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Antes de iniciar quiero aclarar que al igual que Tae se menciona a Jimin versión fem.
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Habian transcurrido alrededor de veinte minutos desde que inició la hora del almuerzo y yo aún no probaba bocado. Estaba concentrada mirando a mi alrededor con la esperanza de encontrar a mi pequeño novio, porque le prometi comer juntos en la hora del almuerzo y por supuesto que no iba a romper mi promesa.
—Deberias comer un poco, ya queda menos de la mitad del receso —me dijo Namjoon, mi compañera y amiga de grado—. De lo contrario Seokjin se comerá tu comida en cuanto se termine la suya.
—Claro, yo puedo ayudarte con tu comida con gusto. —afirmó Seokjin con la boca llena.
—Esperare un poco más, el no debe tardar —dije sacando mi móvil para escribirle un mensaje—. Quizá tuvo un percance y por eso viene retrasado.
Tae:
Aún te espero en el comedor, ¿Todo bien, mi pequeño?
11:24 am
Guardé mi teléfono y enseguida senti las miradas de mis amigos llenas de reprobación.
—¿Qué pasa?
—Tratas a Jungkook como si fuera un niño pequeño —murmuró Seokjin sin despegar los ojos de su comida—. No parece que sea tu novio, más bien pareces su niñera.
—¿Qué dices? Yo no soy niñera de nadie.
—Lo que Seokjin intenta decir es que tal vez eres un poco sobreprotectora con Jungkook, solo un poco —añadió Namjoon con timidez—. O tal vez demasiado.
—Eso no es cierto, yo solo cuido de el —contesté un tanto ofendida.
¿Qué de malo tenia tratar de manera tierna a mi novio? Solo intentaba demostrarle mi amor.
—¿Y a Jungkook le gusta que lo trates así? Por cierto, ¿ya se dieron su primer beso al fin? —preguntó Seokjin con curiosidad y yo me removi incómoda desviando la mirada hacia un costado— Umm, ya veo. A este paso, quizás se besen hasta el día de graduación.
—¡Taehyung! Ahí viene Jungkook —comentó Seokjin señalando con su dedo indice hacia mis espaldas.
Giré la cabeza tan rápido que podria jurar escuchar crujir mis propios huesos. Ver a mi novio corriendo con su bandeja de comida en manos me pareció algo bastante tierno. Su boca estaba entreabierta y su expresión era sofocada.
—Mi pequeño... —murmuré con una amplia sonrisa.
—Tu pequeño se va a... —un estruendoso ruido nos hizo cerrar los ojos— Caer.
—¡Jungkook! —grité asustada viendo a mi pequeño novio tirado en el suelo—. ¿Te encuentras bien? ¿te lastimaste? Te llevaré a la enfermería.
—Taetae... —murmuró con las mejillas rojas de la vergüenza— Estoy bien, no es necesario.
Las burlas de los demás alumnos en el comedor se hicieron presentes. Pero solo bastó con dedicarles una mirada llena de odio para que desviaran sus ojos y callaran sus risas.
—Toma —le extendi mi mano para ayudarlo a levantarse. Una vez de pie, limpié con un pañuelo todos los restos de comida que estaban sobre su ropa—. Creo que tengo un suéter tuyo en mi casillero, podemos ir por el ahora.
—Taehyungie —me sostuvo del brazo rápidamente—. Estoy bien asi, de verdad no te preocupes.
—¿Estas seguro? —pregunté recibiendo un asentimiento de su parte—. Ven, compartiré de mi comida contigo.
—No tienes que hacer eso, es tu comida —me dijo con la mirada baja y yo solo le sonrei antes de obligarlo a tomar asiento a un costado de mi en la mesa del comedor—. Además no tengo mucho apetito.
—Eres mi pequeño novio, puedo compartir el almuerzo contigo —le dije entrelazando nuestras manos por debajo de la mesa, cosa que me hizo sonrojar pero traté de disimular.
—Hola... —saludo Jungkook timidamente a mis amigos.
—Hola pequeño Jungkook, ¿qué tal el golpe? —le preguntó Seokjin con diversión.
—Estuvo... bien —respondió mi novio intentando sonreír.
—Hola Kook, hoy saliste un poco tarde de clases ¿no? —esta vez fue Namjoon quien comentó—. Taehyung por poco se queda sin comer por esperarte.
—Lo siento mucho —musitó Jungkook mirándome con disculpa— Me entretuve haciendo un trabajo y no me di cuenta de la hora.
—No pasa nada —contesté restandole importancia para luego tomar un trozo de carne con mi tenedor y ofrecérselo a mi novio en la boca—. Abre
—Por dios, que alguien me pase mi insulina —escuché a Seokjin murmurar por lo bajo—. Recordé que tengo que estudiar para el de matemáticas, ¿me acompañas al salón, Namjoon?
—¿Tenemos examen? —preguntó Namjoon desorientado.
—Si, lo mencionó el profesor ayer cuando nos dictó la tarea.
—¿Habia tarea? —preguntó esta vez alarmado.
Seokjin simplemente negó con desaprobación antes de llevarse a un confundido Namjoon con el, quizás en los cinco minutos restantes para entrar a clase podría hacerlo estudiar aunque sea un poco.
Las manos de Jungkook y las mías seguían entrelazadas. El masticaba la carne que le habia dado segundos antes, se veia tan adorable, ¿cómo es que un ser humano podia verse tan adorable masticando comida?
—Gracias por esperarme Taetae, eres muy linda, te quiero —senti mi corazón latir tan rápidamente que pensé que se me saldría del pecho.
—Y yo a ti, pequeño —le dije atreviéndome a plantarle un beso sobre su mejilla.
Si bien, es cierto que no estábamos acostumbradas a tener ese tipo de contacto físico, pienso que es algo normal darle besos en la mejilla de vez en cuando. Yo a mis diecisiete y el a sus dieciséis, por supuesto que es normal darnos cariño, claro, aunque ese cariño nо se compararia nunca al que suele darse mi amiga Jimin con su novio Yoongi, unos amigos de un grado mayor al mío.
Me pregunto si algún día yo también me daré ese tipo de afecto con Jungkook. El solo pensarlo hace que me de un escalofrío en todo el cuerpo.
—Tae, ¿estás bien? —estaba tan inundada en mis pensamientos que no había prestado atención a Jungkook.
—Perdona ¿qué dijiste?
—Que ya sonó la campana, se terminó el receso, perdóname porque te hice esperar mucho tiempo y también porque tuviste que compartir tu almuerzo conmigo —me dijo con un puchero en los labios y yo no pude hacer nada más que estrujarlo entre mis brazos coma si de un oso se tratase—. ¿Me perdonas?
—No tengo nada que perdonarte Kookie, para eso soy tu novia.
—Gracias Tae, ¿puedo acompañarte a casa después de clases? —yo asenti emocionada—. Bien, te buscaré a la salida.
—Seguro que sí.
—Debo irme a clase Tae, me toca Historia y el profesor es muy estricto.
—Nos vemos más tarde Jungkookie —le dije con una sonrisa de oreja a oreja viéndolo agitar su mano a modo de despedida. No le quité la mirada de encima hasta verlo desaparecer por la entrada del comedor.
Suspiré sin poder evitarlo, realmente estoy tan enamorada de Jungkook. Tan enamorada que por un momento había olvidado que tenía examen y en lugar de apresurarme, solo permanecia ahí, estática, suspirando por mi novio, mi pequeño novio.
Las horas restantes de clase pasaron tan lento, que sentía que en cualquier momento me quedaría dormida. Me senti orgullosa de haber aprobado con buena nota mi examen, a pesar de no haber estudiado, supongo que hoy es mi dia de suerte.
Cuando sonó la campanilla avisando la hora de salida, suspiré de alegria y me dediqué a guardar todas mis cosas para salir y encontrarme con Jungkook.
—Taehyung, ¿te vas con nosotros? —me preguntó Seokjin con su mochila ya en la espalda.
—Me iré con Jungkook, las veré mañana chicos.
—¡Hasta mañana, Taehyung! —dijeron al unisono. Ambos salieron del aula y yo aún continuaba guardando y acomodando mis libros ordenadamente dentro de mi mochila. Suspendí mi acción por un par de segundos al sentir una mirada sobre mí. Esperaba que fuera Jungkook, pero por desgracia, no lo era.
Un compañero de clase de nombre Jung Hoseok me observaba descaradamente desde su asiento. Yo carraspeé la garganta queriendo mostrarle mi incomodidad, pero eso solo hizo que se acercara hasta a mi.
—Hola Taehyung.
—Hola Hoseok —lo saludé sin dejar de guardar mis cosas en la mochila. Miré de reojo para corroborar que ya no quedaba nadie más que nosotros en el salón. Maldije por lo bajo.
—Hoy no te has ido con tus amigos.
—No, hoy no —le dije cargando por fin mi mochila sobre la espalda—. Disculpa pero tengo que irme.
—Espera... —Se puso frente a mí haciéndome retroceder unos pasos—. Casi nunca puedo encontrarte sola y hoy que lo hice... ¿quisieras ir al cine conmigo? ir por un café o tomar un helado, dar una vuelta al parque, no sé
Lo miré con sorpresa, pues no me imaginé que me invitaría a salir. Nunca antes había hecho el intento por hablarme o acercarse a mi hasta hoy.
—Lo lamento, estos días estoy muy ocupada —murmuré intentando no sonar grosera, pero es que en realidad no me apetecía salir con él.
—Puedo esperar a que llegue el día en que estés libre, no tengo problema. De verdad quiero salir contigo —confesó con las manos dentro de sus bolsillos—. Taehyung, me gustas mucho, quiero que seas mi novia.
Mis ojos se abrieron excesivamente. Lo primero que pensé fue en huir de ahí, pero eso no sería muy maduro de mi parte, tenía que enfrentarlo y rechazarlo de frente.
Si tan solo no me hubiese tardado tanto tiempo en debatir mis pensamientos....
Jungkook se encontraba parado justo en el marco de la puerta con una mirada indecifrable.
Las palabras no me salian de la boca, me encontraba paralizada.
—¡Jungkook! —grité su nombre, el me miró por un par de segundos pero después dio la media vuelta y se marchó—. No...
Quise ir detrás de ella, pero Hoseok me freno tomándome del brazo sin ejercer tanta presión.
—¿Podrias soltarme? Mi novio se acaba de ir muy enojado —le dije con molestia. Después de unos segundos me soltó y se hizo a un lado permitiéndorme el paso, cosa que agradeci.
Sali corriendo del aula, busqué a Jungkook por los pasilios pero no estaba. Para mi suerte, lo encontré en el jardín, sentado en una banca abrazando su mochila sobre sus piernas. Me acerqué despacio intentando no hacer ruido y cuando estuve lo suficientemente cerca de el pude escuchar sus sollozos. Se me estrujó el corazón, lo había hecho llorar.
—Jungkook... —hablé y sus sollozos pararon, pero aún así se negaba a levantar la cara—. Jungkookie
Al no recibir respuesta, me dispuse a pasar mi mano sobre su espalda a modo de caricia. Esperaba no ser rechazada.
Afortunadamente no se negó a recibir mi contacto y poco a poco fue levantando la cara. Sus ojos estaban rojos y más pequeños de lo normal. Me sentía tan mal de verlo asi que me daban ganas de llorar junto a el.
—Ese chico, es muy guapo y tú le gustas —me dijo con una voz apenas audible.
—Pero él no me gusta a mi —le aseguré entrelazando una de mis manos con la de el—. A mi me gustas tú.
—¿Por qué te gusto yo? Soy solo un nerd y no soy tan bonito, tu si eres bonita.
—Eres precioso, lo más hermoso que mis ojos hayan visto antes —le dije tomando su mentón suavemente para conectar nuestras miradas—. Estoy enamorada de ti y solo de ti. Solo me importas tú.
—Yo también estoy enamorada de ti —me confesó con una mirada profunda.
Aunque me encantaba tanto mirar sus ojos cafés, fue inevitable que mi mirada se posara esta vez directamente sobre sus labios, esos apetecibles, rosados y suaves labios que en ocasiones me hacían perder la cordura. Nunca antes había sentido tantas ganas de besarlo como ahora, a pesar de llevar saliendo casi cinco meses, era cierto que no habíamos compartido nuestro primer beso.
¿Por qué? Ni yo misma lo sabía, solo no se había dado ni el momento ni el lugar. Como siempre y antes de que me decidiera por hacerlo, Jungkook tomó la iniciativa de pegar sus labios con los míos en un tierno e inocente beso que me hizo tocar las estrellas.
Cerré mis ojos completamente maravillada. Toqué mis labios con la punta de mis dedos y sonrei sintiéndome la chica más feliz del mundo. El primer beso con mi novio había sido fenomenal.
—¿Te gustó mi beso?
—Me encanto —le confesé sintiendo mis mejillas calientes. Quería más besos de Jungkook, tantos como fueran posibles—. Fuiste mi primer beso Jungkookie.
—Y tú el mio —murmuró mi pequeño novio con un poco de rubor en sus mejillas—. Vamos, te acompañaré a casa como buen novio que soy.
—Eso me parece muy bien.
Jungkook entrelazó nuestras manos y juntos caminamos hasta mi casa. Durante todo el trayecto no paramos de hablar sobre cómo nos fue en nuestro día en el colegio y sobre alguna que otra cosa irrelevante. Una vez que llegamos a mi casa, Jungkook se detuvo aun sin soltar mi mano.
—Llegamos... —murmuró con una sonrisa nerviosa.
—¿Te gustaria ver una pelicula conmigo? —le pregunté sin más. No quería que se fuera, aún quería pasar tiempo con el. No me bastaba con los pocos minutos que pasábamos juntos en la escuela. Con suerte me daría un par de besitos más, aunque fuera solo uno, lo apreciaria—. Sabes que mis padres regresan después de las ocho, apenas son las tres, tenemos tiempo para ver una película, incluso puedo intentar cocinarte algo...
—Te acompañaré Taetae, porque no me gusta que pases tanto tiempo sola —me dijo dando un leve apretón sobre nuestras manos.
—En realidad no es tan malo estar sola en casa, puedo ver películas toda la tarde sin interrupciones, incluso puedo poner música a todo volumen y bailar —le dije mientras ambos nos adentrabamos a mi casa—. Además puedo invitar a mi novio a ver películas conmigo y darle besitos.
Senti como se tensaba al escuchar lo último, ¿A caso no le gusto besarme? No podía descartar el hecho de que tal vez sólo me haya besado por presión, es decir, en cinco meses no habíamos compartido más que tiernos besos en la mejilla y largos abrazos. No es que no me gustara pero sentía que poco a poco debíamos avanzar. Un par de besitos en los labios de vez en cuando no estarían nada mal. Pero todo seria a su tiempo y si mi pequeño novio aún no estaba preparado para compartir ese contacto conmigo, entonces yo lo esperaría el tiempo que fuera necesario.
—¿Tú... a ti te gusta que te de besos en la boca Tae? —me preguntó un tanto dudoso. Yo asenti con mi cabeza sin despegarle la mirada de encima—. Yo... no sé cómo besar bien, pero voy a aprender, para darte besos que te gusten.
—Ten por segura que todos tus besos me gustarán Jungkookie —le contesté dejando un beso sobre su nariz rápidamente—. Iré a preparar unos sandwiches a la cocina mientras que tú eliges la película, ¿te parece?
—Lo haré, ¿qué género prefieres?
—En la repisa hay varias peliculas, algunas son de mi padre, pero la mayoría son mías, puedes escoger la que más te guste.
Después de eso me adentré hasta la cocina para preparar los sandwiches. Para mi buena suerte encontré un tazón de fresas dentro del refrigerador, sabía que era la fruta favorita de mi novio asi que estaba segura de que le encantarían.
Solo tardé un par de minutos en acomodar las fresas en forma de corazón sobre un plato extendido, verti un poco de chocolate blanco sobre ellas y decoré con un par de chispas de chocolate. Mis sandwiches ya estaban listos al igual que un par de sodas que tomé del refrigerador.
—Tae... —escuché como Jungkook me llamaba, así que con ayuda de una bandeja para poder llevar todo, me dirigí hasta el.
—Todo está listo, ¿escogiste la película? —le pregunté mientras acomodaba todo sobre la pequeña mesa del centro.
—Hay una que quiero ver —me mostró la portada de la película y yo lo miré un tanto sorprendida— Las 50 sombras de Grey, nunca la he visto, me gustaría ver esa, solo si tú quieres.
—Esa es una de las películas de mi padre... sabes que es para mayores de edad ¿cierto? —le pregunté con diversión. De todo el gran repertorio de películas que tenía en casa, Jungkook se había decidido por ver una para adultos.
—Que gran problema... no somos mayores de edad —murmuró rascándose la cabeza.
—¿De verdad quieres verla? —le pregunté y Jungkook asintió apenado desviando la mirada—. De acuerdo, no seriamos ni los primeras ni los últimos en ver una película para adultos siendo menores. Esta bien, hay que verla.
Mientras que Jungkook colocaba la película, yo fui corriendo a la cocina en busca de un tazón de palomitas, eso no podía faltar nunca en una tarde de películas. Ambos nos sentamos a un lado del otro, el sofá era lo suficientemente grande para los dos. Mi novio quedó maravillado con el plato de fresas y con todo lo que prepare en general.
¿Seria muy atrevido de mi parte tomarla de la mano? No lo creo.
Acerqué una de mis manos poco a poco cerca de la suya que descansaba sobre el sofá, al parecer el entendió lo que intentaba hacer porque me ahorró la tarea de entrelazar nuestras manos.
—Te quiero —murmuró en voz baja y seguido de esto llevó su mirada al frente donde se proyectaba la película. Yo sonreí como una boba sintiendo mi corazón golpear como un martillo.
—Te quiero también, Jungkookie.
Los primeros minutos de la película acapararon nuestra atención. En ese tiempo mi pequeño y yo compartimos un par de caricias tiernas, besos en la mejilla y en la nariz, como me gustaba hacerlo. Lo verdaderamente difícil vino casi una hora después. Aunque ya sabíamos que la película era para mayores, no dejaba de ser vergonzoso mirar escenas así. Cuando los protagonistas tuvieron un momento íntimo, Jungkook se removió del sofá con incomodidad, rompió nuestro contacto y cubrió con sus manos rápidamente su entrepierna.
—¿Te sientes bien pequeño? —le pregunté con preocupación. El solo asintió con la cabeza sin mirarme, sus mejillas estaban rojas y sobre su frente se podían ver recorrer unas cuantas gotas de sudor—. ¿Quieres que quite la película?
—Sería... sería lo mejor —dijo por fin conectando su mirada con la mía—. Me siento extraño, no quisiera incomodarte.
Espera un momento... ¿a caso mi pequeño novio estaba teniendo una erección? No era una experta sobre eso, pero al menos de lo básico que me habían enseñado en la escuela si tenía conocimiento.
—Taehyungie... —escuché un jadeó de parte de Jungkook que me hizo alarmar.
¿Pero qué debería hacer yo? No soportaba ver a mi novio sufrir.
—Te ayudaré con eso Jungkook...
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