¡Advertencia!
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Abrí la puerta de mi cuarto, ahí estaba Jungkook. Recostado sobre la cama, no traía ropa. Podía ver cada parte de su perfecto cuerpo. Me quedé paralizado contra la puerta.

—Oye Tae~ —llamó mi atención con un gemido.

—¿Por qué no vienes aquí? Kookie necesita que lo traten mal. —dijo Jungkook.

De repente empecé a sentir que el calor se apoderaba de mi. Me sentía muy caliente. La sangre comenzó a correr por todo mi cuerpo hasta concentrarse en un punto en específico.

Mierda, lo necesitaba, lo necesitaba tanto.

—Y-Yo... —apenas pude hablar.

—Vamos Tae, sé que mueres por hacerme tuyo. —me miró, esa mirada era desconocida para mi. Se veía hambriento de mi, solo de mi.

Caminé hacia él. Jungkook se levantó rápidamente y comenzó a atacarme, me besaba desesperadamente. Metía su lengua en mi boca y me despojaba de mi ropa.

—Por favor, Taehyung. Quiero ser tuyo, completamente tuyo. —dijo en mi oído.

Tragué saliva, amaba esta versión de Jungkook.

Me tiró en la cama y se subió sobre mi.

—TaeTae, quiero montarte. —dijo mientras desabrochaba mi pantalón.

Jungkook estaba seduciéndome, me miraba con lujuria. Se mordía el labio inferior, tocaba su erección sabiendo que yo moría por él.

Todo eso llegó a muchos besos, nuestros cuerpos sudados uno contra el otro. Lo volteé y entré en él.

Jungkook soltó un gemido muy agudo, después intentó moverse. Volteó la cabeza, con sus ojos llenos de lujuria me vió.

—Tae, necesito más. Más, por favor~

Jungkook rogaba porque yo le diera más y le iba a dar más.

Sus hermosos gemidos me volvían loco. Solo quería que fuera mío. Y ahora llevaría con él mi sello.

Jungkook era solo mío.

Abrí los ojos de golpe. Una voz me despertó.

—Taehyung, ¿a quién te estabas cogiendo en tu sueño? —preguntó Hoseok.

Estaba sentado junto a mi. Yo no sé qué hacía él en mi cama, ¿qué hacía él en mi cuarto?

—¿De qué hablas? —me tallé los ojos.

—Por dios, estabas gimiendo y lamiéndote los labios. —Hoseok se burló. —Además, no quiero asustarte, solo tengo un comentario. —agregó.

—¿Qué? —lo miré.

—Que a Jungkook le va a doler mucho cuando le metas todo eso por el-

Le cubrí la boca rápidamente. Miré hacia abajo, demonios, tenía una erección.

—Mierda. —exclamé.

—Tae, seamos honestos, ya no tienes catorce años, ahora puedes tener sexo, no deberías estar teniendo sueños húmedos. —dijo Hoseok.

—Pues eso es lo qué pasa cuando tu pareja no quiere tener sexo contigo. —contesté muy enojado.

—Está bien. Deberías darte una ducha, se nos va a hacer tarde para llegar a la escuela. —dijo mientras se levantaba de la cama.

—Por cierto, ¿Dónde está Jungkook? —pregunté, recuerdo haberme ido a la cama junto a él.

—¡Cierto! Jungkook salió temprano, dijo que te dijera que había ido a ver a Jin. Algo de depresión o algo así. —dijo para después encogerse de hombros y salir de mi habitación.

—Maldita sea.

Habían posters pegados por toda la escuela, iba a haber una fiesta de disfraces de Halloween.

Hoseok y yo nos encontramos después de mi clase de arte y nos sentamos en la cafetería.

—Deberíamos ir. —dijo Hoseok.

—No. —dije.

—¿Por qué no? —se quejó.

—Hobi, ¿para qué? Solo va a haber alcohol. Que flojera. —dije.

—Que aburrido eres. Además, podrías invitar a Jungkook. —me miró.

—No quiero ir, pero le comentaré a Jungkook. —le dije.

—Perfecto, además, puedes aprovechar para hacer que tome de más y cogertelo. —me miró mientras subía la ceja.

—Te pasas. —comencé a reír.

Después llegó Suga y se sentó junto a nosotros.

—Chicos, que bueno que los veo. —dijo Yoongi.

—Hola, Suga. —saludé.

—No van a creer lo que me pasó hace unos días. —dijo, se veía emocionado pero al mismo tiempo lo noté algo triste.

—¿Qué pasó? —preguntó Hoseok.

—¡Ví a Jimin de nuevo! —exclamó.

—Suga, ¡es genial! —le sonreí.

—Pero soy un pendejo. —siguió.

—Lo sabemos, ¿Qué pendejada hiciste? —Hoseok se burló.

—Lo ví y no le pedí su número. —se cubrió el rostro con sus manos.

—Entonces si eres un pendejo. —le dije.

—¿Qué voy a hacer? —su expresión era triste.

—Olvídalo, Yoongi. —dijo Hoseok.

—Pero él se acordó de mi. Me reconoció, además, la manera en la que me miraba...

—Deja de babear Suga. —lo regañé. —Ya habrán otras oportunidades.

—¿Tú crees? —me miró.

—Seguro. —tal vez mentí, en realidad no lo creía.

—Espero. —finalizó.

Había notado a Hoseok algo apagado desde que Suga llegó. Además, Hoseok jamás le diría a Yoongi que se olvidara de alguien. A menos que... sintiera algo más por él.

—Suga, acompáñanos a la fiesta de disfraces. —Hoseok rompió el silencio.

—¡Ay, no! No quiero. Mejor me deprimiré. —dijo Suga.

—¡No! En serio. Tienes que salir. —le dije. Me había resignado a ir.

Tuvimos que rogarle a Suga para que aceptara ir. Al final, Hoseok le dijo que no tenía que disfrazarse de nada. Suga opinaba que era tonto.

Al final, Suga aceptó.

No tan lejos de ahí.

Jungkook y Jin se encontraban en el departamento del mayor.

Jin tenía los ojos rojos de tanto llorar, sostenía una taza de té que Jungkook le había preparado para calmarlo un poco.

—¿Por qué lloras? —preguntó Jungkook

—Esta bien. Te contaré. Hace poco, en el trabajo conocí a este chico. El chico más hermoso y sexy de la tierra. El chico y yo coqueteamos un poco.

Jungkook asintió para que el mayor viera que le estaba poniendo atención.

—El chico me dijo que iba a pasar por la tienda más seguido y ese tipo de cosas. En serio me atrajo. —dijo conteniendo sus lágrimas.

—¿Eso es malo? —preguntó Jungkook.

—Lo malo es que no lo he visto desde entonces. Tal vez solo era una mentira, solo jugó conmigo, me ilusionó. Jamás lo volveré a ver. Lo cual es una lástima, Dios, era tan grande... —Jin mordió su labio al recordar el bulto que se le veía a Namjoon bajo el pantalón.

—¡Jin, Hyung! —Jungkook se quejó.

—Digo que su talla de camisa era tan grande. —mintió.

—Bueno. Pues no te preocupes, tal vez no ha tenido tiempo, ¿qué se yo? —Jungkook tomó la mano del mayor.

—No lo sé. Por cierto, Jimin y tú tienen que arreglar las cosas. —dijo Jin.

—¡Lo intenté! Lo único que Jimin hace es regañarme e insultar a Taehyung. No puedo arreglar las cosas con él. —Jungkook se despeinó por la desesperación.

—Está bien. Yo intentaré hablar con él.

—Como quieras.

¡Hola! Bueno, tengo que aclarar algo, en la historia, ya es Halloween, y lo siento si estamos en Julio, jajaj, así las cosas.
También, he estado preparando lo de preguntas y respuestas de los personajes.
No se olviden de comentar sus mensajitos de amor y apoyo para que siga subiendo esta historia, tampoco se olviden de compartirla.
Adiós~