𝑃𝐸𝑅𝐷𝑂𝑁
Prometí quererte para siempre,
Y era cierto no habían dudas en mi mente, si el destino tuvo planes diferentes y te herí por accidente,
Perdón...
Las guitarras, lentas, acompañadas por la sutileza de un triste piano armonizaban el ambiente, Yoongi ni volteo ni levantó la mirada, le daba igual quien estuviera en el escenario o que estuviera por cantar.
Miró al bartender con un gesto neutro y pico con su dedo la bebida seleccionada en la carta de menú.
―Irish Bomb.
Repitió el muchacho, para confirmar que esa era la orden. Min asintió, en completo silencio. Bajo la mirada al reloj en su muñeca, doce con treinta. Tan tarde y tan perfecto para perderse.
Una voz suave, dulce, y ahora rota invadió sus oídos, él lo reconoció si, apretó con fuerza sus manos, que reposaban sobre ambos muslos, arrugando la tela de su pantalón color caqui. El barman deslizó la bebida sobre la extensa barra, llegando hasta el lugar del pálido. "Menos mal" , pensó Yoongi, luchando para no voltear y ver al menor que cantaba, sin que él lo supiera, mirándolo fijamente.
Si me solté de ti, si no te defendí
Fue que mi corazón estaba ciego
¡Qué estupidez perderte para verlo!
Lo siento.
"¿Ahora lo sientes?"
Reprochó para sus adentros, aun recordaba lo solo que se sintió durante tantos meses, pasó de tenerlo todo a no tener a nadie, y eso era tan doloroso.
Jungkook lo fue apartando poco a poco, primero las llegadas tarde, las faltas de explicación, las peleas y por último el abandono total. Recordó ahí su último aniversario, sólo, con una copa de vino mientras su supuesto novio se la pasaba de maravilla con su mejor amigo.
No espero amor ni odio
Ya tengo bastante con mi dolor
Maldigo el episodio
Lo peor es que yo fui quién lo escribió
Me esperan los demonios
Que deja tu olvido que juegan conmigo
Ya sé que es cobarde
Pedirte en una canción
Perdón, perdón
Jungkook no mentía, lo que cantaba lo sentía enserio. Miraba de soslayo al mayor, beber y beber, pensó en la primera vez que bebieron juntos, Yoongi le enseñó mucho sobre cultura del alcohol, su relación pasó de ser como un Irish Bomb a ser un vino tinto. Intensa, pura, también como un vino blanco, dulce, adictiva.
Su mente fue asaltada por los recuerdos que aun quedaban, la primer noche en soledad fue lo peor que le pudo pasar. Yoongi estaba en cada rincón de aquella casa, su risa, su aroma, la voz suave y ronca del mayor en sus oídos, llamándolo una y otra vez. "Jungkookie~", "Ggukie", esos apodos cariñosos que le había puesto, "mi principito" era su favorito.
/Flasback/
El ojionix miraba con fascinación a su pequeño novio, distraído, y a la vez concentrado. Un poco celoso, camino con lentitud y se situó detrás del respaldo del sillón, aspirando el aroma de su cabello color melocotón.
―¿Qué estás leyendo? ―Pregunto besando su corilla.
Yoongi sonrió, precedido por una risilla tímida.
―El Principito, es un buen libro. ―Comentó sin despegar los ojos de su lectura.
―Así que un príncipe rubio me esta robando tu atención, ―dijo observando la ilustración de la tapa.
Se apartó del pálido, sujetándose fuerte del respaldo del sillón con una mano, para saltarlo y sentarse, haciendo rebotar a su novio en el proceso.
El libro que mantenía cautivo al chico de ojos gatunos salió volando de sus manos, pediendose en alguna parte del piso.
―Bobo, me hiciste tirar el libro.
Una carcajada resonó de sus labios, se dio vuelta y tentó con levantar el libro caído, pero los fuertes brazos de Jungkook al rededor de su cuerpo se lo impidieron. El menor lo trajo contra su pecho y le beso la regordeta mejilla.
―Ahora eres mi prisionero, no más chico rubio. ―se quejo el pelilargo haciendo un puchero infantil.
Beso con cariño el cuello del mayor, que amaba dejarse hacer por su novio.
―Y tu eres mi único principito.
/Fin Flashback/
Si pudiera regresar el tiempo
Esta vez no escondería lo que siento
El silencio fue el engaño más violento
Mi terrible experimento falló.
Min había probado la suerte, sabía que en lugar de intentar arreglar las cosas solo dejó que Jungkook continuará apartándose. No quería aceptar que tal vez lo perdería, tenía miedo de lo que la frase "tomémonos un tiempo" podría provocar. Creyó ciegamente que si se quedaba callado e ignoraba la evidente química de Jungkook con Jimin las cosas tomarían su lugar otra vez, pero ellas solo tomaron una forma más amarga y frustrante.
Si te alejé de mí, si te fallé y me fui
Fue porque mis mentiras
Me daban miedo
Tú me creíste y yo me volví tan bueno
Fingiendo
Jungkook tampoco supo manejar el mentir asi, cada línea que cantaba hacia presión en su pecho, quitándole el aire. Así como no supo mentir, si pudo fingir no ver que Yoongi se daba cuenta. Ninguno quería aceptar la realidad de una posible separación, ni los estragos que las verdades más dolorosas podían causar.
No espero amor ni odio
Ya tengo bastante con mi dolor
Maldigo el episodio
Lo peor es que yo fui quién lo escribió
Me esperan los demonios
Que deja tu olvido que juegan conmigo
Ya sé que es cobarde pedirte
En una canción
Perdón, perdón
El ritmo de la música era tétrico, lleno de desesperación. Yoongi no podía más, harto en alcohol, que se vaya todo al diablo, el quería voltear y mirarlo de una vez, que viera en sus ojos todo el dolor y el arrepentimiento contenidos. Justo cuando movió el rostro, para mirar hacia arriba en busca de Jeon, una mano tocó su hombro.
―Yoon, nos vemos de nuevo. ―MinSung, era él quien detuvo al blanquito.
Sus huesos fueron calados por el frío y el temblor al escucharlo murmurar.
―¿Qué haces por aquí? ―Preguntó, haciendo de cuenta que no le movía ni un solo cabello.
Choi MinSung, ese era el nombre completo de quien alguna vez fue un amigo íntimo y casi algo más. El hombre le alquilo un departamento en su edificio cuando Yoongi abandono la casa en la que vivía con Jungkook.
Durante un tiempo el rubio intento estar mas cerca suyo, con visitas ocasionales y algún regalo de alcohol. Tomar copas juntos se volvió un hábito, cosa que cambió en una sola noche.
Yoongi estaba muy borracho, le contaba al más alto sus problemas económicos, pues se había quedado sin trabajo ese mismo día, MinSung tuvo una idea, la fecha de pago se acercaba y el más bajo no tenía conque abonar la renta.
/flashback/
―No deberías preocuparte tanto, lo arreglaras. ―pronunció acariciando su rodilla.
Yoongi no se dio cuenta, embebido en el alcohol y en sus problemas.
―¿C-Conque te voy a pagar? ―murmuró poco audible.
―Tienes mucho con que hacerlo, hasta se me ocurre una idea.
La mano de Sung ascendió lento, acariciando su muslo interno, cerca de su entrepierna. Se acercó más al cuerpo de Min, dejando besos húmedos sobre su cuello. Con algunos movimientos torpes, Yoongi busco alejarlo, Sung llevó la mano al interior de su pantalón, dejando caricias obscenas donde no debía.
Yoongi aprovecho el momento en que los labios de MinSung se fueron sobre los suyos para alejarlo, colocando ambas manos sobre su pecho.
/Fin Flashback/
Luego de que le propusiera pagar la renta con sexo, Min se contacto con Hoseok, un amigo suyo que antes le había ofrecido prestarle casa, y en esas circunstancias aquella oferta le pareció más que necesaria.
―Te vi y pensé en entrar, bah ―tomo asiento a su lado, despreocupado. ―Mejor dicho, te estuve buscando, fui donde Jung, pero él no quiso decirme nada, así que decidí venir a tomar algo, y ¡Sorpresa! encontré lo que buscaba.
Alardeo, en verdad estaba feliz de ver al castaño, aunque no fuera del todo honesto, pues en realidad MinSung si fue a la casa de Hoseok, pero antes de poder siquiera pensar en preguntar, vio a Yoongi salir de allí y comenzó a seguirlo.
―No creo que tengamos algo de lo que hablar, ―murmuró terminando su quinto trago.
―Lo tenemos, vengo a ofrecerte una disculpa por lo que pasó hace tiempo, estuve muy mal al querer forzarte. ―utilizó el tono más amable que emergió de su garganta.
A lo lejos, Jungkook observaba toda la escena, dejando transcurrir con agonía los últimos versos de la canción, odiaba que apareciera ese tipo, entre tantos ¿Tenía que ser justo él? , la ultima vez que intento, a fuerza de muchas suplicas para conseguir la dirección, disculparse con Min, ese desgraciado lo saco a patadas, con la excusa de que Yoongi no estaba, cuando en realidad el pálido dormía. Eso lo supo cuando se metió al jardín trasero de la casa, por suerte el cuarto no estaba arriba, sino abajo, y podía ver por la ventara el rostro angelical de su gatito dormido.
Incluso golpeo la ventana, pero debido a la buena actuación de MinSung, inventando que Jungkook lo había atacado para forzarlo a dejarle entrar, Yoongi acabo rechazando a Jeon de todas formas.
El vocalista bufó molesto, seguro de que Yoongi estaba a escasos segundos de mirarlo y el otro tipo arruino su momento. Como sea, presentía que algo no iba nada bien, para el azabache, Yoongi siempre fue un libro abierto, su libro favorito de echo. Era bueno leyendo al castaño, y aun conservaba aquella habilidad. Su lenguaje corporal era nervioso, ansioso, como si quisiera salir huyendo de allí.
Su compañero de banda le golpeo el brazo suavemente, Jungkook estaba ido, saludo al publico de forma rápida y bajo casi a saltos las escaleras del escenario, tenía la necesidad de acercarse a Yoongi y no lo dejaría pasar, o al menos eso quizo creer.
Un oleada de gente, espectadores del show lo rodeo, en el peor momento. MinSung tomó del brazo a Yoongi, había algo extraño en el bolsillo de su abrigo, el mas bajo volteo el rostro en su dirección, por fin se habían visto. Jeon notó en sus ojos el pánico extremo, por lo cual uso algo más de fuerza para zafarse de los cuerpos alrededor suyo. Cuando logro estar cerca de la puerta ya fue tarde, los dos estaban fuera de su campo de visión, posiblemente saliendo del local.
Se apresuró a perseguirlos, pero al salir no pudo ver a nadie. Bufó histérico por la situación, Jeon tenía una sola ventaja, el silencio de la noche, únicamente interrumpido por la música fuerte del bar. Dio algunos pasos torpes, paseando su mirada por todas partes.
Unos jadeos e insultos se oyeron, no parecían estar muy lejos. Jeon se fue acercando al lugar donde provenían, el interior de un callejón no muy lejano a las inmediaciones del bar, el menor corrió con todas sus fuerzas, presintiendo cosas horribles.
―¡Suéltalo! ¡Ya! ¡Maldito hijo de puta! ―Bocifero un furioso Jungkook.
MinSung tenía a Yoongi acorralado, había alcanzado a golpearlo bastante, el más bajo devolvía los golpes con fuerza, impidiéndole avanzar más. Jeon tomó del cuello a Choi, estampando su cuerpo en la pared del callejón. El menor lo golpeaba con el puño cerrado, ya enrojecido por la fuerza puesta en cada ataque.
Choi se hecho hacia atrás, levantando ambas manos en señal de tregua, por otro lado Yoongi se levantó mareado, con la nariz y la frente escurriendo hilos de sangre roja, tomó el brazo de Jungkook, obligandole a mirarlo.
―Ggukie.... no vale la pena que lo mates, ―otra vez ese apodo resonaba en sus lindos pero algo heridos labios.
El azabache se forzó a disminuir la presión de su agarre, hasta soltarlo por completo, su mano abierta fue a parar a la mejilla del pálido, lo acaricio con ambas extremidades, palpando que no haya otras heridas.
―¿E-Estas bien? Mira lo que hizo... ¿Te hizo más daño? ―sus ojos se llenaron de lagrimas mientras lo tocaba.
Yoongi negó, usando sus manos para correr los mechones de cabello en el rostro de su menor.
―S-Solo son golpes, estaré bien...T-Tus manos... ―Min atrapó ambas que aun estaban posadas en sus mejillas.
De repente sintieron la necesidad de estar más cerca, envueltos en un abrazo nostálgico, arrepentido, invadido por el amor que aun se tenían. Jungkook cerró los ojos, aferrado el pequeño cuerpo al suyo. Yoongi quizo hacer lo mismo, pero al bajar despacio los párpados logró ver a MinSung ponerse de pie y sacar el arma con la que lo amenazó para salir del local.
—Te amo Jungkook. ―murmuró el pálido.
En un acto rápido, el castaño giro hacia el otro lado, dejando a Jungkook escudado en su abrazo, Choi tiro del gatillo, detonando la pistola. Un grito ahogado masillo la garganta del menor.
―Y-Yoon...Yoongi, amor ―tocó la cara del mayor ahora tendido en el suelo, que lo miraba luchando con la falsa sensación de sueño.
Antes que el aludido pudiera tan siquiera decir algo, otro disparo sacudió el aire. Jungkook cayó a su lado, con los ojos entre abiertos. Un disparo en el abdomen y otro en el hombro, MinSung quizo asestar un tercer tiro, pero el ruido estridente de las sirenas acercándose lo hizo huir despavorido.
―P-Perdón. ―musito Jeon acariciando la diestra del pálido, sus dedos eran largos y su palma un poco más pequeña y delgada, no demasiado, solo un poco, encajando tan bien con las manos de Jungkook, que al contrario era una palma firme, hancha y cálida, junto con sus dedos apenas más cortos.
Ninguno de los dos tenía manos completamente delicadas, eran extremidades similares, hechas para entrelazarse y no soltarse.
―T-Te perdonó... ―sonrió con debilidad.
―Y yo te amo, Min Yoongi.
Sus energías se agotaban poco a poco, solo estaban así, viéndose, parecía haber pasado una eternidad, cuando fueron tan solo treinta minutos hasta la llegada de la ambulancia.
La policía reporto una pareja herida y el atacante prófugo, los medios de comunicación suponen que él menor intento salvar a su pareja de un ataque. Ellos no conocen ni la mitad de la historia, en los diarios los han descripto como aquellos amantes de novela que se sacrifican por amor. Tal vez era la percepción más acertada de todas.
El hospital central de Seúl, reporto a los móviles de noticiarios que la pareja se encuentra estable, después de unas largas horas en quirofano, ambos pasaron la peor parte y se recuperan juntos.
El interior de la institución médica es ahora un agradable bullicio, Jungkook le estaba rogando a las enfermeras que le dejaran compartir el cuarto con su amado hyung, pero esa ya es una historia para otro momento...
《 Pedir perdón y perdonar es el sacrificio más difícil, pero también el mejor que podemos hacer...》
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Por fin lo terminé! Me llevo tiempo, pero logre acabar con el one shot. Espero que les haya gustado, ahora si, vamos con las dedicatorias. ¿Les gustaría un extra?
Dedicado a:
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