Capítulo- 36
Los ronquidos de Adrien se escuchan en toda la habitación, como si tuvieran un amplificador de los malos que intensifique su sonido, siendo molesto para mis oídos. Cierro por completo la cortina impidiendo cualquier visibilidad tanto de adentro hacia fuera, como al contrario. Cruzo hasta el baño en silencio, la verdad es que sí iría con el, aunque le haya hecho creer lo contrario. Me apresuro en cambiarme la ropa, colocándome unos jeans azules y una camiseta que encontré. Por el olor supuse sería de mi hermano.
Salgo de el baño y una montaña de ropa me recibe, no me había fijado de el desastre que es la habitación. Es increíble como cambia tú alrededor con la llevada de una sóla persona y aunque sea un completo cuchitril se siente bien salir de la rutina. Porque los cambios suelen ser buenos en ocasiones, aquellos cambios que te sacan de el lugar que crees tu refugio y que te muestren que en realidad sólo era algo limitado.
Al final mi vida se ha llenado de cambios, sacándome de mi rutina, produciendo que haga cosas, las cuales nunca imaginé hacer. Cosas que poco a poco me han ido cambiando y aunque valla de manera lenta, voy a mi propio ritmo para cambiar y lograr ser una mejor persona. Por aquellos que me quieren, por aquellos que ya no están, y por aquellos que nunca se han rendido conmigo.
He recibido el último impulso que necesitaba y no pienso desperdiciarlo.
Como supuse Asher no se había ido. Está sentado en los pequeños escalones de la entrada, rodeándoce el mismo con sus brazos. En ese momento sentí muchas cosas; miedo, duda y unas inmensas ganas de volver a meterme en mis cálidas sábanas y dormir hasta el medio día.
—Hey—llamé su atención, a la vez que tomaba asiento a su lado, un escalón más arriba tratando de no parecer tan pequeña. Quise decirle muchas respecto a como me he estado sintiendo a él, ser sincera y darlo todo o nada, tal como él lo hace—¿no tienes nada que hacer? ¿qué haces aquí?
Sin intensión volví a hacerlo. Es como una extensión de mi que no puedo controlar, mis palabras salen cortantes y frías sin pretenderlo.
—¿Puedo pedirte algo?—acercó sus piernas hasta su estómago y las rodeó con sus manos introduciendo su rostro en el hueco de sus piernas. Guardo silencio sin saber muy bien que responder. De pedir algo puede, pero no sé si podré hacer lo que quiere. Él al darse cuenta de mi silencio aclara;—no tienes que preocuparte, no es nada serio. Es más sabes perfectamente que casi nada de lo que hago lo tomo en serio.
—Sí—respondo a secas.
Me inclino hacia delante apoyando mis manos sobre mis piernas con la intensión de verlo. Pero incluso al buscar muchas posiciones de hacerlo, sólo logré casi romperme el cuello. Sus manos bloquean su cara por completo, aparte de estar incrustada en el hueco de sus piernas. Así que desisto y dejo caer mis brazos hacia atrás, depositando el peso de mi cuerpo en ellos.
—Bien... no te rías—dice su voz siendo casi inaudible, más como un susurro que otra cosa.
Se remueve supongo incómodo. La posición en la que está se ve bastante compleja y al estar un buen rato así, tal vez se le hayan adormecido las piernas. Su gran tamaño sólo dificulta las cosas al tener que hacer más esfuerzo de lo normal.
—¿esa es tu petición?
—Si, enserio no te rías. Esto es muy vergonzoso incluso para alguien como yo, juro que de no ser porque es mi hermana la ubiese lanzado de un puente o quien sabe qué. Lo que si se es que la lanzaría de algo... —empezó a murmurar cosas inentendibles rápidamente, además de que casi no se le escuchaba porque su voz era difuminada por sus brazos—y por esas y un montón de razones más debería de lanzarla, pero hay una sólo razón que invalida a las otras razones. Es mi hermana.
—Entiendo todo lo que dices, bueno al menos lo que es importante. Pero ¿qué es lo que ha hecho Aila para que estés así?
Asher se levantó de repente tomándome por sorpresa y casi me parto la cara del susto. Ni siquiera me inmuto cuando la abuela hace sus apariciones, pero casi me da un infarto con que alguien se levante de repente, genial. Él se mantiene de espaldas a mí y tengo que levantar la cabeza para poder mirarle.
Es entonces cuando se voltea, así de imprevisto y extraño como nuestro primer encuentro mientras un perro me seguía. Casi me atraganto y parto al otro lado cuando veo su cara.
—¿Q-qué carajos traes puesto?—digo entre risas.
Su cara está pintada por todos lados. Sus ojos poseen una capa extravagante color negro a su alrededor, que claramente ha sido hecho con delineador, aunque no sepa mucho(por no decir nada) de maquillaje, sé lo básico ¿bien?. No mentira, sólo lo sé porque he visto un anuncio en la televisión sobre eso. Sombra para ojos de un color rosa encendido decora sus párpados, cejas bien definidas, colorante en las mejillas y por último lápiz labial al rojo vivo.
—¡Dije que no te rieras!
—¿Eso lo hizo Aila?—me levanto y le odservo de cerca—debo felicitarla porque ha hecho un gran trabajo, ¡eres toda una diva! que diva... ¡una divasa!—alzo mis brazos con diversión para luego bajarlos y colocarlos en mi cintura en forma de jarra—Señorita ¿le gustaría salir conmigo hermosa señorita ?—digo con lo que para mí es un tono seductor.
—¡Mikaela!—exclama hecho furia, pero al final se que igual se muere de risa y la comisura de sus labios elevadas me lo confirman—deja de burlarte y Ayúdame a desacerme de esto.
Señala su cara con mala gana.
—Bien, bien. Pero como esperes que te ayude, si yo no sé nada de maquillaje Asher.
Él sonríe y añade:
—ya aprenderás.
La estrechura de el baño impedía que pudiese moverme con libertad en el baño. ¿porqué se me tuvo que ocurrir la estúpida idea de tratar de limpiar el desastre de su cara en el baño? Asher está sentado sobre el inodoro con cara de que le duele todo, quejándose en cada momento, mientras yo trato de hacer lo que está a mi alcance para remover todo el maquillaje que tiene.
—Ya deja de quejarte que tú lo pediste, ahora te aguantas—paso la toalla mojada sin delicadeza por su cara, era la décima vez que le decía que se callara y el ni cerca de hacerme caso. La sombra para ojos ya había desaparecido, al igual que su delineado, pero el labial se negaba a salir por más que intentara—Asher esto no sale, así que te jodiste.
Lanzo la toalla en algún lado y salgo sin decir nada, necesitaba aire.
—Al parecer es Mate.
—Incluso sabes más que que yo, te tienen adiestrado Asher. Andando te quedas a desayunar—ordeno.
—Que ruda me saliste Mikaela—dice acercándoce a mí con una sonrisa en su rosto, demaciado diría yo. Entonces pasa sus manos al frente simulando que están atadas y añade:—eso domíname.
—Cállate idiota—le empujo.
Bajamos con cuidado, y llegamos hasta la mesa. Todos están sentados en sus respectivos asiento a exepción de mí. Al llegar todos nos miran sin disimulo alguno.
—¡Oh! Asher estás aquí—saludó la abuela desde su lugar.
—Buenos días abuelos, Matias y...—Dice Asher mirando a todos según los iba mencionado y haciendo una leve reverencia al inclinar su cabeza hacia delante conforme los mira.
Adrien levantó la mirada de su plato y le miró elevando una de sus cejas intimidante.
—Soy Adrien niñato—todos le miramos raro.
Por suerte Asher no dijo nada y sólo procedió a tomar asiento a mi lado y desayunar en silencio.
Horas más tarde ya Adrien y Asher se habían familiarizado completamente, incluso se trataban como hermanos y eso que esa soy yo, sin embargo no lo parecía. Charlaban como si fuesen amigos de la infancia, los cuales se han encontrado luego de años sin verse, no supe si fue por su aparente cercanía, pero me encontraba viéndoles de mala manera y el impulso de sentarme en medio de ambos para como una niña se instaló en mi pecho. Arrugando mi entrecejo, cruzo mis piernas en el sofá al igual que mis brazos y gruño por lo bajo para no ser escuchada.
Estaba siendo ignorada completamente por ellos.
Asher se acercó más a Adrien rodeando su hombro de manera juguetona. Yo debería ser quien estuviera ocupando su lugar, espera... ¿Qué es esto? estoy sintiendo celos, ¿¡y de mi propio hermano!?
—Entonces yo dije "¿por qué corres?, está prohibido correr por los pasillos" y resulta que estaba siendo perseguida por Huesos. Pesó que le haría daño porque según ella era un perro que casi mide el tamaño de un humano—Asher simuló comillas con sus manos burlón—pero es que ella es demaciado pequeña.
El eco de sus voces envuelve todo el lugar, mientras hablan de temas al azar. Ahora llegando al de nuestro primer encuentro.
—¡Lo mismo digo!—exclamó Adrien, sus piernas largas se extienden por el piso y aprovecho para pisarlo—Auch... —se queja llevando su mano hasta alcanzar su pierna—Ella es tan pequeña que da miedo siquiera tocarla, pero golpea como un hombre, demonios.
—Creeme que te entiendo, tengo hematomas por todas parte productos de los golpes que me propina.
—Por idiota.
—Tú idiota gorila—responde moviendo sus cejas de arriba hacia abajo, recalcando la palabra "tu".
Hago girar mis ojos. No importa cuantas veces lo haga, siempre me sorprendo por lo increíblemente estúpido que puede llegar a ser, pero incluso así me parece tierno, mierda.
—¿Sabes qué?—salta Adrien derrepente erguiendoce en el asiento, dejando su espalda derecha de una manera completa. Miraba a Asher, por lo que asumí se estaba dirigiendo a él—tienes mi aprovacion. Hay personas que con sólo verlas una vez te dan la confianza de que son personas honestas y llenas de valores, y tú me has mostrado eso Asher. Así que tienes mi bendición para casarte con la mal humorada, gruñóna y golpeadora que tengo como hermana.
—¿Cómo que casarme? Apenas tengo diesiocho años idiota—argumenté con rudeza.
—¿Qué no tienes trenta? Es que con lo que te enojas te han empezado a salir arrugas.
—Además, ¿qué te da el derecho de decidir con quién me caso?—le acuso frunciendo mis labios con desagrado—no es que lo esté pensando ni nada por el estilo. Además se supone que eres el hermano sobreprotector que no me permite hacer nada de esas cosas, ya no lo eres.
—Corrección sigo siéndolo, sólo que te protejo de los idiotas.
—Aja—suelto con ironía—¿y él no lo es?
—No—contestan al mismo tiempo.
#####
Ayudo a bajar las maletas de Adrien, las cuales parecen tener titanio adentro de lo pesadas. Resulta que surgió una emergencia de su trabajo y tiene que volver lo más rápido posible. Sólo ha pasado una semana desde que vino y ya se tiene que ir.
Dejo la maleta en la puerta con cuidado de no hacerle daño.
—No pongan esas caras que nadie se ha muerto.
Todos están reunidos y le miran con cierta tristeza.
—Apenas te conosco y ya te tienes que ir, no es justo—August hace una mueca que más parece que va a llorar. Después de que insistiera tanto le he dejado venir y conocer a mi familia, al instante se adaptaron a él como una extensión de sus cuerpos. A Matias le agrada mucho porque según él se parece a un chico de cierto comercial, y a los abuelos les agrada porque es prácticamente el gemelo de Asher.
Al lado de August está Aila, la cuel también se ha integrado más entre nosotros. Vistiendo con prendas brillantes como me he dado cuenta que le gustan, su cabello violeta moviéndome sobre sus hombros por el viento. Ella se mueve dándole un abrazo de despedida a Adrien. Y Asher también se le une al igual que August, quedando en un abrazo grupal. Todos se habían acercado bastante durante esta semana, yo no siendo la execión.
Me he acostumbrado a su compañía. Aila es la revoltosa del grupo, al ser la más pequela entre nosotros las cosas que le gustan hacer son acorde a su edad. Cosas como video-juegos, gaseosas y series son lo de ella y sino hace eso durante unos minutos se vuelve completamente hiperactiva. August es el siguiente, le sigue el mismo comportamiento siendo igual de hiperactivo. Aunque sea difícil de creer Asher es el único que consigue calmarlos, pareciendo sus padres, incluso le he visto perder la paciencia con ellos y aquí es donde entró yo para calmarlo a él. Es como la pirámide alimenticia, Asher los calma y luego yo lo calmo a él.
—Cuídate mucho—Luego de que los demás los dejasen libre, Matias se hacerca y lo abraza—sabes que te quiero hijo.
Adrien se acomodó entre sus brazos y se aferró a él como un cachorro. La escena me pareció tierna, recordándome los viejos tiempos cuando éramos una familia unida y feliz. Sin distinciones y sobre todo sin culpables.
—También te quiero papá—responde él, separandoce.
Luego de que abrazara a los abuelos, y algunas lágrimas derramadas, al fin llegó mi turno.
—Mocosa... —hay no, iba a empezar a llorar de nuevo.
Recorrí la distancia que nos separaba y rodee su cuello con mis brazos, su cabeza se acomodó en el espacio de mi cuello y mi hombro. Tuve que inclinarme sobre los dedos de mis pies para poder alcanzarle. Sintiendo como mojaba mi blusa con sus lágrimas, empiezo a dejar pequeños golpecitos en su espalda con mi mano izquierda, mientras que con la derecha alcanzo su cabello y lo acaricio de manera que resulte relajante.
—Ya deja de lloriquear como niña, no es como si no nos volviéramos a ver. Además los demás te están mirando, ¿Dónde quedará la imagen de chico guapo?—susurro, consiguiendo que su respiración se rentilice y vuelva a la normalidad.
Cuando siento que ya no está llorando, me separo y limpio el resto de lágrimas que empezaban a secarse en su rosto y deposito un beso en su frente, tal como él lo hizo. Era nuestra forma más cercana al afecto.
—Ahora vete, que se te hace tarde.
Tal como indico, él toma sus maletas, sube al auto... y se va.
———————————
Gracias por leer.
××CHOI××
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro