14 de Septiembre, 2000

Yugyeom salio de la sala de parto con sangre en su bata y guantes latex azules. Su rostro mostrando una expresión decaida, un rastro de lagrimas y un rojo intenso en sus ojos y mejillas.
A paso lento se recosto en una pared y se deslizo en ella, sintiendo que lo que acababa de pasar no era real, solo una pesadilla. El no podia perder a su esposa.

Se permitio llorar de nuevo. Lastimosamente no estaba soñando. Yugyeom habia perdido lo que mas amaba en su vida.

―¡Irene! ―exclamo una mujer mayor―, ¡mi hija! ¡¿donde esta mi hija?! ―preguntaba a cada enfermera o doctor que pasara cerca.

―¡Yugyeom! ―grito un hombre mayor al ver al pelinegro en el piso. Este le devolvio la mirada sin expresión alguna.

―¡Gyeommie! ―la mujer se aproximo rapidamente y se hinco frente al hombre.― .Cariño ―lo tomo por las manos―, ¿Irene, dónde esta? ―sonrió― ¿El parto salio bien? ¿Y mi nieto?

―Señora Bae... ―dijo con lagrimas en sus ojos― Lo siento mucho. ―musito con dolor.

―¿Qué dices? ―pregunto riendo nerviosa― ¿Donde esta mi hija? ¿Por qué no estas con ella?

―¿Por qué hay sangre en tu ropa? ―cuestiono el hombre. Este tenia un ojo color azul con un toque amielado, similar al que tenia Jisung e Irene.― Yugyeom ¿dónde esta mi hija? ―pregunto temor.

―... Fallecio... Luego de dar a luz a Jisung... ―respondio entre sollozos.

Los padres de la castaña negaron entre lagrimas, la mujer golpeaba su pecho mientras el hombre la abrazaba. Negando que fuese verdad. El hombre pelinegro jalo sus cabellos, llorando a la par que sus suegros.

La doctora llego acompañada de enfermeros luego de sacar a Irene de la sala de parto. La doctora soporto algunos insultos y agarres agresivos por parte de los padres de la castaña y el señor Han, no se quejaba, sentia que lo merecia. Luego de explicar que Irene habia fallecido por perder mucha sangre y que no podian hacer nada, la familia fue llevada a una habitación.

Los señores Bae se encontraban abrazados mientras Yugyeom a un lado de ellos con la mirada perdida.

―Cariño, ―la mujer mayor tomo la mano del hombre pelinegro― esto no fue culpa tuya.

―Mi esposa tiene razón ―hablo el otro hombre―. Yugyeom... Eres padre ahora, no puedes perder la cabeza por completo.

―... ―nada. Ni una palabra salia de los labios del pelinegro.

Luego de un momento de silencio, tres personas mas cruzaron la puerta. Los señores Han acompañados de su otro hijo mayor. La señora Han portaba un vestido café, muy elegante, el señor Han vestía un traje negro de corbata azul mientras su hijo mayor portaba algo casual.

―¿Y bien? ―hablo la madre del pelinegro― ¿Qué haras? ―se dirigio a Yugyeom

―Señor Han ―una enfermera entro con un bulto azul entre sus brazos―, el bebé Jisung logro descansar un poco, me avisaron que ya podía llevarselo. ―anuncio con una pequeña sonrisa.

Yugyeom ni siquiera miro a la enfermera.

La familia  Han se acerco a ver al bebé. La mujer le miro con cara de asco y espanto.― Que desgracia. Porta la misma maldición que su madre. ―murmuro mirando el ojo bicolor que tenia Jisung en su lado izquierdo.

―¿Puedo? ―el hermano mayor miro con ojos brillantes a la enfermera, esperando que pudiera permitirle cargar a su sobrino.

―Adelante ―le entrego con cuidado al bebé.

―Gracias ―susurro con emoción―. Hola pequeño. ―rió bajo al ver como la pequeña manita de su sobrino tomaba uno de sus dedos.― Soy el tío Mark ―sonrió.

―Mark ―le hablo su madre en forma de advertencia―, suelta eso, te traera mala suerte. Como su lamentable madre.

―Señora Han ―la madre de Irene se pudo de pie con el ceño fruncido―, le pedire que no hable asi de mi hija.

La mujer le miro con desprecio.― Ustedes, toda la familia Bae trae mala suerte. Estan malditos. ―dijo.

―¡Disculpese ahora mismo! ―exclamo el señor Bae abrazando a su esposa.

―Sabe que es verdad ―les señalo―. Toda su familia es una desgracia por solo portar ese ojo ―miro el orbe diferente en el señor Bae―. ¿A caso no perdieron a un hijo antes de Irene?

―¡Eso no tiene nada qué ver con que mi familia sea diferente! ―exclamo la señora Bae entre sollozos―. ¡Fueron causas completamente distintas!

―Su familia siempre fue desdichosa, rodeada por desgracias familiares. Ahora han perdido a su hija por culpa de este bebé

―¡¿Cómo se atreve?! ―la señalo el señor Bae.― Ese bebé es su nieto, es su familia ―dijo con enojo

―¡Esa cosa no tiene nada que ver conmigo! Las maldiciones no se consideran familia ―dijo entre dientes―. Desde que mi hijo se metio con la suya solo trajo desorden y desgracia a mi familia. Esta es su condena ―miro a Yugyeom.

―¿Cómo una madre puede decir eso? ―cuestiono la señora Bae― Su hijo no cometio ningun pecado, solo amo a una persona con rasgos diferentes ―dijo derramando lagrimas.

―Le dije que esa familia estaba condenada a la desdicha, ahora que el cargue con ese peso. Como madre adverti a mi hijo, no me escucho... Es asunto suyo ahora. ―se giro mirando a Mark con el bebé en brazos.― Yugyeom ―llamo al pelinegro pero este seguia perdido― ¡Han Yugyeom! ―exclamo sobresaltando a los presentes y haciendo que el bebé empezara a sollozar

―¿Si madre? ―la miro con cansancio.

―Tenemos que hablar ―suspiro―. Hay que ver que hacer con esta cosa ―miro con desprecio a la bolita azul en brazos de su hijo mayor.

Mark le entrego a los señores Bae al pequeño Jisung y salio junto a su familia. Miro a su hermano, se notaba abatido, perdido. Sus padres siempre habian criticado lo diferente pero sabia cuando Yugyeom habia amado a Irene, tanto que decidio alejarse de la familia para tener una vida junto a la muchacha castaña.

―Escucha bien ―la mujer tomo su celular―, llamaron del estudio y quieren que des el reportaje de un incendio ocurrido en Busan.

―Pero mamá-

―No puedes negarte, te estan tomando en cuenta, no puedes dejar pasar esta oportunidad solo así podras ascender mas rapido en ser periodista. Tu podras ser el rostro de las noticias pronto ―dijo entregandole un celular―. Inicias en quince minutos.

―Madre ―hablo Mark detras de su hermano menor―, el esta pasando por un momento dificil, no puede simplemente ir y dar el reportaje como si nada ―fruncio el ceño―. Yugyeom tiene un hijo ahora, debe hacerse cargo de el

―Creo que Mark tiene razón ―murmuro Yugyeom―, no me siento bien como para salir en televisión... Acabo de perder a mi esposa ―la miro con ojos cristalinos.

―¿Y qué? ¿Te encerraras a lamentarte todos los días? ―dijo con seriedad―. Tienes que avanzar, no hay tiempo para lamentarse, eres un reportero con ganas de ser un gran periodista ¿cierto? ―no espero a que el pelinegro respondiera― Toma las oportunidades, las emociones vienen sobrando, no importan ahora.

―¿Qué hay con el bebé? ―pregunto el señor Han después de mucho.

―Esa bolita de conflictos ya la tengo solucionada, tu y Mark esperen en el auto. ―los hombres suspiraron e hicieron lo que la mujer pidio― Escucha ―le entrego una maleta a su hijo menor―, iras a cambiarte, te veras presentable para aparecer en televisión ―acaricio su cabello―. Mande un informe a los noticieros y periodicos locales, ya todo esta solucionado, cariño

―¿Qué? ―la miro con el ceño fruncido.― ¿Qué hiciste?

―Una madre siempre querra lo mejor para su hijo

―¿Qué hiciste, madre?

―No mucho ―suspiro con una sonrisa―, solo dije que perdiste a tu esposa... Y a tu hijo

―Pero Jisu-

―Lo se, lo se ―rio bajo―, es solo para darle un toque de compasión al director encargado, así podras ser periodista lo mas pronto posible, tu vida mejorara por mucho ya lo veras. En cuanto al bebé solo tienes que dejarlo en casa, no puedes dejar que vean que tienes un hijo

―Pero eso sera casi imposible...

―Mami se encargara de todo, no te preocupes. Solo concentrate en el trabajo ¿de acuerdo?

―De acuerdo ―dijo sin muchos animos.

―Yugyeommie ―acaricio la mejilla de su hijo y se acerco a su oido―... Recuerda que ese bebé, le arrebato la vida a tu esposa. Ese hijo tuyo... Es la desdicha de tu familia

Los ojos del pelinegro se oscurecieron. Asintio esta vez mirando el interior de la habitación, sus ojos fijamente en su bebé. Su madre tenia razón.

―Ire adentro, tomare a esa cosita y lo llevare a casa donde lo cuidaran mientras no estes. Sobre la familia Bae tampoco te preocupes, no quiero que esten cerca de nosotros y armen un alboroto. A tu hijo no le faltara nada eso puedo prometerlo, solo hay que mantenerlo al margen de las cosas así que no tendra comunicación con sus abuelos maternos, tal vez verlos una vez al año sea suficiente pero no con frecuencia, eso podria darte una mala imagen.

―Esta bien...

―Ve a arreglarte entonces. Mami esta orgullosa de su lindo hijo ―sonrió besando su frente―. Ve

Yugyeom fue a cambiarse, la señora Han entro arrebatando al bebé en los brazos del señor Bae, luego de algunas discusiones se dispuso a ir a casa. Decir que los Han era una familia adinerada no era de extrañarse, Los señores Han tenian empresas en su poder, el mayor, Mark, tenia su propia disquera junto a su amigo Jackson. En tanto Yugyeom se convertiria en un reportero, pronto un periodista existoso.
Al llegar a una de las grandes casas de la familia Han, la mujer entro con una maleta azul y al bebé envuelto en sabanas, algo fastidiada por el llanto del chiquillo en todo el camino. Esa casa seria el nuevo hogar de su hijo, la habia mandado a limpiar para este momento.

Frente a ella se hallaba un hombre y una mujer los cuales tomaron sus cosas, la mujer la maleta y el hombre al bebé tratando de arrullarlo.

―¿Esta todo listo? Mi hijo llegara mas tarde, estara viviendo aquí a partir de ahora. No quiero que sea molestado por pequeñeces como cosas del pequeño estorbo, por eso estaran ustedes.

―Si señora ―dijeron al unisono.

―Mamá ―Mark entro mirando al bebé en los brazos de uno de los empleados de la casa.

―Cariño, no quiero escuchar mas sobre el día de hoy ―suspiro la mujer.

―Pero el bebé-

―No te preocupes, Ryujin y Seungkwan se encargaran de el, ahora me voy. Necesito tomar un baño caliente, fue un dia agotador ―rio saliendo de la casa.

―... ¿Ella espera que sea criado de esta forma? ―murmuro mirando al bebé un poco mas tranquilo.

―Joven Mark, ―hablo Ryujin― no se preocupe, haremos lo posible por cuidar de él.

―Lo se ―le sonrio a la rubia―, ustedes siempre han sido mas padres que los mios

―Escuchamos de la señora Han... Que la criatura perdio a su madre un tiempo después del parto ―dijo Seungkwan acariciando las mejillas del bebé ya apunto de dormir.

Mark asintio― Creen que esta maldito o algo asi por solo tener una caracteristica peculiar ―sonrió―. Es muy similar a su madre, Irene tenia un ojo de color diferente, era hermoso. Su nombre es Jisung.

―Tu no eres todas esas cosas ¿verdad? No lo eres, eres una cosita hermosa ―rió Seungkwan mientras hacia caras a la bolita envuelta en la manta azul.

―Kwannie, ¿puedo? ―extendio sus brazos al bebé

―Por supuesto ―se lo entrego con cuidado―. Iremos a acomodar las cosas en la habitación del bebé, lo esperamos arriba.

―Seguro, los veo en un rato

Las dos personas se retiraron dejando a Mark a solas con el bebé.

―Papá no cuidara bien de ti, al menos eso supongo y espero equivocarme ―le hablo al pequeño que tenia el dedo atrapado entre sus manitos―. Sera dificil Jisung ―sonrio viendo como ahora el pequeño metia un puño completo a su boca―, pero prometo estar contigo en cada momento, ser el padre que mereces...

Dejo un casto beso en la frente de Jisung y camino a la nueva habitación de JIsung para poder darle de comer. Mark no tenia ni una idea sobre la paternidad pero aprendio mucho de Ryujin y Seungkwan los cuales cuidaron de el a una edad temprana. Desde ahora el pequeño Jisung no estaria solo.