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𝔉𝔦𝔯𝔰𝔱 ℭ𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯

— ¿No me puedes dejar en paz? - grité enojada mientras me iba a mi habitación

— Violet... necesitas decírselo - dijo Tedros persiguiéndome

— No es necesario que sepa - respondí

Mi madre no necesitaba saber lo que paso, no necesitaba más preocupaciones.

— Está preocupada, Vi... nota que estas...

— ¿Qué estoy qué?

En eso me sostuvo de la muñeca girándome hacia él para abrazarme.

— Vi...

No pare de llorar mientras lo abrazaba...

— Creo que es hora de cambiarte los vendajes - comente limpiándome las lágrimas

En eso se separó rápidamente y huyo como un niño pequeño.

— Tedros. No sé mucho de medicina, pero que hayan pasado tres semanas y la herida no se cure, no es buena señal, se infectara si no cambio el vendaje...

— No sé cómo se hagan las cosas aquí, pero de dónde vengo un vendaje es suficiente

— Un vendaje que parece hecho por un niño de tres años? - me burlé, en este tiempo Agatha me enseñó a hacer vendajes, no me salían tan bien como a ella, pero los de Tedros eran fatales.

— Intenta apuñalarte con tu propia espada mientras desapareces - contesto él - Un segundo más y...

Vio la herida en mi estómago y se calló. Solo se sentó como un niño obediente.

Durante trece minutos ninguno hablo, solo le colocaba el vendaje con delicadeza después de echarle aceite de rosas. Al pensar en cómo Tedros y Jackson recibieron sus heridas, si Mich seguiría viva y en Alex... se me hizo un nudo en el estómago. No necesitaba pensar en eso más, suficiente eran las pesadillas y las noches de insomnio.

No era la única que tenía pesadillas, también Agatha y Jackson, el único que no tenía era Tedros, era muy sorprendente, aunque siempre estaba ahí para ayudar a tranquilizarme, supongo que los príncipes están acostumbrados a eso.

— Te dije que no se estaba curando - murmure mientras terminaba

Tedros gruñó como un león herido y se apartó.

— No le caigo bien a tu mamá. No. Tu mamá me odia. Por eso nunca está en casa...

— Está ocupada vendiendo los productos del jardín y ayudando a la señora Callis. Alguien debe trabajar - suspire - Además, no creo que te odie

— ¿Es en serio? Ella me detesta, se nota en la forma que me mira y en lo que murmura cuando se va. Y no es por los productos porque a las justas crece una flor de ese huerto, no hay ni una zanahoria.

Me había hecho la misma pregunta, incluso Agatha menciono que aquí se encontraban las cosas que utilizaba su madre, era raro que las dos salieran sin sus cosas de trabajo. — Tal vez solo piense que eres una dificultad en la situación actual.

— Entonces, ¿por qué le cae bien Jackson? — Porque no provoco que un pueblo entero quiera matarnos a los cuatro, apenas nos vea.

Tedros se calló por un momento.

— Escúchame, dentro de un mes, cumpliré diecisiete. Eso significa que asumiré como rey de Camelot por orden del Consejo de mi padre. El reino está destruido, la mitad de la población ha huido y el lugar está en ruinas, pero ¡nosotros podemos cambiar todo eso! Ese es nuestro hogar, Violet. ¿Por qué no podemos regresar...?

— Ya sabes por qué Tedros...

— Porque no quieres dejar a tu madre para siempre... porque a ti te queda familia, a mí no

En parte era eso, la otra parte era que no quería enfrentar a Rafal, ¿cómo podría hacerlo?

— Tedros...

— Tranquila, fui dramático. Lo entiendo - contesto forzando una sonrisa

— Tedros, tu reino te necesita, deberías volver — Sabes que nunca lo haría, no sin ti. Ya te lo dije, no me separaré de ti, no más, ni aunque quisiera - rio en la última parte

— Creo que sería al revés, ni aunque yo quisiera - bromee

— Por supuesto, Vivi

Lo miré a los ojos, sabía cuál era el destino de mi cuento, cómo debía terminar y esta vez lo seguiría, no cometería el mismo error dos veces.

— Vámonos a casa - murmure mirándolo para luego abrazarlo y darle un beso

Aún parecía irreal cada vez que lo besaba, sentía que flotaba en el cielo y todo al rededor desapareciera.

Esta vez terminaría por fin mi cuento...

◌₊˚⋆

Cuando los cuatro regresamos por fin sentí que estuvimos a salva, por un momento, de Rafal y de una muerte segura. Cuando volví a tener conciencia me di cuenta de que estaba a unos cuantos metros del jardín de mi casa en Gavaldon, parecía igual al que vi la última vez, solo que no quedaban cosechas. Necesitaba ir ahí rápido, estaba sangrando y Jackson estaba herido.

— Vamos Tedros, levántate - le dije mientras lo movía para despertarlo, ya que estaba echado de un costado.

Era de noche, lo único que alumbraba era la luna misma. Sacudía a Tedros de un lado para otro hasta que sentí algo un líquido pegajoso... Me apresuré a revisarlo.

Tenía sangre.

Su polo estaba manchado de sangre. Me giré a ver Agatha quien acaba de despertar.

— Jackson... necesitamos ayudarlo - susurro Apenas me vio asustada, entendió todo.

Había corrido desesperada, a las justas para poder llevar a Tedros mientras no paraba de sangrar, incluso estando "cerca", el camino parecía lejano y tropezaba de vez en cuando. Agatha cargaba a Jackson en su espalda como podía y abrió la puerta de la casa.

Ambas entramos dejando a los dos príncipes en los viejos sillones de la pequeña sala. Pronto oímos como dos personas llegaban, eran la señora Callis y mi madre. Cuando nos vieron parecían querer llorar de la emoción y felicidad, pero duro poco, al ver nuestras caras palidecieron.

— ¿Alguien las vio? - pregunto la señora Callis preocupada Agatha negó con su cabeza y ambas madres fueron a abrazarnos.

Apenas mi madre me rodeo entre sus brazos, tambaleé, estaba a punto de desmayarme por la herida, pronto ella se dio cuenta.

— Vi... — susurro para llevarme a los sillones y ayudarme, cuando ambas madres vieron a los chicos que se encontraban en estos.

Le di una mirada rápida a mi mamá, que al ver a Tedros pareció ver a un fantasma, ella parecía uno.

— ¿Qué hicieron? - murmuraron las dos al mismo tiempo Mi madre se apresuró en mover ligeramente a Tedros para colocarme a mí.

— Revísenlo primero - comenté mientras intentaba pararme, aunque me detuvieron.

— Tu queda ahí, Violet. — sentenció Lilian - Callis y yo nos encargaremos de esos chicos. Agatha, cariño, ayúdame con Vi

— Claro - tartamudeo la nombrada Luego, Aggie me trajo y vendo mi herida, no era tan profundo por lo que cicatrizaría pronto.

Al momento de ver la herida de Tedros, no paraba de culparme. La herida de la espada en su pecho era tan profunda que casi se podía ver su corazón. Por otro lado, la herida de Jackson era menos profunda, pero casi se infectaba.

— ¿Van a estar bien? - sollocé

— Tienen que estarlo - añadió Agatha con un miedo notorio

— Es demasiado tarde para anestesiarlo - explicó mi madre - El otro chico se curará más rápido

— No podía... perderlo - menciono Agatha

— Hablaremos más tarde - dijo Callis con voz tan áspera que Agatha se paralizó por un momento y yo me quede tiesa como una roca.

Mi madre alcanzó a darle cinco puntos, cerrando apenas la herida. Pero de pronto, ambos chicos despertaron con gritos de dolor. Jackson se quedó confundido por lo que pasaba, aunque pareció entender hasta cierta parte al ver a Agatha que se acercó rápidamente a él. Por otro lado, Tedros al ver la aguja en las manos de una desconocida, alzó el palo de escoba más cercano y amenazó con aplastarle la cabeza si se acercaba un solo centímetro más.

Después de ese pequeño episodio, él y Lilian nunca pudieron ponerse de acuerdo.

Al día siguiente cada una tuvo una charla con su madre, la mía fue un poco tensa.

— Lo siento, es un poco raro, ciertamente. Así son allí, no te sorprendas. — intente de explicarle y disculparme por su comportamiento - Pasaron muchas cosas. Pronto te encariñarás con él, se llevarán de maravilla, te lo aseguro.

— Cariño, no lo creo.

— Mamá-

— Solo buscaré una camisa de tu abuelo que no quiso que la donara, aunque quería quemarla.

— ¿No quieres saber más de él?

— Creo que pude saber suficiente con las primeras impresiones y según me contó tu amigo, el cual es muy amable, no fue el que mejor te trato, siendo honestas

— Lo sé, pero-

— Pensé que ya sabias suficientes con lo que paso con tu padre, encima de todos los príncipes que podía haber, justo te fijas en él. De tal palo tal astillas - comento frustrada

— ¿Qué tiene de malo? - le pregunte al ver su notorio enojo y frustración

— Nada - contesto al ver cómo se alteró - Solo no quiero que estés con alguien que te hace daño

— No lo va a hacer, ambos cometimos errores, pero ya no va a volver a pasar - insistí - Es bueno también, Jackson no te contó todo

— Confió en ti - suspiro - Solo no me pidas que necesariamente tenga una relación amistosa con él, por favor, o por ahora no.

— Está bien

— Dale estas galletas a Jackson, me cayó muy bien y justo preparé sus favoritas - dijo sonriente para darme algunas galletas de naranja - No tenemos mucha comida, pero estaban los ingredientes necesarios para hacer esto, espero que le gusten.

— Eso te lo puedo asegurar - bromeé - Gracias por entender. Al final se quedarán aquí.

En ese momento, se le borró la sonrisa

— Tal vez podríamos abrir una librería, Tedros conoce muchas historias que no están en la tienda, asique lo escribiría y lo venderíamos. Jackson te ayudaría con el jardín, le encantan las plantas y-

No. No podíamos quedarnos, no por mucho tiempo, Mich...

Estaría bien, tenía que estarlo, volveríamos por ella y regresaríamos, aunque quisiera salvar a los demás no volvería, no podría. Rafal había regresado y Sophie...

No lo haría.

Mi mamá me saco de mis pensamientos al mirar un cartel que había debajo de una canasta.

Nos buscaban. Nos buscaban a cambio de oro y fue orden de los Ancianos. Éramos brujas para ellos.

Mire hacia la ventana, en donde se veía que el pueblo estaba lleno de estos carteles y un grupo de guardias vestidos con largas capas negras y máscaras de hierro del mismo color que sus lanzas, ellos patrullaban los senderos de chozas y el perímetro del bosque, no estaban tan lejos de nosotros.

Nos capturarían... Jackson y Tedros no podrían luchar con ellos y en Gavaldon no podíamos usar magia, menos cuando ya termino nuestra historia. Ni aunque quisiéramos escapar, podríamos, era una misión suicida.

Escapábamos de una muerte segura y una ejecución pública para estar en otra. — Nos quemarían si nos encuentran...

— Si hubieran venido ustedes dos, las perdonarían - respondió mi madre con la mirada perdida - Les habrían dado un castigo, como lo hicieron con nosotras al dejarlas escapar...

No... ella no tenía ninguna herida física, por más que la mirara...

— ¿Qué te hicieron? - pregunté preocupada

— Está todo bien, cariño. Nada se compara con los que le harán cuando los encuentren con sus príncipes. Por eso necesitan ver el modo de regresar, aquí ya no es seguro, y más importante, que no los atrapen.

— ¿No podríamos intentar quedarnos aquí?

— De lo que sea que estés huyendo puede ser igual o mejor que los que le harán aquí, créeme. Además, ¿cómo se les ocurrió traer gente del bosque? Si nos despreciaban a nosotros, imagínate a ellos.

— Ese era nuestro final feliz - tartamudeé - Tú siempre quisiste que lo encontrara.

— Sí, pero no con un chico. Y si quieras, de todos los que había, lo escogiste a él, un futuro rey, el cual es odiado aquí por traer amenazas y destruir nuestro pueblo. Sobre todo, existe una razón por la que los mundos deben estar separados, ¡Él nunca será feliz aquí! Este no es su mundo. Tú creciste aquí, se supone que serías una Lectora, hice de todo para que no te llevaran y-

Lilian se calló. ¿Dijo Lectora? Nadie en este pueblo sabía ese terminó, era imposible que se enterara.

— ¿Cómo sabes que es un Lector? - le cuestione

— ¿Qué? No sé de qué hablas

— ¿Como saber que es un Lector? - repliqué

— Debí haberlo leído en un libro, estoy muy segura - contesto ignorando mi mirada y poniéndose a hacer otras cosas.

— ¿Qué libro?

— Uno de los libros de cuentos, querida. Sabes que tengo mala memoria, ya no me acuerdo tanto de las cosas como antes.

Podría ser, lo habré apuntado en alguno de los libros que leía. Eso debía ser.

Sin embargo, algo me decía que ella lo sabía por otra cosa, porque alguna vez vivió en un cuento de hadas... pronto me quite esa idea, era imposible.

— Ellos volverán al bosque, apenas estén sanos y en condiciones óptimas - sentencio mi madre

— ¿Al bosque? Apenas los cuatro escapamos vivos de ahí, no podemos volver

— Ustedes dos no van a ir, solo ellos.

— Según los cuentos y todo lo que vivimos, vendrían a ser nuestros amores verdaderos y sabes perfectamente que no podemos estar separados y desaparecer de la vida del otro porque así empezó toda la guerra...

— ¿De verdad crees que esto será tu final feliz? - pregunto, sin mirarme

— Tiene que serlo, no tenemos otra opción. Es el único "lugar seguro" que nos queda. No sabes del Mal que dejamos atrás. De a quienes dejamos... Estar aquí funcionará, tiene que hacerlo. Por lo menos estaremos juntos. Al menos seremos felices. Le prometimos eso, por favor.

Hubo un silencio sepulcral en la cocina.

— ¿Y Sophie? - preguntó mi mamá

Sophie...

— Ella ya se marchó... tiene a alguien - conteste

Ambas miramos por un momento la ventana, nos solíamos apoyar en ella para ver la aldea, muchas veces mi madre prefería que esté en casa o con la señora Callis a ir al pueblo. Pronto lo entendí.

— Supongo que veré con Callis cómo conseguir más huevos - suspiro Lilian - Tu príncipe de seguro que tiene una dieta estricta. Parecía que me iba a desmayar de alivio y felicidad.

— ¡Gracias, mamá! ¡Gracias! ¡Gracias! - le abracé

— Estarán aquí, esta casa es más "grande" que el de Callis, sería muy peligroso llevarlo hasta ahí. — explico ella - Cada vez que salga, se quedaran encerrados.

— Gracias mamá, los adorarás.

— Tal vez a tu amigo, lo adoptaría, es muy amable - comento sonriente.

Pronto pensé en lo que dijo...

— Espera, los guardias no vendrían a revisar aquí en primer lugar...

— No abran las ventanas, ni salgan al jardín. No le abran la puerta a nadie.

— Ya lo sé, Stefan. Él podría ayudarnos a convencer a los Ancianos...

— Nunca le deben abrir la puerta a Stefan. No cumplimos nuestra promesa... él estaría enojado.

— Cariño, ellos son príncipes, este no es su mundo. Nadie puede escapar de su cuento, de su destino sin pagar un precio, uno muy caro - suspiro con dulzura

A pesar de sus palabras con un tono dulce, ella tenía miedo, se notaba en sus ojos. Era un miedo que nunca había visto que experimento. Uno del que había rastros de nostalgia.

Fui hacia ella y la abracé, lo necesitaba, no, lo necesitábamos.

— Te prometo que Tedros se adaptara, en algún momento. Va a estar tan feliz y se sentirá en casa aquí, al igual que Jackson. Todos estaremos seguros...

Oímos algunos crujidos de madera. Tedros se aproximó mientras tambaleaba, con los ojos rojos y su torso desnudo, con una sábana ensangrentada por la herida.

— Violet... ¿Estás bien? – apenas lo vi fui corriendo hacia él para abrazarlo, no muy fuerte, claro.

— Sí, ¿y tú?

— Podría estar mejor. Buenos días, señora. — intento de esbozar una sonrisa, pero le dificultaba por el dolor

— Buenos días - respondió mi madre cortante

— Vi, necesitaremos dos corceles y unas espadas filosas. — comento mientras le ayudaba a sentarse - También una reserva de comida y agua como para tres días - me volvió a mirar con una sonrisa soñolienta - Necesitamos tropas para enfrentarnos a Rafal, iremos a mi castillo.

ૢ༘

Durante la primera semana aquí intenté de adaptarme. Sabía que Vi, Agatha y Sophie no vivían en las mejores condiciones, pero no sabía que era así.

Al final no me importo, sabía lo importante que era para Violet que nos quedáramos aquí. En algún momento, comprendería que nos tendríamos que ir, que no podemos huir y escondernos. Tenemos que enfrentar a Rafal, eso hace el Bien, luchar contra el Mal. Los primeros siete días Violet y Jackson hicieron como si no pasara nada. Siempre que la señora Lilian y Callis preguntaban por la escuela, evitaban la pregunta. Era como si quisieran olvidar lo que paso con Alexandra...

Sin embargo, cada noche, Violet se levantaba muy asustada de sus pesadillas, parecía como si cada día empeoraban más las pesadillas. Dormía cerca de ella para poder tranquilizarla cuando esto pasaba, no quería que estuviera mal. Por otro lado, Jackson tenía noches de insomnio, ni podía dormir. Agatha hacía de todo para intentar que se durmiera, algunas veces lo lograba por cierto tiempo, otras veces tampoco dormía con él, para distraerlo, se pasaban conversando toda la noche.

Ambos no éramos tan cercanos a Alexandra como lo eran Jackson y Violet, por eso sabíamos que tan afectados estaban.

Dos semanas más tarde la casa empezaba a sentirse más pequeña. Nunca había comida, ni tazas, ni toallas suficientes. Agatha había pedido que traigan a su gato, Muerte. Qué pésima idea. Ese gato me odiaba, a cada rato me arañaba o me daba mordiscos. ¿Lo peor? Que Violet siempre protegía y defendía a ese maldito gato.

Hice todo lo posible para adaptarme, pero pronto se volvió este lugar muy aburrido. La escuela en cierto modo era mejor. Agatha me callaba siempre con un "Volvamos todos, para que te apuñalen de nuevo o solo te dejamos"

Esa semana fue muy difícil para Violet. No dormía y casi no comía. Se notaba muy cansada, con los ojos rojos y parecía que se iba a desmayar en cualquier momento. Las pesadillas eran mucho peores que la semana anterior a esa. Sabía que no le caía de lo mejor a su madre, siempre se iba murmurando algo de mí, juro haberla escuchado susurrando el nombre de mi padre una vez, lo ignore porque solo había escuchado mal.

De todas maneras, ella me pregunto: "¿qué le pasaba?", Violet me pidió previamente no decirle nada a su madre y decirle que estaba perfecta, que solo extrañaba a algunas amigas, aunque respetara su decisión, su madre necesitaba saber algo, solo le dije que había pasado por muchas cosas y que alguien muy cercana a ella salió lastimada. La señora Lilian lo entendió todo.

Para la tercera semana, no soportaba más esta casa, sentía que estaba en un lugar al que no pertenecía para nada, conversaba más con Jackson, intentando de animarlo y volviendo a tener nuestra vieja amistad o incluso una mayor. Él también se sentía cansado, pero mucho menos que yo, adoraba a la señora Callis y Lilian, aunque casi nunca estaban. Parecía que tenía algo que hacía que les caiga bien a las madres.

Para la siguiente semana comenzaron más las peleas con Violet, cada vez se notaba más irritada, algunas veces por cosas irracionales, entendía hasta cierto punto, pero siempre nos arreglábamos.

Cada vez echaba de menos mi hogar. ¿Qué había pasado con los chicos? Con Chaddick ... También la amiga de Violet y Jackson, Michelle...

Sophie...

¿Cómo podía solo pensar en ella? Me había traicionado, mentido, ilusionado y engañado. Fingió ser Filip, acercarse a mí después de haber arruinado mi relación con Violet, aunque en gran parte fue mi culpa por desconfiar de ella e intentaba de mostrar que no volvería a pasar, su intención fue provocar una pelea. Luego, se fue con Rafal, nos traicionó a todos y trajo de vuelta al Mal... sin embargo, no podía dejar de culparme de alguna manera, por dejarla...

Mire a Violet, parecía estar reflexionando en algo, se estaba culpando y enojando por algo...

— Yo también pienso en ella, en Sophie - ella se dio la vuelta y me vio a lo que le di una media sonrisa mientras mis ojos estaban inundados en lágrimas - Pienso en cómo la abandonamos. Sé que es una mala amiga, sé que es mala, sé que Filip fue solo otra de sus mentiras... pero la abandonamos... con ese monstruo. Los abandonamos a todos. A toda la escuela... solo para salvarnos. ¿Qué clase de príncipe es ese? Tenía que ser bueno... cómo mi padre... ¿Qué opinaría el de mí? No quiero que dejes a tu madre. En serio no lo quiero. Pero no somos felices aquí, ninguno de los cuatro. Tenemos que detener al villano para que no siga haciendo más daño. Porque no estamos siendo héroes... solo huimos.

— Ya estoy cansada de luchar contra el Mal. ¿Qué conseguimos con eso? Solo más muertes y guerras... no quiero perder a nadie más... no podría - sollozo Vi, mientras la abrazaba.

— No perderemos a nadie más, no si el villano está suelto...

— Solo quiero huir, quiero que todo esto termine...

— Pronto terminará todo esto, solo necesitamos ponerle "FIN" a nuestra historia, que sea el "felices para siempre".

— Esto no es nuestro final feliz, ¿verdad? - murmuro ella

Le sonreí.

— Vamos a cumplir con nuestro final feliz.

Después de mucho tiempo, ella sonrió.

Ambos lo hicimos.

⋆ ˚。⋆୨♡୧⋆ ˚。⋆

Holi, ¿Cómo están?

Llegamos al inicio del tercer libro :D

Espero que les haya gustado <33

Intentare de actualizar más seguido 

No se olviden de comentar, votar y tomar agua <333

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