Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo- 24

Maratón de " SIAMQ " 3/5

La semana había pasado con rapidez, tanto que si no hubiese visto la pantalla del celular y ver que es sábado estaría yendo a la secundaria. Me levanto de la cama, busco con mis pies las pantuflas para levantarme y camino hacia el baño.

Despuésde tomar una larga ducha y estar vestida, salgo con el propósito de buscar algo de desayunar. El recordatorio de haber quedado con Asher para hacer el trabajo hoy empezaba a ponerme de los nervios y no de buena manera. Asher es un sinvergüenza y extrovertido no pongo en duda sus atributos en ese sentido. Sin embargo Anabel, es decir, la abuela es una persona carismática por así decirlo y le encanta usar sus extraños disfraces para asustar, pero ya que estoy acostumbrada a ello no causa ningún tipo de impresión en mí. El problema está en que conociendo las personas de esta casa no me dejarán en paz. Y la combinación de sus explosivas personalidades no daría un buen resultado.

—Sólo espero que nos dejen hacer el trabajo sin mucho alboroto—susurro a la vez que reprimo un bostezo.

La casa está bastante silenciosa lo cual me parece extraño, además de que la abuela no ha hecho acto de presencia esta mañana en mi habitación. Ignorando el hecho de que algo me gritaba que esto no está bien me dirigí a la cocina.

Al entrar Papá había preparado Waffles y vertía un poco de miel sobre ellos. De manera inevitable relami mis labios, la baba saliendo de mi boca, aclaro que no es baba en forma literal, es decir que moría de ganas por comerlo.

Él pareció notar mi precencia ya que giró hacia mi.

—Buenos días Mikaela—saludó con una sonrisa emergiendo en su rostro.

El envase con la miel reposa en sus manos, mientras un delantal rosa cubre las parte delantera de su cuerpo. No veo la necesidad de usar un delantal para hacer Waffles, pero bueno cada quien tiene sus creencias ¿no?

—Buenos días Matias—le devuelvo el saludo pasando por su lado hasta llegar al refrigerador.

—¿Dormiste bien?—se acerca a mí entregándome un plato lleno de Waffles y con mucha miel rociada por encima. Delicioso.

Me alejé hacia la mesa tomando asiento en la misma. Sin titubeos tome un Waffle dándole una gran mordida.

—Normal, como todos los días—murmuré con la boca llena—¿dónde están los abuelos?

—Han de estar en el jardín, no lo sé.

Asentí en silencio dada por terminada la conversación.

Siempre es así nuestra relación se ha viento tan distante, tan incómoda, tan... desconocida para mí. Desde la muerte de mamá cada día siento que nos alejamos más, esa relación que existía entre padre e hija... entre mi padre y yo se ha ido desvanecido poco a poco hasta el pudo de hablar como simples desconocidos e incluso peor. Rara vez me atrevo a mirarle a los ojos y él a mí. Su razón de no verme es porque en mí ve la causante de la muerte de su esposa, mi mamá. Y yo tengo miedo de mirar aquellos ojos tan fríos y distante que calcinan mi alma. 

—¿te ha estado llendo bien en la escuela?—pregunta él tomado asiento a mi lado.

Al estar tan cerca me permito mirarlo de reojo.

Diversas arrugas empiensan a llenar su cara, haciendole lucir más viejo de lo normal. Es de esperarse que en personas de su edad sin poder evitarlo comienzen a notarse las arrugas, pero su estado es aún más de lo que imaginé. Un rastro casi invisible de barba empieza a salir su rosto y notables canas empiezan a emergir en su cabello.

—Sí—contesté sin más.

Me levanté de la silla llevando los platos hasta el lavado para a continuación tomar una taza y llenarla hasta revocar de cafeína. Mi mente me dice que la necesitaré para mantener lo ojos bien abiertos con la abuela, su inesperada ausencia empieza a preocuparme, en cualquier puede emergir de cualquier rincón, techo o debajo de cualquier lugar que sea útil para esconderse bien. Al terminar de llenarla, la lleve hasta mi boca empezando a tomar su contenido hasta el fondo, limpio el resto de café que se haya pegado a mi boca pasando mi mano por la misma y salí de la cocina.

#####

Faltaban de manera exacta doce minutos para ser las cinco de la tarde, estaba empezando a impacientarme. Me parece haber sido lo bastante presisa en decirle que le arrancaría la cabeza si se presentaba tarde, aunque no hayamos quedado en una hora específica debe ser más que obvio que a esta hora debería de estar aquí. Mis pies emplean un leve movimiento contra el piso de manera continúa, una clara señal de que mi paciencia se está agotando. La idea de elaborarlo sóla para luego hacerlo parecer que lo hicimos ambos me parece tentadora. No me importaba si tendría que hacer doble esfuerzo para luego darle calificación a alguien que no haya hecho nada, me conformo con conseguir una buena calificación salir de esto.

Decidida me levanto del sofá del cual he estado sentada de manera aproximada una hora y media sin descanso en espera, dispuesta a encerrarme en la habitación hasta que sea hora de cenar, cuando un desagradable sonido pero inconfundible de reconocer llega hasta mis oídos deteniendo mi andar de manera automática.

Lo mataré.

Girando sobre mi propio eje camino hasta la puerta, de manera inmediata la abro salgo y la vuelvo a cerrar tras de mí con brusquedad. Al identificarlo me acerco un poco, pero sólo lo suficiente para que logre escucharme sin problema.

—Primera pregunta: ¿sufres de presión arterial?—le pregunto con serenidad y autoridad al mismo tiempo, enumerándolas como si se tratara de una clase de interrogatorio policial. Asher frunce su seño con cara de adsoluta confusión—¡contesta!—exigí.

—¿Ah?.... no—respondió sin entender nada.

—¿Y problemas cardíacos?

Él negó moviendo su cabeza de un lado a otro.

—No tengo nada de eso pero, ¿cuál es el problema?

Su confusión era notable y la curiosidad por saber la razón de mis extrañas preguntas se extendía por todas sus facciones.

—No es nada olvidalo—comenté restandole importancia. No busco alarmarlo al decirle que mi abuela es una sádica que le gusta disfrazarse de villanos horribles y asustar a las persona—por cierto, te arrancaré la cabeza apenas termines con tu parte del trabajo. Lo haría ahora pero entonces tendría que hacer el trabajo sóla, por lo tando te eliminaré cuando ya no seas de utilidad.

Realizó tres pasos en retroceso a gran velocidad alejándoce de mí.

—Tranquila gorila, aún no es mi tiempo para morir—Ignorando sus palabras abrí la puerta y entré.

Al percatarme de que no me seguía me gire.

—¿Acaso quieres hacer el trabajo desde ahí?

—¿Eh...Qué?—preguntó él dejando caer el peso de su cabeza hacia un lado.

Suspiré con pesadez.

Éste será un largo día, pareciera que estoy tratando con un niño de algunos cuatro años. ¡Incluso un niño sería mejor que él!

—¡Que entres idiota!—ordené arrugado mis cejas fuertemente.

No entiendo el porqué, pero mis nervios sólo parecen aumentar sin razón aparente y lo peor es que temo por lo que los abuelos se atrevan a hacer. No les avisé a ninguno de los de la casa que había quedado en reunirme con alguien para el trabajo. Conociéndolos no dudo y que se aparezcan vistiendo sus extraños atuendos con tal de llamar la atención.

Él se apresuró a entrar con una sonrisa esculpida en su rostro. Introdujo sus manos al jeans que trae puesto, mientras caminaba despreocupado odservando todo con detenimiento siendo seguido por mí. Cerré la puerta y me atreví a tomarlo de la tela de su camiseta.

—Escucha...—susurre aferrando con fuerza mi agarre. Su mirada se enganchó en mis ojos con curiosidad y desconcierto de igual manera. Mientras por mi parte analizaba las palabras a usar buscando la manera de ser más específica, pero sin necesidad de revelar más de lo necesario—será mejor que no te muevas mucho y permanezcas cerca—advertí mirándolo directo a los ojos con serenidad—de lo contrario no me hago responsable de lo que te pueda llegar a pasar ¿entiendes?

Sin formular palabra dirigió su mirada hasta mi agarre y seguido llevó su mano hasta donde se encontraba la mía. Le odservo sin más esperando por su reacción, pero lo único que hace es sujetar mi mano que posaba en su camiseta.

—Tu mano enserio es pequeña y calentita, pero me gusta—dice él ahora llevándola hasta su rostro.

Por impulso la alejé como si con sólo tocarlo me fuese a quemar. Por un momento había olvidado que todo se lo toma a la ligera sin importarle nada, tan sólo haciendo lo que a él le paresca divertido o interesante.

—¡Muérete bastado!—exclamé enojada. Pero maldición ¿porqué me siento tan enojada?—apresurate para que terminemos esto cuanto antes y te larges.

—Sí, si—dice él vagamente—pero que linda eres tratando de ocultar tu amor por mí con insultos. Eso sólo hace que te quiera más.

Decido ignorarlo y guiarlo a la habitación donde haremos el trabajo. Nos adentramos al pasillo que guiaba hacia la habitación de manera directa. La casa de los abuelos no es la más linda o estrabagante, pero debo admitir que tiene sus partes buenas. Las habitaciones no son de lo más grandes, pero consta con un patio trasero de lo mejor, tan verde y llenos de árboles que aveces pienso que estoy en un bosque y no en la casa cuando rara vez voy allá. Es relajante lo verdoso natural y el aire es tan ligero que tienes que tener una gran distracción para no dormirte de lo tan pacífico y relajante que es.

La estructura de la casa no es la mejor, pero tampoco se queda atrás. Las paredes están decoradas con papel color madera dándole un aspecto de una casa para descansar dentro del bosque, sin embargo al llegar a las habitaciones contrasta de una manera completa, ya que al entrar al contrario te sa el aspecto de ciudad con decoraciones simples pero complejas a la vez. Al llegar a la habitación tomo el pomo de la puerta y lo giro sin dudar. Lo que encontré por alguna razón no me afecto, tal vez porque estoy acostumbrada. Permanezco sin ejercer cualquier movimiento en mi cuerpo, mi mano aún descansa sobre la puerta, la alejo de una manera lenta las llenas de mis dedos rozandola ténuemente. En mi interior analizo las posibilidades de poder cavar un hoyo en la tierra y tal vez, sólo tal vez pueda pasar esto por alto.

Mientras tanta Asher detrás de mi parece impaciente al golpear de manera continúa el piso a sus pies con los mismo. Giro mi cabeza y le miro existe la posibilidad de que si lo empujo llevándolo a otro lugar no lo verá. Pero él sonríe de manera maliciosa dando a entender que no se moverá ni un centímetro hacia atrás.  Y en efecto lo hizo.

—¿Qué sucede Mikaela? ¿tienes miedo de quedarte con alguien tan irresistible como yo en la misma habitación?—preguntó él de manera que podria llagar a malinterpretarce fácilmente, maniobrando con sus cejas de forma extraña.

—No seas idiota Asher, aquí no haremos el trabajo olvidé que hay algo clasificado aquí—expliqué tratando de parecer indiferente, lo cual pareció funcionar... o eso pensé.

Rápidamente y sin esperarlo él me evitó empujandome suavemente sin provocarme daño, hacia un lado entrando por la puerta. Se lo advertí, claramente le dije—No te alejes demasiado, de lo contrario no me hago responsable de lo que te pueda llegar a pasar—pero no me escucho y las consecuencias de esto son notables.

Uno..., dos..., tres....

¡Oh my God!—un fuerte grito provino de la habitación que inconfundiblemente era de Asher.

Incluso en ingles y todo.

—ha... —libere el aire de mis pulmones exalando—contigo es imposible Asher—comenté llevando mi mano hasta el puente de mi nariz y masajearlo.

Gracias por leer Lions◇

××CHOI××

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro