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𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 80

No tan lejos de ahí.

—¡Es inútil! —gritó Suga con desesperación. Dió un fuerte golpe a la mesa.

Hacia ya dos semanas que no podía hacer ni una sola canción. La última que logró concretar con éxito, fue la que le hizo a Jimin.
Dios, hasta recordar su nombre dolía. Estaba desesperado.

—Yoongi... —el chico que estaba a su lado le habló despacio, su voz era suave.

—¿Qué quieres? —Yoongi contestó, casi gritó.

—¿Estás bien? —preguntó el chico mientras sostenía una taza de café con sus dos manos.

—¡No! ¡No estoy bien! Es inútil. —Yoongi volvió a gritar, sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar los golpes que le había dado a SU mejor amigo.

—Um, ¿hay algo que pueda hacer? —preguntó el chico, esta vez asustado.

—Véte. —dijo Yoongi mientras recargaba sus manos en la mesa.

—¿Qué? —el chico lo miró confundido.

—¡Que te vayas! Quiero estar solo. —dijo Yoongi.

—Pero yo-

—¡¡Largo!! Wooshin, entiende, ¡carajo! —volvió a gritar Yoongi, esta vez lo miró, el chico de cuerpo pequeño se veía muy asustado. Se levantó del sillón que estaba detrás de la silla en la que Yoongi se sentaba para producir música. El mismo sillón en el que se sentaba Jimin cuando los dos escuchaban su música y reían.

Salió por la puerta, segundos después, se escuchó el portazo de la puerta principal de la casa.

Yoongi soltó un fuerte golpe a su pared. Él no era del tipo "agresivo" pero tenía demasiada ira dentro de él. Sus nudillos se llenaron de sangre al impactar con la pared.

Se quejó de dolor mientras veía como su sangre salía y llenaba toda su mano. Recargó su cabeza contra la pared y comenzó a llorar.

Nadie podía verlo, nadie podía juzgarlo. Todo estaba bien. ¿Verdad?

El cuerpo de Yugyeom fue azotado contra la pared. Una figura oscura lo estaba besando, pasaba las manos por su rostro. Yugyeom tomaba a aquel chico (porque tenía cuerpo de hombre) por la cintura.

Hubieron mordidas, roces y mucha saliva en ese beso. Sus caderas chocaron y comenzaron a rozar sus intimidades.

Los pantalones negros del chico que era más grande que él, comenzaron a verse más apretados. Yugyeom se mordió el labio cuando el chico más grande que él comenzó a acariciar su intimidad por encima de la ropa.

—Por favor, no me hagas esto~ —rogó Yugyeom.

—No te estoy haciendo nada malo. Es lo que tú tanto deseas, ¿no? Me deseas. —el chico mayor que él lo miró con una sonrisa ganadora cuando Yugyeom lo tomó del cuello y lo acercó a él para besarlo.

—Jungkook~ ¡deja de provocarme! ¡Me confundes! —gritó Yugyeom.

—¿Yo? Yo no hago nada. Tú te confundes solito. ¿Quieres coger con un chico? Yugyeom, ¿qué diría tu madre? —preguntó Jungkook, su voz era burlona, mantenía una sonrisa ladina.

—¡No! No quiero coger con un chico, quiero coger contigo. —contestó Yugyeom descaradamente.

—Ya veo. Pero de todos modos quieres mi pene en tu boca. Niégalo. —Jungkook tomó a Yugyeom de la playera y lo acercó a él, lamió los labios contrarios.

Yugyeom tragó saliva y miró los hermosos ojos de Jungkook. En ese momento se sentía tan vulnerable frente a él. Lo odiaba.

—Te odio, Jungkook. —soltó Yugyeom.

—Está bien. —contestó Jungkook manteniendo su sonrisa ladina, presionó a Yugyeom contra la pared y comenzó a subirle la playera.

—Te odio tanto, ¡eres un hijo de puta! —gritó Yugyeom cuando Jungkook puso su mano en su miembro aún cubierto por el pantalón y apretó.

—Ow, no me odies, Yugyeomie. Ya sé qué hacer para que no me odies tanto. —dijo Jungkook mientras desabrochaba su pantalón. Jalaba a Yugyeom hacia él.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó Yugyeom con un hilo de voz, estaba muy nervioso.

Jungkook se arrodilló frente a él y bajó sus pantalones en un solo movimiento.

—Impresionante, Yugyeomie. —Jungkook le sonrió. —¿Yo te puse así de duro? —Jungkook levantó una ceja.

—Jeon, ya basta. No soy homosexual. —seguía resistiéndose.

—Ah, ¿en serio? Porque te estás excitando al tener mi cara frente a tu pene, además, sé que mueres por cogerte a un hombre. Lo deseas. —decía Jungkook mientras bajaba la ropa interior del menor.

—¡Eres un bastardo! —gritó cuando Jungkook comenzó a lamer la extensión de su pene.

—Te gusta, ¿no es así? ¿Te estoy confundiendo? Por Dios, Yugyeom, sé que mueres por follarme. —volvió a meter el pene del menor a su boca.

—Jung-kook, por favor. —rogaba Yugyeom, sus piernas se sentían débiles, estaba disfrutando aquel acto.

—Acéptalo, Yugyeom, te gusto. Estás loco por mi.

—¡Lo acepto! ¡Estoy loco por ti!

—¡Joder! —Yugyeom se levantó gritando. Había soñado con Jungkook. Había soñado que tenían sexo. ¿Cómo era posible que esas cosas pasaran por su mente?

Se sentó en su cama y comenzó a despeinar su cabello con desesperación. No podía ser.

—¡Me gusta Jungkook! —exclamó para sí mismo.

Se levantó y corrió al baño a echar agua en su rostro. Se odiaba por sentir eso hacia un chico. ¿Qué iba a decir su madre? Yugyeom tenía que hacer algo.

—¿Se lo digo? —se preguntó a sí mismo. Con su rostro empapado corrió a su gran vestidor a elegir su atuendo de ese día. Tenía que desayunar con su madre como todos los días.
¿Notaría el sonrojo?

—Seguramente ya lo sabe. —se desesperó.

Se vistió y bajó las escaleras corriendo. Cuando llegó a la planta baja, la encontró sentada en el comedor mientras revisaba su celular.

—Buenos días, mamá. —saludó Yugyeom.

—Buenos días. Veo que esta vez si te vestiste antes de desayunar. Al menos tienes algo de decencia hoy. —la señora lo miró con una ceja levantada.

Yugyeom se volteó y rodó los ojos. Estaba harto de su madre. Se sentó en la misma mesa que ella pero hasta la otra esquina, así era siempre.

Tenía que mantener una postura erguida durante toda la comida. No podía sacar su celular y no podía poner los codos sobre la mesa.

Después, una de las cocineras les llevó el desayuno y Yugyeom le sonrió a una de ellas, a su niñera. Le había llevado unos hotcakes con crema batida en forma de una carita feliz. Sobre de esta, chocolate líquido.

—Gracias. —agradeció Yugyeom. Tomó el tenedor que estaba de su lado izquierdo y comenzó a degustar su desayuno. Todo iba tan tranquilo hasta que su mamá habló.

—Escucha esta estupidez. Han legalizado el matrimonio entre homosexules en Tailandia. Que horror. Eso no es normal. Es gente enferma. —comentó su mamá cuando encontró esa noticia.

Yugyeom comenzó a ahogarse con su hotcake. Comenzó a toser. Se puso todo rojo, su mamá lo miró y se molestó.

—¡Yugyeom! ¿No te he dicho que es de mala educación ahogarse en la mesa? —regañó su mamá.

Su niñera corrió a darle palmaditas en la espalda para que pudiera respirar. La señora comió su último pedazo y se levantó.

—Yugyeom, no vayas a faltar a tus clases hoy. No quiero que otra vez me llamen para decirme que te escapaste de la escuela. —dijo la señora mientras caminaba hasta la puerta de su casa y salía.

Por fin, Yugyeom dejó de ahogarse. La niñera le dió agua y se tranquilizó un poco.

Decidió que no le iba a importar más lo que su mamá dijera, él iba a hacer lo posible por conseguir a Jungkook.

Bueno personitas, hoy habrán tres actualizaciones porque voy a estar muy ocupada, sin embargo, no quiero que se queden sin actualización.

Y, sé que no actualizo muy seguido, pero de verdad espero que a pesar de eso sigan apoyando a la historia y disfrutándola. Todavía se nos vienen muchos mas capítulos el doble de intensos.

¡Tengan un lindo día!

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