

-¿Y por qué no irían?-nos pregunta subiendo sus pies a su escritorio mirándonos con una sonrisa gatuna-no es que me guste que mis mejores estudiantes se esfumen. ¿Esto no es por un chico o sí?-preguntó con una fingida inocencia para después posar sus ojos en mí, se sentía como si supiera cada uno de mis secretos-¿quizás el señor Kinkle?

Santo infierno, quiero tirarme por la ventana.

-Puede que Harvey sea parte de eso-confesó Sabrina con una sonrisa enamorada, parecía que ella estaba demasiado sumida en su mente como para darse cuenta de las miradas que me daba la profesora.

-También por nuestros amigos, esta escuela, nuestra vida está en Greendale-Conteste recibiendo la atención de Sabrina y la profesora.

-Exacto...es difícil desatarse de eso-siguió Sabrina lanzándome una mirada curiosa por mi actitud. La señorita Wardwell parecía demasiado interesada en nosotros pero el sonido de la campana que marca el inicio de las clases pareció romper el ambiente.

-Bueno...esto amerita más conversaciones-dijo dándonos una sonrisa, yo solo quería que esto acabara para salir de la oficina-¿que tal si nos reunimos después de la escuela y vemos si podemos desatar este nudo gordiano?

-Créame señorita Wardwell que nos encantaría pero tenemos planes después de la escuela-le dije dándole una de las mejores sonrisas falsas que tengo mientras me levanto de mi asiento.

-¿En serio?/¿En serio?-preguntó Sabrina al mismo tiempo que mi profesora.

-Si ¿no recuerdas?, iremos a recoger manzanas.

-Qué divertido-exclamó la mujer en mi dirección. Sabrina solo miraba entre la profesora y yo en lo que parecía una pelea de sonrisas falsas-¿a que parte irán?

-Al huerto de Greendale-respondí mientras tomaba a Sabrina de la mano para hacer que se parara-lo lamento profesora, pero ya tenemos que ir a clases.

-No se preocupen, lo entiendo-dijo ella cruzándose de brazos-seguiremos con la conversación después-en cuanto término no espere más, abrí la puerta y salí sintiendo a Sabrina seguirme.

-¿Qué fue todo eso?-exigió Sabrina.

-Nada, solo...tenía que salir.

-Solo...deja de ser raro frente a la profesora ¿okey?-dijo sin esperar respuesta, dirigiéndose a su salón.

Algo me decía que no iba a poder cumplir con su petición.

☆━━━━━━━━━☆━━━━━━━━━☆

-Creo que ya casi llegamos-hable tratando de calmar mi nerviosismo. Me encontraba en el auto de Harvey, él conducía, yo estaba en el asiento junto a la puerta y Sabrina estaba entre los dos, que cruel metáfora.

-Ojala durara más, amo los viajes en auto-dijo Sabrina mirando con una sonrisa a Harvey, este le devolvió la sonrisa pero cada pocos minutos dirigía su mirada hacia mí, causando que mi corazón palpitaba como loco. Después de que Harvey se estacionara y pagáramos nuestros boletos, salimos del auto empezando a caminar entre los manzanos. Había llovido recientemente y estaba bastante nublado, pero a pesar de eso había bastante gente.

-Debo buscar una calabaza para mi casa, por si vienen niños a pedir dulces-nos dijo Harvey. Estábamos caminando por los manzanos, Harvey tenía su brazo por mis hombros como era costumbre mientras que Sabrina se aferraba al otro.

-Talvez podemos tallar calabazas juntos-sugirió Sabrina mirándolo.

-Buena idea, podemos invitar a Roz y a Sussie, quizás hacer una especie de competencia de tallar calabazas-comente ignorando la mirada enojada de Sabrina, se que estaba actuando por celos, pero no podía evitarlo.

-Gran idea-me elogio Harvey-en ese caso comprare varias, los veré luego-nos dijo alejándose. En cuanto se fue Sabrina dirigió una mirada furiosa hacia mi.

-¿que?

-"competencia de calabazas"-hablo Sabrina tratando de imitar mi voz-tienes que moderar tus celos de hermano o no podré estar a solas con Harvey a largo plazo.

¿Celos de hermano?

-Escucha...solo hay que ir por la manzana-dije seguido de resoplido enojado de Sabrina. Finalmente caminamos hasta el laberinto de heno, dentro de este se encontraba el árbol más viejo de Greendale.

-esto nunca es fácil ¿verdad?-susurro Sabrina, abrumada por el laberinto.

-descuida, ¿que tan difícil puede ser?-dije tratando de ser positivo formando una sonrisa en mi rostro (mas bien una mueca).

Demasiado difícil, es la respuesta. nos perdimos varias veces, repetimos caminos, llegamos a callejones sin salida, cada vez parecía más interminable.

-de tin, marin, de do, pingue. ¿Qué camino tomaré?

-¿Iré al oeste o al este?

-¿Habrá un inconveniente?-recitamos Sabrina y yo a la vez, un antiguo truco de magia para niños, te ayuda a encontrar el camino. Finalmente caminamos hasta llegar a un espantapájaros, se veía viejo y andrajoso, a sus lados estaban dos letreros marcando dos caminos, uno era el correcto para llegar al árbol. Cerrando los ojos empezamos a volver a recitar el hechizo.

-De tin, marin, de do, pingue-al mismo tiempo nuestras miradas se posaron en el camino de la izquierda, nuestra magia lo había señalado.

-Hace mucho que no usaba este hechizo-le mencione a Sabrina mientras caminábamos, al mismo tiempo pasaba mi mano por las altas paredes de heno.

-espera-me detuvo Sabrina apuntando hacia una abertura del heno, se podía ver un palo de madera clavado en el suelo donde se suponía que tenía que estar el espantapájaros, pero este ya no estaba.

-Sabrina hay que correr-dije sin apartar mi mirada del lugar, justo cuando voltee hacia Sabrina una mano surgió del heno y arrastro a mi hermana.

-¡SABIR!-grito Sabrina con terror forcejeando con la criatura, con rapidez corrí hacia sabrina, alce mis brazos y con magia empuje a la criatura hacia atrás dándole tiempo a Sabrina de escapar-¡CORRE!-me gritaba con desesperación, ni siquiera nos fijamos por donde íbamos, nuestra atención estaba en huir de la criatura, sus rugidos sobrenaturales retumbaban en las paredes de heno, la criatura se arrastraba por las paredes con sorprendente rapidez mientras  escalaba por estas, de pronto la criatura saltó sobre nosotros, me pose sobre Sabrina para recibir el impacto, pero este nunca llegó. La criatura fue lanzada a través del heno, se oían ruidos como si dos monstruos estuviéramos peleando, Sabrina y yo nos miramos mutuamente y nos fuimos acercando al lugar.

-Oh por Satán ¡Salem! -exclamé al verlo, estaba ronroneando como lo hace cuando termina de comer algo, y a su alrededor estaban las ropas del espantapájaros.

-Esa cosa sabia horrible, lo que hago por ustedes-hablo mirándonos con seriedad.

-Pues gracias, eres un buen chico-lo elogió Sabrina-¿sabes quien fue? ¿fueron las hermanas extraño?

-...No lo sé Sabrina, esta magia es demasiado oscura y peligrosa, incluso para ellas-le dije tocando el suelo donde estaban los restos de la criatura sintiendo la magia cosquillear en mi mano.

-Esta bien, luego nos preocuparemos de eso-me dijo con una sonrisa tranquilizadora-¿nos puedes ayudar a ir al árbol?-le preguntó Sabrina a Salem.

-Bien, pero me deben más atún por esto.

-Lo que tu digas-hable riéndome mientras seguíamos al gato negro por el laberinto.

-¡Achu!-estornude al tener a Salem cerca.

-¿Vas a hacer eso cada vez que esté contigo?

-Es tu culpa por tomar esa forma-le dije limpiándome la nariz. No tardamos más de un par de minutos cuando al fin vislumbramos el final del laberinto, justo enfrente de nosotros se encontraba el árbol, era grande por decirlo menos, sus ramas eran chuecas y retorcidas tenían colgando varias manzanas verdes y jugosas.

-¿Cómo sabremos que manzana es la...?-pregunto Sabrina terminando abruptamente su pregunta al mirar a un punto del árbol. Siguiendo su mirada pude ver en colgando de una rama, una manzana grande y roja, parecía incluso más apetitosa que las demás.

-La Malum malus-susurre, me acerque al árbol y estire mi brazo para tomar la manzana, justo cuando mi mano la sujeto escuche como Salem gruñía, su pelaje se había erizado y miraba amenazadoramente en mi dirección.-¿Qué ocurre?-le pregunté preocupado.

-No me gusta este lugar, hay magia demasiado rara-contestó Salem manteniendo su mirada amenazadora.

-Debe por el monstruo que nos atacó-mencionó Sabrina mirándolo-puede que haya dejado rastros de su magia por todos lados-le dijo tratando de tranquilizarlo, Salem pareció aceptar la respuesta pero aun así parecía tenso. Finalmente arranque la manzana del árbol y se la tendí a Sabrina, esta la tomó para después agarrar mi mano. Sentí el lazo entre los dos, como nuestra magia se entrelazan y con dificultad conectamos nuestras mentes, una vez que estuve listo nos miramos fijamente e hicimos la pregunta que tanto ansiabamos hacer.

-Malum...¿deberíamos ser bautizados?-y Sabrina mordió la manzana.

Por un momento todo parecía estar igual incluso voltee hacia Sabrina para preguntarle si la manzana le había hecho efecto, pero cuando lo hice ella ya no estaba, Salem, el árbol, el laberinto detrás de mí, ninguno estaba. Me encontraba en otro lugar, todo estaba demasiado oscuro y frío, el suelo era de roca negra y a lo lejos se escuchaban demasiados gritos de personas, gritos de miseria. Sabía dónde me encontraba, había escuchado demasiadas descripciones de este lugar para no reconocerlo.

Estaba en el infierno.

Estaba preparado para correr y esconderme pero me detuve a sentir una respiración en mi cuello. Todo mi cuerpo se tenso al oír una risa masculina a mis espaldas.

-Soñé demasiado por un momento como este-susurro el hombre, corrección, el monstruo, detrás de mí. Unas grandes manos acariciaban mis brazos lentamente, no podía moverme, por más que quisiera hacerlo-quién diría que vendrías voluntariamente hacia mi.

-¿Qu-quién eres?-pregunté temblorosamente, un terror profundo se había instalado en mi pecho que apenas me permitía hablar. El hombre rió ante mi pregunta y subió su mano hacia mi nuca, los vellos de mi cuello se erizaron al sentir su mano pasar por ahí.

-No finjas...tu sabes quien soy.

Lo sabía, desgraciadamente lo sabía. Al oír su afirmación lo único que quería era huir, pero seguía paralizado y sus brazos me tenían aprisionado.

-Viniste a mi porque tenias una duda-me dijo, su aliento chocando en mi oreja-quieres huir de mí ¿no es así? No es necesario, pronto estaremos juntos, no importa lo que cueste-no sabia que decir, no sabia como reaccionar, de pronto una duda vino a mi mente y mis labios parecieron moverse solos.

-¿Quien es Bel?-le pregunté tratando de enmascarar el terror de mi voz, justo antes de que me contestara el ambiente cambió y volví junto con Sabrina.

-Carajo-exclamó Sabrina con los ojos desorbitados, se estaba limpiando la boca, al parecer había escupida la manzana-¿Sabir?-Sabrina me miraba preocupada, yo no podía hablar, demasiado conmocionado por lo que había pasado, sentí mis mejillas húmedas, pase mi mano por estas limpiándome el mar de lágrimas de mi rostro, demasiado raro considerando que no sentía ninguna necesidad de llorar.

-Estas lágrimas no son mías-le dije a Sabrina con temor, ambos nos miramos mutuamente con la misma expresión de preocupación. De pronto una mano se posó en mi hombro haciéndome saltar del susto.

-Perdón por el susto-se disculpó Harvey con una sonrisa en nuestra dirección, con rapidez me limpie las lagrimas de mi rostro para no llamar la atención-Los llame varias veces, termine de cargar las calabazas en la camioneta-nos explicó mirándonos con curiosidad hasta que su atención se dirigió hacia Salem que se encontraba ronroneando en sus pies-aw, ¿quién es este amiguito?

-El mortal huele bien-dijo Salem entre ronroneos.

-Es de la calle-invento rápidamente Sabrina.

-Nos lo quedaremos-le dije mientras lo veía acariciar a Salem.

-¿Sus tías lo dejarán quedarse?

-Seguro, ellas adoran a los gatos-mentira los odian, pero él no tiene que saber eso. Finalmente se levantó y pasó su brazo por mis hombros haciendo estremecer, el recuerdo del hombre pasar sus manos por ahí era demasiado reciente. Sabrina y yo casi no hablamos en el camino, demasiado conmocionados por lo que pasó.

☆━━━━━━━━━☆━━━━━━━━━☆

-Hoy fue un día largo-suspiro Sabrina al entrar a la casa.

-Y que lo digas-comente estirando mis brazos sobre mi cabeza-sabes lo que tenemos que hacer ¿verdad?

-Lo sé-respondió con una sonrisa aunque se notaba que estaba nerviosa-...¿tías?¿Ambrose? ¿podemos tener una reunión familiar?-los llamo Sabrina mientras nos dirigimos a la sala.

-Tomamos una decisión sobre nuestro bautismo.

Finalmente llegamos a la sala viendo a toda la familia ya reunida ahí, Ambrose se encontraba apoyado en la chimenea encendida, mis tías estaban sentadas juntas frente a un misterioso hombre. Parecía elegante, una elegancia que solo se podía encontrar en los libros de historia, tenia rasgos afilados, vestía de traje y en su mano con uñas afiladas como garras sostenía un bastón negro.

-¿Estos son los niños?-habló el hombre con voz arrastrada pero imponente.

-Si, su excelencia-respondió mi tía Zelda respetuosamente al hombre frente a ella, todos las mirabas estaban en Sabrina y en mi, ademas se notaba un ambiente demasiado pesado en el aire.

-Estos son Sabir y Sabrina, nuestros sobrinos-nos presentó mi tía Hilda con una sonrisa exagerada.

-Niños, no tienen idea de lo especiales que son ¿verdad?-nos cuestionó el hombre mirándonos fijamente-han sido elegidos.

-Disculpe ¿lo conocemos?-pregunta mi hermana desconcertada.

-No puedo creerlo-exclamó la tía Zelda en voz baja-perdónalos padre. No saben lo que dicen.

-Chicos, esta noche hemos sido honrados-exclamó mi tía Hilda con fascinación-el es Faustus Blackwood, el sumo sacerdote de la iglesia de la noche-nos explicó tratando de contener la emoción-el representante en la tierra de nuestro señor Satán.

-Sus tías dicen que dudan sobre su bautismo-nos menciono con una sonrisa, como si mencionara la boba rabieta de un niño-que, de hecho, podrían no firmar el libro de la bestia.

-Am, nosotros...-intenté responder pero el sumo sacerdote me interrumpió.

-Eso no puede ser, eso no debe suceder-nos dijo frunciendo el ceño-así que...veamos que puedo hacer para convencerlos.

..☆..

Lose, lose, tarde bastaaaaaante tiempo. La verdad no sabia que hacer con la historia, incluso me cuestioné si abandonarla. Eso fue hasta que la inspiración me pateó la cara y de eso surgió este capítulo, espero que les guste.

P.D: estuve algo (MUCHO) obsesionado con Picrew, así que probablemente en el inicio de los capítulos vean varias imágenes de Sabir.

-нαѕтα qυє ℓα σѕƇυяι∂α∂ ησѕ ℓℓαмє

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro