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Capítulo 42

El edificio donde trabajaba se alzaba frente a él, personas ya se encontraban entrando y saliendo por las grandes puertas principales y el estacionamiento estaba repleto de vehículos, tuvo que buscar un lugar disponible en el área de empleados pues ya casi todos estaban siendo ocupados.

Apagó el motor de su auto y se dispuso a iniciar un nuevo día en el trabajo que había elegido, solo que su lobo gruñó en cuanto toco la manija para abrir la puerta del vehículo. Su olfato le dijo el por qué.

En el aire se podía oler el aroma de café negro balanceado con un rastro evidente de jengibre que no llegaba a ser empalagoso.

Su hyung.

Su hermano mayor estaba apoyado contra la puerta de un auto dos espacios hacia la izquierda, su expresión parecía relajada al igual que su vestimenta pues las ropas semiformales habían sido sustituidas por unos jeans rotos de las rodillas, un hoodie que parecía ser dos tallas más grande y unas zapatillas deportivas que no lucían costosas. Era sorprendente verlo de esa manera, parecía algo que él mismo usaría, no algo que Jeon Junghyun vistiera.

Era difícil para su mente asimilar que estaba viendo a la misma persona que tres días atrás había estado en su sala de estar intentando llevarlo de vuelta a Busan.

Bajo del auto y se acercó al mayor con todos sus sentidos despiertos, él y su lobo no lograban confiar en esa expresión de aparente relajación.

— Hola Jungkook.

— Hola... — el hyung que le salía con normalidad al hablarle a Jin, Namjoon, Yoongi y Hoseok, simplemente murió en su garganta frente a su verdadero hermano.

— ¿Tienes unos minutos para hablar?

— No tenemos nada de qué hablar, ya dije que no volvería y no podrás convencerme de lo contrario. — Su tono de voz aún se mantenía tranquilo pero si volvía a escuchar nuevamente que tenía que separarse de su Yoongi, no le importaría que estuvieran frente a la estación de policía.

— No vine a tratar de convencerte de nada y si así lo quieres no tocaremos el tema de tu enlace. Realmente solo vine a hablar tranquilamente... espero.

Aún sospechaba de las intenciones del mayor, pero asintió.

— Solo puedo escucharte por quince minutos, tengo que reportar mi entrada.

— Lo que te voy a decir es rápido, y probablemente no creas en mis palabras así que eres libre de irte en cuanto termine. — El mayor se separó un poco del auto para quedar a solo tres pasos de distancia de él. — Jungkook..., ¿alguna vez pensaste que yo era diferente de nuestros padres?

Realmente... no.

Para él, su hermano estaba echo a imagen y semejanza de sus padres. Ain así, esa primera pregunta nunca la espero e inmediatamente comenzó a dudar de su respuesta, no porque no la tuviera clara, solo no sabía si era una especie de pregunta de prueba.

— N-No.

Nunca pensó que una sonrisa triste se extendería en el rostro de Jeon Junghyun.

— Lo sabía... y en realidad quería que pensaras de esa forma.

— ¿Qué?

Un suspiro abandonó los labios del más alto.

— Jungkook, nuestros padres nunca se hubieran permitido tener dos hijos y que al menos uno de ellos no fuera igual de ambicioso que ellos. De pequeño tu eras tal y como eres ahora, amable, gentil y tierno, no podía dejar que nuestros padres te hicieran igual que ellos, tu eres lo único que merecía la pena rescatar de la familia Jeon y yo tenía que comportarme como ellos querían para que así me tuvieran a mi en la mira para ser a quien manipularan. Quería que tu eligieras tu propia vida, quería que conservaras esos buenos sentimientos que se alojan en tu corazón... Quería que siguieras siendo aquel alfa gentil que siempre has sido.

— De que... q-que estas di-diciendo.

— Quiero pedirte perdón. Después de tantos años quiero disculparme por la manera en que fingía ignorante, por la actitud arrogante con la que siempre me veías y por hacerte creer que a nadie de nuestra familia le importabas.

— N-No e-entiendo...

— Lo se. También se que estas dudando de la veracidad de mis palabras, pero no vine aquí a convencerte solo a disculparme.

¿Estaba dudando?

Si.

Pero al mismo tiempo le creía. No estaba seguro de si se debía a alguna necesidad oculta de creer en su hermano mayor o si realmente estaba tomando como ciertas las palabras dichas, solo sabía que en su pecho estaba creciendo ese sentimiento de confianza hacia el alfa frente a él.

— Te podría contar demasiadas cosas para que confiadas en mi, o podría callar cada una de ellas creyendo que demasiadas historias te harían dudar aún más, no se realmente cual serviría más pero como te dije antes no quiero tratar de convencerte. Solo quería decirte esto antes de regresar a Busan. Nunca me conociste realmente, nunca te diste cuenta de que constantemente preguntaba por ti a tus profesores y compañeros de clase... yo nunca te di la oportunidad de que nos conociéramos, y es por esto último que te quiero pedir perdón.

Sus labios se movieron para tratar de comenzar con alguna de las tantas preguntas que revolotean en su mente, pero ningún sonido real salió, sus cuerdas bucales se negaron a ayudar.

— Se que en estos momentos sueno como un completo idiota, pero cuando era más joven fue en lo único que pude pensar para que nuestros padres no te fijarán como objetivo. En ese momento no tenía ningún tipo de poder, solo era conocido como el hijo mayor de los Jeon, uno de los dos alfas puros que habían nacido de aquel ventajoso matrimonio.

》Tenía planeado contarte todo esto cuando ya hubiera formado una reputación, cuando pudiera alejarnos a ambos del alcance de nuestros padres pero tu te fuiste antes de que lo hubiera logrado. Y tengo que admitir que desde que saliste de la ciudad no dejé de pensar en que habías huido porque te habías rendido, ahora veo que en realidad saliste de Busan solo para convertirte en alguien mejor de lo que ya eras y eso me alegra mucho.

Nunca pensó que su hermano mayor le diría esas palabras, mucho menos que estarían acompañadas de una sonrisa.

¡Su hermano estaba sonriendo!

¡Y esa sonrisa la dirigía a él!

Sus sentidos parecían un poco aturdidos ahora que veía al mayor mostrando esa mueca. No tenía ni idea de cómo reaccionar y su lobo parecía igual de pasmado que él.

Ahora ni siquiera pudo ordenarle a sus labios que se movieran, no tenía ni idea de que pensar o como actuar frente a esa nueva persona que estaba conociendo.

— Jungkook, yo regrese a Busan aquella noche después de que estuve en tu casa acompañado del hermano de tu omega. Nuestros padres estaban esperando que les llevara noticias de ti y solo les dije que no te había encontrado, que la información que recibí no era cierta, así que puedes estar tranquilo y vivir cómodamente con tu pareja. — ¿Esto en realidad estaba sucediendo? ¿Su hermano realmente estaba ayudándolo? — En realidad no planeaba regresar tan pronto a Seúl pero yo volví porque quería que escucharas un poco de mi historia al menos una vez, resolví algunos asuntos en Busan con la esperanza de que me pidieras quedarme cerca por algunos días más, para que habláramos... Supongo que me adelante demasiado o solo me cree yo mismo una historia en mi cabeza.

No. Él realmente quería saber muchas otras cosas de su hermano.

¿Con que frecuencia preguntaba a sus maestros y compañeros de clase por él?

¿Cómo es que él nunca lo vio alrededor?

¿Si sabía las disciplinas que sus padres impartian sobre él?

¿Si alguna vez sus padres lo golpearon de la misma manera?

Y sobre todo, ¿si podía conocer al verdadero Jeon Junghyun?

Realmente quería saber si podía comenzar a conocer a su hermano mayor.

Pero quizás su rostro estaba diciendo otra cosa porque una sonrisa triste apareció en el rostro del alfa mayor.

— Volveré hoy a Busan y no te molestarte más. Te estaré depositando el porcentaje que te pertenece y corresponde de la compañía, ahora que soy el presidente no tendré que rendirle cuentas a nuestro padre. También te mandare un mensaje de texto, quiero que guardes mi contacto y te comuniques conmigo para cualquier cosa que necesites, se que probablemente nunca lo usaras pero me gustaría pensar que lo tendrás por si en un futuro logras perdonarme... Adiós hermanito.

La mano derecha del mayor se movió algunos centímetros en su dirección antes de volver a caer a un costado del largo cuerpo. Una vez más las facciones del alfa frente a él cambiaron a una sonrisa triste antes de que Jeon Junghyun comenzará a alejarse lentamente.

Sus piernas parecían estar hechas de piedra, por más órdenes que les gritaba mentalmente estas no se movían con la suficiente rapidez como para alcanzar al alfa mayor, sus cuerdas bucales tampoco estaban siendo de ayuda y su cerebro parecía lleno de una neblina espesa.

Hy-Hyu... Hyung.

Su voz había sido apenas un susurro, pero el oído mejorado de su hermano había logrado captarlo a la perfección. Detuvo de inmediato su andar y nuevamente estaba mirando a ese rostro que era tan parecido al suyo.

— ¿Podemos... comenzar a-a conocernos?

— Eso me gustaría — fue la respuesta que recibió acompañada de una sonrisa de parte de su hermano, sonrisa que no le costó nada responder con otra igual.

Su hyung no era el único culpable de el distanciamiento que hubo entre ellos dos, él nunca se preocupo verdaderamente por formar una relación con alguien a quien desde pequeño había catalogado en el mismo apartado que sus padres.

Ahora había visto una cara totalmente distinta en su hermano, y esta parecía ser más sincera que aquella imagen que él había conocido años atrás y se encargaría de averiguar más sobre este nuevo alfa que le era tan desconocido y conocido a la vez.

Cuando el restaurante cerró y el se dirigía a casa Namjoon le había entregado y dicho unas palabras que seguía sin creer.

Él ya no estaba seguro de nada, solo sabía que le urgía estar entre los brazos de Jungkook lo antes posible y por ello había manejado con mayor velocidad a la que acostumbraba.

Termino bajando velozmente del auto en cuanto lo estacionó en el lugar habitual frente a la casa blanca de dos pisos y prácticamente corrió hacia el interior sin preocuparse por tomar sus cosas del asiento trasero, incluido aquel objeto que su castaño amigo beta le había entregado.

— ¿Qué te sucede mi lindo Gatito-hyung?

Antes de darse cuenta estaba a medio camino entre la puerta de entrada y las escaleras que daban al segundo piso. Ya estaba envuelto entre el calor y aroma tan conocidos de su alfa pelinegro.

Un brazo se mantuvo firmemente alrededor de su cintura mientras la otra mano se movía para repartir suaves caricias en su cabello.

El menor no dijo ninguna palabra más, solo se dedicó a tranquilizarlo y a esperar por lo que sea que el tuviera que decir. En algún momento se habían trasladado al sofá y él yacía en el regazo del menor y con su nariz enterrada en ese punto en el cuello donde más se concentraba el aroma a playa.

Se sentía lo suficientemente bien como para poder hablar de aquello que lo había confundido tanto.

— Hoy Namjoon me entrego algo... Mi huyng se lo dio antes de irse a Daegu.

— ¿Qué te dio Namjoon-hyung?

— Es un álbum de fotos. Creí que era las pocas fotos que yo tenía de pequeño y que lo había olvidado en casa... pero este álbum tiene fotos mías desde bebe hasta que me gradué de la universidad... fotos que no sabia que existían y que se que tomó mi hyung.

Se había sentido tan confundido por ello.

¿Por qué su hermano había ocultado esas fotos?

¿Por qué siquiera había ocultado el hecho de que asistió a todos esos eventos donde él creyó que se encontraba solo?

Muchas emociones se acumularon en su pecho, desde enojo hasta felicidad y ya no sabía si tenía ganas de llorar o no.

— Nam me dijo que hyung fue esta mañana a su casa y le entrego el álbum que había traído por error hasta Seúl... ¿Pero como se puede traer por error un álbum lleno de fotos sobre mi? — frotó su nariz con insistencia en la piel de su alfa, quería que ese aroma a playa se impregnada por completo en su propia dermis, a pesar de que este mismo ya emanaba de su cuerpo gracias a la marca que se exhibía en su cuello —. ¿Por qué me siento tan confundido?

— Porque no tienes claro o te estas negando el afirmar el significado de la existencia de ese álbum. — Salió de su escondite y enderezó su columna para poder ver bien ese par de ojos que tanto le gustaban. — Si esas fotos existen, significa que tu hyung estuvo siempre cerca y guardo esos momentos en fotografías que podía volver a mirar. Creo nuestros hyungs no tienen ni idea de cómo expresarse.

— ¿Eh?

Un beso rápido fue dejado en sus labios, antes de que su pelinegro volviera a estar frente a él.

— Hoy mi hy-hyung me estaba esperando en el estacionamiento de mi trabajo.

— ¡No te hizo nada, ¿verdad?!

— No. Él solo fue porque quería hablar.

— ¿Trató de convencerte de nuevo de regresar a Busan?

Sus dedos se aferraron con más fuerza a la tela de la playera que cubría el torso de su Jungkook, dudaba completamente que su menor lo dejará por unas palabras del hermano, pero aún así los nudillos de sus manos se volvieron blancos por la fuerza que estaba realizando.

— No, de hecho no... En realidad, me dijo unas cuantas cosas que me sorprendieron y me hicieron mirarlo de otra forma.

Las manos de su alfa se posaron sobre las suyas y los fuertes dedos comenzaron a dejar masajes circulares hasta que sus propios dedos soltaron la tela suave.

— Hyung dijo que su actitud hacia mi en el pasado fue para que nuestros padres no me considerarán un candidato para manejar la compañía. No porque el lo quería de esa manera, lo hizo para que yo no estuviera atado a un puesto que no me interesaba en lo absoluto.

— ¿Y a-ahora?

— Ahora esta ocultando mi ubicación de nuestros padres, acepto que nos conociéramos más y me deseo lo mejor con mi lindo Gatito-hyung.

— ¡¿E-Enserio?! ¿Ya no insistirá en que vuelvas a Busan? ¿O que rompas nuestro enlace?

¿Este era algún tipo de sueño?

Con sus antebrazos rodeo el cuello de su pelinegro y se pegó totalmente a los músculos firmes que se ocultaban debajo de la playera de algodón. Una sonrisa estaba ampliamente dibujada en su rostro, porque las palabras de su menor significaban que por lo menos el tema de su enlace estaba siendo aceptado por una de las familias.

Bueno, solo el hermano mayor de Jungkook lo estaba aceptando pero eso ya quitaba un peso de encima. Su alfa había declarado que ya no permitiría que ninguno de sus hyungs tratara de interponerse en su relación, pero también estaba seguro de que se no se hubiera sentido bien para el menor pelear con alguno de ellos. Su buen corazón se habría recriminado por ello.

— Ya no volverá a insistir en que vuelva o en que me aleje de ti mi Gatito-hyung, me lo prometió hoy. Dijo que solo quiere que nos conozcamos, o mejor dicho que yo lo conozca a él porque por algunas cosas que me contó hoy el ya sabe bastante de mi.

— ¿Por cuánto tiempo hablaron?

— Unos minutos antes de que comenzara mi trabajo y me encontré con él en mi hora de comida. También quiere que nos veamos mañana antes de que inicie mi trabajo.

Se alejó un poco del abrazo que mantenían solo para ver el bonito brillo en los ojos de su Jungkook. A su alfa pelinegro le hacía mucha ilusión conocer realmente a su hermano mayor y él estaba feliz por esa oportunidad que se estaba dando entre ellos.

Era un nuevo comienzo para los hermanos Jeon, uno que le gustaría mucho tener con su propio hyung.

— No te pongas triste mi lindo Gatito-hyung. El álbum de fotos puede que sea el primer paso para que recuperes tu relación con tu hyung o mejor dicho para que formen otra ahora que cada quien es más maduro a su manera.

— ¿Pero si en realidad él ya no quiere saber nada de mi?

— Entonces será momento de pensar en algo, pero hasta entonces no hagas conclusiones apresuradas. Yo estaré a tu lado para esperar por lo que sea que tenga que suceder.

Con sus mejillas calientes volvió a ocultar su rostro en la curva del cuello donde se sentía seguro y aprovecho ese momento para dejar un beso justo encima de la glándula que desprendía ese aroma a playa que tanto les fascinaba a él y a su omega.

— Te amo mucho — susurró después de algunos segundos.

Ya no dudaba en decaer esas palabras que llenaban su corazón de un sentimiento tan cálido.

— Igual que yo a ti mi lindo Gatito-hyung.

Se dejó mimar por los dedos que se enredaban en su cabello, por los labios que repartían besos en su mejilla derecha y por la mano que subía y bajaba a lo largo de su espalda.

Después de varios minutos su alfa pelinegro lo acomodó en el sofá y fue a su auto a recoger sus cosas, entre ellas el álbum de fotos que su hyung le había llevado hasta Seúl.

Al final de la noche sus mejillas estaban pintadas con un muy marcado sonrojo gracias a que Jungkook no dejo de hablar y alagaba cada foto que encontraba. Pero su vergüenza definitivamente terminó de llegar cuando descubrió al menor guardando aquella foto donde era un cachorro recién salido de su baño y con una muy pequeña toalla de gatito cubriéndolo, y no por completo ya que las "partes importantes" eran mostradas en todo su esplendor.

Por mucho que lo persiguió e intento conseguir de vuelta esa foto, al final no había podido ir contra la resistencia de su alfa pelinegro y tuvo que resignarse a saber que ahora esa imagen estaría siempre en la cartera de su novio.

Aunque al final fue recompensado por la foto con muchos mimos y muchos "te amo" antes de dormir.

💜

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