Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜ́ɴɪᴄᴏ

Eran las tres de la mañana.

La señora Runa dormía abrazada a su marido, estando algo cansada debido al fuerte calor que había en la habitación, y el hambre insoportable que tenía.

Itsuki decide levantarse para ir a la cocina, tratando de no hacer mucho ruido para despertar a alguien de la casa.

La mujer tenía bastante hambre, pues no había comido casi nada últimamente; su trabajo y las hordas de zombies la habían tenido tan ocupada que ni siquiera pudo dormir temprano.

Sale de su cama, quitándose con cuidado el brazo de su marido que la rodeaba. Después se va de puntillas, saliendo de la habitación, pasando por el pasillo rápidamente, y bajando las escaleras hasta el primer piso de la casa.

Llega a la cocina y se acerca al refrigerador, abriendo la nevera.

"Perfecto." piensa Itsuki, mientras ve las paletas de hielo enfriándose en el molde, esperando ansiosamente para ser comidas.

Entonces, la señora Runa toma el molde y lo saca, con algo de dificultad a causa de que el molde estaba demasiado frío; para poder comerlo a gusto.

Vaya que valió mucho la pena saquear ese centro comercial. - Comenta la mujer, cerrando la nevera y dirigiéndose a la barra de la cocina para sentarse.

Sin embargo, ésta se sentía algo sola al comer en la cocina durante la noche, así que con cuidado, fue al segundo piso de la casa.

Quería ir al cuarto a comer el helado y prender un poco el ventilador, esperando que su esposo no se despertara repentinamente por eso.

El objetivo ahora es ir a su habitación, sin molestar a ninguno de los otros turnos nocturnos que estaban operando, o interrumpir el horario de sueño de sus compañeros de equipo.

Sube las escaleras y decide entrar de manera casi silenciosa al cuarto que compartía con su marido. Con mucha precaución, cierra la puerta de la habitación y comienza a gatear hasta donde está el pequeño ventilador, tratando de conectarlo.

Pero había un problema: No podía ver dónde conectarlo con las luces apagadas.

Decidida, va por una lámpara a su mesita de noche, sin embargo, cuando estaba a punto de tomarla, los brazos fuertes de su esposo la sostienen por la cintura.

¿Hace cuánto que estás despierto? - Pregunta la mujer.

Creo que desde que te levantaste... - Responde el peliverde. - Me extrañaba no sentir tu calor.

Perdón por despertarte. - Dijo algo apenada la mujer. - Pero me estoy muriendo quemada, es insoportable el clima de estos días. - Toma la lámpara de la mesita de noche y se va.

Con algo de sueño, Sukuwasa se limpia un poco los ojos para ver mejor lo que está haciendo su mujer.

¿Qué sucede? ¿Nos están atacando? - Pregunta el peliverde, mientras comienza a levantarse poco a poco de la cama.

No, sólo me levanté porque tengo mucho calor. - Responde la señora Runa, algo molesta a causa del sudor. - Así que fuí a comer una paleta helada. - Dice mientras conecta su ventilador.

Itsuki enciende el aparato, haciendo que el cuarto comenzara a refrescarse poco a poco.

Sukuwasa se acerca a su mujer, sentándose atrás de ella y abrazándola por la cintura.

¿Puedo acompañarte? - Pregunta el hombre, dándole un beso en la mejilla a su mujer.

La señora Runa decide darle una paleta a su marido, mientras disfruta de la brisa fresca del ventilador.

De acuerdo cariño. - Comienza acurrucarse en el pecho de su marido.

Y así, ambos se quedaron un buen rato, disfrutando del aire fresco y frío del ventilador, comiendo unas paletas heladas de sabor vainilla.

Runa. - Llama el hombre.

¿Sí? - Pregunta la mujer, mirando a su pareja.

Son las tres de la mañana, mejor hay que dormir un poco y descansar. - Dice el peliverde,

Es que tengo hambre, no comí casi nada el día de ayer. - Comenta la mujer, con un tono de decepción en su voz, recordando las veces en las que tuvo que abstenerse a comer debido al trabajo que tenía.

El peliverde se queda viendo a su esposa por unos segundos, pues se le hacía raro que se despertara tan temprano, pero se le hacía triste a la vez que ella le confesara eso, quizá estaba más estresada de lo normal.

Te lo dejaré pasar por esta vez. - Dice el peliverde, mientras se separa un poco de su esposa - Pero prométeme que te dormirás un rato más en la tarde, recuerda que tienes que descansar. - Sukuwasa se levanta para ir a la cama.

Sí papi~... - Contesta con un tono de burla y coqueteo Itsuki. - ¿Cariño?

El mayor voltea a ver a su pareja. - ¿Sí?

La mujer se levanta de su lugar, y en medio de la oscuridad y el calor, va con su pareja, rodeando su cuello con los brazos para poder besarlo.

El beso fue corto y en los labios, pero algo romántico, algo tierno desde el punto de vista del hombre de cabello verde.

Te quiero. - Dice la mujer mayor, separándose un poco de su pareja.

Yo también te quiero mucho, querida. - Responde el hombre mayor. - Si te vas a descansar, tal vez tengamos tiempo para hacer otras cosas.

¿A qué te refieres? ~ - Pregunta algo coqueta Itsuki.

El mayor la sostiene de la cintura y la acerca hacia él. - Tal vez lo averigues después~... - Antes de que la mujer diga algo, este le da una sutil nalgada, dirigiéndose de nuevo a su cama.











- ℛℴ𝓈ℯ𝓏ℴ𝓃ℯ𝓈.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro