Capítulo- 20
Durante toda la noche no he podido pegar un ojo. El constante pensamiento de lo que tendría que pasar el día de hoy no dejaba de consumir mis adentros espantando toda pizca de sueño. Como ha de esperarse tengo unas ojeras de mapache bajo mis ojos cubriendo gran parte. No acostumbro a traer tan enormes ojeras conmigo, puede que siempre cargo con ojeras y mi estado no es el mejor, pero la persona que me devolvió la mirada esta mañana incluso a mí logró sorprenderme y no de una buena manera. Ni hablar de mi cabello, ni siquiera recuerdo la última vez que lo había lavado y arreglado. Había optado por atarlo en una coleta alta con un goma elástica, dejando sobresalir dos flequillos a los lados. Una falda negra con medias del mismo color, una blusa color blanco y tenis a juego era mi vestimenta para el día de hoy.
Abrí la puerta y salí caminando a un paso lento. La verdad es que no tenía muchas ganas para asistir a clases y la precencia de los Miller sólo lograba disminuir aún más las buenas razones para hacerlo.
—Al fin sales Mikaela. Estaba a punto de congelarme aquí afuera—su voz rasposa me tomó por sorpresa. Había asumido que se abría adelantado. Su alta estructura se encuentra recostada de la pared, uno de sus pies levantado hacia la pared soportando su peso. Frota sus manos y las sopla con su boca tratando de trasmitirles calor.
Termino de salir y Asher se pociona a mi lado.
—No te pedí que me esperaras—añadí cortante.
Sus manos se mantienen en la misma posición entrelazadas. Sin lugar a dudas está que se muere del frío y no puedo evitar sentirme culpable por ello, ya que está así por mi culpa. Sabiendo que es temporada de invierno no trae ropa adecuada con el clima helado que hace. ¿qué persona olvida algo como eso? Si hace frío usa ropa adecuada para el frío, igual cuando hace calor.
—Lo sé pero quise hacerlo—expresa acoplándoce a mis pasos—¡oh! ¡te has arreglado!
Empieza a urgar mi cabello con sus manos de manera apresurada. Varios mechones sobresaliendo de el intento del moño que con tanto esfuerzo me había peinado.
—¡Deja de tocarme Miller maldición!—apreté sus manos con fuerza en y las aventé lejos de mí. Estaban tan frías como si hubiesen acabado de sacarlas de un conjelador. Agarré mi mochila y saqué de ellas un par de guantes que siempre traigo conmigo, ya que a Adrien también le da mucho frío en las manos y a pesar de haber pasado el tiempo desde que se fue sigo manteniendo la costumbre. Aunque nunca he experimentado con alguien que posea manos tan frías como la de él—Ten.
Sus pasos cesaron por coincidente también detuve los míos. No es como si fuera algo extraño lo que estuviese haciendo, sólo le cedía unos guantes a una persona. Pero su cara de confusión y estupefacción me dan a entender lo contrario. Como si estuviera ofreciéndole algo super importante que fuese imposible creer que se lo estuviera cediendo. ¿tan extraño es ceder unos guantes?
—¿Qué es eso?—le miré con incredulidad. Lo cual pareció notar, ya que añade—Sé que son guantes, pero ¿por qué me los estás ofreciendo?
Las calles se tiñen de un color brillante por el reflejo de la luz solar mientras que poca cantidad de personas la transitan. Mientras Asher odservan de manera fija mi mano que es tendida hasta él. Una de sus cejas alzadas con curiosidad.
—Sí no los quieres los tiraré a la basura.
Moví la mano que tenía extendida hacia él en una amague de bajarla, no me quedaría como una estatua de pié con la mano extendida, sentía que era mi obligación entregárselos después de todo aunque no se lo haya pedido y mucho menos querido, está así por esperarme afuera con este clima. Pero antes de bajarla por completo Asher la tomó retirando los guantes de ella con facilidad.
—Nunca dije que no los quería—se colocó uno de los guantes con su mano, mientras que el otro reposaba entre sus dientes—es extraño que estés siendo amable.
Sus ojos se enganchan en mi mirada, como si tratara de averiguar el porque de mi aparente amabilidad. Su mirada es tan penetrante que me siento pequeña ante el peso de su vista en mí. Por inercia me encojo levenmente de hombros, tan lento y suave que ni siquiera antes su atenta mirada logra darse cuenta de mi acción. Apreto mis dientes dentro de mi boca y camino pasando de su lado ignorando sus palabras.
—Estúpida sabandija ¿te crees la gran cosa?—pronuncié haciendo presión en mis dientes.
Una aguda carcajada es lo que recibo de su parte.
—Es es la Mikaela que conosco. La que insulta a todo y a todos sin siquiera pensarlo—respondió aún riendo.
Sin pretenderlo una tenue sonrisa se abría paso entre mis labios. Hacia tiempo que no sonreía de esta manera, tanto que incluso a mí me tomó por sorpresa. Aunque siempre me burlo de los regaños de la abuela hacia el abuelo, sin embargo esas sonrisas me parecen que sólo son artificiales. Sonrisas que tu propio rostro moldea según el entorno y la situación en la que te encuentres. De alguna manera siento que ésto no está mal del todo.
—Sabes que tenemos que ponernos de acuerdo con lo del proyecto ¿verdad?—pregunta él con sorna.
—¿Qué te hizo pensar que haría el proyecto contigo?—pregunté con indiferencia volviendo a mi habitual estado de seriedad. De manera inevitable montones de ideas se avecinaron a mi mente, todos los escenarios en los que podría estar expuesta y el caos que lograría formar él. Negué para mis adentros tratando de dispersar tales pensamientos—de ninguna manera haré el trabajo contigo. Prefiero hacerlo sóla.
—El profesor fue claro al decir que lo harían en parejas—alzó un poco la voz haciendo énfasis en la última palabra.
Me limité a ignorarlo. Si el profesor había dicho eso sólo tendría que ponerle al tanto la situación y explicarle que haría el proyecto en solitario. No es como si fuera algo extraño o fuera de lo común, muchos deciden hacer sus proyectos sólos, ya que hay menos inconveniente. No tienes que estar explicando, puedes hacerlo acorde a tus gustos sin tener que preocuparte de que a tu compañero le parezca bien o no. Y en mi caso me evitaría la molestia de tener que soportar a un vago que parece un crío de esos insoportables.
####
Intenté de todo, incluso le hice la propuesta de haber dos proyectos sóla para su materia. Pero nada funcionó el profesor estaba indispuesto con todo, su cara en el momento que estuve hablando con él nunca reflejo duda o consideración con mi sugerencia. Su respuesta fue un rotundo no.
O lo haces en pareja o reprueba la materia señorita Burnett, así de simple. Fueron sus últimas palabras mientras me indicaba retirarme.
No podía creerlo. Bueno de creerlo, sí lo,creía, pero me negaba a aceptarlo. No entiendo porqué tanta exigencia en haber equipos, no es como si fuera algo demasiado difícil.
—Te dijo que no ¿cierto?—pregunta Asher apenas salgo, mientras sus ojos recorren cada diminuta parte de mi rostro.
Este chico aparece dónde sea, parece que es familia de la abuela en eso. Su rareza da a notar que podría salir incluso de una alcantarilla. Donde quiera que estoy, está él lo que me hace preguntarme ¿acaso no tiene vida social o amigos a quienes molestar a parte de mí?
Mi mirada calló en sus manos que aún siguen cubiertas por los guantes. Dentro de la escuela no hace tando frío como afuera por lo que no es necesario usarlos.
—¿Acaso no tiene amigos a los que molestar?
—¿Me creerías si te dijese que no?—Negué con un simple movimiento de mi cabeza tomando sus palabras a broma. Nadie en su sano juicio creería que un chico como él no posea amigos—pues deberías porque es la verdad. Normalmente no soy así, ni me comporto de ésta manera puedo llegar a ser sólo una bolsa se carne y huesos sin sentidos que despresia todo aquello capaz de verme con ojos diferentes—sus ojos se detuvieron en la nada tomando un tono oscuro en ellos y allí permanecieron con una expresión seria en su rostro hasta finalizar. Sus palabras me son confusas, aún siendo así me es difícil pensar en él como una persona seria—pero dejemos de hablar de mí y vallamos por un helado a la tienda de comida me lo debes.
Formuló de manera divertida volviendo a su habitual estado despreocupado.
—¿Cómo que te lo debo?—respondí a la defensiva elevando una de mis cejas amenazante.
Una amplia sonrisa se enganchó en su rostro. Sus ojos brillando de la emoción, como si lo siguiente que tendría para decir le aseguraba que conseguiría la victoria logrando convencerme de hacer una completa locura para mi, pero que para el sería algo de lo más común. Un extraño sentimiento se incrustó en mi pecho, entonces ahí supe que estaba completamente indefensa ante él. Siendo una persona de lo más despreocupada y su empeño parece ser dirigido en querer permanecer a mi lado, mientras yo tan sólo quiero alejarme lo más que pueda de las personas apreciando el silencio a mi alrededor.
—Has venido a mi lugar de trabajo haciéndome trabajar más de lo necesario al hacer una inundación en el piso—Asher inclinó su cabeza a un lado sin despegar su mirada de mí—Cómo compensación sólo te estoy pidiendo que vallamos por helado ¿no te parece justo después de todo?
—Tú pequeña sabandija tratando de manipularme—las palabras salen cortas de mi boca debido a la fuerte presión que ejercía en mis dientes.
Aunque no puedo negar que fui una molestia para él. Él que una persona se presente de repente en tu lugar de trabajo todo empapado haciéndote trabajar el doble molestaría hasta al más pacifista de este mundo. Pero tener que aceptar salir por helado y tener que soportarlo más allá de la escuela. De sólo pensarlo ¡que fastidio!
—No estoy tratando de manipularte ¿de qué hablas?—Asher llevó sus manos hasta su nuca entrelazandolas detrás de su cabeza cerrando sus ojos—entonces ¿vamos?
Uno de sus ojos fue abiertos.
No pude evitar sentirme acorralada. Si me negaba sería darle razón para que siguiera insistiendo de manera constante sobre esto y conociendo su personalidad no se dará por vencido por más que le gritara o golpeé.
—Tsh—crují mis dientes—Supongo que no tengo de otra—De un arrebato sus manos se extendieron hasta sujetar las mías—¿Tienes ganas de morir?—dije desaciendome de su agarre depositando un golpe en su hombro derecho.
—¡No! Aún no logro comprender como un cuerpo tan pequeño como el tuyo pueda contener tanta fuerza. Correcto ahora es tiempo de ir por nuestro helado—dijo sonriendo a la vez que guiña en mi dirección. Su ojo parecía que tendría un tipo de tic, guiña horrible.
Mi sentido auditivo se agudiza al escuchar grandes y apresuradas zancadas en el pacillo acercándoce a nuestra posición. Asher también parece notarlo, ya que da un pequeño vistazo cambiando de gesto al instante. Su reciente cambio logra causar curiosidad en mí por lo que griro sobre mis talones para ver.
—¡Pensaban irse sin mí no puedo creerlo!—exclama August deteniéndose a mi lado—yo también quiero helado y voy con ustedes. Además Mikaela—se dirije a mí con énfasis—se supone que ahora somos amigos, así que incluyeme en todos tus planes de ahora en adelante. No sólo estés con este hermitaño que se hace llamar mi primo ¿entiendes?
Sus palabras consiguen dejarme pensando un momento. Como había predicho éstos dos sólo lograrían a poner mi mundo de cabeza. Ahora no sólo tengo que tratar con uno, si no con dos Miller.
Dios por favor concedeme la paciencia que necesito para no tirarlos de un décimo piso e ir a la cárcel por el asesinato de dos jóvenes idiotas que parecen niños.
❤Gracias por leer Lions ❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro