Capítulo 10: Confesiones
—Qué horror... Soy la única cuerda en esta mesa —dijo Lisa mirando como Jisoo y Jennie estaban recargadas sobre la mesa a punto de perder la conciencia— Roseanne... Diablos, Roseanne ¡No te duermas! Necesito que me ayudes con ellas—movió a su hermana de un lado a otro con el fin de quitarle la cara risueña— Pareces como si te hubieras fumado algo.
—Lisa, no me sueltes... Me siento mareada —murmuró Roseanne sosteniendo sus manos sobre la mesa— Agárrame... Me voy a caer.
—No vas a caerte, ni siquiera te has puesto de pie Roseanne —mencionó Lisa con molestia— Recuérdame nunca volver a dejar que tomes.
—L-lo siento...
—¿Crees poder ayudarme a llevar a las chicas al coche? —preguntó tratando de levantar el cuerpo de Jisoo. Vio a Roseanne caerse al piso al momento de ponerse de pie y suspiró con poca paciencia— Olvídalo, espera aquí, yo las llevaré, no te muevas de donde estás.
—Qué...—Jisoo murmuró con los ojos cerrados.
—Jisoo, ¿podrías subir a mi espalda? Te llevaré al auto —dijo Lisa tratando de hacer que Jisoo se pusiera de pie— No te dejes caer, coopera por favor...
—¿Co-cooperar? —preguntó con una sonrisa risueña. De pronto le vino a la mente la escena de una película para mayores de edad en donde un chico le decía a la chica que tenía que aflojar y cooperar. Si Lin le iba a hacer lo mismo que el chico le hizo a la chica, entonces por supuesto que iba a cooperar.
—Sí, por favor, no puedo sola.
—Aflojar y cooperar, aflojar y cooperar... —murmuraba Jisoo haciendo que Lisa la mirara confundida— Aflojar y...
—¿Se le ofrece algo más joven? —interrumpió un mesero con uniforme impecable.
—Eh sí... la cuenta, por favor —contestó Lisa con Jisoo entre los brazos— No pediremos nada más, como verá tengo a mi compañía un poco pasada de copas—añadió señalando a Jennie durmiendo sobre la mesa y a Roseanne tratando de levantarse del piso con torpeza.
—Sí, ya veo —contestó el mesero— Por favor permita que mi personal la ayude a llevarlos a su auto. Y en cuestión de lo otro... Las señoritas Kim cuentan con una membresía exclusiva con el restaurante, razón por la cual no hay tal cuenta que pagar —explicó.
—Ah caramba, sí que tienen dinero —contestó Lisa haciendo que el mesero elevara su ceja.
—¿Perdón?
—No, nada... Quiero decir que sí, le agradecería enormemente que me ayuden a llevarlos al auto.
—Voy a aflojar y cooperar... —murmuró Jisoo logrando que a Lisa se le pusiera la cara roja de la vergüenza— Aflojar... —Lisa le cubrió la boca enseguida.
—No es lo que piensa... Ella no sabe lo que dice señor —comentó Lisa tratando de que el mesero no malinterpretara su situación— No piense que me estoy aprovechando de ella, yo jamás haría eso. Lo juro.
—¿Usted y la señorita... Son algo?
—Si por supuesto, somos novios —contestó Lisa con seguridad— Ella está diciendo eso por...
—Entiendo, no es necesario que me dé detalles —interrumpió el mesero con una sonrisa incómoda— Ahora mismo mando a mi personal para que lo ayude —dicho esto se retiró.
En cuestión de minutos Jennie y Jisoo ya estaban en la parte trasera del auto y Roseanne en el asiento del copiloto. Lisa se aseguró de que todas tuvieran su cinturón de seguridad puesto antes de poner el auto en marcha.
—¡Oye! —uno de los guardaespaldas de las hermanas Kim se había acercado a ver a las chicas dormidas por la ventanilla del auto— Vimos que el personal del restaurante las sacó del lugar, ¿hay algún problema?
—¿Por qué Jennie y Jisoo están dormidas? ¿Qué les dieron para que se pusieran así? —preguntó Jinhwan con firmeza. Cualquiera diría que estaba muy molesto.
¿Qué estaban insinuando?
—Solo se pasaron de copas, es todo —contestó Lisa con las manos fijas en el volante.
—Pues yo a ti te veo bastante sobrio —comentó Jinhwan con sarcasmo— Nosotros nos llevaremos a las señoritas a su casa —Lisa vio como el chico intentaba abrir la puerta trasera por lo que decidió salir del auto enseguida.
—Yo voy a llevarlas, ustedes pueden seguirnos desde atrás si gustan —contestó Lisa tratando de permanecer tranquila— Justo estaba por arrancar el auto.
—Dije que nosotros las llevaremos —se exaltó Jinhwan siendo detenido por Dae Sung— Es nuestro trabajo.
—Jinhwan tranquilo, este chico es el novio de la señorita Jisoo, yo mismo los vi eh... —Dae se rascó la cabeza con vergüenza al haber hablado de más— Solo regresemos al auto y sigámoslo desde atrás.
—Bien... —murmuró Jinhwan con los puños cerrados dirigiéndose al auto junto con su colega.
—Cielos, que tipo más enojón —susurró Lisa girando los ojos— Ya estoy harta, quiero dormir.
Se dispuso a poner el coche en marcha rumbo a la casa de las Kim. Tardó aproximadamente una hora en llegar debido al inminente tráfico de la ciudad. Por un momento Lisa pensó que esta sería su oportunidad de venganza en contra de Jisoo por la mordida que le dio esta tarde, ella ahora se encontraba tan indefensa debido a los efectos del alcohol.
Se lo pensó por alrededor de dos minutos en los que aún permanecía dentro del auto estacionada frente a la casa de las Kim.
Ella me mordió, es justo que yo tome mi venganza... ¿no?
Sí, si lo voy a hacer.
Lisa se bajó del auto y abrió la puerta trasera de lado donde se encontraba Jisoo plácidamente dormida. Sonrió sin darse cuenta al verla arrugar su nariz.
—Voy a dejar una pequeña marca en tu cuello, es lo mínimo que te mereces por la dolorosa mordida que me diste... Aún duele —susurró Lisa acercando su cara al cuello expuesto de Jisoo— ¿Cómo puedes oler tan bien incluso después de estar completamente ebria? —se preguntó al aspirar su agradable aroma. Posó sus labios en el cuello de Jisoo logrando que se removiera un poco.
—¿Qué está haciendo? —preguntó Dae por detrás causando que Lisa diera un salto asustada golpeándose con el techo del auto.
—Ouch...—Lisa se llevó las manos a la cabeza tratando de reprimir un grito de dolor— Nada, no estoy haciendo nada.
—Solo venía a preguntarle si necesitaba ayuda para llevar a las chicas adentro.
—¿Y dejar que toques a mi novia ahora que esta inconsciente? Nunca —contestó Lisa sin pensar. Se avergonzó enseguida al procesar lo que había dicho— Yo... Bueno...
—Entiendo —asintió el guardaespaldas retirándose.
¿Qué acabo de hacer? Ahora yo misma tendré que cargar a Jisoo y a Jennie hasta su habitación... ¡Maldición!
Pero no pienso hacerlo sola.
—¡Chaeyoung —Lisa le dio una pequeña bofetada a Roseanne para despertarla— Despierta.
—¿Eh? ¿Q-qué? —respondió abriendo los ojos asustada observando a su alrededor— ¿En dónde estamos?
—En la casa de las Kim, ¿quisieras ayudarme a llevar a Jennie a su habitación? —contestó con molestia— Yo llevaré a Jisoo, anda vamos.
—Sí... —Roseanne se frotó la cara y con cuidado salió de auto. Estaba comenzando a sentir un pequeño dolor de cabeza— Creo que bebí de más.
—No bebiste mucho, en realidad Jennie y tú bebieron muy poquito, la única que si se excedió fue Jisoo —dijo Lisa con gracia— La única diferencia es que ustedes no saben tomar y ella sí —agregó cargando a Jisoo sobre su espalda.
—¿No pesa? —preguntó Roseanne al ver la facilidad con la que su hermana sostenía a Jisoo.
—No mucho... —respondió mirando como Roseanne abría la puerta para sacar a Jennie— ¿Estás segura de que puedes con ella? Si no mejor espera a que vuelva y te ayude.
—Ya no estoy ebria, se me ha bajado con lo poco que dormí en el transcurso del camino, no te preocupes yo puedo —Roseanne pasó el brazo de Jennie sobre su hombro y la sostuvo de la cintura— Hey Jennie...
—¿Mmmh? —murmuró Jennie adormilada—¿Ch-chaeng?
—Sí, soy yo —Roseanne la hizo ponerse de pie con un poco de torpeza— Ya estamos en tu casa, te llevaré a tu habitación...
—Vamos Chaeyoung —la apuró Lisa. Aunque Jisoo no era muy pesada, no podría aguantarla por mucho tiempo.
—Sí, te sigo atrás —respondió Roseanne mientras caminaba lento junto a Jennie— ¿Y si nos ven sus padres? ¿Qué les vamos a decir?
—Mierda... No había pensado en eso —Lisa paro en seco— Mejor hay que llamar a los guardaespaldas para que sean ellos quien las lleven a su habitación...
—No podemos hacer eso Lin...
—No quiero ni pensar en lo que nos haría su padre si nos ve llegando así con sus hijas —murmuró con miedo— Hay que huir Chaeyoung...
—Por supuesto que no. Sea lo que sea lo enfrentaremos —Roseanne tocó la puerta de la entrada encontrándose con una mujer— Eh... Hola.
—Buenas noches —saludó abriendo completamente la puerta— ¡Oh! Mis niñas... ¿Qué les pasó?
—¿Usted es la señora Kim? —preguntó Lisa al ver la notable preocupación de la mujer.
—No... Yo soy su nana —respondió acomodando el despeinado cabello de Jennie quien mantenía los ojos entrecerrados— Veo que han tomado de más. Tienen suerte de que los señores Kim hayan salido de viaje repentinamente.
—¿Ósea que no están? —preguntó Lisa recibiendo una negación por parte de Nana— Oh que maravilla —suspiró con tranquilidad.
—Mi nombre es Chaeyoung y él es mi hermano Lin —Roseanne intentó extenderle la mano pero cuando lo hizo sintió a Jennie tambalearse— Oh dios, no puedo soltar a Jennie...
—Tú eres el famoso Roseanne —respondió Nana con una amplia sonrisa— Me da gusto conocerte —dijo con alegría.
—¿Jennie le habló de mí? Lamento que nos hayamos conocido en estas circunstancias... —contestó Roseanne con pena— Me hubiese gustado que...
—Oigan... No es por querer ser grosero pero, ¿podrían decirme dónde está la habitación de Jisoo? —Murmuró Lisa con las piernas temblorosas debido al peso.
—Ah sí, está en el tercer piso, al fondo se encuentran dos habitaciones, una es de Jisoo y la otra es de Jennie —explicó Nana.
—¿Tercer piso? —Lisa soltó un pesado suspiro mientras se dirigía hacia las escaleras— Ay dios mío, dame fuerzas...
—Gracias Nana, las dejaremos en su habitación y nos iremos —comentó Roseanne dirigiéndose a la mujer quien veía con diversión a Lisa descansar un par de segundos cada que subía un escalón.
—Sí, sí por supuesto —respondió Nana soltando un risita— Gracias por traer a mis niñas.
—No es nada.
Después de casi 10 minutos de tortura al fin habían llegado al tan anhelado tercer piso. Lisa cayó de rodillas con Jisoo aún sobre su espalda.
—Me rindo... Ya no puedo más —Lisa se dejó caer al piso sintiendo como Jisoo la aplastaba— La dejaré aquí, cuando despierte se irá a su habitación.
—Claro que no, levántate, no puedes dejarla a medio pasillo —la regañó Roseanne— Ya estamos cerca, solo métela a cualquier habitación. Yo entraré a ésta —avisó antes de adentrarse en una habitación.
—Ay maldición —Lisa se puso de pie y arrastró a Jisoo de los pies hasta la primera habitación que encontró— ¿Qué necesidad tengo de cuidar borrachos?
—M-mi cabeza... —escuchó a Jisoo murmurar con molestia.
—Ah, al fin despiertas amorcito —dijo Lisa con sarcasmo— Vamos a la cama, tienes que dormir, es tarde.
—No quiero...
—¿Cómo que no quieres? —Lisa la ayudó a levantarse con torpeza— Vamos coopera, no me dejes todo el trabajo a mi sola...
—Lin... ¿P-por qué no te gusto? —murmuró Jisoo haciendo tensar a Lisa—¿Por... por qué no me quieres?
—No sabes lo que dices...—Lisa la arrastró hasta dejarla recostada sobre la cama— Aún estás bajo los efectos del alcohol...
—Lin... —Jisoo abrió ligeramente sus ojos y extendió sus brazos— Ven...
—N-no... yo debo irme —Lisa se dio media vuelta pero se arrepintió al momento. Su cerebro le ordenaba que se fuera de ahí inmediatamente pero su corazón le decía que no podía ser tan desalmada— Bien... Me quedaré hasta que te duermas —Lisa se subió a la cama justo al lado de Jisoo.
—Me gustas...
—¿¡Eh!? —Lisa casi se atraganta con su propia saliva al sentir el peso de Jisoo sobre sus muslos— Q-que... ¿qué haces?
—Q-quiero un beso... Tuyo.
—No, no está bien, Jisoo estás ebria... —Lisa intentó apartarla colocando sus manos sobre sus hombros. Escuchó a Jisoo sollozar bajito y se alarmó— ¿Qué pasa?
—S-si fuera un h-hombre... ¿Me querrías? —murmuró Jisoo con los ojos cristalinos. El corazón de Lisa comenzó a latir desenfrenado logrando así derrumbar todas sus barreras— A-aunque sea un poco...
—Eres preciosa... —Lisa le acarició la mejilla a Jisoo suavemente— ¿Quieres que te confiese algo? Creo que tú me gustas también... —Jisoo no respondió con palabras, simplemente acercó su cara para poder dejar besitos sobre el labio adolorido de Lisa.
—Lamento haberte lastimado... —dejó nuevamente un beso sobre sus labios y después recostó su cabeza sobre el pecho de Lisa. Poco a poco su respiración se volvió menos pesada, fue ahí cuando Lisa se dio cuenta de que Jisoo se había quedado profundamente dormida.
Jisoo... ¿Qué me has hecho?
***
Roseanne se encargó de quitarle las zapatillas a Jennie con el fin de que pudiese dormir cómoda. Cubrió su cuerpo con una sábana y por un momento se dedicó a admirar la belleza de la chica que tenía a unos escasos centímetros de distancia.
Definitivamente era bonita.
Roseanne sin poder evitarlo acarició sus mejillas con ternura y delineo sus finos labios con su pulgar. Retiró su mano enseguida al ver a Jennie arrugar su nariz y abrir sus ojos con dificultad.
—¿Chae, eres tú?
—Sí... —Roseanne se levantó de la cama con nerviosismo— Ya me iba...
—Espera...
Oh no... Seguro me gritará por tocarla mientras duerme.
—¿S-sí?
—¿Dónde está Jisoo?
—Lin la llevó a su habitación —respondió Roseanne.
—Gracias por traernos a casa... ¿Cómo puedo pagarte?
—¿Pagarme? Oh no, no es nada, soy tu cita, era mi deber cuidar de ti...
—Me la he pasado muy bien hoy —contestó Jennie— Claro, sin contar la parte del vino... Lamento si te causé problemas.
—No me causaste problemas, de ninguna manera —Roseanne se acercó para acomodar un mechón de su cabello— ¿Te sientes bien? ¿No te duele la cabeza? Puedo ir a traerte algo...
—Si duele un poco... Pero no te preocupes, ya pasará ¿A ti te duele?
—Hace rato me dolía, pero ya no...
—Ven aquí —Jennie le hizo un espacio a un lado de su cama. Roseanne la miró dudosa— No temas, no voy a comerte —Roseanne se sentó a su lado con nerviosismo.
—No me importaría si lo haces —dijo sin pensar y después cubrió su cara con sus manos sintiendo una horrible vergüenza— No... Yo quiero decir...
—De acuerdo... —Jennie asintió y se mantuvo en silencio un par de segundos que a Roseanne le parecieron eternos.
—¿Estás molesta por lo que... —Roseanne se quedó sin habla cuando sintió las manos de Jennie atraerla a ella para juntar sus labios— Jennie...
—Shh... No hables —Jennie le hizo callar volviendo a sellar sus labios. Ambos podían sentir ligeramente el sabor a vino que sus bocas desprendían.
Se siente tan bien...
¿Por qué siento un cosquilleo en el estómago?
Roseanne sintió lo cálidos y suaves que eran los labios de Jennie, no sabía explicar como pero sus bocas se amoldaban perfectamente. De a poco su beso fue volviéndose apasionado. Roseanne se tomó el atrevimiento de atrapar su labio inferior entre sus dientes para tirar un poco de él, sentía que los labios de Jennie eran la combinación perfecta para los suyos.
Al cabo de un par de segundos Jennie se separó del beso por falta de aire y con la respiración agitada, levantó su mano y acarició la mejilla de Roseanne con dulzura.
—Quédate... —murmuró Jennie sintiendo la respiración de Roseanne todavía sobre sus labios— Quédate conmigo esta noche.
—Me quedaré —contestó Roseanne esbozando inevitablemente una sonrisa— Esta y todas las noches que me lo pidas... —añadió antes de abalanzarse nuevamente a los labios de Jennie.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro