Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo-11

Mi cabeza aún duele,ese idiota, creí que me desprendería el cuero cabelludo,aún así fue satisfactorio poder estampar mi puño en su cara.

Llevé mi mano hasta mi cabeza mientras caminaba adormilada por el pasillo que lleva a la cocina a por algo de desayunar con un gran bostezo de pereza saliendo de mi boca.

La noche anterior fue pesada casi no pude dormir de no ser porque mis párpados no pudieron seguir abiertos del cansancio hubiera pasado toda la noche despierta. De alguna manera siento que ésto es lo mejor que me pudo suceder de no ser por todo ésto hubiera estado viviendo aún engañada y confiando en personas que no debería,hay que verle siempre un lado positivo a las cosas, porque de lo contrario perderemos el balance correspondiente a nuestra vida.

Mi atención es centrada en papá quien tal parece, trata de decirme algo.

—Princesa—especula dándome un beso en la mejilla.

Un beso, un beso ¡un beso! ¿qué acaso no ve como estoy? Si no fuera por que este es mi propio cuerpo, evitaría todo lo que pudiese acercarme a mí, ni siquiera he lavado mi cara y cepillado los dientes menos.

—¿Podrías dejar de llamarme así?

Me acerqué para arreglar su corbata atrayendolo un poco hacia a bajo para poder alcanzarlo, increíble papá siendo un adulto, gran empresario e inteligente, pero no sabe colocarme bien una simple corbata.

—Siempre serás mi princesa.

—Papá tengo dieciséis años,sabes—dije con fastidio dando por terminada mi labor con su corbata.

—Está bien—cede al fin.

—Bueno ¿Qué querías decirme?

—Cierto,saldré a una reunión con tu hermano—Menciona mirando el reloj en su muñeca—así que quiero que cuides de tu mamá últimamente no ha sido ella misma y es algo preocupante—también he notado su comportamiento y sí es algo preocupante.

—Está bien, yo me encargo.

—Muchas gracias prince...

—¡Papá!

—Está bien lo siento—dice riendo.

—Tú risa dice lo contrario papá.

—Ahora me tengo que ir cuida bien de tu mamá.

—Bien—me acerco a él y lo abrazo—tengan cuidado—digo después de separarme.

Unos trenta segundos después se escucha la puerta cerrarse,por lo que asumo que se fueron y sólo quedamos mamá y yo en ésta gran casa que se ha vuelto tan siniestra últimamente.

Mi estómago pide a rugidos algo de comer, yo puedo olvidar haber desayunado pero mi estómago no y me lo hace saber con el leve dolor que lo recorre. Al entrar a la cocina no visualizo nada de comer,me dirijo al refrigerador y tomo un baso de jugo y me  preparo una tostada. Luego de desayunar preparo lo mismo para mi mamá y subo a llevárselo a su habitación, en el estado que está lo más seguro es que ni siquiera haya salido se su habitación hoy.

Intento abrir la puerta pero ésta se encuentra asegurada.

—Mamá—llamo a la vez que toco la puerta con los nudillos de mi mano derecha—Madre abre la puerta te he traído algo de comer—no recibo respuesta de su parte. Lo más probable es que esté dormida—Bueno entonces te dejaré descansar—luego de decirlo es que reflexiono que lo que he dicho es algo tonto ya que probablemente esté hablando con la pared solamente.

"Actuar y después pensar que impresionante Mikaela"

Bajo y dejo el desayuno en la cocina para llevárselo más tarde.

Pongo algo en la televisión para tratar de pasar el rato.

Once y nueve marca el gran reloj de la sala.

"Es tan tarde mamá aún no ha comido nada, ni siquiera a bajado lo cual es bastante extraño."

Entro a la cocina por el desayuno y nuevamente subo a su habitación. Aún tiene seguro. Ahora que recuerdo, siempre hemos tenido una llave de repuesto para todas las puertas por cualquier olvidadizo o alguna emergencia.

Busco en la pequeña maceta que se encuentra de lado izquierdo a la puerta y la abro. Al entrar me sorprendo al no encontrarla en la habitación y ver todo hecho un desastre. El maquillaje de su tocador está todo disperso en el suelo, vidrios rotos del espejo, las sábanas de la cama no están acomodadas y su ropa está desordenada por toda la habitación.

"Esto parece acto de alguien que esté pasando por un ataque de pánico y desesperación."

—Mamá por Dios ¿Dónde estás?—un inquietante silecio es lo que recibo por respuesta nuevamente.

Con sumo cuidado de no hacerme daño con los fragmentos de lo que queda del espejo, camino en puntillas (mis pies se encuentran al descubierto) con dirección a la pequeña mesa al lado de la cama y dejo ahí el desayuno.

Mi vista recorre todo con más detenimiento teniendo mejor visión de el desatre que es ésta.

Mamá no ha sido como es de manera normal, sus visitas inesperadas a mi habitación dejaron de frecuentar, su rostro cansado con bolsas debajo de sus ojos daban a notar que no dormía lo suficiente, su estilo despreocupado, pero sobre todo su falta de atención ante todos nosotros, parece siempre estar inmersa en sus pensamientos.

Encamino mis pies con dirección al baño y abro la puerta.

Un suspiro de alivio se escapa de mis labios al ver que se encuentra en la bañera, ya empezaba a alarmarme por su extraño comportamiento.

Sus brazos cruzados sobre sus pechos desnudos, el agua hasta la altura de sus hombros mojando las puntas de su cabello suelto, su cabeza inclinada hacia un lado y sus ojos cerrados.

Se me hace confuso el hecho de que no haya notado mi presencia ya que por más mínimo que sea el ruido lo detecta, su sentido auditivo es bastante impresionante,además algo aún más inquietante es que su cuerpo se encuentra totalmente inmóvil y su expresión relajada.

"Más de lo normal"

Mis pies se apresuran de una manera torpe cortando todo espacio que nos separaba, de una manera brusca me arrodillo quedando a su altura y tomo sus manos, de inmediato mi corazón se acelera de una forma anormal a tal punto de sentir la frecuencia de su palpitar en mi garganta y el retumbar en mi pecho.

Las lágrima comenzaron a deslizarse de manera inevitable.

—Dios,por favor no—susurro al sentir las frías manos de mi progenitora, aquellas manos con las cuales me ha acariciado tantas veces. La mismas manos que una vez fueron tan cálidas como el fuego han perdido su calidez y ahora se encuentran frías como el hielo—Mamá—llamo, llevando una de mis manos a su mejilla y acariciarla suavemente con la esperanza de que abra los ojos,sus hermosos ojos color café como los de Adrien,tan brillantes y que últimamente se habían vuelto tan oscuros y distantes. Que me regale esa sonrisa tan característica de ella provocando que sus ojos se achiquen y en las comisuras de éstos aparezcan pequeñas arrugas producidas por la edad lo cual sólo producía ternura. Su pecho no sube y baja como normalmente debería de hacerlo.

"No está respirando"

Mamá...Madre...Mami— sollozo.

A este punto las lágrimas ya se deslizanban por mi mejilla de manera descontrolada, repirar nunca había sido tan complicado como ahora, pero como puedo me levanto y busco algún dispositivo.

Por suerte, coincidencia o la situación en la que me encontraba logré visualizar el dispositivo de mi mamá no muy lejos del baño tirado. Con manos temblorosas lo tomo y marco el número de emergencias.

Éste es el número de emergencias ¿en qué podemos ayudarle?—contestan de manera inmediata. Después de contarle la situación y darle la dirección corté la llamada disponiendome a esperar nerviosa, sólo mirando el cuerpo posiblemente inerte de mi madre.

¿Desde cuando todo se volvió tan confuso? ¿Cómo hemos acabado de esta manera?... ¿qué he hecho mal?

El timbre de la puerta me trae devuelta de mis pensamientos. Al abrir la puerta un hombre y una mujer se encuentran del otro lado, asumo que son paramédicos por su vestimenta.

—arriba a la izquierda,final del pasillo,baño—menciono de forma  entrecortada, dándoles a entender que es la dirección donde se encuentra mi madre.

Asienten y van velozmente a la dirección que les dije, intenté seguirlos, pero unos brazos me detuvieron por la muñeca.

—Deberías quedarte—advierte una tercera persona que no había notado.

—Es mi mamá voy a estar con ella y tú no lo vas a impedir—mis palabras salen cortantes y firmes de igual manera, me libero de su agarre y voy hacia donde se encuentran.

Ni siquiera fue necesario llegar hasta la habitación ellos venían saliendo sin mi mamá.

—Lo sentimos señorita—comienza hablar el chico—no hay nada que podamos hacer, la señora ha fallecido.

"La señora ha fallecido, la señora ha fallecido, la señora ha fallecido, la señora ha fallecido"  se repetía una y otra vez dentro de mi cabeza, tanto mi mente como mi cuerpo se negaba a creerlo, hace un momento estaba aquí entonces ¿cómo rayos pueden decir que ya no está? 

Mordí el interior de mi mejilla hasta sentir el sabor metálico de mi propia sangre, duele, esto no es un sueño.

Mis piernas fallaron haciendome caer hacia atrás sobre mi parte trecera.

—La llevaremos al hospital y le haremos unos estudios y saber así la causa de su muerte—habla ésta vez la chica.

-×××-

Luego de recibir los resultados y saber la causa de su muerte fue como recibir un asteroide sin previo aviso.

Mamá había decidido abandonar éste mundo y ella fue la misma persona que se desterró al ingerir una gran cantidad de antidepresivos, algo más que no sabia de ella es que sufría de depresión y no lo sabía ... al menos yo no, mientras mi padre no dejaba de reclamarme como sucedió todo y Adrien, Adrien él... el sólo respiraba.

Todo con respecto a su funeral fue resuelto.

Las personas iban y venían con sus mejores máscaras de tristeza a las mayoría no las había visto nunca, pero todos decían lo mismo "Lo siento" lo más que pude hacer fue asentir sin prestarles la más mínima atención.

Rubí y los demás también se precentaron, aún así mi rutina fue la misma ante sus palabras "asentir sin prestarles la más mínima atención."

Físicamente estaba pero mi mente ni siquiera se encontraba cerca de aquí.

Por último el entierro, el último adiós y la ultima vez que la veré físicamente.

Expusieron unas palabras en honor a ella y luego todos comenzaron a irse quedando sólo nosotros tres, al cabo de unos trenta minutos también nos fuimos.

Al llegar papá fue directo a su habitación y Adrien lo acompañó, nadie mencionó nada, el silecio reinaba nuevamente.

Entré a mi habitación y como si la vida tratara de decirme que me odia todo lo que ha pasado estos últimos días llega a mi, recopilando todo sin que se escape un detalle.

—Madre...

"¿por qué me dejaste?

¿acaso soy una persona tan desagradable que incluso mi progenitora me abandona?

Hubiese sido mejor que me llevaras contigo así no tendría que sentir esto.

Es horrible saber que ya no te podré verte más, no podré abrazarte o decirte lo mucho que significas para mí, no sentir tu calidez.

El vacío es tan inmensamente grande que siento que en cualquier momento me consumirá, contigo todo era más fácil tus cálidos abrazos me hacían sentir protegida y tu sonrisa siempre lograba calmarme, pero eso no sucederá más por que te has ido para siempre."

Quisiera decir todo en voz alta, pero mi garganta se siente bloqueada.

Mi labio superior tiembla y no tengo idea si mi cara está mojada por las lágrimas o por los mocos—Mamá...—Duele llamarla y saber que no contestará.

Cerré la puerta tras de mí y le incrustré seguro.

Pegué mi espalda de la puerta y me deslicé hasta quedar en el suelo, no sentía frio,no sentía calor tan sólo me sentía tan distante, tan ajena a todo como si supiera que estaba ahí, pero a la vez nada estaba.

La poca luz de la luna se filtraba por un pequeño hueco de la ventana que la cortina no alcanzaba bloquear. Me levanté y corrí la cortina con furia, no dejando entrar la poco luz de la luna que iluminaba parte de la habitación quedando sumergida totalmente en la oscuridad.

—Odio esto, odio sentirme así...odio no haber estado ahí y escucharte mami—hipé limpiando las lágrimas con la manga del suéter negro que traia puesto—odio el hecho de sólo haber pensado en mí y no fijarme en como te sentías tú.

Golpeé la mesa con mi pié, ¿dolía? Sí, pero ese dolor no es comparable con el dolor de no poder tener a mi madre conmigo, por que el dolor de perder a alguien importante y que siempre estuvo contigo no se compara con ningún dolor físico.

Tiré mi peso en la cama y miré al techo—odio el hecho de que ya no estás conmigo madre—susurre cerrando los ojos, la oscuridad reinaba alrededor de mi sintiendo las lágrimas descender por mi mejilla hasta mojar la sábana de la cama. Queriendo volver el tiempo y aprovechar al máximo lo que perdimos y que ya jamás se podrá recuperar—odio éste mundo en el cual ya no estás...

Comenté resignada.

"Después de todo la vida es así cuando menos lo esperas te quita personas o cosas que atesoras dejándote saber que de alguna manera es imposible ser feliz."


Doble actualización, baja para seguir leyendo el capítulo siguiente.

Gracias por leer.

×Choi×

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro