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𝐄-𝟏𝟑 ┆𝖁𝖎𝖘𝖎𝖔𝖓𝖘 𝖔𝖋 𝖙𝖍𝖊 𝖕𝖆𝖘𝖙

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Pasaron dos meses desde ese sueño. A veces aparecía el chico de ojos azules en mi mente, era lindo. Sé que lo conocía, pero no lo recordaba y de solo pensar en él me dolía la cabeza, por eso evitaba pensar en ese chico. Además, tenía novio, era... un buen chico, le gustaba estar con sus amigos y en público me trataba bien, eran las únicas veces que estábamos juntos. No le gustaba hablar de él, solo los besos.

Ahora estaba entrenando con él, no era malo con la espada. Sus movimientos eran más ofensivos, lo cual hacía la batalla más entretenida, pero debía mejorar mucho en su defensa. Él quiso hacer un tajo, pero logré bloquear su ataque y responderle con un riposte. Creo que fue una mala idea porque hizo un corte circular, distrayéndome lo suficiente para poner su pie y desequilibrarme, lanzando la última estocada.

— Eso fue trampa - dije mientras me apoyaba en los codos, viéndolo aún tirada en suelo. La caída había dolido.

— ¿Acaso la princesita de Quiron odia admitir la derrota? Levántate, llorona.

Su sentido del humor era muy agradable. Me paré y él me tiró una toalla a la cara.

— No puedo creer que en serio le hayas ganado a Ares en una pelea. Fue muy fácil ganarte.

— Fue gracias al entrenamiento de... no importa. Ando distraída, eso es todo.

— ¿Pensando en quién?

— En mi padre.

— Ah. Bueno, ¿sabes en qué estuve pensando?

— ¿En qué?

— En que me podrías dar como regalo de cumpleaños.

— Ya pasó y si te di algo.

— Lo sé, pero era horrible y le di a alguien más, ahora sé de algo que quiero tenerlo si o sí.

— ¿Qué cosa?

— Una caja llena de camisetas firmadas por jugadores de futbol, hay una de Messi.

— No son las camisetas que le dieron a un semidiós hace unos años porque salvo a unos futbolistas cuando unos gigantes los atacaron.

— Exacto, solo trae la caja.

— Pero están en el ático de la Casa Grande, tendría que pasar por Dionisio y Quiron.

— Sé que tú lograrás traérmelo, ya le dije a mis amigos que nos los darás hoy. No querrás avergonzarme, ¿no?

— No, pero-

— Perfecto, lo traes a las ocho. — me dijo antes de besarme e irse.














✧*・゚*

— ESTÁS LOCA, ADHARA ABERNATHY. — me dijo Amadeo muy molesto junto a Mairin

— ¿Todo esto por tu estúpido novio?

— Sí. Vamos, será divertido.

— Divertido la posibilidad de que nos EXPULSEN.

— O terminemos convertidos en ratas.

— O cabras - replicó el hijo de Atenea

— No están siendo positivos. ¿Recuerdan el plan?

— Obviamente, les tuve que dar 10 dracmas a Castor y Pollux, mis ahorros para mi huida del campamento terminaron en dos idiotas.

— Y muchas gracias por eso.

— Tienes cinco minutos para tomar la caja y regresar, no te distraigas, estrellita.

— No lo haré, Deo

— Más te vale, ahora escóndete.

Corrí a esconderme en la enfermería, observando por la ventana como Mai hacía un hechizo para explotar la cabaña 12, mientras que los únicos hijos de Dionisio llenaban un montón de botellas gigantes de Coca Cola con mentas. Un buen experimento, que podría haber hecho en la escuela. Amadeo no tardó en correr a la oficina de Dionisio, alertándole de lo sucedido y obligando al dios a moverse de su cómodo asiento.

ESTE ERA EL MOMENTO ADHARA...3...2...1.

Y corrí por mi vida al ático, abriendo la cerradura con un hechizo que me enseño Mai. Busque por todas partes la dichosa caja, hasta encontrarla junto a un viejo estante, a punto de romperse con una tela llena de huecos. Tome la caja y me disponía a irme, pero note un papel a través de uno de los huecos... un papel con una letra tan familiar que hizo que mi piel se pusiera pálida y la sangre deje de circular por unos segundos.

Era la letra de mi padre.

Quite la tela y observe el pedazo de papel.

"Te dije que saldría vivo, Quiron. La fe es lo último que se pierde, aunque entiendo que no la tuvieras conmigo. La muerte me persigue, pero soy más rápido. ¿Tanto por unas visiones del pasado?"

—William Abernathy-

Era un pergamino a punto de romperse, lucía muy antiguo y tenía un símbolo del tiempo. Había gotas de manchas doradas, sangre de los dioses.

Tenía que llevarlo, papá lo había recuperado en su misión, podría conocer un poco de su vida cuando no... no se convirtió en un monstruo.

Agarré el pergamino y corrí hacia la puerta hasta que una bruma de humo me cubrió. CARAJO. AHORA NO.

Voltee a ver al oráculo que se puso a decir una profecía.

La estrella errante,

tu camino está trazado.

Tu destino con el navegante

se entrelaza con el alma del pasado.

Quedaban treinta segundos.

Donde las olas lloran

y los vientos susurran secretos,

las personas ignoran

las verdades por objetos.

20 segundos.

Cuidado, pues la vida

ya está establecida

como un frágil cristal

se partirá y perderás lo vital.

Apresúrate, oráculo. Sé que es importante, pero no quiero morir ahora por Dionisio. Quedaban diez segundos. La profecía era significativa, pero tenía que escapar de aquí y sabía que Dionisio se acercaba.

No podrás escapar

de lo que-

Hubiera terminado de escuchar... pero tenía pocos segundos antes de que llegara. Sujeté la caja y corrí por mi vida hasta esconderme en la enfermería, no me iba a alcanzar el tiempo para escapar de ahí.

Me puse debajo de una mesa, captando la mirada de los campistas mientras Quiron pasaba, pero los ignoro como siempre.

— Sé que se ve mal, pero juro que no estoy loca. No del todo. Solo no digan nada.

Finjamos que no utilice el embrujahabla para hacer que no dijeran nada de lo ocurrido. Mejor prevenir que lamentar y si tenía armas, podía utilizarlas.

Cuando por fin logré salir, me topé con Deo y Mai, que vieron mi cara pálida.

— ¿Qué paso?

— Creo que tendré una misión, pronto.













✧*・゚*

Después de darle la caja de Adriano, fui al bosque, a mi lugar secreto con Deo quien trajo mantas y chocolate caliente, no fuimos a la cena... teníamos otros temas importantes. Pero eso no detenía mi hambre y él lo sabía muy bien.

— ¿Entonces encontraste algo que recupero tu padre de una misión en la que participo cuando estaba en el campamento, te lo robaste y el oráculo se puso a decir una profecía de tu próxima misión? - preguntó Mairin para ver si entendió bien

— Sí, y no termine de escuchar la profecía.

— Bueno, nunca sabremos qué pasó al final, no vas a volver a ese ático. No la vas a dejar ir, chico Russo.

— No la voy a dejar. — suspiró mientras tomaba nota - Sabemos que la profecía era para ti y que buscaras a alguien de importante, en una isla, y alguien morirá.

— Buenas noticias, por suerte - sonreí mientras me hacía más bolita.

No quería ir a otra misión, ya fui a una y todo termino mal.

— Sabes qué puede pasar dentro de diez años o-

— Lo sé, solo que siento que esta vez, va a ser pronto.

— ¿Presentimiento de hechicera?

— Algo así, supongo. — le sonreí al hijo de Atenea, sé que trataba de levantarme el ánimo.

— ¿Puedes leerme mi futuro?

— Vas a terminar como Snape.

— ¿Muerto?

— Forever Alone.

— Me retracto de lo dicho, no eres buena profeta. — dijo mientras me chocaba ligeramente con su hombro

Lo miré fijamente y noté que sus ojos tenían pequeños destellos grises, bonitos.

Mairin tosió, sacándonos de nuestra burbuja.

— El pergamino está en griego antiguo. — me informo mi hermana - ¿Estás segura de que quieres hacer lo que sea que es este hechizo? Es peligroso y no sabemos qué costo tiene.

— Quiero ver lo que recupero mi padre, y necesito saber más de él.

— ¿Necesitas o quieres?

— Quiero. Quiron nunca contesta mis preguntas y siempre cambia de tema al igual que Mr. D.

— Eso es raro, pero... ¿Estás segura?

— Sí.

— Russo, quédate con ella. Si no responde después de mucho tiempo, búscame. Uno de nosotros tiene que regresar antes de que sospechen y tengo que ir a hacer algo. Suerte, Ady.

— Gracias - sonreí

Miré el pergamino y pude entenderlo todo a la perfección, repetía todo el texto, los brazos se me adormecían y el sueño trataba de apoderarse de mí. No lo logró.

— Αναλαμπές του παρελθόντος, να είναι ένα όνειρο, τίποτα περισσότερο - pronunciaba una y otra vez

Mientras más lo pronunciaba, sentía la lengua más seca y un dolor punzante en mi cabeza, cada momento, cada segundo que pasaba, se hacía más insoportable que el anterior.

— Adhara, detente.

No lo hice. Solo sentía como la fría sangre se escurría de mi nariz.

— ¡Adhara, por favor! Detente, esto... no debí dejarte hacerlo - Amadeo me tomo de los hombros suplicándome que pare, pero no me podía mover, está inmóvil a excepción de los labios que solo se movían para decir el hechizo.

Tampoco quería detenerme, tenía que hacerlo, no era un capricho, solo... añoraba saber la verdad, estaba harta de las mentiras, de vivir en ellas.

— Αναλαμπές του παρελθόντος, να είναι ένα όνειρο, τίποτα περισσότερο

Solté mi último suspiro hasta que todo giraba a mi alrededor mientras se tornaba negro. Solo sé que sentí los brazos de Deo sosteniéndome.













.

.

.














✧*・゚*

El olor de chocolate inundaba mi mente.

— ¡Abernathy! ¡Despierta! - gritaban un montón de voces, aturdiéndome - ¡Abernathy! ¡Abernathy!

— ¡Basta! - exclamé junto a otra voz, despertando.

Estaban en la enfermería de campamento, solo que un poco diferente, los tapices y cuadros eran mucho más coloridos y en la radio sonaba una canción.

So, so what?

I'm still a rock starI got my rock movesAnd I don't need you

Al lado mío, estaba un chico echado en una camilla, alto, de cabello rubio oscuro, su camiseta estaba rasgada y se perdían ver sus abdominales. Se notaba que hacía ejercicio, mucho ejercicio. Era lindo, como uno de los modelos o actores famosos que las chicas de mi cabaña colgaban en las paredes.

Su cabello lacio iba peinado de un lado.

— Por fin despertaste - lo abrazó una pelirroja, tenía un pequeño bordado en su polo, en la derecha superior que escribía: "Halsey". — No tienes que hacerte el héroe siempre.

— Pero eso le quita lo divertido a tener el riesgo de morir - le contesto con una sonrisa el chico en la camilla, mientras se apoyaba en sus codos.

— Eres un idiota, Willy

— Lo sé

¿Willy? No... Will... no... no podía ser él. Lucía tan joven y diferente, tenía un brillo en sus ojos. Un brillo divertido y juvenil.

— Yo... no tienes la culpa que ellos... no-

— William Abernathy - gritó una campista - Quiron te llama.

MIERDA. NO. NO. NO. ÉL NO PODÍA SER MI PADRE. Él era lindo... bueno, sabía que era un hijo de Afrodita, pero ninguno que haya conocido se parecía a él. Los genes tenían sentido.

— ¡¿Papá?!

Pero él no volteó ni se inmutó, ninguno en la sala, nadie volteaba a verme. Caminaba enfrente de todo, pero era como un fantasma, como el espectador de una escena, observando la historia sin vivirla e intervenir en ella.

Fui en busca del calendario y era el 3 de agosto... del 2008.

Seguí a mi padre hasta la casa Grande, la mayoría de los campistas lucían con estilos muy diferentes a los de ahora. Suponía que la juventud de mi papá se remontaba a los 80, no a los 2000. Algunas ropas eran bonitas, excepto la falda con pantalón. Chase se moriría si viera esto.

Llegue a la casa grande y el señor D tenía un corte... muy gracioso. Parecía un hippie, seguía usando las mismas camisas de siempre, pero tenía ahora una piña colada al lado, supongo que era virgen.

— Willy Wonka Rubio, Quiron está en la cocina.

— Me conoce desde que tengo trece, soy WILLIAM.

— Por eso, Willy Wonka.

— Ni siquiera vio la película

— Si lo hice para tu información, jovencito. Yo tenía mi fábrica de vino.

— Genial. ¿Se lo quitaron también como el alcohol?

— Ojalá te manden a una misión, mocoso. Y nunca regreses.

— Ya fui a varias y adivina que... SIGO VIVO. Asique te molestaré unos cuantos años más.

— No entiendo como eres el favorito de tu madre.

— Yo tampoco... bueno, sí, soy hermoso. — sonrió antes de ir a la cocina.

Papá también le contestaba a Dionisio, y tenía su autoestima demasiado alta. ¿Le sobrarán motivos? Sí, pero igual.

Fue hacia la cocina que había en la casa Grande, una que Quiron me enseño cuando llegue y donde me contaba cuentos. No cambio nada.

El olor del café recién hecho inundaba la habitación, era un olor característico, Quiron siempre hacía café, aunque lo detestaba, decía que era una costumbre que tenía por un viejo amigo. En las paredes había pequeños gabinetes llenos de sabores de té, café, azúcar y algunos dulces que escondía de los campistas. La mayoría no conocían de esta cocina o no se atrevían a venir, solo lo sabíamos Annie, Azami, Lulu y yo. Los días que Quiron se iba nos escabullíamos, Annie, Lulu y yo, para comer algunos dulces. Annabeth los tomaba con su gorro de invisibilidad mientras yo distraía a Dionisio y Luke estaba preparado para el Plan B porque siempre el señor D sabía que planeábamos. Durante mucho tiempo creí que leía mentes por eso.

Mi padre tomó unas fresas del pequeño cesto de frutas que estaba en la mesa del centro.

— ¿Me llamabas, papá? - le sonrió mi padre a Quiron.

¿PAPÁ? NO ESTABA ENTENDIENDO NADA. Quiron nunca lo mencionaba, ¿era por eso? ¿Él era el viejo amigo de quien... contaba las historias?

— Will - volteó Quiron con una taza de café, capuchino, mi favorito.

De alguna manera, la cocina era suficientemente grande como para que Quiron entrara y se moviera con comodidad.

— Conocí a las sirenas por primera vez, son muy bonitas, pero sobrevivimos. Termine peleando con un cíclope, lo mate. Fue fácil. Lo mejor de todo es que... CONSEGUÍ EL ÚLTIMO LIBRO DE HARRY POTTER. — narraba William como si fue un niño pequeño —Disculpa por no mandarte una carta el último mes... estaba tan cerca de encontrarlo que me olvide, pero te prometo que esto no volverá a suceder.

— Tranquilo, sé que estabas bien. Confió en ti, hijo.

Ambos se miraron con cariño, Quiron nunca había mirado de esa manera a un campista. Lo amaba, lo amaba de verdad.

— Papá...

— ¿Sí, Will?

— Mi progenitor murió.

— No lo llames así, él es tu padre.

— ¿Un estúpido actor es mi padre? Me dejo en un orfanato, apenas mi madre me entrego a él, solo quiso adoptarme cuando tenía que limpiar su imagen y su asistente me veía más que él. Tuve que venir aquí por mi cuenta y él ni le importo mi desaparición.

— William, sabes que no todos los mortales están listos para asumir la responsabilidad de ser padres y su relación con tu madre fue...

— ¿Un choque y fuga?

— Algo así.

— Lo único bueno que hizo fue dejarme su herencia.

— ¿Qué harás entonces?

— No lo sé. Quiero viajar y conocer el mundo. Quiero una vida un poco más normal. A ella le hubiera gustado que siga adelante.

— Ariadne era una gran chica.

— Lo era. Muy inteligente, no puedo creer que en su misión... ella quería que nuestra próxima cita sea ver las estrellas. — William sonrió con tristeza mientras miraba un brazalete que aún tenía. — Quería ponerse el vestido que le regalo Halsey, decía que se iba a parecer Cenicienta. Lo cual es más irónico teniendo en cuenta que amaba el color azul.

— Ella siempre se compara con ella. — comenta Quiron tomando un sorbo de té.

— Lo hacía.

Ambos se quedaron un rato más hablando de la chica, parecía que tema favorito de papá, como si mencionarla fuera a hacer que se sienta más real. Algunas veces dejaba de hablar en pasado y Quiron lo notaba, pero le seguía la corriente. Ella era el verdadero amor de papá, se notaba, solo que murió muy pronto como para que estén juntos el tiempo que querían.

Después de unas horas, casi al anochecer, mi papá salió al lago sin antes dejar la nota y el reloj de bolsillo en el ático, que estaba mucho más vacío que ahora.

William se sentó en muelle mientras miraba el agua y el reflejo del sol en esta. No hacía nada, solo lo miraba. Los demás semidioses regresaban poco a poco a sus cabañas o al comedor para la cena, pero él no lo hacía, solo se perdía en sus sentimientos, como en una pequeña burbuja.

En eso, llego una perrita, creo que era un boyero de Berna... me gustaba aprender de animales. Se acercó hacia William en busca de algunos mimos, que él no dudó en darle.

— ¿Qué haces aquí, linda? - sonrió mientras jugaba con ella - Este no es lugar para animalitos tan adorables como tú.

La perrita se alejó un poco de él y una niebla cubrió todo el lago, no sé veía nada solo como la sombra de la perrita se convertía en una mujer.

— Debe de ser porque no soy una mascota - dijo una voz misteriosa antes de que toda la niebla se disipara en el aire.

Apareció frente a nosotros una chica, con la piel ligeramente bronceada, unos ojos hazel verdes, su estilo no era muy diferente al resto de chicas del campamento. Usaba un top rosa con unos shorts de jean. Tenía su cabello castaño y lacio cortado en capas, le quedaba muy bien. Era imposible quitar la mirada de ella, parecía... era Hecate, unos años más joven, a la visión que tuve de ella.

No tenía el aura de poder que la otra vez, actuaba mucho más natural, como si fuera otra campista.

— ¿Quién eres? - le pregunto mi papá

— ¿No sabes quién soy?

— Eres la diosa que me ayudo en la misión, eras un cuervo... pero nunca revelaste tu nombre.

— Prefiero el misterio. — le sonrió - Soy Hecate, William.

— Lo sabía.

— No lo sabías.

— No lo sabía. — replico - ¿Qué hace aquí?

— Visitándote, fue divertido acompañarte en la misión - le sonrió de vuelta antes de sentarse a su lado, a lo que William le dio una mirada de confusión - ¿Por qué me miras así? ¿Acaso los dioses no pueden divertirse un poco?

— No es eso. Solo de por qué encuentra diversión en misiones que ponen en riesgo la vida de otros.

— Añade adrenalina y más... mortalidad. Ser diosa puede ser un premio o castigo.

— ¿Qué es para usted?

— Ambos.

— ¿Por qué se sienta a hablar conmigo?

— Tú... añoras una vida más normal, sé que amas al campamento, tu familia y amigos, pero no quieres que esa sea toda tu vida, ¿no?

— ¿Cómo sabe-?

— Leo fácilmente a las personas y... lo comprendo. A veces me pregunto como será una vida mortal, más simple.

— Tal vez sin tantos lujos, poder y belleza.

Ella se rio.

— Lo sé, pero... es diferente. Quiero hacer más que cumplir con el papel que tengo.

— Lo entiendo, por gracioso que parezca. Nunca imagine tener algo en común con una diosa.

— No somos tan diferentes a ustedes.

— En sentimientos, no serán tan diferentes.

— William...

— ¿Sí?

— ¿Qué quieres para tu futuro? ¿Cómo lo ves?

— No lo sé, nunca me puse a pensar mucho en el futuro. Si eres semidiós, tienes suerte de tener uno. Muchos mueren incluso antes de entrar a la universidad. No tengo un motivo, me gusta aprender y ver cosas nuevas, pero no quisiera ir de lugar en lugar. Yo... quiero ser feliz, eso es todo lo que quiero para mi futuro.

— Yo... tengo algo que decirte, solo... no podía ocultártelo, tienes un corazón puro.

— ¿Qué es?

— Todo el año que buscarte a tu novia. Varios dioses sabían que ya había muerto, incluida tu madre... incluido Quiron.

El color y brillo de sus ojos desapareció en tan solo unos instantes.

— Mientes.

— ¿Por qué lo haría?

— Yo... ellos... mamá me mandaba ayuda para encontrar y mi papá... él me diría la verdad, no jugaría conmigo, jamás me mentiría. Mientes.

— Yo no quiero hacerte daño, William. Quiero ayudarte.

— ¿A QUÉ? ¿EN QUÉ ME QUIERES AYUDAR? ¿POR QUÉ REALMENTE ESTÁS AQUÍ?

— Vine a protegerte, no iba a dejar que mueras en tu próxima misión. Ya te lo dije, tienes un corazón demasiado puro, pero vives lleno de mentiras, y todos merecen saber la verdad. La mentira es lo único que provoca guerras.

— Vete.

— William-

— RETÍRESE.

La diosa vio el dolor en los ojos de mi padre y se marchó como una serpiente.

Mi padre ordenaba sus ideas mentalmente antes de ir a la casa grande.

El señor D, noto el enojo de mi padre fácilmente, él tenía un aura... una que cualquiera podía sentirla, estando molesto o calmado.

— Abernathy - lo llamo severamente el dios del vino

— Váyase al carajo - le respondió mi padre yendo directamente a la cocina, donde Quiron estaba preparando algunas galletas.

— Hi-

— ¿Lo sabías? - preguntó mi padre con lágrimas en los ojos

El centauro se detuvo y volteo a ver a mi padre, con un sentimiento de remordimiento.

— Sí.

— No te creo.

— William...

— No. Tú no. Lo esperaría de mi madre, tal vez, pero ¿tú?

— Sabes que por más que quiera no puedo oponerme antes los dioses.

— Si podías, me mentiste en mi propia cara, padre. Yo... tú dijiste... ¿Solo era un peón, otro héroe para ti? Me dabas falsas ilusiones cuando sabías que ella ya estaba muerta.

— No podía romperte el corazón.

— ¿Te sirvió de algo esto? Claro, tú obtuviste otro mágico objeto de un dios gracias a mi búsqueda. Siempre es lo mismo, siempre ganan algo.

— Yo no buscaba eso, hijo.

— No me vuelvas a llamar así. Solo me entrenaste, ya te sirve lo suficiente, ¿no crees? - ambos se miraban con dolor, ninguno hacía nada ni se movía de su sitio. — Me voy.

— William

— No volveré a este lugar de mierda, no para esperar mi muerto por los caprichos de ustedes. — él se estaba yendo cuando volteo a verlo - Todos los héroes que cuides se terminaran muriendo, si tú solo sigues las órdenes de los dioses, cada joven o niño que confíe en ti morirá a causa de tu cobardía, a causa de una misión por el egoísmo de los dioses. Si tú no vas a hacer algo, entonces lo hare yo.

— William...

— Adiós, Quiron

Mi padre fue hacia su cabaña y todos lo miraron extrañados cuando empacaba sus cosas. La pelirroja que lo había abrazado en la enfermería lo mientras se iba a la salida del campamento.

— ¿A dónde crees que vas, Willy?

— A una misión y espero que sea la última.

— Quiron no dio el anuncio y-

— Sabes que no regresaré.

— Cualquier cosa que haya pasado, podemos solucionarlo

— No, yo tengo que hacer algo. Aquí no voy a lograr nada.

— Solo... mantenme vivo, idiota - lo abrazo la chica - No le diré nada a los demás, pero ellos te dirían que busques ser feliz y no cometas tantas estupideces.

— No prometo lo de las estupides - ríe William antes de que la pelirroja le diera una daga con estrellas grabadas en ella... la misma que tenía mi padre en la caja... la misma que tenía yo.

— Tómala como un regalo y una búsqueda de ayuda. Ya sabes como activarla.

— Sí, pero-

— Te conozco tanto como lo hacía Ari, y sé que necesitaras de un amigo.

Ambos se despidieron y cuando papá salió, apareció Hecate.

— ¿Qué haces aquí? - le cuestiono mi padre sin verla, solo avanzaba

— Ya te lo dije, quiero ayudarte.

— ¿Y qué ganas tú con eso?

— Un poco de libertad.

— ¿No te necesitarán en tu reino?

— Pueden sobrevivir sin mí, y tengo a gente a cargo.

— Claro, eres una diosa.

— Que busca más humanidad, como tú. Ahora, te vuelvo a repetir la pregunta. ¿Qué quieres para tu futuro?

— Un cambio, justicia para los semidioses.

— Pero si te descubren serás considerado un traidor, ¿estás dispuesto a correr el riesgo?

— Lo sé, pero nadie hace nada y yo seré el que haga algo.

— Perfecto, te ayudaré con eso. — mi padre mostró su confusión, pero algo que tenía mi madre, transmitía confianza - Conozco el lugar perfecto donde empezar.

Mis padres comenzaron a trabajar juntos en 2008... yo nací en 2010... papá ahora tenía 16... en la otra visión lucía mayor, mucho mayor que 18. Alguien manipulo la anterior visión, la de brazalete... esto ¿Qué era verdad y que falso?

Tenía que regresar ahora.

Tome el reloj de mi bolsillo cuando mi madre volteo a verme.

— Querida.

Sentí que el calor de mi cuerpo se iba y no podía pronunciar nada más que...

— Mamá.

— Te falta mucho todavía, tienes todo lo necesario, no seas una pérdida de tiempo y mejora. No me avergüences.

— Sí.

Si mejoraba, podría conocer por fin a mi madre. Ella tendría las respuestas. Ella me ayudaría, trato de ayudar a papá y era mi madre.

Tome el reloj y todo se volvió negro.













.

.

.













✧*・゚*

Para cuando desperté, Mairin y Deo me miraban preocupados, seguía en el bosque.

— Despertaste - me abrazó Amadeo

— Te dije que no lo hicieras Adhara - Mairin me miraba muy molesta - Sabía que no estabas preparada.

— Lo estaba y lo logré

— Parecías muerta por casi dos horas. Trate de ver tus rasgos vitales y estábamos a punto de llevarte a la enfermería, Amadeo estaba loco de la preocupación y yo... me ibas a meter en problemas, me prometiste que eso no pasaría

Yo solo sonreí y los abracé.

— ¿El hecho también te trajo la locura? - pregunto Deo aun aferrándose a mí.

— Sé qué hacer, podría tener por fin la verdad.

— ¿De qué hablas?

— Que el hechizo me llevo a un momento exacto para decirme algo, ahora tendré la verdad de una vez por todas.

—¿Y cómo se supone que la tendrás?

— Alisten sus cosas, iremos a una misión.

— ¿Sin el permiso de Quiron?

— Sin su permiso, el señor D, no se preocupará... creo.

— ¿Y cuál será nuestra misión? - cuestiono Mairin

— Iremos a buscar a Hailey - dije mientras tomaba mi daga - La única persona que puede saber que planeaba mi padre y porque termino loco. La única persona que puede tener las respuestas.

— ¿Sabes que sin una profecía no podemos salir? Está prohibido - me recalco Amadeo

— ¿Y? Lo prohibido le añade un poco más de diversión.

















⋆˚。⋆୨♡୧⋆ ˚。⋆

Nos vemos de nuevo, mis queridas perdidas.

Quise hacer un especial pero se viene un nuevo acto (uno corto), de las aventuras de Ady, Mairin y Deo en busca de la verdad del pasado de Adhara, mientras van teniendo señales de su futura misión. ¿Y si va Chase también?

¿Cuál es su personaje favorito (del fic, no original?

Estuve pensando en crear un canal de difusión donde subiré adelantos de todos mis fics, datos de los personajes y algunas cosas más (podrán decidir algunas cosas que irán pasando en el fic) ¿Se unirían?

No se olviden de votar y comentar que me ayudaría mucho <333

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