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𝟎𝟎𝟒┆𝕴 𝖒𝖊𝖙 𝕸𝖊𝖉𝖚𝖘𝖆 (𝖌𝖔𝖊𝖘 𝖜𝖗𝖔𝖓𝖌)

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Por fin, llego mi momento, la misión que tanto esperaba. Gracias a los dioses, a pesar de que hicieron mi vida desastrosa, ni siquiera sé quién es mi madre y tengo que vivir con monstruos que contantemente me quieran matar.

No era la misión que soñaba, ya que el mundo dependía de esto y tendríamos que recuperar a la madre, de ojos bonitos, de Hades, lo cual será difícil pero no imposible.

— Vas a ir a una misión - grito emocionado Chase al llegar a nuestra cabaña - Ya no tendré que esperar a que salgas de la cama cada mañana

— Y yo ya no tendré que soportar tus ronquidos - grite emocionada

Ambos saltábamos emocionados hasta que llegó Azami, con los ojos llorosos.

— Ten cuidado, por favor - fue a abrazarme - No quiero que te pase nada malo

— Sabes que no será así, he entrenado desde que estoy aquí y sabes que soy muy buena peleando - le acaricie el cabello - Estaré bien

— Y si papá te encuentra - susurra aterrada

— Azami, no sabemos siquiera si este vivo, el mundo es muy grande, y si aún estuviera vivo, probablemente se fue a vivir a otro lugar.

— ¿Me prometes que regresaras?

— Te lo prometo - le sonreí antes de limpiarle las lágrimas - ¿Y tú me prometes que te portaras bien? Ya vas a sacarle canas verdes a Chase y a Luke

— Pero él también se porta mal - se queja Zami señalando a Chase - Cuando él está con-

— Qué graciosa, Zami, pero solo prométele a tu hermana que te portaras bien - ríe nervioso el mencionado, mientras le tapaba la boca a Azami.

— Igualmente, Luke te va a cuidar

— Pero Lulu a veces desaparece

Probablemente, tendría alguna novia escondida, era muy privado con su vida personal y era el chico más famoso del campamento, no le sorprendería a nadie que tenga varias "admiradoras".

— Sabes cómo es Lulu. Ahora ayúdame a empacar

— Siiii - dijo emocionada













✧*・゚*

¿Dagas? Listo

¿Mapa de la ciudad? Listo

¿Dulces? Listo

¿Ropa? Listo

¿Arrepentimiento de pedir esta misión? Listo

Fui a ver a Luke por última vez antes de irme.

— Luke - suspiré antes de correr a abrazarlo

— Cuídate, Ady, por favor - me abrazó de regreso mientras me acariciaba el cabello

— Cuida a Azami, ella te va a necesitar mucho

— Por supuesto, sabes que son mis hermanas - me sonrió - Prométeme algo, Ady

— ¿Qué cosa?

— Si las cosas se ponen muy feas, si la misión fracaso. Regresa, no importa que pase, tienes que regresar - me rogó Luke

— Pero Luke, yo-

— Promételo - me insistió

— No puedo-

— Promételo

Lo miré durante unos segundos, no se sentía correcto que lo prometiera, pero me lo decía Luke... lo único que había hecho por mí desde que me conoció es cuidarme, podía confiar en él.

— Lo prometo - suspiré

— ¡Adhara! - me grito desde lo lejos Lucy - ¡No te hubieras atrevido a irte sin despedirte de mí!

Apenas llegó, me derribo hacia el suelo.

— No te hubieras atrevido - dijo amenazándome mientras lloraba

— Sabes que nunca lo haría, sería cavar mi propia tumba

— Eres una idiota - rio ayudándome a levantar

— Aun así me quieres - añadí abrazándola

— No sé cómo, pero lo hago - suspiró, abrazándome más fuerte, casi dejándome sin respirar - ¿Empacaste tus armas?

— Si

— ¿Un mapa? - pregunto a lo que yo asentí

— ¿Comida? - Volví a asentir, pero esta vez me miro severamente - ¿Comida que no sean dulces?

— Unas cuantas frutas y panes - respondí a lo que me dio una bolsa llena de fresas - ¿Es en serio?

— Sí, y son de lo que yo cultive, asique son tus favoritas

— Te amo - la abracé más fuerte

— Usa el encantamiento si lo necesitas - sonrió - Y tranquila, el mundo no es tan diferente a antes

Lucy había llegado al campamento hace tres años, desde ahí se había vuelto mi amiga y no pudo librarse de mí.

— Gracias










✧*・゚*


Antes de irnos, Annabeth y yo nos despedíamos de Thalía antes de irnos.

— Regresaremos pronto - susurré mientras acariciaba a aquel pino que una vez fue la persona que nos salvó la vida.

Íbamos a hacia los chicos cuando escuchamos algo interesante.

— ¿La mejor idea que tuvo el ser más poderoso del universo para salvar a su hija... fue convertirla en un árbol? - preguntó el rubio de ojos bonitos

— Fue la semidiosa más valiente que conocí - dijo Annabeth - Lucho valientemente y tuvo el destino de un héroe

— Tuvo el destino de un pino - "corrigió" Percy

— ¿Es en serio? - dije indignada - Los hijos prohibidos siempre están en peligro. Incluso los más fuertes. Incluso Thalía

— Y tú no eres Thalía. Haz todo lo que te diga y tal vez sobrevivas. ¿Ya te quedo claro? - sentenció antes de irse caminando

— ¿En serio cree que está a cargo?

— ¿Quién crees que estaría a cargo? - replicó Grover

— Supongo que asumí que haríamos una votación o algo así.

— No dudes de ella, ojos bonitos, nos mantendrá con vida - le regañé













✧*・゚*


Estábamos en el taxi esperando llegar, yo estaba al lado de la ventana, quería ver cómo era Nueva York después de todo este tiempo.

Vivir encerrada durante los primeros siete años de tu vida, sin poder ver a través de las ventanas o siquiera poder salir de la puerta, no te da mucho panorama del mundo.

Mientras miraba al Empire State, Percy volteo a verme, ambos coincidimos que aquel edificio se veía maravilloso.

En la radio empezó a sonar una canción muy buena, me había perdido de varios temazos durante toda mi vida. Era momento de aprovechar para escuchar música.

❝ 𝑇ℎ𝑒 𝑙𝑖𝑔ℎ𝑡𝑠 𝑎𝑟𝑒 𝑠𝑜 𝑏𝑟𝑖𝑔ℎ𝑡, 𝑏𝑢𝑡 𝑡ℎ𝑒𝑦 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑏𝑙𝑖𝑛𝑑 𝑚𝑒, 𝑚𝑒

𝑊𝑒𝑙𝑐𝑜𝑚𝑒 𝑡𝑜 𝑁𝑒𝑤 𝑌𝑜𝑟𝑘, 𝑖𝑡'𝑠 𝑏𝑒𝑒𝑛 𝑤𝑎𝑖𝑡𝑖𝑛' 𝑓𝑜𝑟 𝑦𝑜𝑢

𝑊𝑒𝑙𝑐𝑜𝑚𝑒 𝑡𝑜 𝑁𝑒𝑤 𝑌𝑜𝑟𝑘, 𝑤𝑒𝑙𝑐𝑜𝑚𝑒 𝑡𝑜 𝑁𝑒𝑤 𝑌𝑜𝑟𝑘❞ ❝

— ¿De quién es la canción? - le pregunté al rubio

— ¿Cómo no vas a saber de quién es la canción? - Negué con mi cabeza a lo que él me miró confundido - Es de Taylor Swift

— ¿Quién es ella? ¿Tiene más canciones buenas?

— Es la Industria Musical, todas sus canciones son cómo ir al cielo, ¿o sería el Olimpo? pero entiendes la idea. ¿Cómo no vas a conocerlo? ¿Acaso vivías debajo de una piedra?

— Algo así, digamos - le respondí sonriente

— Tienes que escuchar sus canciones - sonrió emocionado antes de llegar a nuestro destino.






✧*・゚*

Malditos autobuses. Una primera experiencia mala en ellos.

— No hay nada de sagrado que huela así - dijo Percy después que otro señor saliera del baño

Yo era la que estaba más cerca al baño, teniendo la puerta a mí atrás, soportando todo el olor de este. Juraba que, si otra persona quería entrar a ese baño, me desmayaría de aquel olor.

— Somos soldados en una misión, no estamos de vacaciones - le regaño Annabeth mirándome con lástima

— Gracias por aclararlo, pero si esto es tan importante, ¿por qué Quiron no compro boletos de avión?

Este niño andaba en otro mundo.

— Lo siento, asumí que alguien ya te lo había dicho - se disculpó Grover - Percy no solo los monstruos intentaran de detenernos. Eres un hijo prohibido. Zeus quizá decida matarte él mismo

— El cielo es su dominio. Viajar a través de él sería como decirle "Hola Zeus, mátame por favor, te dejo la vía libre. Me ofrezco como tributo" - añadí

— Sí, nadie menciono eso.

— Bueno, iré por algunos bocadillos - dijo Annabeth

— Te acompaño - me paré junto a ella

— Voy con ustedes - quiso pararse Percy, se quedó en el intento porque logre detenerlo

— No, ojos bonitos, tú dejas tu trasero exactamente dónde está

— ¿Por qué? Huele horrible aquí atrás

— Lo sé, por eso voy a comprar

— Los monstruos no pueden olerte por eso - señaló Annabeth al baño y su horrible olor - asique aquí te quiero

— Quiero votar. ¿Quién piensa que todos deberíamos ir a tomar aire y compramos nuestro propio refrigerio? - intentó convencernos, levantando solo él su mano

— No votaremos - negó Annabeth

— Si tienen hambre pueden comer estas galletas mientras no estamos - saqué dos Oreos de mi mochila y unos chicles - Son todos los dulces que tengo, pero es hasta que compremos más

— ¿Papas fritas y refrescos, chicos? - añadió Annie

— No creo que debas decidir que no votemos - se quejó Percy mirando a mi amiga

— Lamento oír eso

— Bueno. Quiero votar si puedes decidir que no votamos

— Mira, te tienes que quedar aquí, quieras o no. Es por tu bien, Percy, asique sería esto más agradable si te guardaras tus comentarios por ahora y lo discutimos cuando tengamos la comida

— Pero hay que votar ahora - insistió el rubio

— Grover, por favor, ¿Podrías ayudar a tú... amigo?

— Realmente no quiero tener que apoyar a uno más que a otro - comentó el sátiro mientras aplaudía - Tengo una mejor idea

En eso empezó a cantar una canción.

"Se siente el camino con baches

porque entre mis amigos

se siente fricción

Y si se enojan ya sabes

yo tengo un remedio

es esta canción"

— Oye, ¿qué haces? - lo miró Percy sin poder creerlo

— Es la canción del consenso, en el segundo verso hay que decir cosas positivas de los demás. Les sorprendería ver como los desacuerdos desaparecen

— Es una buena canción - lo traté de apoyar, aunque Annie y ojos bonitos lo miraban atónitos por lo repentino de su jugada.

— ¿Papas y refrescos?

— No me importa - contesto Percy

— Sí, por favor

— Bien - sentenció Annie antes de irnos











✧*・゚*

— ¿Y si llevamos los verdes? - preguntó Annie

— Mejor los azules - había recordado que los dulces favoritos de Percy eran los azules, debía ser por algo - ¿Cuáles serán sus dulces favoritos?

— No tengo la menor idea, pero a Grover le gustan las latas

— ¿Llevamos gomitas?

— Las que sean necesarias

Agarre todas las que había, dulces, agrias, incluso había unas picantes. Cuando fuimos a pagar todos los dulces, la señorita nos miró extraño.

— ¿No habrá un descuento que podamos usar? - la hechice

— Sí - me contestó medio embobada. Este poder era muy divertido.

— Parece que vamos a hacer una fiesta, y conseguimos todo esto a mitad de precio - le sonreí a Annabeth

Pronto sentimos la presencia de los monstruos. Apenas pagamos nos fuimos directamente al autobús.

Ahí estaba... sentada tranquilamente... Alecto...

— Ve avanzando - le susurre a Annie - Que salgan ahora

— Te voy a acompañar

— Te harán más caso a ti, además puedo encargarme sola. Tendrán tiempo.

Annie fue hacia los chicos.

— Si fueran mejores en su trabajo, no las habríamos notado tan fácilmente - le dije a Alecto sentándome detrás de ella.

— Si Thalía hubiera hecho mejor el suyo, quizá no habría una familia de ardillas viviendo entre sus ramas

— Ella no tenía nada que ver aquí. Además, ¿las mandaron para regodearse por un trabajo que hicieron casi bien? Que yo sepa, los demás estamos lo suficientemente vivos como para asesinarlas.

— Como cambiaron las cosas. No eres la pequeña niña miedosa con su hermanita llorona por la que vine años atrás

— No estaba tan asustada, y eso lo sabes bien. Que yo sepa, te deje coja.

— Tienes razón - suspiró - Como sea, ahora parece que eres justo lo que dicen que eres

— ¿Y qué dicen que soy?

— Una de las mejores semidiosas que Afrodita pudo tener en su cabaña, pese a no ser su hija. Y la semidiosa con gran potencial, a pesar de no ser reclamada.

— Awww, gracias. Afrodita ha sido muy amable conmigo - agradecí internamente a aquella diosa que era más madre para mí que mi propia madre, la cual solo ella sabía que era su hija. — Ahora dime, ¿qué haces aquí?

— Estoy aquí para llevarme a tu amiguito o debo decir noviecito

— Primero, él no es mi novio, ni si quisiera sé si no va a ser mi enemigo, además recién lo conozco. Segundo, ¿llevártelo? ¿Para qué? ¿Qué quiere Hades?

— Yo no cuestiono las órdenes. "Tráelo, rápido y sin alboroto" Eso es lo que me dijeron. Bájalo del autobús para que lo retenga con calma, lejos de tantos ojos y tu misión seguirá sin interrupción ni inconvenientes. Sabemos que podría ser tu enemigo según tus visiones, te deshaces de ese problema y cumplirías con la promesa que hiciste.

¿Acaso los monstruos no tenían vida propia o por qué estaban tan pendiente de la de los demás?

— Está bien, ahora te lo entrego - dije con simpleza

Me fui hacia atrás, obviamente no le iba a dar, no soy estúpida.

— ¿Por qué siguen aquí? - dije mientras guardaba lo que compramos en mi mochila

— Ay, no - se asustó Grover al ver a la furia adelante de nosotros

— No se rompía la ventana - trato de explicar Percy

— Esa no, idiota - dijo Annabeth antes de romper la ventana de atrás

Después de la alarma, la gente empezó a avanzar, haciendo que Alecto se quedara atrapada entre la multitud. En eso llego una furia por la ventana queriendo atacar a Percy.

— Mándale este mensaje a Hades - le dije antes de que Annie me lancé su daga para matar a la furia. Ella estaba intentando de salir mientras Grover y Percy se apartaban.

— Nos vamos - sentenció Annie antes de irnos

Tuve que quitarme la mochila para poder pasar por la ventana, aunque llevé las fresas y un par de golosinas azules.

— Hasta luego, rica comida - suspiré







✧*・゚*

Todos nos perdimos en el bosque, Grover nos llevaba por su sendero de sátiros.

— Que bien, pero si permanecemos en el bosque, ¿encontraremos un teléfono?

— ¿Para qué? - cuestiono Annie

— Para llamar al campamento, para pedir ayuda

— No lo necesitamos, estamos bien.

— ¿Estamos bien? Ni siquiera llegamos a Trenton y vagamos por un bosque. No sabía que había bosques en Nueva Jersey, a pero encontramos uno. Diría que esto es lo opuesto a bien.

— El oráculo nos mandó en una misión, y los dioses. ¿Creíste que iba a ser fácil? Debe ser difícil, por eso solo pocos son elegidos. Si llamamos sería como decirles que fue un error elegirnos.

— Yo me siento cómodo con eso. Todos se equivocan

— ¿Por qué le tienes tanto miedo a quién eres? - le cuestionó Annabeth

— ¿Qué?

— ¿Saben? Lo interesante de este sendero en particular es que es la que mi tío Fernald uso cuando partió a su misión

— ¿En serio? Es muy bonita, hay árboles... muy grandes

— ¿Qué significa eso? ¿Qué le temo a quién soy? No tengo miedo

— Percy, sé que ser mestizo, puede ser difícil de procesar y debe de serlo más si eres un hijo prohibido, pero tienes que aceptarlo, sobre todo porque estamos en una misión - intente de intervenir, pasivamente, para evitar otra discusión

— No eres un niño ordinario. Un niño ordinario no hace lo que le hiciste a Clarisse en el campamento. Un niño ordinario no hace que Hades le mande sus criaturas más poderosas para capturarlo. Formas parte de algo más importante de lo que podemos comprender ahora. Tenemos que avanzar, aunque te guste o no. Aunque quieras o no - le dijo Annabeth, diciendo la verdad.

— No quieren llamar al campamento, bien. Entonces hay que contactar a tu mamá - propuso Percy antes de verme - O a Afrodita, ayudaría... en algo, pero sería mejor contactar a Atenea.

— ¿Disculpa? - Annabeth se enojó

— Percy, así no funcionan las cosas, es complicado - traté de calmar a Annie mientras le hacía señas a Percy que se callará

— Llamaría a mi padre, pero no nos estamos hablando por lo del abandono desde que nací, pero tú y tu madre son cercanas. Entonces, ¿por qué no le pedimos ayuda? - este niño seguía hablando - O le podrías llamar a Afrodita, te acepto en su cabaña y dijiste que también te dio un regalo, eso suena a muy buenos términos.

— Grover, mi amiguísimo, dile a ojos bonitos que podría dejar de hablar, por favor - le susurre al mencionado

— ¿No pueden hacerlo, verdad? ¿Cuándo fue la última vez que hablaron con ustedes?

— Creo que esas preguntas son muy privadas, ojos bonitos. Será mejor que pasemos a otro tema. Grover-

— No sé por qué lo involucras en esto. Él está de mi lado

— ¿Qué te hace pensar eso? - intervino Annabeth que había tratado de no darle sus buenos golpes al rubio

— Es mi protector, es su trabajo

— Fue nuestro protector primero

— ¿Primero?

— ¿No sabías? - miré confundida a Percy

— Annabeth, Luke, Adhara, Azami y Thalía... tenían un protector sátiro, ¿eras tú?

— Esperen, ¿pueden oler eso? - opinó el sátiro

— Grover, hablo en serio

— También yo, solo silencio. — Grover se concentró en el olor hasta que determino que era - Hamburguesas

Avanzó en el sendero mientras los demás íbamos detrás de él.

— Grover, sabes que no te cuestiono, pero, ¿qué haces?

— Alguien prepara hamburguesas, en medio de la nada, en un sendero de sátiros. Es de nuestro mundo.

Pronto llegamos al Emporio de Gnomos de la Tía Eme.

— Que raros nombre tienen las personas - suspiré

— Lo dice la que se llama Adhara - añadió Percy

— Ojos bonitos, te quiere ganar un buen reseteo mental, ¿no? - lo amenacé, era lindo, pero a veces daba ganas de golpearlo

— Por los dioses, la tía Eme tiene un jardín lleno de estatuas de piedra. Definitivamente, es de alguien de nuestro mundo.

— Será mejor irnos, fue buena la visita mientras duró

En eso llegó Alecto. Toque mi collar, y apareció mi espada.

— Debiste aceptar mi oferta mientras podías - me miró la furia

— ¿Oferta? ¿De qué oferta habla?

No conteste de inmediato, estaba pensando en cómo matarla cuando oímos una voz.

— Hoy no amigo, no en mi entrada. — entonces vimos llegar a una señora, joven, pero que tenía los ojos cubiertos

— Mierda - susurré cerrando mis ojos y evitando verla.

— Si tienen algo que resolver, ¿por qué no entran y les ayudo? ¿Alecto? ¿No nos acompañas? - aquella furia también lucia aterrada - No, me lo esperaba. No va a molestarlos mientras estén conmigo; sin embargo, no creo que tampoco se vaya. Significaría que fracaso en atrapar al hijo de Poseidón.

— ¿Cómo es que-?

— Un hijo prohibido fue reclamo. ¿Cuánto creíste que duraría el secreto? Es un placer estar frente a ti, hijo de Poseidón, soy Medusa.

Percy quiso voltear, pero le sostuve la mano, en señal que no lo hiciera.

— Percy, no. Es un monstruo - lo alertó Annie

— Todos elegimos quienes son nuestros monstruos, pero ahora ella quiere arrancarles miembro por miembro y yo les ofrezco comida. Ustedes deciden.

Apenas se fue, nos dejamos de tapar.

— Oigan confiemos en ella

— ¡No! - gritamos los tres al unísono

— No puedo explicar, pero... mi mamá me contaba su historia, y ella no es lo que el mundo cree, y sin duda yo creo y confío en mi mamá.

Su mamá parecía ser una mujer muy sabía, según Percy, capaz tenía razón. Además, las apariencias engañan y las personas pueden cambiar, incluso los malos se pueden volver en buenos, porque no todos empezaron siendo malos.

— Voy a entrar, ustedes hagan lo que quieran - sentenció Percy antes de irse

— Perseo Jackson, espera - dije antes de seguirlo y que él se detuviera - ¿No vas a cambiar de opinión, verdad?

— No - insistió él

— Vamos con los demás - intenté de hechizarlo

— No lo haré - repuso con terquedad

— Raro...

— ¿Qué es raro?

— Mi poder, no funciona contigo. Duérmete - traté de hechizarlo nuevamente, esta vez esforzándome más

— No voy a dormir, ¿por qué haría? ¿De qué poder hablas?

— De nada, solo vamos. Necesitarás a alguien que te supervise.

Pronto los demás nos siguieron. Apenas vimos la comida en la mesa, se me hizo agua a la boca y mi estómago empezó a gruñir ante la tentación.

— ¿Será seguro comerlo?

— Racionalmente, no. Pero ahora me gana el hambre y prefiero correr el riesgo. El que tenga miedo a morir, que no nazca.

— Gracias por venir - le dije a Annie

— Veo que tienes que miedo de que te tenga una place de rencor solo porque eres una hija de Atenea. Nosotros no somos nuestros padres después de todo. Tú y yo podríamos tener más en común de lo que tú crees. Por favor, siéntense. — pidió Medusa

Todos nos sentamos excepto Annie.

— ¿Estás segura Annie? - le pregunté

— Si

— ¿No quieres comer nada?

— No

— Si no eres un monstruo, ¿entonces que eres? - cuestionó Percy

— Una sobreviviente.

— Debes de ser más que eso, hay una furia afuera que se ve aterrada de ti - añadí mientras comí un cupcake - Esa reacción no es por cualquiera.

— Porque sabe lo que creo de ella. No me gustan los hostigadores. Si uno llega a mi puerta, terminan mucho más tiempo allí del que habían planeado. El don que los dioses me dieron es que nadie más me vuelva a intimidar. — nos comentó mientras comíamos

— Lo que mi madre te dio no fue un don, sino una maldición

— Annie

— Eres leal a tu madre

— Si

— ¿Estás de su lado?

— Siempre

— ¿La amas?

— Por supuesto que si

— Yo también la amaba. Antes. ¿Conoces la historia de cómo termine así?

— Yo sí - intervino Grover

— ¿En serio?

— ¿O no?

— Atenea lo era todo para mí. La veneraba, hacía plegaria y vastas ofrendas. Jamás respondió, ni siquiera un presagio que insinuara que apreciaba mi amor. Yo no era como tú, corazón, yo era tú. La habría venerado así durante una vida, en silencio. — hizo una pausa - Pero entonces un día, otro dios llego y rompió ese silencio. Tu padre, el dios del mar, me dijo que me amaba. Sentí cómo se me viera de una forma en la que nadie me había visto antes. Pero luego Atenea, había declarado que yo la había avergonzado y que un castigo se me aplicaría. No a él. A mí. Ella decidió que no volvería ser vista por alguien que sobreviviera para contarlo.

Cuando termino su historia, sentí un nudo en la garganta. La historia siempre es diferente dependiendo de quién la cuenta.

— Lamento lo que paso - fue lo único que logre decir, atrayendo las miradas de los demás.

— No es lo que paso. Mi madre es justa, siempre.

— Los dioses quieren que pienses eso, que son infalibles. Pero quieren lo mismo que todos los hostigadores, que nos culpemos a nosotros mismo por nuestras propias deficiencias.

— Eso no es lo que paso. Y tú eres una mentirosa.

— Annie, no estábamos ahí para saber que es verdad o no, hay que darle el beneficio de la duda - le susurre

— ¿El beneficio de la duda? No seas ingenua - insistió

— Algo se quema, ¿me ayudarían en la cocina? La comida está lista. — dijo mirándome a mí y a Percy

— Por supuesto - comenté amablemente - Si me demoro en regresar, corran - le susurré a Annie

Ambos seguimos a Medusa hasta la cocina

— Percy, querido. ¿Puedes llevarles la ensalada que está en la refrigeradora a tus amigos?

— Claro

— Y regresas para ayudarme a servir

Él menciona asintió y se fue, dejándonos solas.

— ¿Es un amor, verdad? - comentó Medusa en un tono muy dulce y amable

— Sí, lo es - sonreí como boba, los rubios de ojos azules eran mi debilidad, pero en sí Percy había sido amable conmigo

— ¿Y desde cuándo han estado saliendo?

¿Por qué todos suponían que salíamos o que nos gustábamos? No me gustaría jamás en esta vida, ni en otra, ni en otros universos, nunca.

— Los niños a veces no se dan cuenta de lo que pasa frente a sus narices. Deberías de darte cuenta de que haces. Viniste conmigo, solo para protegerlo a pesar de que no confiabas en mí.

— Tenía mis dudas y tenía que mantenerlo a salvo, pero sabe qué opinión acerca de usted ha cambiado.

— Lo tengo en cuenta, pero será mejor alejarse de él, cariño. A las mujeres como nosotras que añoramos que los dioses nos hagan caso, es más fácil de ilusionarnos.

— ¿Yo no añoro a que los dioses me hagan caso?

— No me mientas, querida. Tu corazón aún desea que tu madre te reconozca. Y te ahorro un gran dolor, aléjate de ese hijo de Poseidón, todo lo que tenga que ver con ellos, es tragedia y caos.

— Gracias, pero creo que asumiré las consecuencias.

— Será mejor que vayas a darles la gaseosa a tus amigos, deben de estar sedientos - sonrió antes de señalarme la gaseosa.

Cuando me estaba yendo miré como Percy volvía a la cocina, un poco deprimido y triste.

— Apenas las cosas se vuelvan feas, corre. — le susurré.

Deje la gaseosa en la mesa y guarde algunos bocadillos en una bolsa que había encontrado.

— ¿Ya se alistaron para correr? - dije con una sonrisa torcida.













༉‧₊˚✧

Había escuchado algo la conversación de Adhara y Medusa... y por alguna extraña razón sentía un pequeño punzante en mi pecho. ¿Acaso Adhara sería la que me iba a traicionar? No podía ser ella. Cuando Medusa le hizo esa pregunta, no pude escuchar su respuesta, no quería escucharla.

— La niña, la que no ha sido reclamada. Te traicionará. — me alertó Medusa al notar mi presencia - Tarde o temprano, las personas como ella siempre lo hacen. Desconfiadas y sobre todo, los que más parecen ser tus amigos, son los que te traicionan.

— No creo que ella sea así

— Serás un blanco fácil para ella. Tiene a la hija de Atenea y al sátiro de su lado. ¿Crees que podrías defenderte tú solo contra ella? No, y la niña lo sabe.

— ¿Y a ti qué?

— Tu madre y yo, somos como hermanas de algún modo. Atacadas por el mismo monstruo. Por eso siento que debo protegerte.

— ¿Un monstruo? Mi mamá jamás se refirió de mi padre así

— ¿Y ahora donde está tu madre? ¿Está a salvo?

— No, no lo está

— ¿Y confías en tus amigos para que te ayuden a que este a salvo? ¿Te dejarán traerla si interfieren en tu misión?

Adhara, me dijo algo... traté de recordar lo que dijo, pero solo me había quedado pensado en que su cabello se veía muy suave. Debía de pedirle su acondicionador. Ella dijo: "Apenas las cosas se pongan feas, corre"

Corrí rápidamente, pero sin que Medusa se diera cuenta, otra vez me estaba salvando la vida.







✧*・゚*

Nos metimos en el sótano. Pronto Medusa abrió la puerta. Todo parecía una película de terror. Unas líneas de fuego iluminaron todo a nuestro alrededor, mostrando un gran salón con varias personas petrificadas.

— Vamos - nos mandó Annie, al notar que Medusa empezaba a bajar las escaleras.

Me retracto, no había varias personas petrificadas, había muchas.

— Nosotras somos tres y ella solo es una. Si nos separamos no podrá vernos a todos - nos propuso Grover

— No creo que sea tan simple

— Quizá sí. Este es el plan, yo la distraigo, usaré los zapatos, en cuanto oigan que diga "Maia", ustedes empezaran a-

Pronto empezó a levitar en con los zapatos de Luke.

— Por lo menos estará a salvo - comenté mientras me despedía de él con mi mano

— Necesitamos otro plan

— No somos nuestros padres hasta que han elegido serlo. Ustedes ya eligieron

Yo no elegí, ni sé quién es mi madre, que no me meta.

— La hija de una madre moralista, que eligió seguir el camino de la arrogancia. Una niña la cual quiere cometer los mismos errores de su pasado. Y tú... pudiste haberle mostrado a tu padre lo que significa proteger a los que amas. Podrías escoger salvar a tu padre y no cumplir la voluntad de tu padre. Si ninguno de ustedes quiere aprender estas las lecciones, ustedes serán las lecciones. Cuando envíe sus estatuas al Olimpo, quizás eso ayudaría a expresar mi punto un poco mejor.

Estaba escondida al lado de Percy, estaba tocando mi collar para sacar mi espada cuando note que el lapicero del rubio comenzaba a vibrar y este se convertía en una espada. Él se estaba preparando para atacar mientras que con la otra mano intentaba de ¿protegerme? O evitar que cometa otra estupidez.

— Veo que tenemos a la linda parejita. Pónganse de pie. — nos amenazó, Medusa. Tome mi espada para mirar su reflejo, un truco de Perseo.

Medusa se acercó a ambos queriendo tocar a Percy.

— No te atrevas, maldita-

— ¡No pensé bien esto! - grito Grover mientras cayó fuertemente, distrayendo a Medusa.

La apuñalé con mi espada en el estómago, haciendo que retroceda y que Annie pueda ponerle su gorra. — ¡Ahora! - grito Annabeth

Percy abrió los ojos con un poco de miedo e hizo un movimiento rápido con su espada. Decapitando a Medusa.

— Y así es como Medusa muere a manos de Perseo, por segunda vez - sonreí

— ¿Estás bien? - le pregunto Annabeth a Grover mientras yo lo ayudaba a pararse.

— ¿Cortaste algo? - pregunto el sátiro.

Cuando se levantó fuimos a ver a Percy, quien sostenía la cabeza de Medusa.

— ¿La tienes? - pregunto Annie

— Eso espero






✧*・゚*

— ¿Quieres que la lleve, ojos bonitos? - sugerí amablemente

Annabeth había insistido en revisar a Grover, su caída realmente fue fuerte. Yo me ofrecí a cuidar a Percy.

— No, yo puedo

— Asegúrate de apuntar bien y le quitas la gorra, no queremos que te conviertas en otra estatua.

Ambos asentimos y nos miramos durante un tiempo. Algunos dicen que una mirada puede ser más que mil palabras, o algo así, pero esta vez solo nos observamos detenidamente... como si fuera la última vez que nos fuéramos a ver; lo cual es ilógico, porque lo estaría esperando.

Su rubio cabello lucía hermoso, a pesar de no estar en todo su esplendor ante la poca de luz. Aun así, lucía increíble. Él era más alto que yo, notablemente, podría decir que serían unos 5 a 9 centímetros. Sus ojos azules se llevaban toda mi atención, me costaba creer que espera poder ver esos ojos en persona, conocer a la persona de esos hermosos ojos y que, por fin, esto pasaba.

— Buen consejo

— Bien

Percy hizo un movimiento con su cabeza, señalándome la puerta.

— Tengo las manos un poco ocupadas

— Oh, lo siento - abrí la puerta rápidamente

El rubio fue hacia la furia, sacándole el gorro a Medusa y convirtiendo a Alecto en piedra.

Por una EXTRAÑA RAZÓN, LA CUAL DESCONOZCO, sentía algo en mi estómago, como mariposas. ¿Por qué alguien sentiría mariposas después de ver a un rubio convertir en piedra a una furia con la cabeza de Medusa? Eso sería raro y yo no era rara. Debí de comer algo que me cayó mal. Seguro fue eso.

Pero, ¿acaso, Medusa tenía razón? ¿No veía lo que pasaba frente a mí? ¿Realmente era mi ser amado?

Pronto llegamos a donde estaba Grover y Annabeth, viendo la estatua de un sátiro. 

— ¿Acaso es?

— El tío Ferdinald

— Ay, no

— Grover, realmente lo lamento - puse mi mano en su hombro, mostrando mi apoyo

— Hasta aquí fue lo más lejos que llego en su misión. Ni siquiera estamos en Trenton, pero mírenlo. No es igual a los otros, él no se ve asustado.

Lo abracé.

— Tranquila, estoy bien - me susurro - ¿Usaron la cabeza para deshacerse de Alecto?

— Sí - le respondió Percy

— Sí, eso fue lo indicado. Ya debemos de irnos, pronto va a oscurecer

— Pero, ¿qué haremos con esto? - señalo el rubio a la cabeza de Medusa

— Detuve a una furia con ella y ni siquiera me esforcé. No podemos dejarla para que alguien la encuentre. La enterramos en el sótano con la gorra.

— Ni sé te ocurra, ojos bonitos-

— Claro - interrumpió Annabeth - Ahora podemos hablar del problema mayor

— ¿El problema mayor? - la miramos todos extrañados

— "Podrías salvar a tu madre" lo dijo cómo si ya lo hubieran discutido. ¿Tu madre sigue viva?

— ¿No sabías?

— ¿Ustedes tres lo sabían? - nos miró Annabeth, muy molesta

Suponía que ella ya lo sabía.

— Está con Hades, pero gracias por preocuparte

— Chicos, paren, por favor

— Claro que me preocupo, ¿qué haces en esta misión? ¿Y por qué tuve que escucharlo por parte de Medusa?

— Bien, entonces ¿"Debiste haber aceptado mi propuesta"? ¿A qué se refería? ¿Y por qué nos enteramos por Alecto?

— Ya basta. Percy, Alecto me lo decía a mí. Annabeth no tenía nada que ver en eso.

Percy me miró totalmente indignado, sorprendido y herido.

— ¡Suficiente! La gorra fue un regalo de su madre, es la única posesión que la conecta con ella, eso debe importarte - nos gritó Grover

— ¿Y cómo haremos que esto esté a salvo?

— No lo sé aún. Y tú, ¿en serio? - miró a Annabeth severamente - Su mamá sigue viva. ¿Te imaginas lo confuso que debe de ser para él? ¿Sentir que debe elegir entre el destino del mundo o el destino de la única persona a la que le ha importado? Y no creas que me olvidé de ti - ¿ahora qué hice? - Si algo te dijeron los monstruos, deberías de hablarlo con los demás, sobre todo si tiene que ver con la vida de uno de ellos, y no seguirle a Percy en todo, estás aquí para protegerlo y eso significa evitar que esté en problemas, no protegerlo de estas. Eso solo es en los peores casos.

— ¿Por qué estás tan alterado? - le preguntó Annie

— Porque todo el día estuve tratando de mantener la misión en marcha sin molestar a ninguno de ustedes. Pero tal vez tengamos que molestarnos antes de avanzar. Ella te hizo una pregunta en el bosque y nunca le respondiste. ¿A qué le tienes tanto miedo?

— ¿De qué hablas?

— Ya me oíste

— No lo sé

— Creo que lo sabes

— Peleas con Annabeth, peleas con Adhara, peleas conmigo.

— Porque el Oráculo dijo que uno iba a traicionarme, ¿bien?, "Vas a ser traicionado por quien dice ser tu amigo, y fracasaras al salvar lo más importante al final" Solo eso, logro decirme. La elegí a ella porque no creí que lográramos ser amigos. — ahora me miro a mí con tristeza - Y la elegí a ella porque así estaría más seguro de quién sería quien me traicionara y podría evitarlo si ya lo suponía, además ella tal vez sea mi enemiga, si la tenía cerca podía mantenerla vigilada.

¿Qué era eso? Tal vez el sonido de mi corazón quebrándose.

— Y te elegí a ti porque pensé que alguien que estaría de mi lado sin importar nada, serías tú. Pero ahora me siento tan solo. No sé qué creer o en quién confiar - añadió Percy.

Ni siquiera lograba mirarlo a los ojos, ni a la cara. — No me refería a eso.

— ¿Entonces que trataste de decir? - él me miró durante unos segundos y luego no respondió - No te culpo porque desconfíes de mí, mentiría si digiera que no lo hice de ti... Alecto ofreció ayudar en la misión si te entregaba a ella y Medusa quiso que te dejara.

— ¿Qué les dijiste?

— Mate a su hermana y apuñale a Medusa

— Medusa, me ofreció salvar a mi mamá si los traicionaba.

— ¿Y qué dijiste? - cuestione

— Le corté la cabeza

Sonreí ante lo que dijo.

— Lamento lo de tu mamá y te ayudaré en todo lo que sea posible - comentó Annabeth mirando a Percy

— Lamento haber sido un estorbo y grosero.

— No eligieron ser semidioses. Ninguno elegimos esta misión. Pero podemos decidir que siempre y cuando los tres estemos juntos, ninguno va a estar solo. Si no podemos con esto, mejor volvemos al campamento. Si no, fracasamos.

— Tengo una mejor idea de cómo resolverlo - propuso ojos bonitos, antes de ir a la mesa y revisar un libro - Hermes express, hace envíos a todas partes. Algunos, directo al Olimpo

— Ojos bonitos, no es por arruinar el ambiente, pero no puedes enviar la cabeza de Medusa al Olimpo.

— ¿Por qué no?

— A los dioses no les va a gustar - añadió Annie

— No, nada - comentó Grover

— ¿Por? Eso se hace con lo peligroso, como las baterías, hay que enviarlas de vuelta

— Oye, esta es una mala idea. Van a decir que es impertinente

— Soy impertinente

— Sí, puedes serlo, ojos bonitos. En cambio, nosotros no lo somos.

— Para nada

— Oigan, Medusa intento de descarriar nuestra misión. Tiene problemas con tu mamá, si lo ves de esa manera, esto parece una especie de tributo, ¿no creen? Además, así, tu mamá seguirá con nosotros - dijo el rubio antes de devolverle la gorra a Annie

— Gracias

— Esto no es a lo que yo me refería, al ayudarnos. Existen peligro implícito que no van-

Percy empezó a aplaudir para cantar la canción del Consenso.

— Vas a cantar la canción, ¿verdad? Okey

"Se siente el camino con baches, consenso"

— ¿Y qué vas a escribir, ojos bonitos?

— "Con los mejores deseos, Percy Jackson y Adhara Abernathy"  -  se rio ojos bonitos, al final

— Espera, no te atrevas a poner mi nombre

— Muy tarde - sonrió Percy

Este niño me iba a sacar canas verdes.


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