Jimin salió del edificio y empezó a caminar bajo la lluvia. No le importaba mojarse pues traía su chaqueta color verde de cuero. Esa chamarra le recordaba tanto a Jungkook.

Los dos fueron a comprarlas juntos y Jungkook mencionó que para él, no había persona que se viera mejor en chaqueta de cuero que su Hyung Jimin.

—Maldita sea, Jungkook.

Jimin pasó por un callejón y vió un contenedor de basura.

—No. No seas llorón Jimin. Eres un idiota.

Empezó a patear aquel contenedor con ira.

¿Por qué?

Jimin jamás iba a ser suficiente para Jungkook.

—Jamás.

Jimin empezó a llorar y se sentó en el piso el cual seguía mojado debido a la lluvia previa.

Juntó sus piernas y escondió su rostro entre ellas. Empezó a llorar desesperadamente.

—Diablos, Jungkook. ¿Qué me hiciste? —seguía llorando.

Todos eran unos idiotas.

Yugyeom era un idiota por nunca valorar a Jungkook. Jimin sabía toda la historia.

Cuando todos eran amigos. Esos tiempos preciados.

Yugyeom y Jungkook eran inseparables, los dos siempre estaban juntos y compartían todo. Cuando se dice "todo" es literalmente todo.

Yugyeom fue el idiota que le enseñó a Jungkook a fumar. Yugyeom fue el idiota que le enseñó a Jungkook a maldecir. Yugyeom fue el idiota que le rompió el corazón a Jungkook.

Jimin odiaba saber todo eso. Odiaba saber que él no fue suficiente para evitar que lastimaran a su mejor amigo.

Un día Jungkook se quedó sin nada por pagar varios tratamientos para su mamá. Todos los de la escuela empezaban a llamar a Jungkook "pobre" y Yugyeom no podía permitir que lo vieran a él, el más rico de la escuela, con alguien pobre.

Alejó a Jungkook, Jungkook trataba de volver con él y poco después, se corrió el rumor de que Jungkook era gay.

Jin y Jimin siempre habían estado con Jungkook hasta el final. Por coincidencia Jin y Jimin también eran gays, y en este mundo estúpido eran los "rechazados".

Nadie contó con que los rechazados se pudieran unir para no estar solos.

Jungkook lloró mucho, Jimin sabía que Jungkook lloraba todas las noches y mañanas.

A pesar de esto, Jimin siempre trataba de estar ahí para él, de hacerlo reír y olvidar todo lo que le había pasado.

Jimin creía que él era el adecuado para estar con Jungkook. No solo de ser su mejor amigo sino también su pareja. Nadie más era digno de la gran persona que era Jungkook.

Sabiendo todo esto, ¿Cómo era posible que Jungkook se enamorara de un tipo cualquiera?

—¡Maldita sea!

Jimin era el único que se preocupaba por Jungkook. Eso creía él.

Se escucharon unos pasos aproximándose a Jimin.

—¡Oye niño! ¿Estás bien?

Jimin subió la cara y vió a un chico, traía un paraguas y una chaqueta negra con unos pantalones negros. También una gorra con dos anillos en la parte de enfrente y un cubre bocas negro.

—Si, ya me iba. —Jimin se levantó con fastidio mientras limpiaba las lágrimas de su cara.

—¿Seguro? ¿Cómo te llamas?

—Soy Jimin. Park Jimin. Ahora, permíteme irme. Se está haciendo tarde.

Jimin empezó a caminar alejándose de aquel chico.

—Soy, Min Yoongi. Un gusto. —se despidió Suga del menor con una pequeña sonrisa.

—Adios. —Jimin seguía un poco destruido, caminó alejándose de ese chico y pronto dejó el callejón.

—¿Min Yoongi? —se preguntó a sí mismo.

No tan lejos de ahí.

Jungkook estaba sentado en la sala del departamento de Jin mientras platicaba con el mayor.

—Y dime... ¿Tú y él... ya?

—¿A qué te refieres Hyung?

—Bueno, que si ya... ¿se besaron?

—Ah, si. Nos besamos un par de veces.

—Y ¿Que tal? —preguntó Jin con sumo interés.

—Es genial, cada vez que nos besamos lo hace mágico. —dijo Jungkook mientras recordaba todas esas veces que pudo disfrutar de los labios de Tae.

—¡Que bien! Y... ya tuvieron —aclaró su garganta. —¿Ya te hizo suyo?

—¡Hyung! —Jungkook comenzó a reír. —No, aún no, no creo estar listo aún. Además, ¿Que te hace pensar que yo soy el pasivo?

—Jungkook, te conozco desde que tenias diez años, si fueras pasivo o activo lo sabría. —aclaró Jin.

—Eres un pervertido.

—Lo sé, querido. ¿Cuando lo vas a ver?

—Mañana. Quiero decirle que sea mi novio. —sonrió mientras se sonrojaba.

—Adelante. Suerte.

Jin se levantó y se estiró.

—Ya es tarde, creo que iré a dormir.

—Aguarda. Hyung, ¿Puedo regresar a mi cuarto?

—Por supuesto. Aunque, no lo necesitaras una vez que Tae te quite la virginidad. —Jin comenzó a reír con su típica risa de limpia vidrios y Jungkook le aventó un cojín.

—En fin, buenas noches, Kookencio.

—Buenas noches, Hyung.

Desperté y no estaba ahí. Jungkook no estaba a mi lado, ayer no había vuelto. Estaba preocupado, si, pero me levanté y me fui a la escuela.

Esta vez en clase de historia del arte tocaba ver el surrealismo.

De nuevo el profesor Choi estaba dictando información que seguramente había leído unos momentos antes de internet.

—El Surrealismo es un puro automatismo psíquico por el cual se intenta expresar, verbalmente o de cualquier otra manera, el funcionamiento real del pensamiento en ausencia de cualquier control ejercido por la razón al margen de toda preocupación estética o moral.

—El Surrealismo propone una teoría de lo inconsciente y de lo irracional como medio para cambiar la vida, la sociedad, el arte y el hombre por medio de la revolución. No es un movimiento con unidad de estilo, sino una serie de investigaciones de artistas individuales, cada uno con un estilo propio.

Cambiar la vida. Expresar ideas. Estilo propio. Pensamiento libre.

Sin duda uno de los movimientos más difíciles de interpretar. Debo admitir que habían grandes pintores en esa época.

Era genial, simplemente hermoso. Expresaban sus ideas por más perversas que fueran estas.

Aquellos años de 1925 eran en los que se llevaban a cabo estas pinturas.

Uno de los exponentes de éste movimiento era nada más y nada menos que Pablo Picasso.

Era increíble. En realidad amaba esta clase.

Después de unas horas en la escuela, salí y vi a Jungkook esperándome afuera.

Traía puesto un pantalón negro muy pegado al igual que una playera negra con una chaqueta de cuero negra encima. ¿Por qué era tan guapo?

Me acerqué a él y le sonreí.

—Dios, Jungkookie, ¿Por qué demonios eres tan guapo? —pregunté mientras le daba un beso en su mejilla.

—Hola Tae... mira, discúlpame por haberte dejado ayer, —se rascó la nuca. —La verdad es que... me dió miedo. Pero ya no más.

—No te preocupes, Jungkook. ¿Estás bien?

—Claro, ¿Me acompañas a un gran lugar?

—Si, pero, ¿Ahora? —pregunté algo confundido.

—En la noche. —aclaró mi bebé.

—Por supuesto. —sonreí.

¡Aquí está el nuevo capítulo! Espero lo hayan disfrutado.
¿Qué opinan de lo que siente Jimin? ¿Será que Min Yoongi y Jimin se volverán a ver?
Esperen el próximo capítulo con ansias. No olviden votar y comentar.

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