Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 9

—Wow, eso si fue intenso. Tae, que bueno que te liberaste de esa tipa. Ahora, ¡Feliz cumpleaños! —festejó Hobi mientras chocaba su copa con la mía.

—Si, soy libre. —anuncié mientras estiraba mis brazos hacia los lados a lo que Hoseok empezó a reír.

—Bueno, pero, ¿Por qué no pudiste? —preguntó Hoseok curioso.

—Es que no me siento atraído por Lisa. —dije seguro de mi respuesta y tratando de evitar al gay que tenía en mi interior.

—Lastima, se perdió de una gran persona por sus tonterías. Además de que me odiaba, siempre me hacía caras. —dijo Hoseok recordando con gracia.

Al menos Lisa no era estupida para ignorar el hecho de que siempre preferí a Hoseok en mi vida en vez de a ella.

—Pobre, ¿Tú que cuentas Hobi? —pregunté cambiando de tema.

—Bueno, nos graduamos en casi un mes y mis papás me compraron un departamento en la cuidad de Seúl. —dijo mientras miraba hacia abajo.

—¿Irás a la Universidad de Seúl? —mis ojos iban a romper en llanto.

—Si, lo hablé con mis padres y es una gran oportunidad, no quiero quedarme a la de aquí.

—¿Me- Me vas a dejar? —pregunté a punto de sollozar.

—Tae, quiero que siempre estemos juntos. Y tenía planeado ofrecerte que vinieras conmigo a Seúl. —dijo mientras tomaba mi brazo.

En realidad no entendía porqué todos se iban.

Sentí una sensación que había sentido ya antes. Solo una vez la sentí, con un niño.

Kookie me dejó por irse a la cuidad, lo perdí para siempre y no volvería a pasar lo mismo.

—Hobi, claro que iré contigo.

En serio no podía permitir que mi amado se fuera sin mi. No otra vez.

Llegué con mi mamá y estaba sentada en el huerto mirando hacia un arbusto en particular.

Me acerqué a ella.

—Tae, ¿sabias que tu papá siempre quiso que fueras a la cuidad a estudiar?

—Entonces lo sabes...—dije mirando hacia abajo.

—Tae, te conozco de pies a cabeza. Además de que tu abuelita me lo dijo. —remató para después soltar una risita. La primera risa que le oía en todo el año.

—Bueno, ¿eso significa que me estás dando permiso para ir a Seúl? —pregunté cerrando los ojos con fuerza.

—Tae, acércate. —ordenó mi mamá y me senté junto a ella en otra silla y observé el huerto . —Tu papá y yo iniciamos este huerto como simple diversión, tú creciste en él y aprendiste a cuidar de él también. Es por eso que confío en que podrás cuidar de ti mismo en la gran cuidad. Eres parte importante de este lugar pero también debes hacer tu vida. —pude observar una pequeña lágrima caer por su mejilla lentamente. Y siguió. —Tae, eres parte de esta familia y es por eso que tu abuelita y yo estamos agradecidas de eso, de que seas una gran persona que se preocupa por los demás. Sabes que nuestras puertas siempre estarán abiertas para ti.

Seguido de eso me dió un gran abrazo dándome a entender que aunque le doliera, tenía que darme ir.

Después fui a hablar con mi abuelita de nuevo.

Ella estaba tejiendo una bufanda y me vió, me indicó que me sentara junto a ella.

—TaeTae, ¿Recuerdas cuando te enamoraste por primera vez?

—Em, si, de Lisa. —dije mientras trataba de ocultarlo.

—No Tae, me refiero a cuando te enamoraste de aquel niño, tenías como siete años. ¿Recuerdas?

—Pero yo...—fui interrumpido tratando de excusarme.

—Tae, lo sé, lo sé todo. No tienes que mentirme. Sé que te gustan los chicos. —soltó para después sonreírme cálida.

—¿Cómo lo sabes? —pregunté incrédulo.

—Tae, soy tu abuelita. Te conozco perfectamente. La forma en la que mirabas a Kookie como si él fuera tu mundo entero. Cómo amabas abrazarlo y la vez que lo besaste. —soltó una risita. —Tae, siempre he sabido que tienes una fijación por los chicos y eso es normal. Sé que no es fácil decirlo pero es necesario. Estuve segura cuando trajiste a Hoseok y lo mirabas de la misma manera que a Kookie. Ellos dos han sido tu mundo entero. Por eso convencí a tu mamá de que te dejara ir con Hoseok. Piensas que el es tu oportunidad de ser feliz y respetamos eso.

—¿Mamá lo sabe? —pregunté susurrando.

—TaeTae, yo no le voy a decir algo como eso. Debes decírselo tú.

—Te amo, abuelita.

Ella me tomó la barbilla y me miró a los ojos.

—Mi hermoso Taehyung, sabes que yo siempre te voy a amar y en mis brazos siempre encontrarás tu casa.

En serio la amaba. Sus ojos humildes y cálidos, era muy amable y siempre lo fue.

Siempre buscando que yo fuera feliz. Era muy honesta. La mejor persona que alguna vez conocí. La abracé y mis ojos se llenaron de agua.

Ella me tomó en sus brazos con piel arrugada debido a la edad y las arrugas en su cara se hicieron más visibles por su sonrisa.

Era increíble que la persona a la que más amaba en el mundo tuviera ya el cabello blanco y la piel colgada.

Ella era mi abuelita. Ella era... simplemente amor.

Llegó el día de irnos. Hoseok pasó por mi a mi casa en su camioneta para irnos manejando hacia la cuidad.

Ese día empaqué todas mis cosas, mi cuarto quedó vacío. Todos los recuerdos en esa habitación se quedarían conmigo.

Bajé finalmente y vi a mi mamá. Me sonrío y me abrazó.

—Mamá, hay algo que debo decirte antes de que me vaya.

—¿Qué es, amor? —preguntó mientras me miraba hacia arriba debido a mi altura.

—Mamá, ¿Que pasaría si yo no fuera normal? ¿Si en vez de que me gustaran las chicas me gustaran los chicos? ¿Me seguirías amando? —pregunté con un nudo en la garganta.

—Hijo, eso está perfectamente bien. No hay por qué esconderlo. Mi gran Taehyung. —me observó con atención. —Ya tienes la edad suficiente como para decidir qué te gusta y que no. Está bien lo que elijas, no va a cambiar quien eres. Y sabes que siempre te voy a amar.

La abracé, en serio la amaba. Era mi mami.

Ella me había criado y me había visto crecer.

En sus ojos podía ver nostalgia y puedo apostar a que ella me veía como un niño de aún ocho años a quien había que cuidarlo pero entendía que no era así.

Finalmente ví a mi abuelita.

Ella abrió sus brazos y corrí a abrazarla.

Después me dió una bolsa llena de fresas para el camino.

—Mi gran y fuerte Taehyung. ¿Te digo algo?

—Adelante abuelita. —dije sonriendo.

Un hilo rojo une a aquellas personas que están destinadas a encontrarse.

—Te amo, abuelita. —dije para después dedicarle una sonrisa.

—Tae, por favor, siempre permite que la gente vea esa hermosa sonrisa cuadrada. Esa sonrisa mágica puede salvar vidas. Por favor sonríe siempre. —dijo mientras me tomaba por las mejillas. —Ahora, vive tu vida.

Dicho esto señaló hacia la puerta abierta con una sonrisa y lágrimas en sus ojos. Era hora de dejar el nido y ella lo sabía. Sin duda mi abuelita era la persona más sabía de todas.

Caminé hacia la puerta y ahí estaba Hoseok con una radiante sonrisa adornando su cara.

Me miró y se bajó de la camioneta. Me abrazó y subimos mis maletas a esa cara camioneta.

Miré hacia mi casa, ví a mi mamá y a mi abuelita y no pude evitar soltar un par de lágrimas. Subí a la camioneta y miré hacia el huerto. Ese lugar mágico. Mi santuario. Decía adiós a todo eso.

Hoseok arrancó la camioneta y miré atrás.

Todos esos recuerdos divertidos y buenos se quedaban atrás en el campo. Le dije adiós a todo y finalmente Hoseok preguntó:

—¿Estás listo?

Estoy listo...

¡Listo! Aquí está el nuevo capítulo. Por favor, disfrútenlo y sigan disfrutando de la historia.
Les mando unos besos ;v

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro