
Capítulo 27.
Después de haber logrado su sincronía de conciencias, TaeHyung y su lobo continuaron asistiendo a aquel Río.
Pasado un tiempo, NamJoon dejo de hacerles compañía en sus salidas a aquel lugar. Ellos necesitaban espacio para ser libres y poder concentrase en sus intentos de ver más que solo los ojos de su omega.
Ahora pasaban sus fines de semana en aquel lugar, salían de su hogar entrada la noche de los viernes, y volvían los lunes antes de que saliera el sol.
Rodeados de árboles, disfrutando de la vista, sintiendo la brisa en su pelaje. TaeHyung en su forma animal; recorría parte de aquel bosque, siempre hablando con Tata. Se imaginaban el cómo tratarían al chico de ojos azabaches que seguían viendo en sus sueños.
Al anochecer TaeHyung cambiaba a su forma humana, se sentaba a la orilla de aquel río; sumergía sus pies y parte de las piernas en el agua, apoyaba sus manos a los costados e inclinaba su cuello en el ángulo idóneo para lograr observar el firmamento.
El característico rojo de sus orbes se hacía presente cuando observaba a la Luna, y sentía un tirón en su pecho. Cerraba sus ojos en busca de los oscuros y estrellados orbes del omega que juraban era su destinado.
— La Diosa Luna se empeña en solo mostrarme tus luceros estrellados. — Susurró sin abrir los ojos. — Te puedo jurar que me pierdo en cada estrella brillante que titila en esa mirada que me llama en la oscuridad de mi mente. — Abrió sus ojos y sonrió suplicándole a la Luna un pronto encuentro con su destino.
Existieron tantas noches en donde Tata aulló hacia la Luna hasta caer dormido. En cada aullido suplicaba para que la Diosa se apiadara de ellos y adelantara el encuentro con su omega. Pero la respuesta era la misma que obtenía TaeHyung cuando realizaba el mismo pedido... Una imagen de aquellos ojos, esos orbes que a pesar del oscuro escenario en donde eran divisados, brillaban con gran intensidad.
El tiempo transcurrió, y ahora Kim con veinte años de edad se encontraba olfateando a su primo. Todo por un impulso de su lobo.
— ¡TaeHyung! — Se apartó del mencionado. — Ya hemos hablado de esto...
— Y yo te he dicho que es mi lobo el que quiere olfatearte.
— Te lo he dicho humano, nuestro primo huele a nuestro omega...
— Tata, te he dicho que el aroma que sientes es el de mi pareja...
— Tienes otro aroma distinto al de tu pareja. — Se acercó de nuevo y lo olfateó. — Es el aroma de mi destino, lo percibo...
Desde hace unos meses Tata juraba que NamJoon portaba el aroma de la persona que tanto habían esperado. Lo cual él siempre les recordaba que solamente era el aroma del omega que la Diosa Luna le había enviado como su otra mitad.
NamJoon estaba tan acostumbrado a percibir aquel aroma en su omega que jamás se imaginó que su chico era marcado a propósito por el aroma de otro omega. ¿La razón? El lobito en cuestión sentía que debía dejar su aroma en su amigo, porque cada vez que lo visitaba sentía un particular aroma que no pertenecía al hombre que salía con su amigo.
Desde que NamJoon y cierto omega iniciaron con sus salidas, los lobos que aún no se conocían sentían un fuerte impulso por marcar a los contrarios, no se explicaban el porqué.
Aquellos lobos sin saberlo se llamaban a través del aroma impregnado en las parejas de su amigo y familiar.
Claro que el aroma de TaeHyung estaba impregnado en NamJoon, se la pasaban juntos la mayor parte del tiempo, y era inevitable que parte de la fragancia del alfa puro no se quedara en el cuerpo contrario.
Pero cuando Tata percibió el atrayente aroma, se propuso marcar a su primo. Algo en su interior le gritaba que debía hacerlo sin importar que.
— Llévanos a conocer a tu omega. — Exigieron al unísono cuando TaeHyung perdió su poca cordura al percibir el suave aroma a fresas.
— ¡No! — Se cruzó de brazos después de alejarse nuevamente de su primo. — Par de locos, no los llevaré con mi luna.
— No le vamos a hacer nada.
— No confío en su palabra, si cada vez que dicen percibir ese aroma, se me enloquecen y me acorralan contra la pared.
— Es que hueles a mi destino...
— Huelo a mi omega, locos obsesionados.
— Déjanos conocerlo.
— No. — Negó con su cabeza repetidas veces. — Me niego, es mi última palabra. — Los miró filosamente. — Ustedes lo llegan a conocer, y capaz me lo acorralan contra una pared...
— Exagerado. — Expresaron en sincronía con sus ojos destellando un color rojo. — Ya te dejamos en paz. — TaeHyung levantó sus manos.
— Gracias al cielo...
— ¿Mañana vas a ver a tu omega?
— ¿Para qué quieren saber? — Enarcó una ceja.
— Para marcarte con nuestro aroma....
— ¡Ya dejen de hacer eso! — Les dio un zape. — No me vuelvan a marcar...
— Primo malo. — Sobaron la zona del golpe. — Igual te vamos a marcar, quieras o no...
— No entiendo esa necesidad de ustedes con dejarme su aroma.
— Yo tampoco lo entiendo muy bien. — Expresó TaeHyung. — Pero el lobito loco que acaba de abandonar mis pensamientos, tiene un fuerte impulso por hacerlo.
— Ay primo, yo creo que ya estás perdiendo la razón, y ustedes huelen a su omega en todas partes.
— Siento que me enloquezco al ver que han pasado tantos años y solo sé cómo son sus ojos. — Cabizbajo se sentó en el sofá.
— No pierdas la fe, quizás estén muy cerca. — Se sentó junto a su primo y le palmeó el hombro. — Ya viste que sin esperarlo encontré al mío. — Sonrió mostrando sus hermosos hoyuelos. — ¿Te llevo a conocer a mi omega? — Inquirió buscando hacer sentir mejor a su primo.
— Jamás perderé la esperanza de encontrarlo. — Recargó su espalda contra el sofá y descolgó su cabeza hacia atrás. — Nam, es mejor que no me acerque a tu omega, no dudo que Tata tome control de mi cuerpo y hagamos algo que podría ofenderlos.
— ¿Por qué lo dejas tomar el control tan fácil?
— Porque no puedo mantenerlo encerrado en mi mente mientras aúlla por nuestro omega. — Cubrió sus ojos con su antebrazo. — No me gusta escucharlo sufrir, y por eso dejo que te olfatee cada vez que te vemos llegar con el aroma de tu omega.
— Ay mi primo, cada noche pido a la Diosa Luna para que los ayude. — Lo miró con ternura. — ¿Sabes? En unos meses te presentaré a mi omega, solo déjame prepararlo para que cuando te vea y Tata lo acorrale no les vaya a patear la descendencia...
Una risa nasal se escuchó por parte de TaeHyung. — Que agresividad la de tu omega.
— Ya sabes que me gusta que me peguen. — Se carcajeó. — Tú sabes cómo nos gustan.
— Yo también quiero uno de esos.
— ¿Seguro? Mira que esos omegas enojados dan miedo.
— Cuando encuentre a mi omega... Lo haré enojar solo porque desde ya me imagino que se ha de ver bien precioso con su genio alborotado.
— Espero no te arrepientas de tus palabras.
— Nam, yo amaré cada pequeña cosa de mi destino...
Mientras TaeHyung y Tata esperaban no muy pacientemente la dichosa presentación con el omega de su primo. En las noches, sentados en el frío piso de su balcón; le lloraban a la Luna para que les diera fin a su espera. Eso pasaba cuando ciertas noches despertaban con su piel erizada, acompañados de un fuerte sentimiento de que debían correr y buscar a su destino hasta debajo de las piedras. Su tercer aroma inundaba la habitación, y Tata rasguñaba por salir y así poder correr olfateando hasta el más lejano lugar y encontrar a su omega.
TaeHyung sucumbía a los aullidos de su animal interno, así que se transformaba en el gran lobo de pelaje azabache, y con sus mentes en total sincronía; saltaban del balcón y corrían hacia el río donde tantas veces sus lágrimas se fundieron con el agua de aquel lugar.
Nadaban en su forma lobuna, aullaban y lloraban hasta que dejaban de sentir el tirón que les indicaba que estaban siendo llamados.
¿Por qué no salían en busca de su omega? La respuesta es clara, una madrugada lo intentaron. Y después de recorrer gran parte del lugar dónde ellos habitaban, y correr como locos por las calles en dónde sintieron un aroma embriagante para ellos; desistieron de la idea al ser casi arrollados por un auto conducido por un alfa que peleaba con su lobo por haberse atrevido a sacarlo de aquella casa dónde estaba su presa.
Esa mañana Tata recorrió el camino a casa, con sus patas ensangrentadas a causa de correr por el pavimento, con su pata trasera lastimada como resultado de que el auto alcanzó a golpearlos. Estando en la entrada de aquella casa, se transformó nuevamente en humano, cojeó todo el camino hasta la bañera, se adentró en la tina y con cuidado limpió sus heridas en manos y pies.
Gracias a la Luna solo fue un golpe y no se fracturaron nada con el roce del auto. Así que TaeHyung esperó en la tina a que poco a poco su cuerpo se recuperara.
Recostado en su cama, con su piel aun húmeda, y solo la ropa interior cubriendo su desnudez; observó el horizonte, con su corazón triste, y desesperado por volver a olfatear aquel aroma, cayó dormido, sin imaginarse que hace unas horas estuvo a unos cuantos pasos de su destino.
Porque esa madrugada cierto omega rubio llamó con tanta fuerza a su alfa que logró acercarlos pero al mismo tiempo se alejaron.
Esa noche fue una de las tantas en dónde el omega sintió que corría peligro. Porque ciertos alfas aprovecharon que su madre los había dejado dormir en su casa, y uno de ellos esperó el momento donde la omega estuviese profundamente dormida para acechar al rubio.
El omega aseguró rápidamente su habitación, y cuando se percató que aquel alfa salió de su hogar; se sentó en el frío suelo y con sus manos abrazando sus rodillas, miró a través de la ventana, sus ojos cambiaron al hermoso azul característico de su lobo, y aulló con fuerza hacia la Luna, pidiendo por su alfa. Gateó hasta la ventana, la abrió, y allí percibió el aroma que acompañaba a su amigo omega.
Desesperado miró hacia todos lados, y solo pudo divisar una gran mancha negra que se alejaba.
Desde aquel suceso, el omega llamaba a su alfa cada vez que se sentía en peligro, y en la distancia su alfa se desesperaba por conocer el lugar exacto en dónde se encontraba su destino.
TaeHyung evitaba a toda costa las visitas de BoGum, ese alfa seguía terco con la idea de que eran destinados y que tarde o temprano serían una pareja comprometida.
A veces no alcanzaba a esquivar la caería que ese alfa le realizaba, e inevitablemente se lo cruzaba justo en la salida de su hogar.
No bastaba solo con tener que soportar la voz de aquel chico, también sus toques en su brazo, cuando se acercaba a saludarlo lo hacía sentir asqueado. BoGum parecía no entender las señales de TaeHyung. Así que cuando veía que el de cabellos azabaches proseguía con su camino; él cometía el grave error de esparcir su aroma, con solo una intención....
Marcarlo.
Lo marcaba con su aroma para así alejar a cualquier omega que se le pudiera acercar. Porque BoGum pensaba que cada vez que TaeHyung le huía era porque se iba a ver con omegas.
Grave y enorme error, porque allí TaeHyung le entregaba todo el control a Tata. Ese lobito con su rojo intenso en los orbes, se giraba en su eje, lo encaraba, y estando muy cerca del rostro ajeno, le gruñía mostrando sus dientes.
— Mira, BoGum... — Expresó con un tono de voz firme. — Deja de intentar marcarme con tu asqueroso aroma. — Con sus manos en los bolsillos y de pie frente al alfa, hablaba con calma. Aunque en realidad quisiera darle un golpe por atreverse a esparcir su aroma. — La próxima vez que tenga que repetirte esto, no seré tan suave. Te enseñaré con mis garras que el aroma de un alfa obsesionado con un imposible; jamás lograra quedarse sobre mi cuerpo, porque el único aroma que tiene ese derecho es y será el de mi adorado destino.
— Domíname con tus feromonas y te creo. — Retó BoGum.
Tata aun teniendo el control en el cuerpo de su humano, negó con su cabeza. — Eso jamás pasara. — Sonrió cansado. — Nosotros no utilizaremos nuestras feromonas en esa manera tan vil, al menos que...
— ¿Al menos qué?
— No te lo diremos, no tenemos tiempo para seguir perdiendo contigo. — Se giró en sus talones. — Espero no verte de nuevo, pero como eres una maldita garrapata que se aferra a una estúpida idea... Te digo que te sientes a esperar para que no te canses. — Expresó sarcástico. — Disfruta la visita a mis padres.
Con Tata compartiendo conciencia con TaeHyung en su forma humana, caminaron rumbo a su destino. Nuevamente el río donde se refugiaba del mundo, en donde liberaba cada pensamiento hacia su omega y en donde hablaba por horas con la Diosa Luna.
— ¿Algún día usaremos nuestras feromonas para dominar a otro?
— No creo Tata, no quiero llegar a usar eso tan bajo solo para lograr respeto o sumisión.
— ¿Y si con eso le podemos ayudar en algún sentido a nuestro omega...?
TaeHyung se retiró sus zapatos y disfrutó de la sensación de frescura que le daba la tierra fría en sus pies mientras caminaba hacia la orilla del río.
— Bueno, en ese caso miraremos las opciones... Todo dependería de la situación, pero preferiría no usarlas de esa manera.
— Entendido humano. — Sonrió al sentirse fresco por el agua. — ¿Nos bañaremos?
— Claro, necesitamos quitarnos el intento de marca de BoGum.
— Dime que esta ropa la vamos a incendiar...
— Lobo pirómano.
— Yo no pienso ponerme de nuevo la ropa que ese arrastrado se atrevió a tocar y perfumar. — Gruñó.
— Ya, calmado, no hagas bilis. — Miró hacia un tronco a unos pasos de ellos. — Allí tenemos la ropa que usamos cuando venimos a pasear. — Señaló el agujero del tronco donde escondía unas cuantas mudas de ropa para cuando salían en las madrugadas y se quedaban desnudos al volver a su forma humana.
— Y yo que quería andar desnudo.
— Y que de repente aparece nuestro omega y nos ve en cueros. — Le dijo en broma.
— Omega... — Aulló con sentimiento.
— Perdón lobito, esa fue una mala broma...
— Tae, mi corazón duele cuando lo mencionamos... — Agachó sus orejas. — Es como si me intentara gritar algo que aún no vemos.
— ¿Cómo qué?
— Como si él corriera peligro, y por eso están esos sueños en donde vemos sus ojitos derramar lágrimas.
— Y también el tirón en nuestra piel que hemos sentido más frecuente en estos días.
— Tae, la Diosa nos está mostrando algo que posiblemente nos marcara.
— No, por favor, si alguien tiene que llevar una marca de dolor... Que esos seamos nosotros. — Suplicó al cielo. — A nuestro omega aléjalo del dolor, por favor Diosa Luna...
A la vida de TaeHyung venía otra cosa más que tenía que manejar. Ya estaba perdiendo la paciencia con BoGum, ese alfa dejó de esparcir su aroma sobre su cuerpo, pero la insistente idea de que sean pareja lo acompañaba en cada visita a su hogar. Se escabullía al cuarto de TaeHyung y allí dejaba su aroma.
El alfa se escudaba en que le había dicho que nada de su aroma en su cuerpo, pero no menciono su habitación. Eso hizo que TaeHyung permaneciera semanas lejos de su casa, se marchó al apartamento de NamJoon.
Un día le llegó un mensaje de sus padres, diciéndole que a causa de su comportamiento y la constante negativa hacia tener pareja. Ellos se encargarían de aquel asunto.
— ¡NamJoon! Voy a arrancar cabezas.
— ¿Quién dice eso? — Se asomó desde su habitación. — ¿Tata?
— Los dos, lo decimos los dos.
Los padres de TaeHyung decidieron realizar un evento, dicho evento no hizo para nada feliz a TaeHyung y a su lobo. Y más aún cuando en esos últimos días no habían podido dormir porque cierta imagen atormentaba sus mentes.
Tata estaba desesperado, juraba que ahora escuchaba con más claridad la voz del lobo de su omega.
Y TaeHyung veía un destello azul en los ojos de sus sueños, por más que se acercaban hacia el lugar donde estaban aquellos orbes observándolos, simplemente la distancia se alargaba, y el aullido de un lobo formaba eco.
— Es solo una fiesta...
— Mira tú, Kim NamJoon, primo grandulón con genes de árbol ambulante. — Sus pasos se dirigieron a la habitación del nombrado. — ¿Solo una fiesta? — Sus ojos cambiaban de rojo a café en un segundo. — Me quieren conseguir una pareja en esa fiesta, y si no elijo una, pues a quién crees que presentaran como mi prometido...
— Calmado, espera Tae, digo Tata, bueno los dos. — Retrocedió unos pasos.
— No me voy a emparejar con nadie y no aceptaré ese compromiso con la garrapata Park. — Sus colmillos se asomaron.
— Te me calmas o te daré un zape. — Amenazó. — Adiós ojos rojos y colmillos. — Señaló con su dedo y TaeHyung obedeció.
— Nam, ¿Por qué insisten tanto con la bendita pareja? — Se sentó en la cama del mencionado. — ¿Por qué no aceptan que solo estoy esperando a mis ojitos estrellados?
— Ya sabes que mi tío desea que sigas sus pasos, él a tu edad ya estaba casado y manejaba la empresa de los abuelos...
— Eso es un pensamiento de cavernícola. — Se cruzó de brazos y gruñó. — Los hijos no tenemos que seguir los pasos de los padres, somos libres de vivir nuestra vida. Ellos ya vivieron la suya y no pueden mandar en la nuestra.
— Diles eso, exprésales tu sentimiento.
— Ya se los dije, mi madre entiende, pero mi padre se niega a escucharla y a escucharme. — Informó. — Que me case dice, que deje de andar esperando a un omega que solo está en mis sueños... Eso último me lastima, ¿Tanto le cuesta entender que mi corazón, lobo, alma y cuerpo solo viven por aquel ser que aún no he tenido la dicha de conocer? — Suspiró pesadamente. —Los únicos que me creen sobre la existencia de mi destino son mi madre, Jiyu y tú.
— Vuelve a intentarlo, pero no dejes que Tata hable por ti...
— ¿Por qué yo no puedo hablar?
— Tata, tú no te llevas con el lobo de mi tío, son tan parecidos que chocan de inmediato.
— Lobito, déjame hablar con padre, pero tu callado.
— ¿Cuándo hablarías con él?
— Hoy mismo.
— Okay, pero si se pone insistente con lo del garrapato Park, tomaré el control de tu cuerpo y nos largamos de allí.
— Solo déjame hablar y no te alborotes.
— Pero primero vamos a dormir. — Propuso. — Necesitamos dormir aunque sea una hora.
— ¿Siguen con ese sueño?
— Cada vez que cerramos los ojos aparecen mis ojitos estrellados, tristes, suplicando ayuda con cada lágrima que opaca su hermoso brillo.
— No pensemos cosas negativas, quizás es el estrés de que te presionen para que dejes la idea de esperarlo...
— Eso nos repetimos justo después de despertar con ese feo dolor en el corazón. — TaeHyung se recostó en la cama de su primo y cerró sus ojos conciliando el sueño.
Ese día TaeHyung llegó a la casa de sus padres con toda la disposición de hablar calmados, sin sus lobos presentes. Kim Ji-hu lo escuchó, claro que lo escuchó, pero toda aquella charla se fue volando como el viento porque el alfa mayor abrió su boca para repetir lo mismo de siempre...
— No puedes esperar toda tu vida por un omega del cual solo ves sus ojos, y peor aún, solo lo ves en tus sueños.
— Padre...
— Escúchame TaeHyung, ese omega probablemente no exista, no puedes aferrarte a algo inexistente.
— Él existe, hasta su aroma he percibido. — Hablaba calmado, tratando de controlar su impulso de salir de aquella casa.
— Otro invento de tu mente.
— No es invento padre, la Luna me ha hablado.
— ¿La Luna? — Dibujo una media sonrisa. — No creas en eso, muchas veces tu lobo se deja engañar por cuentos fantásticos... O quizás es...
— ¿Cuentos fantásticos? — Chasqueó su lengua y movió su pie en un desesperado intento de no alterarse con su padre. — ¿Quizás qué?
— Hijo, quizás ese omega esté muerto, y tu dichosa Luna que tanto te habla; te está diciendo que debes alejarte de esa estúpida idea...
— No digas eso padre...
— Entiéndelo TaeHyung, no existe tu omega destinado, posiblemente esté muerto, y lo que ves es una ilusión de tu lobo.
— ¿Ilusión? ¡Ilusión la tuya! — Se levantó de su asiento. — No entiendo tu insistencia en que me case con Park, o que me empareje... ¿Qué hubieras hecho tú si estuvieras viviendo lo mismo que yo, y te hicieran aceptar una pareja que no es tu destino?
— No lo entiendes...
— No, padre, no lo entiendo... — Tomó su abrigo. — Me lastimas cada vez que abres la boca. ¿Por qué ahora dices que mi omega está muerto?
— Porque...
— ¿Sabes qué? — Lo miró intentado no demostrar en su mirada la rabia que sentía. — ¿Quieres la fiesta? Hazla, aquí me tendrás, pero te advierto de una vez, que no muy cortésmente les diré a todos que se larguen y que jamás aceptaré una relación, al menos que sea mi omega de ojitos estrellados.
— ¡Hijo! — Gritó en el momento que el mencionado cerró la puerta con fuerza. — Yo solo quiero evitarte el dolor que sufrí hace años... La Diosa Luna a veces es tan cruel que no quiero que tu corazón y lobo queden marcados por un dolor...
TaeHyung caminó hasta su auto, se encerró en este y apretó con fuerza el volante.
— ¿No piensas en creer en esa posibilidad?
— Tata, ¿Qué tal si padre tiene razón y por eso ahora tenemos ese sueño? — Sus ojos empezaban a perder visibilidad a causa de sus lágrimas.
— ¡No! Yo siento a mi omega, te lo juro Tae, él está vivo...
— ¿Y si ese sueño es una despedida?
— Escúchame, no es despedida, quiero creer que es una señal de que algo se avecina.
— Se avecina la noticia de...
— No lo digas, no creas en las palabras de nuestro padre.
TaeHyung decidió guardar silencio, limpió sus lágrimas y dio marcha a su auto. Condujo hasta el apartamento de su primo, sin decir palabra alguna se encerró en la habitación.
Días después salió de la habitación al sentir el aroma que emanaba su primo. Otra vez ese dulce aroma lo llamaba.
— ¡Nam! — Se abalanzó hacia su primo.
— Por fin sales de tu cueva. — Correspondió al abrazo. — ¿Cómo te sientes?
— Hueles a él... — Susurró. — Su aroma aún existe, no está muerto...
— TaeHyung...
— Humano de poca fe, te lo dije todos estos días, pero te negabas a creer.
— Nam, ¿Cuándo podré conocer a tu omega? — Inquirió con sus ojos hinchados a causa del llanto de todas las noches anteriores.
— Lo conocerás en dos días, en horas de la tarde.
— Quiero en la mañana.
— No vengas de exigente o cancelo todo.
— ¡Ya! Está bien, no te pongas malgeniado.
— No lo vas a acorralar y olfatear, ¿Entendiste?
— Como mande capitán. — Sonrió en grande. — Nos vemos más tarde, voy a dar una vuelta. — Salió corriendo del lugar.
— Y allí va al río... Hoy no regresara a casa. — Expresó mientras cerraba la puerta de su apartamento. — Bueno, al menos volví a ver su sonrisa. — Se adentró en la cocina en busca de un vaso de agua. — Mi amado SeokJin, espero le tengas paciencia a ese par de olfateadores.
Al parecer una luz de esperanza se encendía para TaeHyung. En su mente se decía que conociendo al omega de NamJoon, podría saber quién era el portador del aroma que se mezclaba con el de su primo y su pareja.
Transcurrieron los días y el encuentro con el omega de NamJoon nunca llegó.
Es como si el universo los quisiera mantener lejos de las pistas.
En esa mañana, un doloroso y horrible suceso atacó a la pareja de NamJoon y todo se fue para el abismo.
NamJoon sintió su vida irse con cada palabra que le gritó su omega.
SeokJin sentía que se marchitaba por el dolor de su perdida.
TaeHyung perdió la esperanza de que su omega estuviera cerca. Sentía que cada vez que tenía una pequeña pista, el universo lo pateaba para otro extremo.
Tata gruñía, aullaba y hablaba sin parar, pidiéndole a su humano que por favor lo escuchara y siguiera a su corazón.
¿Y el omega de TaeHyung? Ese chico ya tenía un lazo que inevitablemente lo llevaría al sufrimiento.
El día de la dichosa fiesta llegó.
TaeHyung renegaba porque no quería asistir, pero había dado su palabra de que iría, aunque sea para intentar frenar esa locura de la búsqueda de una pareja.
— ¿Ya casi estás listo? — TaeHyung negó con su cabeza. — ¿Irás con ese traje?
— Yo no voy a ese lugar para disfrutar una fiesta de disfraces.
— Eso lo sé, no me hables tan grosero.
— Disculpa, enserio lamento hablarte así. — Se miró en el espejo de cuerpo completo. — ¿Y tú?
— ¿Yo qué?
— ¿Tú te disfrazaras?
— No. — Tomó su abrigo y cubrió su cuerpo. — Yo solo asisto a esa fiesta para hacer acto de presencia. — Le alcanzó la máscara a TaeHyung. — Tú ya sabes en donde quisiera estar, pero si aparezco en esa casa... Lo lastimaría aún más.
— ¿Tiempo al tiempo?
— Distancia forzada para no perder el poco afecto que mi omega aun siente por mí.
— Yo digo que vamos a que lo cuides aunque sea a la distancia. — Propuso.
— ¿Qué quieres decir?
— Nam, vamos a la casa de tu omega, solo por un corto tiempo y lo acompañas desde la calle.
— ¿Y si me siente y sale para gritarme que me quiere lejos de su vida?
— Pues por medio de su marca le recuerdas que lo amas y jamás lo dejaras de hacer, porque aunque cometiste un error que los lastimó profundamente a los dos... Su amor es igual de fuerte que la luz de la Luna.
El lobo de NamJoon aulló suplicando que siguieran la idea de su primo.
— Okay, vamos, pero solo por un corto tiempo.
— No importa el tiempo...
— Claro que importa, tienes una fiesta.
— A esa fiesta llegaré bien tarde.
— TaeHyung...
— ¿Qué? — Se encogió de hombros y observó su máscara. — Querían que asistiera, y eso haré, pero llegaré tarde, entraré a dejar unos puntos claros y me marcharé de allí. — Con sus dedos delineó los pequeños detalles de lo único que cubriría su identidad esa noche. — Y que agradezcan que al menos decidí cubrirme el rostro para cumplir con su evento.
NamJoon no expresó una palabra más, solo se quedó observando como TaeHyung se probaba la máscara.
Al ver que le quedaba se la retiró. Ya se la pondría más adelante.
Un último vistazo en el espejo y un suspiro pesado fue la señal para salir de aquel lugar.
El guapo alfa azabache, vestía con un pantalón de pinza, buzo cuello de tortuga, y un abrigo de color negro. El accesorio que el alfa sujetaba con sus largos dedos; era una máscara de teatro color negro, a media cara, con pequeños detalles dorados.
NamJoon se levantó al ver como su primo se alejaba de la habitación, pasó sus manos por su vestimenta que constaba de un pantalón color blanco, un buzo cuello tortuga y saco formal de color negro. Se observó en el espejo y forzó su sonrisa. Su corazón y lobo estaban tristes, pero tenía que mostrarse fuerte para apoyar a su primo en esa noche.
Mientras el par de primos mantenían su atención en cierta casa, TaeHyung decidió bajar del auto, necesitaba estirar sus piernas. Cerró la puerta del auto y se recostó en ésta, observó cada niño y adulto disfrazado que paseaba por aquella calle. Unos segundos después, su primo lo acompañó.
Todo iba normal, hasta que vio cómo cierto rubio se aproximaba corriendo, su lobo alzó sus orejas cuando por un segundo conectaron miradas a través de su antifaz y máscara. Su corazón pegó un leve brinco y el tirón en su pecho se sintió como una descarga de electricidad.
— TaeHyung nuestro ojitos estrellados. — Avisó el lobo tomando control del cuerpo.
El rubio retiró el contacto visual y continuó corriendo. Al momento en que pasó corriendo frente a los alfas, los sentidos de TaeHyung percibieron su aroma...
— Fresas... Huele a fresas...
— ¿Qué? — Inquirió NamJoon.
— ¡Mi omega! — Gruñó Tata al tener por completo el control de su humano.
— ¡TaeHyung! Ven para acá... — Corrió tras su primo que había salido tras aquel chico. — ¡Quieto! — Lo abrazó por la espalda y detuvo sus pasos.
— ¡NamJoon! Suéltame, mi omega... — Forcejeaba para que su primo lo dejara continuar con su posible acercamiento. — Puedo sentir a mi destino, es él, su rastro se va con cada paso que da en ese camino.
El rubio al escuchar los gritos, se detuvo, miró hacia atrás y sintió la necesidad de acercarse, pero el mensaje que le envió su amigo lo hizo desistir de la idea. Ignoró a su lobo, el cual rasguñaba por dentro; suplicándole porque volvieran hacia aquel chico.
— Vas a hacer que llamen a la policía. — Lo metió de un empujón al auto y con mucha incomodidad pasó sobre su primo hasta llegar al asiento del piloto y así asegurar las puertas. — TaeHyung, ¿Te enloqueciste? — Inquirió mientras rogaba internamente para que las madres de los niños que pedían dulces en aquellas casas no llamaran a las autoridades.
— Peleas de alfas locos... — Expresó. — Cooky, yo no me voy a devolver a ver a dos alfas forcejear en un auto. — Encaminó sus pasos hacia la casa de su amigo.
— ¿Qué tanto te cuesta hacerme caso e ir a ver?
— Me cuesta tiempo. Quiero ir a esa fiesta, y no voy a llegar tarde porque tú quieres andar de chismoso en pleitos de alfas...
El cuerpo del rubio desapreció por la oscura carretera.
— ¡Déjame salir! — Sus ojos brillaban en rojo carmesí.
— ¡Ni lo sueñes! No pienso liberarte hasta que te calmes, y dejes la idea de lanzarte a omegas.
— ¡Déjame ir con mi omega!
— Vas a bajarle a tu tono de voz...
— ¡Mi destino acaba de pasar frente a mis narices y tú te atreves a separarme de él!
— Ojos rojos fuera de mi vista, ahora. — Ordenó. — Tata déjame hablar con TaeHyung...
— ¿Por qué haría eso?
— No seas terco, déjame hablar con TaeHyung, o de lo contrario de aquí no nos movemos.
— Pero perderemos el rastro de mi omega. — Gruñó.
— Entonces deja de ser tan terco, y déjame hablar con TaeHyung.
— Si perdemos el rastro de mi omega...
— Quiero ver a TaeHyung, Tata, ayúdame a ayudarlos.
Los ojos rojos de TaeHyung observaron el camino por dónde había desaparecido el omega.
— Okay, pero apúrate a seguir el rastro.
Los ojos de TaeHyung volvieron a la normalidad.
— TaeHyung, tu lobo...
— Ya sé perdí el control de Tata...
— ¿En verdad ese chico era su omega?
— ¿Qué?
— Tata me dijo que el chico que iban a perseguir era su omega...
— No estoy seguro...
— No digas estupideces humano.
— Lobo, tu tomaste el control de mi cuerpo, y no estoy seguro de lo que percibimos.
— ¿De qué mierda nos sirvió tanta sincronización humano/lobo, y lobo/humano?
— Eso me pregunto yo, porque tú agarraste mi cuerpo como si fuera un títere, y estoy aturdido entre tus aullidos, gruñidos y el supuesto aroma del chico que vimos.
— No los estoy escuchando pero percibo que andan discutiendo. — Interrumpió su conflicto mental. — Dejen de rezongar, y contesta Kim, ¿Viste o no a tu omega?
— No, bueno si, es que no sé, solo tengo una breve imagen de sus ojos pero tenían un destello azul y luego Tata...
— Es nuestro omega...
— Pues ese azul es muy parecido al que veía hace unas noches en mis sueños...
— Porque es el azul del lobo de nuestro omega.
— Yo...
— TaeHyung, tu padre no para de mensajearme. — Observó su celular. — Dice que si no quieres que te comprometa con Park, te da tres horas para llegar a la mansión...
— Tres horas...
— Yo no voy a ninguna mansión. — Gruñó Tata. — Quiero buscar a mi omega...
— Pues iremos. — Interrumpió y Tata se removió intentando obtener de nuevo el control. — Pero primero recorreremos las calles de este lugar e intentaremos encontrar el aroma que percibió el lobo impulsivo.
— ¿Seguro? — Inquirió Nam.
— Quiero ver lo que vio Tata.
— A nuestro omega, vi a nuestro omega.
El motor del auto dio la señal de arranque, NamJoon inició a manejar y desapareció de aquella calle; sin darse cuenta que cierto omega de ojos tristes observaba como se marchaba, y en el proceso acariciaba su vientre vacío.
TaeHyung bajó la ventanilla del auto e inhaló profundamente, con cada aroma que percibía; su lobo gruñía en desagrado. Muchos aromas habían contaminado el rastro del omega, y eso frustraba a Tata.
Estuvieron dando vueltas en aquellas calles y no encontraron nada. Por más que buscaron el rastro del aroma a fresas y del chico que vio Tata, ya no existía.
— Lo perdimos. — Aulló Tata. — ¿Por qué nos haces esto Diosa Luna?
TaeHyung apretó su puño en la altura del pecho. — Nam, hora de largarnos a la fiesta...
El alfa tenía la esperanza de ver lo que su lobo había visto, quería conocer a su amor destinado. Porque sí, en el fondo sentía que su lobo no había actuado por solo ser impulsivo. En todo el recorrido, intentó poner en orden todo lo que había visto su lobo, pero su mente era un torbellino de confusión.
— ¡No! Por favor una última vuelta.
— Tata, nos vamos ahora, el omega no está por aquí. — Expresó TaeHyung.
— ¿El omega? — Gruñó. — No es el omega. — Mostró sus colmillos. — Es nuestro omega, mis ojitos estrellados, nuestros ojitos...
— Tata...
— ¿Sabes qué? Vamos a tu fiesta. — Se hizo bolita y sollozó.
— Entonces, ¿Nos vamos? — Inquirió NamJoon.
— Sí, pero maneja lento...
Un profundo silencio acompañó al par de primos en el recorrido hacia su destino. En el interior de su auto solo se percibía sus aromas con toques de tristeza. Ambos alfas cargaban una cruz con pequeños clavos que los mortificaban lentamente.
NamJoon al ver la pelea de colores en los ojos de su primo, decidió detener el auto. Ese rojo intenso y el café de los orbes; cambiaban cual semáforo.
— ¿Por qué te detienes?
— TaeHyung, creo que necesitas bajarte del auto, y gritar todo lo que están sintiendo.
— ¿Y eso en que nos ayudara?
— Ayudará a aflojar aunque sea un poco las cadenas de tu corazón y liberaras las lágrimas que estás reteniendo... Lo necesitas.
TaeHyung lo meditó por unos segundos, su lobo movió su hocico en señal de que deberían intentarlo.
— Bueno, hagámoslo...
Se bajó del auto, se retiró su abrigo, tomó una fuerte y profunda respiración.
— ¡Diosa Luna! — Gritó al cielo. — ¡Hoy andas oculta de mis ojos! — Expresó al ver el firmamento. — ¡¿Por qué?! ¡¿A caso sientes remordimiento por lo que acabas de hacer?! — Sus ojos acumularon lágrimas. — ¡Dejaste que mi lobo lo viera, que percibiera su aroma! ¡¿Para qué?! — Lágrimas recorrían sus mejillas. — ¡PARA PERDERLE EL RASTRO! ¡PARA QUE MI LOBO AULLE EN TRISTEZA Y SINTAMOS COMO NOS ARRANCAN EL CORAZÓN PORQUE TU SOLO JUEGAS CON NOSOTROS! — Aumentó la intensidad de sus gritos, y con sus puños cerrados limpió con fuerza las gotas de agua que arrastraban todo su dolor. — ¡SOLO QUIERO PODER CONOCERLO, ABRAZARLO Y BESARLO! — A su mente llegó la imagen que Tata vio. — ¡QUIERO AMARLO CON CADA FIBRA DE MI SER, PROTEGERLO, ATESORARLO Y ENTREGARLE MI CORAZÓN COMO PROMESA DE AMOR!
— Tae... — NamJoon se acercó al ver como su primo parecía estar ido.
— ¡AH! — Su mano arrugó la tela de su vestimenta sobre su pecho. — ¡ME DUELE! ¡DIOSA LUNA! — Cayó de rodillas al suelo.
— ¡MI OMEGA! ¡ALÉJENSE DE MI OMEGA! — Tata gritó al sentir el llamado desesperado del lobo de su destino.
En ese momento, JungKook estaba discutiendo con sus captores en la cabaña.
— TaeHyung, Tata tomó el control de tu...
— Vamos a cumplir con nuestro compromiso. — Interrumpió levantándose del suelo. — Y no te preocupes, controlaré a Tata.
— ¿Qué te pasa?
— Nada, solo que ya entendí que la Luna solo quiere atormentarme con un destinado que jamás conoceré. — Se subió al auto, cerró la puerta y ajustó el cinturón de seguridad. — No te quedes allí parado y conduce.
— TaeHyung, vamos por nuestro omega, lo están...
— Entiende que perdimos el rastro de aquellos ojos. — Interrumpió a su lobo. — Por lo que queda de noche, por favor deja la idea de que lo viste.
NamJoon miraba con extrañeza a su primo, no entendía porque actuaba de esa manera.
Lo que no se imaginaba es que TaeHyung estaba luchando por soportar el dolor que sentía en uno de sus brazos. Pinchazos fantasmas torturaban su piel, pero él no entendía a qué se debía.
Su lobo tenía una leve idea, podía escuchar el llamado de auxilio del lobo de su omega. En el momento que cruzaron miradas y sus ojos destellaron sus característicos colores; ellos crearon un pequeño y débil lazo, conexión que sus humanos no sentían a causa de su terquedad y esperanza perdida.
El camino hacia la mansión fue una guerra de destellos rojos y cafés en los orbes del alfa azabache. Su lobo luchaba por tomar el control y buscar al lobo que lo llamaba con desespero.
Llegaron a su destino, allí NamJoon detuvo abruptamente el auto al ver cierto omega, y conectó miradas con aquella presencia.
— No frenes como demente. — Regañó TaeHyung.
— Luna, mi luna. — Susurró NamJoon. — Amor... — RJ al sentir el llamado de su alfa, alzó su cabeza y aulló.
— Deja de mirarme, ya no soy tu luna. — Desvió su mirada con notable dolor. — Y tú deja de llamar a ese alfa. — Los lobos bajaron sus orejas.
— Nam... ¿Es tu omega? — Intentó ver el rostro del chico.
— Creo que tendré que decir que era mi omega. — Pisó el acelerador e ingresó por las puertas de la mansión.
— Lo siento, primo... — Una pequeña punzada lo hizo callarse. — Cálmate, lobo, eso me duele... — Su animal luchaba por tomar control total.
— ¿Estás bien? — Inquirió al ver como su primo se tocaba el pecho. — TaeHyung...
— Omega... Mi omega me necesita. — Los ojos del alfa presentaron un destello rojo.
— ¿Qué?
TaeHyung movió su cabeza de lado a lado, y su lobo desapareció de sus ojos. — Que entremos a la dichosa fiesta... — Controló a su lobo.
— TaeHyung... Nuestro omega nos llama.
— Tata, no hemos conocido a nuestro omega, ¿Cómo sabes que nos necesita?
— Lo puedo sentir, está cerca...
— Si lo dices por el chico al cual le perdimos el rastro...
— ¿TaeHyung? — NamJoon apretó el hombro del mencionado. — ¿Todo bien?
— Sí.
— ¡No! — Gruñó Tata. — Todo mal, humano, puedo sentir a nuestro omega, está asustado, nos llama y...
— Creo que el venir obligados a esta fiesta te está haciendo desvariar, lobito. — Se bajaron del auto y TaeHyung acomodó su máscara.
— Entonces, si todo está bien... Entremos a tu fiesta. — TaeHyung torció los ojos. — No hagas caras...
— Sabes que esta maldita fiesta es una mierda de mis padres. — Bufó. — Tú deberías ir a hablar con tu omega... — Señaló hacia la reja. — Ay, no, ya se va... — Un leve aroma llegó a su nariz. — ¿Omega? — Susurró al ver a la mujer subirse al auto.
— TaeHyung, sigue a esa mujer, ella tiene el aroma de nuestro omega.
— Fresas... — Inhaló profundo. — No es solo fresas, acabo de percibir más aromas... — Intentó dar unos pasos.
— ¡Alfa! — Unos brazos rodearon el cuerpo de TaeHyung.
— Suéltame BoGum, te he dicho que no soy tu alfa. — Se separó del chico. — Tú no eres mi tipo, además eres alfa y...
— Tus padres están de acuerdo con que seamos pareja...
— Yo digo que me dejes en paz y no me toques.
— ¡Humano! El lobo de mi omega nos llama. — Gruñó al sentir un aullido doloroso.
— BoGum, es mejor que dejes en paz a mi primo. — NamJoon se interpuso en su camino. — Vamos Tae.
— Vamos a ver si con lo que te dicen tus padres, seguirás negándote...
TaeHyung miró la reja y sintió la necesidad de correr tras el rastro del auto que acababa de irse.
— TaeHyung, ¿Me escuchas?
Movió su cabeza intentando callar las suplicas de su lobo. — Te escuchó Nam... ¡AH! — Una punzada en su corazón lo hizo perder el aire.
— ¿Qué te pasa? — NamJoon lo ayudó a caminar hasta los escalones y lo sentó.
— Nam, me duele, siento que me están arrancando el corazón. — Cerró sus ojos y allí vio la imagen que lo atormentaba en sueños.
— ¿Nos devolvemos al apartamento?
— No. — Negó abriendo sus ojos. — Tengo que...
— Yo digo que corramos al bosque...
— ¿Qué vamos a hacer? — Inquirió Nam. — Tae, ahí viene Park...
TaeHyung se levantó de golpe. — Aléjate Park, última vez que te lo digo. — Giró en su eje y subió los escalones, entró empujando la puerta.
— ¡Hijo! — Expresaron sus padres al verlo en la entrada.
— Dejen de mirarme como si fuera un bicho raro. — Expresó al percatarse de todas las miradas fijas en él. — Sigan con su fiesta... — Se acercó a sus padres. — Linda noche. — Besó la mejilla de su madre y realizó una reverencia a su padre. — ¿Y la mocosa? — La buscó con la mirada. — Ya la vi, ahora vuelvo.
— Este muchacho.
— No lo molestes querido, ya lo tienes en la fiesta. — Besó la mejilla de su esposo. — Ahora déjalo ser.
TaeHyung caminó hacia el grupo de chicos y chicas con los que hablaba su hermana. Cuando se detuvo frente al grupo, un aroma lo hizo sentirse inquieto.
— Hola mocosa. — Saludó.
— No me digas así, oso gruñón. — La chica se abalanzó para abrazarlo. — No debiste venir, tú no quieres estar aquí. — Le susurró en el oído.
— No debía venir, pero le dije algo a padre y lo cumpliré. — Sonrió por el contacto que mantenía con su hermana. — Mocosa, ¿Percibes ese aroma? — Sus ojos escaneaban a los presentes.
— ¿Cuál aroma? — Se separó del abrazo y acarició la máscara que cubría el rostro del alfa.
— Percibo un aroma a...
— ¡Omega! —Expresó Tata. — Humano, ese chico huele a nuestro omega... — Sus ojos se centraron en el chico que se alejaba del grupo al sentir la penetrante mirada del alfa. — Es leve, pero tiene el aroma del chico que vimos en la calle.
— ¿Oso gruñón? — Inquirió inquieta al ver como se alejaba persiguiendo a su amigo Beomgyu. — ¡Nam! ¿Qué le pasa a mi hermano?
— Jiyu, no lo sé... — Corrió tras su primo.
— Tae, búscalo, no perdamos el rastro. — Caminaba en medio de los invitados.
El corazón de TaeHyung le decía que obedecieran a su lobo, así que no rechistó y simplemente se movió entre la multitud. Lo sentía, ese chico lo llevaría con su omega y no pensaba detenerse hasta encontrarlo.
— No lo veo, Tata. — Sus ojos buscaban con desespero la figura del chico. — ¡AH! ¡Noooo, ya no más, me duele! — Su mano tocó su brazo al sentir las constantes punzadas.
— ¡Omega! No te rindas. — Aulló.
— ¿Qué te pasa? — NamJoon llegó a él.
— Nam, me duele, el brazo me duele... — Subió la manga de su vestimenta. — Siento que me pinchan y aprietan con fuerza.
— No tienes nada en el brazo. — Lo revisó. — ¿Por qué estás actuando tan raro?
— NamJoon te digo que me duele.
— Deja de perder el tiempo y ve por el chico...
— ¡El chico! — Empujó a su primo. — No lo veo, maldición, otra vez.
— Deja de perseguir a cuanto omega se te atraviesa. — Le obstaculizó el paso. — Pareces un alfa acosador.
— No entiendes Nam, ese chico huele a...
— ¡No! Ya deja de comportarte como un loco. — Lo sujetó de los brazos.
— Mi omega sufre. — Chilló Tata.
— Nam, Tata me dice que...
El sonido del micrófono los interrumpió.
— Buenas noches, gracias por haber asistido a esta fiesta, muchos están aquí para divertirse, y otros asistieron para ser la posible pareja de mi hijo...
Todos en aquella mansión murmuraban esperando que el señor Kim terminara de hablar, BoGum esperaba a que TaeHyung hiciera su tan esperado acto de gruñir y mandar a todos para sus casas.
— Padre no entiende que no elegiré pareja.
— ¿Qué vas a hacer? — Inquirió Nam al verlo caminar furioso al centro de aquella pista.
— Ya lo verás...
— Oh, aquí viene mi guapo hijo. — Sonrió. — TaeHyung, ven a elegir algunos omegas para que bailes y...
El micrófono le fue arrebatado.
— Oscura y horrible noche. — Saludó.
— TaeHyung...
— Lo siento señor Kim, pero ya estaba advertido. — Miró a su padre y allí un leve destello rojo se hizo presente. — Les diré que el que habla soy yo. Aclaro este punto, no sea y mi padre diga que es mi lobo y que hará otra fiestecita para conseguirme una pareja que jamás aceptaré. — Miró a todos los presentes, y les sonrió con ternura a su madre y hermana. — Diré esto de la manera más clara posible. — Sus ojos se centraron en un punto en aquel salón. — Yo, Kim TaeHyung, hijo de Kim Mi-Suk y Kim Ji-hu, hermano de Kim Jiyu, y primo de Kim NamJoon...
— No lo hagas TaeHyung. — Advirtió su padre.
— Yo, este alfa gruñón que ha estado solo por tantos años... — Tragó saliva amargamente. — Jamás en mi puta existencia aceptaré una pareja que no sea mi destinado. — Sus ojos se abrieron en grande cuando divisó un gran lobo de pelaje grisáceo. — Tata, ¿Ves lo que veo? — Su lobo rasguñó por el control. — Y-yo seré fiel a la imagen de los ojitos estrellados pertenecientes a mi omega...
— Chico, es hora de vayas por tu destino. — El lobo grisáceo le habló.
— M-mi omega me espera en algún lugar y yo no pienso enredarme con ninguno de los presentes... — Su pecho dolió como si le estuvieran arrancando su caja torácica.
— Oye, tu, lobo... — La imagen que solo veía TaeHyung y Tata habló hacia el animal interno del alfa. — Llegó la hora de que conozcas a tu destino.
— Mi destino... — Tata inició una guerra con su humano, necesitaba tomar el control.
— ¡Cállate TaeHyung! — Su padre lo abofeteó.
— No debiste tocarme padre. — Uno de sus ojos titiló dorado y luego rojo.
— Hora de irnos Tae, nos iremos en forma lobuna o en humana. — Avisó. — Tú decides...
— ¡Ah! — Gritó alzando su ropa dejando ver su abdomen. — Me duele, ¿Por qué duele? — Acarició el lugar donde juró sentir un ardor insoportable.
Ese dolor que sintió fue la cortada en el abdomen que su omega acababa de recibir.
— ¿Qué te pasa cachorro? — Su madre se acercó.
— ¡Mi omega! ¡Mi destino sufre! — Sus ojos vidriosos conectaron con los de su madre.
— Ahora lobo, toma el control de tu humano. — Ordenó.
— ¿Nos llevaras con nuestro omega? — Inquirió Tata mientras luchaba por el control.
— Para eso estoy aquí, apúrate porque mi niño te necesita...
Un gruñido gutural logró que los presentes retrocedieran, los ojos de TaeHyung brillaron en un rojo tan oscuro como la sangre.
— ¡No te atrevas lobo! — El señor Kim se plantó frente al cuerpo de TaeHyung.
— La Diosa Luna ha hablado, y en este momento me iré a buscar al omega que le entregaré mi vida. — Mostró sus colmillos. Y con el control total del cuerpo de TaeHyung salió del lugar.
Hola, Kokoros darks 🤘🖤💜💋
Aquí la kuku de la Tsunade, chale mis pobres vírgenes estaban re abandonados 🤧
Me disculpo por hacerles esperar tanto tiempo.
Capítulo dedicado a EstefanySaraiBadillo mi Fanys bonita 🥹 te quiero mucho. Perdona tanta ansiedad y lágrima que te he sacado. Es sin querer, lo juro.
Agradezco a todos mis kokoros darks por el apoyo a esta y mis otras bebés. 🥹💋💕
Bueno, espero les guste la actualización, y ojalá no las hubiese hecho hacer lavado ocular.
Se les quiere un montón. 🖤
Besitos púrpuras 💋💜
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