— A la oficina de la profesora Dovey - ordenó Tedros a las hadas mientras nos iban a transportar

— A mi habitación, por favor - ordené

— ¡Pero si estás herida! - objetó el príncipe

— Si contamos lo que pasó, las cosas van a empeorar y mañana es El Circo de Talentos

Las hadas estaban a punto de transportarme.

— ¡Espera! - grito Tedros

— ¡No le cuentes a nadie! - le advertí

— ¿Estarás en el Circo?

No le pude contestar, además, no sabía la respuesta, si bien si practiqué un poco mi tiro con arco, pero no estaba segura.

Las hadas me dejaron unas vendas y me hice algunos hechizos de curación que aprendí desde la Prueba de Cuento, sabía que me servirían de algo en el futuro.

Pero me di cuenta, tenía que seguir mi corazón y confiar más en mí.

A unos pocos minutos llegaron Mich y Alex tranquilas hasta que me vieron.

— ¡Por el santísimo Merlín! ¿Qué te ha pasado? - grito Alex

— Vi, ¿qué te paso? - pregunto muy preocupada Mich

Ya me había curado la mayoría de las heridas, pero aún me faltaban algunos de los cuales seguían saliendo sangre. Aunque no me sentía tan débil.

— Fui a ver a Sophie y me caí por el lago y me golpeé - conteste como excusa, no era de todo mentira - disculpen por preocuparlas

— Eso explica por qué no estuviste hoy en las clases, dijimos que te sentías mal

— Gracias, ¿y pudieron practicar sus talentos para mañana?

— Un poco, pero estoy muy nerviosa - dijo Alex - sé qué hay todo tipo de talentos, sin embargo, el mío es recién lo descubrí cuando lo practicamos, junto con Mich. No lo practique lo suficiente.

— Exacto, además es muy difícil, ya que no hay libro sobre nuestros talentos, no es como si pudiéramos convertirnos en lobo o algo así - se quejó Mich mientras se recostaba en su cama - seguro que repruebo, me convertiré en una mosca probablemente y no podré tener mi florería.

— Tranquilas, si bien, no tuvieron mucho tiempo para practicar, ya las vi y lo hacen increíble, además es mucho mejor que el tiro con arco - intente de animarlas

— Bueno, solo nos queda esperar y tenemos que dormir, mañana harán las invitaciones y ni sé, si alguien me invité, aunque, estuve hablando un poco con uno de los Siempres del otro grupo, se llama Nick, es amable. ¿Y tú Mich?

— Para no quedar muerte tuve que hablar con Liam, es un poco rebelde, aunque no tiene pareja y yo tampoco asique, llegamos a un acuerdo.

— ¿Y dónde está Aggie? - ante mi pregunta, ambas chicas se miraron y rieron - ¿qué pasa?

— Agatha está muy bien acompañada, creo que ambas ya encontraron a su príncipe

— Jackson - conteste, desde que Aggie había estado en la Prueba de Cuento, cada vez estaban más juntos y eso que antes también hablaban seguido.

— Harían una linda pareja - comento Mich

— ¿Quiénes? - pregunto Agatha, mientras cerraba la puerta, acababa de llegar, en ese momento Mich palideció

— Ah bueno - tartamudeo Mich hasta que me miro - Violet y Tedros

— Sí, sí. — asentí hasta que me di cuenta de lo que dijo - Espera, ¿¡Qué!? No somos pareja, ni lo seamos, ¿me interesa?, sí. Pero eso no quita el hecho que me haya negado a tener pareja.

— Pero podrías darte una oportunidad - comento Agatha viéndome, ya me había olvidado un poco a este punto de la inseguridad, sabía que él sentía algo igual - Que el haya sido así, no significa que Tedros también

— Disculpen, pero me perdí, ¿quién es "él" ?, podrían decir el contexto de lo que pasa.

— Agatha estaba hablando de mi padre. Él se fue con su amante cuando tenía dos años, iban a intentar salir de Gavaldon, no tuvieron mucha suerte, sufrieron un accidente y ambos murieron, dejándome a mi madre y a mí solas. Mamá me hizo prometer que tendría mucho cuidado sobre quién me enamoro, solo sé, que no volvió a ser la misma - explique con algunas lágrimas en mis ojos, no tenía muchos recuerdos de él, no obstante, sabía que lo apreciaba mucho, aunque casi nunca estaba en casa.

— Lo lamento tanto, Vi - suspiró Mich mientras me abrazaba - Aunque no creo que Tedros sea así, realmente se preocupa por ti, aunque se halla equivocado al salir con Sophie, no hay que negarlo, te quiere. Pero, si te hace algo o te lastima, no te preocupes, que Jackson, Alex, Agatha y yo nos encargaremos que no sobreviva para el día siguiente. Sobre todo, Jackson, eres como una hermana para él.

— Es cierto - reí - tienen razón, a este punto tengo que arriesgarme

— Para que vivir una vida simple y aburrida, si puedes vivir sintiendo todo.

Reí ante su comentario y luego todas nos fuimos a dormir, mañana sería un gran día. Definitivamente.

A las ocho de la noche, los estudiantes entraron al Gran Teatro, que había sido hechizado totalmente para la ocasión.

En primer lugar, llegaron las Siempres, con coloridos vestidos de noche para ser invitadas al Baile, sonriendo nerviosas. Mientras entraban por el pórtico del oeste los Nuncas.

Todos los alumnos llegaron a aquel sitio; sin embargo, no había ningún profesor, pues estaba prohibido.

Un grupo de Nuncas estaban hablando...

— ¿Y si ataca a Tedros esta noche? - pregunto Dot, preocupada, en la reunión había logrado hablarse de nuevo con sus amigas.

— Es capaz de matarlo - añadió Anadil acariciando a sus tres ratas

— Pero él no tiene síntomas, Ani. — observó Hester, mirando al príncipe - ¡Cuando empiezan los síntomas de un villano, su archienemigo se fortalece!

A pesar de las supersticiones, Tedros se veía abatido y débil.

— Pero si él no es el archienemigo de Sophie, ¿entonces quién es?

A sus espaldas, se abrió el pórtico de los Siempres, e ingresaron al teatro dos princesas, las más hermosas que jamás hubieran visto.

Una lleva un vestido color azul noche adornado con delicadas hojas doradas y una larga cola de terciopelo que arrastraba por todo el pasillo.

La otra vestía uno de color lila, con adornos del mismo color y cristales que daban un toque más elegante. Su brillante cabellera color castaño relucía, junto a sus cálidos ojos oscuros que estaban maquillados con una sombra dorada, y sus labios, con un brillo natural.

— Es un poco tarde para que lleguen alumnas nuevas - comento Tedros, pero sin mirarlas al estar distraído viendo unas flores que tenía.

— No son nuevas - le dijo Chaddick, sentado junto a él

Tedros vio lo que estaba mirando su amigo, reconocía a una de las chicas, para algunos incluso parecía irreconocible, pero para él, estaba como siempre, tan hermosa como siempre...

Con una sonrisa pícara, Agatha y Violet pasó junto a Beatrix, que se volvió más tiesa que una piedra, pasaron por los chicos que se quedaron boquiabiertos, Jackson no quitaba la mirada de Agatha, mientras que Tedros guardaba cada segundo en su memoria, al sentir tantas miradas Violet se sonrojó, al igual que su amiga.

Algunas de las chicas temieron por sus invitaciones. Finalmente, se sentaron junto a sus amigas y la tierna Kiko, que se había vuelto muy unida a Agatha.

— Qué lindas se ven - comento Alex alegremente

— Se ven espectaculares, parecen ninfas - añadió Mich

— Ustedes tampoco se quedan atrás, se ven radiantes, aunque siempre lo están - señale mientras todas asintieron y pasamos a reírnos

Busque con la mirada a Sophie, pero no estaba por ninguna parte, algo malo pasaría. Me di cuenta de que Tedros también lo había notado y ambos cruzamos nuestras miradas.

Del otro lado del pasillo, Hester y Anadil se pusieron pálidas al comprender.

— Bienvenidos al Circo de Talentos - anunció un lobo que estaba en el escenario acompañado de un hada que revoloteaba.

— Esta noche, presenciaremos veinte duelos, por las calificaciones - vociferó - El Siempre con el décimo puesto representará su talento, seguido del Nunca con el mismo puesto. El director designará al ganador y castigará al perdedor públicamente, este no se encuentra presencialmente para los curiosos.

— Al final de Circo, el alumno que el director considere con el talento más admirable ganará la Corona del Circo y su escuela ganara el Teatro de Cuentos para el próximo año, así no tendrán que ir de un lugar a otro para los eventos especiales - explico el hada

— Si tienen preguntas, no las hagas. Si quieren ir al baño, háganse encima. — aulló el lobo - Porque las puertas ya están cerradas y el Circo comienza ya mismo.

Violet, Agatha, Tedros, Hester y Anadil exhalaron aliviados.

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Los Siempres ganaron durante las siguientes rondas, solo quedan tres Siempres que no habían participado, Agatha, Tedros y yo.

— ¿Ya sabes qué hacer? - le pregunte

— ¿Usar maquillaje cuenta? - pregunto Aggie nerviosa, sabían que esto contaría como buena imagen hacia los demás y si nadie la invitada, aplazaría y probablemente moriría o serían un pedazo de lana o tetera.

Fue el turno de un Nunca que hizo que aumentara de cabezas, fue increíble. Varios de los lobos no parecían impresionados, por no decir todos, en cambio, las hadas revoloteaban animadamente. Los Nuncas mejoraban cada vez, lo contrario a los Siempres.

Los castigos en verdad eran horribles, a un Nunca le toco que en todo su cuerpo le salieran ampollas, a otro le pusieron clavos dentro de sus zapatos, etc.

Vi que Tedros volvía a mirarme y sentí un revoltijo en el estómago, como la clásica frase de mariposas en el estómago, siempre pensé que era una exageración, pero ahora que las siento, ya comprendo. Hasta ahora solo había creído en la posibilidad de tener su final feliz, yendo a casa con Sophie y Agatha. Pero no. Tenía más opciones, podía quedarse aquí, con sus amigos, estudiar magia, vivir su propia aventura y estar con su príncipe.

Ahora tenía mi propia historia. Tenía que vivir mi vida.

Los ojos de Tedros se fijaron en ella, brillantes, esperanzados, como si no existiese nadie más en el mundo, como si ella fuera la luz, en la oscuridad.

Era el turno de Aggie, se sentía nerviosa, pues, no había escogido ningún talento y como no culparla, pero esperaba que se le ocurriera algo.

Le toco competir con Hester, pero esta se encontraba muy cansada y no pudo sacar su demonio. Cuando fue el turno de Agatha, se quedó estática, quería ayudarla, pero cuando me dirigí ahí, en unos segundos, los Nuncas empezaron a atacar a los Siempres y se generó una pelea.

Los lobos golpeaban a los Nuncas, mientras que las hadas, a las Siempres.

Mientras estaba caminando oí unas voces junto a Aggie.

— No quería morir - murmuro un hada — Yo tampoco - suspiro un lobo

Ahí entendí y parecía que Agatha también, las hadas y los lobos habían sido estudiantes que fueron reprobados, los convirtieron en lobos y hadas, sin embargo, los dejaron en la escuela contraria. Por eso los lobos apoyaban a los Siempre y las hadas a los Nuncas.

Teníamos que decirles y calmar las cosas. Grite con Aggie para que alguien nos haga caso, pero nadie lo hizo y no pude encontrar a Mich ni Alex y Jackson, probablemente también este peleando.

Intente de lazar algunas flechas para llamar la atención, pero nada.

En ese momento vi al lobo, mientras que Agatha busco al hada. Cuando lo vi, tuve una visión sobre un chico Siempre, que no tenía los mejores modales y no e iba bien en las actividades físicas. Vi como lo reprobaron y cuando lo convirtieron en lobo, fue realmente triste, tenía una vida, amigos, pero tuvo que dejar todo eso.

Salí del trance y me miro con lágrimas en sus ojos.

— Muestrales - susurro con tristeza.

Inconscientemente, sentí una energía por mi cuerpo, lo vi y me concentre en sus recuerdos y en su espíritu, en su alma, para luego voltear, en donde se encontraban todos los demás y logre proyectar esas escenas y se pudo ver el alma del chico.

Luego, se vieron el alma de todos los demás, mire a Agatha, ella lo hizo.

— Si aplazas, te conviertes en esclavo del bando opuesto - explico Agatha

— Ese es el castigo del director - añadí - Un castigo eterno para un alma impura. De esta forma nos enseñaron que solo podemos estar en una escuela y somos buenos o malos. Pero ¿es verdad?

— Yo los liberaría si pudiera, pero la magia del director es demasiado potente - dijo Agatha con la voz quebrada - Solo desearía que mi talento tuviera un mejor final. Todos los lobos y hadas volvieron a sus antiguos cuerpos.

— Yo odiaba a esos lobos - lloriqueo Kiko - pero ahora quiero abrazarlos

Al final, Hester había perdido, tuvo un castigo del director, sin embargo, tres lobos la protegieron del agua hirviendo que venía hacia ella, e informaron que ya fueron suficientes castigos.

— Finalmente, la Nunca Sophie contra el Siempre, Tedros - informo un lobo

— Pero no está Sophie - aclaré

El lobo al darse cuenta nos digo que entonces pronto nombrarían al ganador, por una vez deje de preocuparme por Sophie, me sentía mal, pero quería sentir este momento.

Pero se oyó un golpe fuerte. 

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PDT: Lo que esta en letras cursivas es lo que dice la narradora de su historia.